30 marzo 2008

La ciudad de Cerro de Pasco y su problemática laboral

La ciudad de Cerro de Pasco, cuenta con una población aproximada de 80,000 habitantes de residencia permanente y más de 10,000 habitantes transeúntes atraídos principalmente por el crecimiento de la actividad minera en la región. La población urbana económicamente activa se dedica mayoritariamente al comercio y servicios, a la empleocracia estatal, la docencia escolar y superior, en muy poca cantidad directamente en la minería.
Del total que viven en la ciudad, sólo 2,672 trabajan directamente en la Minera Volcan (La seguridad minera en la Región Central del Perú, CEDAL 2005), con beneficio directo de un aproximado de 12,000 miembros de la familia minera; en cambio, la dinámica socio económica de Cerro de Pasco sí esta fuertemente influenciada por la actividad minera aún cuando ésta mantiene un importante porcentaje de demanda de proveedores externos con la continuidad de un patrón de acumulación ajena a la provincia y el departamento.
La problemática de la ciudad tiene su raíz en su ubicación territorial histórica y cercana con áreas del laboreo minero metalúrgico, cuya formación data de hace más de 400 años en paralelo con la iniciación de la actividad minera. Esto ha dado lugar con el tiempo y el proceso expansivo de la actividad minera una superposición de espacios territoriales urbanos y de prospección y explotación minera. Como consecuencia tenemos alta contaminación ambiental, suelo inestable, población en permanente desplazamiento a lugares distantes del Tajo Abierto, temblor artificial por las explosiones que intensifican la explotación de minerales, contaminación del agua y aire por lo desmontes y relaves altamente mineralizados que rodean la ciudad, pobladores con altos índices de plomo en la sangre.
Entre los hechos recientes en medio de este conflicto podemos destacar que hace 10 años, por necesidad de la expansión de áreas del trabajo minero metalúrgico, se llevó acabo un proceso de exigencia y diálogo que concluyó con compromisos y plazos escritos en actas que hasta hoy no han sido seriamente evaluadas ni controladas por los entes estatales locales y sectoriales. En setiembre, con un solo postor se privatizó Centromín Perú Unidad Cerro de Pasco, pasando a propiedad de Minera Volcan. Al respecto, en los posteriores años del 2002 y 2004, se investigó este proceso de privatización en el seno del Congreso de la República, concluyendo que ni la empresa privada ni el Estado han cumplido con el contrato de compra venta dejando deudas ambientales que reproducen daños mortales en contra de la salud poblacional principalmente de niños y niñas de la ciudad de Cerro de Pasco.
Durante el año 2006, se hace evidente la desesperación e improvisación de la Minera Volcan por ampliar el Tajo Abierto de explotación minera que se encuentra en el mismo centro de la ciudad, presentando formalmente su solicitud de una nueva ampliación del Tajo Abierto, adjuntando propuestas de reconstrucción de bienes públicos que probablemente sean destruidos, sin mencionar formas de recomponer los flujos económicos y sociales a ser afectados, tampoco se pronuncia sobre las formas de reparar daños recientes y actuales a la vivienda y la salud como consecuencia de la producción minera actual.
La Empresa Minera Volcan esta dispuesta a implementar sus planes de cualquier manera, ocasionando graves daños para la viabilidad del desarrollo urbano de la ciudad de Cerro de Pasco, para ello dentro de su planeamiento de explotación minera a corto, mediano y largo plazo para sus operaciones del tajo abierto, tiene previsto para los próximos 21 años los siguientes planes:
· Corto Plazo (18 meses): Comprende el desarrollo del Plan C y Plan Diamante ubicados en el lado este del tajo y el periodo de minado va de Enero del 2007 a Junio del 2008.
· Mediano Plazo (5 años): Involucra la explotación de las reservas probadas ubicadas en la pared sur este del tajo, este proyecto se denomina “Plan L” y su explotación está prevista realizarla desde el mes de Julio del 2008 a Julio del 2013.
· L
argo Plazo (15 años): Involucra la explotación de los recursos minerales ubicados en la pared oeste del tajo, este proyecto se denomina “Plan G” el cual requiere realizar trabajos de exploración para determinar las reservas probadas y probables, así como el posible traslado de la infraestructura de la zona industrial, estando prevista su explotación desde el mes de agosto del 2013 a diciembre 2028.
Paralelamente, con la asesoría del Ministerio de Vivienda y Construcción, se ha formulado la actualización del Plan de Desarrollo Urbano de la ciudad y el Plan de Acondicionamiento Territorial de la Provincia de Pasco, ambos deben ser motivo de amplia difusión y consultas a la ciudadanía por parte de la Municipalidad Provincial de Pasco. La aprobación de estos documentos técnicos legales es vital para la decisión de la ampliación del Tajo Abierto y de las inversiones que compensen y beneficien a la ciudad; en un contexto de visión de largo alcance del desarrollo urbano ambiental de Cerro de Pasco.
Los impactos esperados con el Plan L son de una magnitud alarmante, esto sin tener en cuenta el Plan G, ni tampoco la Ampliación de la Planta Concentradora de Paragsha y San Expedito.
En el distrito de Chaupimarca afectará el desarrollo socio económico de las áreas urbanas consolidadas. En el distrito de Yanacancha, al depositar más desmontes mineros en la zona de Rumiallana se afectará el Asentamiento Humano “27 de No­viembre”, el cauce del río Tingo y toda la población aledaña río abajo. En el distrito Simón Bolívar, dado que se pretende depositar desmontes mineros en la zona de Hanancocha y Pampaseca, el impacto será similar, el Pueblo Joven “José Carlos Mariátegui” se vera afectado, así como la Comunidad Campesina de Quiulacocha y el cauce del Río San Juan agravaría su situación actual.
Al ex­pandirse el tajo abierto, como lo propone Volcan afecta
ría 11.4 Has., de zona urbana (centro de la ciudad de Cerro de Pasco), de los cuales lograría obtener 11´800,000 TM de mineral hasta el 2013, para ello tendrá que remover 46´500,000 TM de desmonte, una parte será depositado hasta el 2009 en Rumiallana, cabecera de la cuenca del río Tingo.
Es fundamental que este proceso de diálogo tenga en cuenta no solo el Plan L, que será hasta el 2013, sino también el Plan G, así como la ampliación de las concentradoras de la empresa Volcan.
Fuente: CERRO DE PASCO: PROPUESTAS DE TEMAS PARA LA EXPANSION MINERA Y EL DESARROLLO URBANO. Centro de Cultura Popular Labor. Cerro de Pasco, noviembre 22 de 2007.

25 marzo 2008

El Complejo Arqueológico de Cutimbo

Se encuentra localizado en el km. 22 de la carretera transoceánica Puno-Moquegua. Está conformado por dos mesetas que emergen sobre las pampas de Cutimbo y Viluyo, auna altitud de 4023 m.s.n.m. Caracterizada por la presencia de Chullpas en la cima.
Etimología
La palabra Cutimbo proviene del toponimio “qutimpo” que sería derivado de la raíz “qut” que significa volver, “impuy” que sería equivalente a decir en quechua o aymara “vuélvete”, “retorna tu, aquí mismo”
Historia
Las evidencias arqueológicas muestran una ocupación anterior a la Inka, la existencia de Pinturas Rupestres nos remonta a 8000 años de antiguedad hasta el Intermedio tardío (1100-1450) e Inka (1450-1532), esto implica que Cutimbo tuvo una ocupación prolongada por su ubicación geográfica estratégica, su área de influencia, uso ceremonial, ritual religioso.
Los datos históricos notician de la existencia de un cacique denominado Pedro Cutimbo, dueño de dichas tierras.
Chullpas o Pucullos
Estas edificaciones de carácter funerario, se encuentran dispersas en toda la meseta, las hay circulares, cuadradas y rectangulares, de diferentes dimensiones, las menores son de manufactura rústica, con piedra semi-canteada y con mortero de barro, en su parte superior tiene una cornisa, en su interior la “Bóveda por Avance” o “Falsa Bóveda”. La puerta es de forma trapezoidal, generalmente orientada al este - salida del sol, la tecnología constructiva de las grandes de mampostería concertada de piedra basáltica de forma poligonal, con representaciones zoomorfas en alto relieve (felino, vizcacha, monos, serpientes).
Fue obra de los Qolla, Lupacas e Inkas. La existencia de estas estructuras se explica por el arraigado culto a los muertos y la creencia en la inmortalidad, “pasaban a una mejor vida”; se enterraban a personajes importantes (Caciques), como los malkus o señores, inclusive sacrificando a sus mujeres y servidumbre para que le acompañasen y sirvieran en la otra vida; por ello eran momificados y vestidos con sus mejores trajes, envueltas con tejidos y cordeles de ichu y totora, asociado al ajuar funerario.
Ushno o Templo
Localizado en la parte central de la meseta, presenta una arquitectura monumental y peculiar del tipo ceremonial construido con roca volcánica; andesita ( toba volcánica), utilizando dos colores de piedra, una más clara que la otra, de morfología cuadrada, con una altura de 8.50 mts. Por 6.40 mts. Aproximadamente, el ingreso o vano de forma trapezoidal, de mampostería concertada y parejo poligonal. En su interior, hacia el oeste se aprecian 3 hornacinas o nichos, al norte y al sur 2 nichos, en la parte superior 2 ménsulas a cada lado donde habrían sido colocados los fardos funerarios con fines rituales, para los gobernantes y sacerdotes.
En la parte superior externa (oeste) presenta decoración de serpientes en alto relieve. En las excavaciones se ha descubierto un “Altar de Cremación” (huesos calcinados de humanos, camélidos,aves, cerámica, etc.)
El templo descansa en una plataforma construida para dicha estructura.
Hallazgos
En los trabajos de investigación arqueológica realizados en 1999, se ha encontrado un entierro consistente en una URNA de cerámica denominada “raki o phuñu” de base arybaloide, con diseños Inka y Lupaca en la parte anterior y posterior.
En su interior se hallaron restos de huesos humanos, el AJUAR Funerario estaba compuesto por TUMIS o cuchillos ceremoniales de metal con representación de felinos, yacaré que en sus fauces muerde un pez, agujas con cabezas de camélidos, cuentas que formaban collares de piedras preciosas; lapizlázuli, cristal de roca, turquesas, crisocola, roca de diferentes tipos, así como miniaturas en cuarzo lechoso representando un camélido, arybalos pequeños de metal, un colgajo circular decorado, en su parte superior muestra dos personajes pequeños asidos de la mano, chakitacllas (takllahuisu en aymara) que rematan en monos, todas de metal.
Fuente: Portal del INC - Cultural

20 marzo 2008

Diagnóstico sobre los problemas agrarios de la Sierra

La actividad agraria ocupa un lugar central en la economía y sociedad de la Sierra peruana. Según datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), actualmente el 46% de la población de la Sierra (4.7 millones de personas) vive en hogares que tienen más del 40% de su ingreso proveniente de la agricultura. Este porcentaje es 13% en la Costa y 31% en la Selva, con 23% a nivel nacional. La Sierra sigue siendo la mayor región agraria del país. No existe desarrollo económico y social posible para la Sierra que no contenga como un eje central –mas no exclusivo ni excluyente– al desarrollo de su agricultura.
La población agraria de la Sierra, o la que está ligada más directamente a la agricultura, sufre los índices de pobreza extrema más altos del país, con 55%.
Dentro de la propia Sierra, las familias no agrarias (que tienen menos del 40% de su ingreso de fuente agropecuaria) tienen una incidencia de pobreza extrema mucho menor que las familias agrarias. La agricultura andina y los bajos ingresos asociados a ella son la base del problema más grave de la pobreza rural que enfrenta nuestro país.
Los activos agrarios
En la Sierra se ubica el 62% de las tierras agropecuarias del país, el 49% de las tierras agrícolas, el 77% del ganado vacuno y el 96% del ganado ovino del país. Además, en esta región se cría el 100% de los camélidos del Perú. Allí existe una enorme diversidad de especies criadas en diversos pisos ecológicos, muchas de ellas herederas de largos procesos de domesticación iniciados por los antiguos peruanos. Esta gran fuente de diversidad genética y variabilidad biológica que es nuestra Sierra, es escasamente valorada por los mercados y los avances tecnológicos modernos, cuya matriz principal de desarrollo sigue pasando por una creciente especialización de cultivos y crianzas, buscando satisfacer un consumo urbano e industrial cada vez más homogenizantes.
Fragmentación de la tierra
Aunque muy significativos, los recursos agrarios de la Sierra son explotados en condiciones de fuerte fragmentación y escaso desarrollo tecnológico. El 68% de los agricultores de la Sierra tiene menos de 2 Has. de tierra agrícola para producir, y el 46% tiene menos de 1 Ha. De hecho, la producción agraria en la Sierra se encuentra mucho más fragmentada que la Costa y Selva.
La extrema fragmentación en la agricultura viene acompañada de crecientes dificultades para proveer de tierras a los agricultores más jóvenes. Se puede observar el ciclo de acumulación de tierras por edades en la Sierra y el resto del país usando datos del III CENAGRO.
Mientras en el resto del país, la acumulación de tierras (además de tener una escala mayor que en la Sierra) aumenta hasta una edad promedio de 45- 55 años y, luego empieza un proceso de transferencia a la nueva generación de agricultores; en la Sierra, este proceso se extiende hasta los 55-65 años. Esta situación hace más difícil el acceso a tierras y ganado por parte de las nuevas generaciones que decidan dedicarse a la agricultura. Cabe señalar que la nueva generación de agricultores tiene mayores niveles educativos y está en mejores condiciones para adoptar nuevas tecnologías o incursionar en nuevas opciones productivas.
Agro y Estado
Pero, los desafíos para la agricultura de la Sierra no sólo se relacionan con la extrema fragmentación de la tierra y activos agrarios, tiene también mucho que ver con un ausencia de prioridad en políticas públicas para la región, lo que deriva en una escasa presencia del Estado y de sus instituciones, que no ha puesto en marcha hasta el momento políticas eficaces para su desarrollo agrario. Por ejemplo, el acceso a insumos y servicios agropecuarios básicos como la asistencia técnica, los fertilizantes y el crédito son mucho más limitados en la Sierra que en la Costa, aunque en este caso la provisión de estos servicios es también bastante limitada en la Selva.
Otros servicios cruciales para la agricultura andina como un seguro agrario son inexistentes, en un contexto donde nuestros agricultores enfrentan serios riesgos climáticos en forma permanente. En febrero de 2007, regiones de la Sierra central como Pasco, Huánuco, Junín y Huancavelica, así como, de la zona sur, como; Ayacucho, Apurimac, Cusco y Puno, sufrieron una helada inusual afectando aproximadamente 80,000 hás. Otro ejemplo de los efectos climáticos en Sierra fue cuando en el 2004, el 32% de los agricultores de la Sierra sufrieron heladas.
Los retos para genera
r desarrollo agrario en la Sierra son enormes, dadas sus limitaciones de recursos, infraestructura y capital humano luego de décadas de abandono sistemático por parte de la inversión pública y privada. El grueso de la inversión privada en la Sierra, por ejemplo, ha estado orientada a la actividad minera; actualmente la Sierra produce el 88% del producto minero del país, la mayor parte del cual se orienta a la exportación.
La creciente inversión en minería en la Sierra, sin embargo, no ha sido generadora de muchos puestos de trabajo y se ha caracterizado por bajos niveles de articulación con otras actividades productivas a nivel local y regional. En muchos casos, la actividad minera ha generado perjuicios a las comunidades locales, por la competencia en el uso de recursos como la mano de obra.
En el caso de productos pecuarios es evolución de precios, no rentabilidad tierras y el agua. La actividad agraria y el medio ambiente han sido sectores afectados por una actividad minera que, siendo privilegiada por la política de inversiones del Estado, no se ha desarrollado en un contexto armónico y respetuoso de las comunidades locales y del medio ambiente.
Rentabilidad agraria
Durante la última década, la agricultura de la Sierra no sólo ha debido enfrentar estos problemas con escaso apoyo estatal, sino que además ha sufrido una caída sistemática en la rentabilidad de sus principales productos. En un contexto de caída sistemática de la rentabilidad de los principales productos agropecuarios (en promedio -3.1% durante 1996-2004), en el caso de los dos productos agrícolas principales de la Sierra (papa y maíz amiláceo) la caída promedio ha sido mucho más pronunciada (-12%). Asimismo, en los productos pecuarios, la producción de carne de ovino y vacuno, que son centrales en la economía de la Sierra, han tenido un deterioro de -7% en promedio durante el período analizado.
Esta evolución negativa de la rentabilidad de los productos agropecuarios andinos está relacionada a un mercado interno que viene consumiendo cada vez menos productos nacionales frente a productos importados como maíz, oleaginosas, trigo y lácteos, crecientemente baratos debido a los subsidios en los países desarrollados. Asimismo, aún en la dieta alimenticia en los propios habitantes de la Sierra han ido adquiriendo mayor importancia productos que no son producidos localmente como el arroz, aceite y los fideos.
Agro y mercado externo
Respecto al agro y al mercado externo, las posibilidades de exportación agropecuaria desde la Sierra aparecen limitadas debido a sus condiciones estructurales de extrema fragmentación y precaria infraestructura para el almacenamiento y transporte de sus productos. Por ejemplo, como se observa, apenas el 3.6% del total de productos agrarios exportados a USA entre el 2000 y el 2003 provinieron de la Sierra peruana.
En este contexto, la firma del TLC con Estados Unidos y otros procesos de apertura comercial pueden representar costos importantes para los productores de la Sierra peruana si esta región no accede a mejores condiciones para la exportación y para ofertar en el propio mercado interno. En general, sin políticas internas adecuadas, el TLC y la apertura comercial indiscriminada pueden aumentar la dependencia alimentaria de importaciones muy subsidiadas, debilitando aún más la ya precaria articulación de la oferta productiva serrana con los mercados nacionales e internacionales.
La comunidad campesina
En la Sierra peruana, una característica fundamental de la actividad agraria es su desenvolvimiento bajo formas de organización comunal en importantes extensiones. Las formas comunales provienen de largos procesos históricos iniciados en la época colonial (muchas veces sobre la base de herencias prehispánicas) y, en muchos casos, sirvieron como forma efectiva de defensa de la población indígena frente a la voracidad de los hacendados por tierras y agua en el espacio andino. La institución comunal ha evolucionado para responder a cambios demográficos, económicos y sociales, pero rara vez ha sido materia de un apoyo sistemático por parte del Estado peruano. Por el contrario, en diversas oportunidades, la actividad estatal y la de intereses privados han buscado mermar la institucionalidad comunal.
Un ejemplo claro de esto es lo ocurrido durante la década de los 90´, donde se aprobó una nueva legislación de tierras que inicialmente buscaba debilitar a las comunidades campesinas al abrir la posibilidad de la disolución voluntaria en un contexto de presiones para favorecer intereses externos a los comuneros.
Asimismo, la actividad de organismos públicos como Pronamachcs, Foncodes o de las Juntas de Usuarios de Riego creadas por la Ley de Aguas de 1969, generaron competencias de roles y tendieron a debilitar más que a fortalecer a las comunidades campesinas al generar superposiciones. Pese a estas tendencias negativas, las comunidades campesinas han sobrevivido y siguen siendo una parte esencial del mapa social y económico de la Sierra, espacio de retos y oportunidades que deben ser aprovechadas por las políticas en lugar de buscar erosionarlas.
Esto es crucialmente importante en un contexto de creciente deterioro de los recursos naturales y de la biodiversidad en nuestra región andina. La institucionalidad comunal tiene un espacio privilegiado para enfrentar de manera sostenible la explotación de los cada vez más amenazados recursos naturales de nuestra Sierra. El manejo del agua por cuencas y de los procesos de forestación a escala masiva tiene una clara dimensión colectiva en la cual las comunidades campesinas tienen ventajas sobre otras formas de organización privatistas. Igualmente, el manejo del alto riesgo y la necesidad de una regulación efectiva en el acceso a los pastos para el ganado aparecen como funciones ideales para la organización comunal. Es por esto, que lo comunal (y sus variantes organizativas en diversas zonas, como las rondas campesinas en la Sierra norte o diversas formas de autodefensa), debe ser rescatado como fortaleza para el desarrollo agrario sostenible de toda la región andina.
Hay el convencimiento que se requieren políticas específicas que enfrenten, al mismo tiempo, complejos problemas estructurales como la extrema fragmentación de la tierra y el envejecimiento de productores agropecuarios, así como problemas relacionados con la falta de una plataforma de servicios agropecuarios para atender eficientemente a pequeños productores operando en condiciones de gran biodiversidad, baja capitalización, alto riesgo productivo
y diversas limitaciones para acceder a los mercados regionales, nacionales e internacionales.
Estas políticas deberán tomar en cuenta que fortalecer la organización comunal o de diversas formas de organización colectiva pre-existentes, es una necesidad para el éxito de la producción agropecuaria y la reproducción social y económica en un contexto de recursos naturales como el agua, los bosques y los suelos crecientemente erosionados por la actividad humana.
Fuente: Una Agenda Agraria para el Desarrollo de la Sierra Peruana editado por la Coordinadora Rural

16 marzo 2008

Huamanruro (Puno)

Cuentan algunos ancestros que el origen del nombre del centro poblado de Huamanruro deriva de dos términos. Huaman que quiere decir Ave rapaz; y Ruro que significa Fruto.Con el transcurrir del tiempo lograron su reconocimiento como comunidad campesina, en ese lapso siempre se dedicaron a la ganadería y a la agricultura. Por su parte las autoridades comunales incentivaban el camino al progreso, medida que se hacía efectiva a través de la organización de los trabajos obligatorios.
A medida que pasaron los años, la población decide presentar a Huamanruro como Centro Poblado, porque poblacionalmente superaban las estadísticas determinadas para esta categoría, además porque contaban ya con una agencia municipal de acuerdo a ley. Entre 1990 y 1992 se iniciaron los trabajos relacionados al mejoramiento de la calidad genética del ganado vacuno y de pastos cultivados. Para ese tiempo Huamanruro era la primera comunidad a nivel departamental que se dedicaba al mejoramiento genético de ganado vacuno.
Pasó el tiempo y lograron denominarse Consejo Menor Centro Poblado de Huamanruro, el 06 de Agosto de 1998 a través de una Resolución Distrital. Luego con la Resolución de la Alcadía Nº 062-98-MPM-A, el 08 de Octubre de 1998 se aprueba la creación y se delega la descentralización de las funciones administrativas de la municipalidad de Macarí hacia el Consejo Menor de Huamanruro. Hoy de acuerdo a la adecuación de centros poblados, es reconocido como municipalidad centro poblado de Huamanruro de acuerdo a ley Nº 27972 Ley orgánica de la municipalidad.
Actualmente, Huamanruro no deja de celebrar y dar vida a sus costumbres y de presentarse como “Cuna ganadera de vacunos” y “Cuna de Tradiciones Andinas”.
Caracteristicas Generales
Ubicación Política
Departamento : Puno
Provincia : Melgar
Distrito : Macarí
Asociaciones : Club de madres, Asociaciones de mujeres, Asociación jóvenes, Asociación de regantes, Asociación Materno Infantil, Asociación de pequeños productores, Asociación de transportistas, Asociación de artesanos, etc.
Ubicación Geográfica
Altitud promedio : 3,920 msnmCaracterización Física Ambiental-
Temperatura
Máxima : 20º C
Mínima : 0º C
Hay lluvias de octubre a marzo; y friaje de abril a setiembre.
Límites
Norte : Distrito Santa Rosa
Sur : Sector Huacauta
Oeste : Distrito de Macarí
Este : Distrito de Humachiri
Características Socio-Económicas
- Población. El centro poblado de Huamanruro cuenta con una población de 3,450 habitantes. - SaludEn el centro poblado de Huamanruro existe un solo puesto de salud que no llega a satisfacer la demanda global de toda la población.- EducaciónEl distrito cuenta con las siguientes instituciones educativas:
Institución Educativa Secundaria Agropecuario
Institución Educativa Primaria 70495
Institución Educativa Primaria Challapata
Institución Educativa Inicial Nº 90
Institución Educativa Inicial Challapata
- Ganadería. Huamanruro es eminentemente ganadero por la crianza que realiza enfatizando la calidad genética del ganado vacuno (Brown Swiss) y ovino (Carriedali, Hamsher cara negra). Por otro lado, también se especializan en la crianza de camélidos americanos, aunque en poca cantidad.
COMERCIALIZACION
Los cuatro sectores de Huamanruro así como sus dos anexos son especialistas en productos lácteos. Así, se puede considerar que el 50% se dedica al procesamiento de queso, en su mayoría, y también de yogurt; mientras que el resto, vende leche a los acopiadores, los que después elaborarán quesos. Procesan además la piel de ovino para la elaboración de casacas, zapatos, etc.Sin embargo, la población encuentra una limitación en el desarrollo de esta actividad ante la escasez de mercados apropiados para colocar sus productos industrializados
Festividades Patronales
Aniversario del centro poblado Huamanruro (06 agosto)
San Santiago (10 Agosto)
“Concurso–Festival de danzas autóctonas en el centro poblado de Jayllahua” desarrollado en el Cañon de Jayllahua (20 setiembre)
Señor de Huanca (22 setiembre)
Virgen del Pilar (12 octubre)
Jueves Tentación Gran Cortamonte Carnavalesco (Febrero a Marzo)
Fuente: Portal Telecentros Rurales "El Centro Poblado de Huamanruro" (Galeria de Fotos)

"En la Comunidad Campesina de Huamanruro, ubicada en el distrito de Macarí de la Prelatura de Ayaviri, hace unos años los comuneros formaron una asociación para que a través de ella, se administraran algunos Tondos que sirvieran para implementar algunos servicios que son de gran necesidad para la comunidad. Es así como los comuneros, cada año, aportan un porcentaje de sus utilidades para atender servicios como la escuela, postas, reparación de caminos, entre otros. De manera particular, durante los años más duros de la violencia política, se dieron aportes solidarios para atender algunas necesidades de las viudas, práctica que se ha mantenido en estos años de relativa calma."
(Fuente: Comisión Episcopal de Acción Social - CEAS, 1996)

13 marzo 2008

El Distrito del Rimac (Lima)

A través del tiempo, Lima Metropolitana y principalmente el Rimac han sido protagonistas y testigos de excepción de cómo se han subordinado los valores culturales de la nación a los intereses particulares y de grupos de poder, situación esta que ha determinado un abandono deplorable y aún la destrucción de nuestro rico patrimonio histórico y artístico, constituido por las hermosas quintas, alamedas, paseos, conventos, iglesias, calles y balcones; cuya importancia lamentablemente no es siquiera reconocida y valorada por los propios vecinos.
UBICACIÓN, SUPERFICIE, ALTITUD Y LÍMITES
El distrito del Rimac se encuentra situado en el noreste de Lima, capital del Perú, sus coordenadas geográficas son las siguientes 11°56' de latitud sur y 76°06' de longitud oeste. Presenta una superficie de 11.87km2; y pertenece a la región natural de la costa. Se encuentra situado con una altitud de 161 m.s.n.m. El distrito del Rimac; limita por el norte con los distritos de San Juan de Lurigancho e Independencia, por el sur con el distrito de Lima; sirviendo como limite natural el río Rimac; por el oeste, con los distritos de San Martín de Porres e Independencia, y por el este con el distrito de San Juan de Lurigancho.
DATOS GENERALES DEL DISTRITO DEL RIMAC
Distrito: RIMAC
Provincia: LIMA
Departamento: LIMA
Dispositivo de Creación: DEC.
Nro. del Dispositivo de Creación: S/N
Fecha de Creación: 02/02/1920
Capital: RIMAC
Altura capital(m.s.n.m.): 161
Proyección de Población al 2002: 211679
Superficie(Km2): 11,87
Densidad de Población(Hab/Km2): 17 833,1
HISTORIA
El Rimac es el lugar más antiguo, tradicional e histórico de la Ciudad de Lima, Capital del Perú. Existen testimonios arqueológicos de la presencia de pobladores desde el Horizonte Temprano, como lo evidencia el llamado Templo La Florida. A la llegada de los conquistadores españoles a mediados del siglo XVI, en el valle se encontraban un conjunto de “curacazgos” o gobiernos locales, que habían sido conquistados por los Incas entre 1460 y 1470.
Donde hoy se levanta el actual distrito del Rimac, existía el curacazgo de Amancaes, cuya población se dedicaba a la pesca de camarones en el río. Entre 1920 y 1940 se empieza a experimentar un proceso de crecimiento y expansión a causa de la gran cantidad de migrantes venidos para ocupar las nuevas plazas laborales creadas a raíz de la industrialización y modernización de Lima. Los nuevos espacios de vivienda son las quintas, corralones, callejones y solares. A partir de 1950 empieza a usarse los cerros y zonas desérticas, posteriormente surgen urbanizaciones para los sectores medios de la sociedad, y es así como a partir de la parte colonial del Rimac, surge el distrito actual, con diversas formas de poblamiento.
GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGIA
Es una zona de expansión urbana limitada; pues se encuentra rodeada de prominencias rocosas, estribaciones andinas, que detienen el crecimiento de la ciudad. Sin embargo, en las últimas décadas se han formado agrupaciones de viviendas en las faldas de los cerros y que posteriormente han constituido los diferentes pueblos jóvenes que rodean el casco urbano del distrito.
Para analizar las características geológicas del distrito del Rimac, será necesario tomar en cuenta las características de todo el cono de deyección del río Rimac, ya que este distrito forma parte de el, y es en este aspecto que existen "dos dominios bien diferenciados". (ref. 3)
Tenemos:
• Las formaciones secundarias y terciarias.
• El complejo aluvial (cuaternario.)
USOS DEL SUELO
En el distrito del Rimac observamos que una gran área forma parte del Centro Histórico de Lima y tiene una reglamentación especial normada por el Decreto No170. La zona de vivienda es predominantemente R-4 que corresponde a zonas de mediana densidad, es decir viviendas para una o dos familias. Sin embargo, con frente a las avenidas, se permite la construcción de edificios multifamiliares (zona de alta densidad R-5).
Con menor área tenemos una zona de uso industrial (I-2) y zonas de I1-R, que indica uso de vivienda taller. Asimismo, existe equipamiento educativo (E-1). Se observan algunas áreas para Centro de Salud (H-2). Destaca la presencia de la Universidad Nacional de Ingeniería (E-3) y el Parque Zonal Cápac Yupanqui. También existen zonas destinadas para Habilitación Recreativa (ZHR), donde se ubica el Club Sporting Cristal y Zonas de Reglamentación Especial (ZRE) que corresponde a las laderas de cerro. Y zonas de comercio sectorial como es el caso del eje de la Av. Francisco Pizarro y la zona comercial de la Av. Caquetá. También es notoria la existencia de grandes áreas de Otros Usos que corresponden al Cuartel del Ejército, la Villa del Ejército, el Club de tiro del Ministerio de Economía y Finanzas, el Cuartel de Instrucción de la Guardia Republicana, la Biblioteca, la zona donde se ubica la Huaca Florida y otros.
VULNERABILIDAD SOCIAL DEL DISTRITO
La vulnerabilidad de un elemento particular de la sociedad está definida como el grado de pérdida que esta pueda sufrir como resultado de una amenaza. La naturaleza de la vulnerabilidad y su evaluación varían según el elemento expuesto represente personas, estructuras sociales, estructuras físicas o bienes y actividades económicas.
Desde el punto de vista de las condiciones materiales de existencia, pobreza y vulnerabilidad son procesos básicamente equivalentes. Con la misma lógica, es válido sostener que para “decirle no a la vulnerabilidad” se requiere un proyecto social capaz de enfrentar la pobreza.
SEGURIDAD
La delincuencia, dentro de sus implicancias, origina que las personas tomen medidas extremas de seguridad en sus viviendas y que vivan en lugares con cerraduras reforzadas o sistemas con rejas, que de ocurrir un sismo pueden ser muy complicados de abrir y de permitir la rápida evacuación.
POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA(PEA)
La PEA de 6 años y más es el 42% de la población (71,104 habitantes), porcentaje ligeramente menor al de Lima Metropolitana. Del total de la PEA, el 91% está ocupada (esto incluye población subempleada). Según la información del INEI, habría 522 niños de 6 a 14 años que trabajan.
ANALFABETISMO
La población analfabeta en el distrito es de 8,877 personas que tienen 5 años y más y no saben leer ni escribir. Esto significa un porcentaje de 5.1 % respecto a la población del distrito.
VULNERABILIDAD FISICA DEL DISTRITO
La vulnerabilidad estructural se refiere a la susceptibilidad que una estructura presenta frente a posibles daños en aquellas partes de la edificación que lo mantienen en funcionamiento ante la ocurrencia de un sismo intenso. Esto incluye las diversas partes de la estructura como cimientos, columnas, muros, vigas y losas.
Puede decirse de manera general que un diseño que presenta un alejamiento de formas y esquemas estructurales simples es castigado fuertemente por los sismos. De cualquier forma, dada la naturaleza errática de los sismos, así como la posibilidad de que se exceda el nivel de diseño para el cual fue diseñada la edificación, es aconsejable evitar el planteamiento con configuraciones irregulares.
MUESTREO
Mediante un estudio sociológico general del distrito del Rimac, que considere tanto el aspecto social y físico, para obtener la muestra poblacional con una mayor seguridad:
- Considerando un nivel de confianza del 99.7%.
- Considerando un margen de error permitido del 4%.
Al ser la población superior a 100,000 habitantes, en diferentes ciudades con el objeto de analizar parámetros sociales, se utiliza la siguiente expresión.
Del análisis, usando la expresión y con los datos del INEI, se obtiene como resultado que se tiene que evaluar por lo menos un total de 285 viviendas como muestra representativa del distrito del Rimac.
ZONIFICACIÓN
En el distrito del Rimac encontramos diferentes zonas que tienen características singulares, y de acuerdo a su nivel de consolidación y a algunas de sus características físicas, podemos identificar cinco.
Zona 1: Asentamientos Humanos en laderas
Comprende principalmente asentamientos humanos marginales, algunos de ellos muy antiguos como el Altillo, Mariscal. A 1986 en el Rimac había solo 33 asentamientos humanos, a la fecha se estima que hay 64 asentamientos aproximadamente.
Zona 2: Urbanizaciones y otros
Esta zona cuenta con servicios básicos y equipamiento urbano, comprende principalmente las urbanizaciones del distrito y algunos pueblos jóvenes antiguos; además se encuentran incluidas en ésta: la zona militar, la Universidad Nacional de Ingeniería, el Club deportivo Sporting Cristal, equipamiento educativo y de recreación de nivel distrital.
Zona 3: Área central vecina del Centro Histórico
Esta zona comprende el área antigua del distrito aledaña al Centro Histórico, en esta zona se encuentran la Av. Caquetá, la Av. Francisco Pizarro y la Av. Los Próceres, constituyéndose en uno de los principales lugares de “paso” por donde circula el transporte público y privado, cruzando el centro para llegar a la zona Norte de la ciudad.
Zona 4: Centro Histórico
Esta zona se localiza en una parte del área del Centro Histórico de Lima correspondiente a la jurisdicción del distrito del Rímac. Ha sido declarada como Zona Monumental, incluyendo los asentamientos que conforman la ZONA 5, comprende 07 ambientes urbano monumentales y 45 inmuebles que en conjunto forman parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Zona 5: Asentamientos Antiguos y otros
La zona 5 comprende los asentamientos humanos antiguos que se localizan en la parte alta del área del Centro Histórico y el A.H. Piedra Lisa que colinda con el distrito de San Juan de Lurigancho.
EVALUACIÓN DE VIVIENDAS
A la fecha se han evaluado 237 viviendas, lo que representa un 83% de la muestra.
EVALUACIÓN DE EDIFICACIONES ESENCIALES
En el presente estudio, se han evaluado los ocho centros de salud del Ministerio de Salud. Para las instituciones educativas del distrito, se tomó como muestra el 10% del total de colegios, por lo que se evaluaron seis colegios representativos del distrito.
- SECTOR SALUD :
CENTRO DE SALUD: CIUDAD Y CAMPO
Vulnerabilidad Funcional, presenta vías de evacuación obstruidas y muy inseguras en caso de la
ocurrencia de sismos.
PUESTO DE SALUD: LOS ANGELES
Vulnerabilidad Estructural, mal estado del techo del sótano por problemas de humedad o drenaje deficiente. Además, se observan deficiencias en el proceso constructivo.
PUESTO DE SALUD: LOS ANGELES
Deficiente estado de conservación y mantenimiento, debido a problemas de humedecimiento en la base de las columnas.
CENTRO DE SALUD: RIMAC
Podemos observar en un muro colindante al centro de salud, la utilización de diferentes materiales constructivos sin confinamiento y el adosamiento de una columna.
CENTRO DE SALUD: RIMAC
Vulnerabilidad No Estructural, fisura en muro y viga. Condiciones inapropiadas para que funcione como zona de seguridad ante sismos.
CENTRO DE SALUD: RIMAC
Señalización del centro de salud, en la zona de atención dental
CENTRO DE SALUD: LEONCIO PRADO
Se observa la señalización de las rutas de evacuación.
CENTRO DE SALUD: RIMAC
Se puede observar las zonas de seguridad externas señalizadas para el centro de salud.
- SECTOR EDUCATIVO:
INSTITUCIÓN EDUCATIVA Nº 2002 “MARISCAL RAMON CASTILLA”
Se puede observar el muy mal estado de la columna en la base del tanque elevado, el cual se debería demoler para mayor seguridad de la población estudiantil.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA “ESTHER CACERES SALGADO”
Este colegio presenta una adecuada delimitación en los patios para una posible evacuación, la cual se debe verificar con simulacros preventivos.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA “CORONEL JOSÉ FÉLIX BOGADO” Nº 2063
Se presenta problemas en las juntas, pues las zonas que tenían tecknopor han sido rellenadas
con unidades de albañilería.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA “CORONEL JOSÉ FÉLIX BOGADO” Nº 2063
Podemos notar un agrietamiento en el muro, por falta de confinamiento o aislamiento por junta.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA “ESTHER CACERES SALGADO”
El laboratorio del colegio, presenta serios problemas de humedad en la base de las columnas.
IMPLEMENTACIÓN DE MEDIDAS DE SEGURIDAD Y PLANES DE EVACUACIÓN EN LAS EDIFICACIONES ESENCIALES
El Plan de Seguridad a implementar, es el conjunto de acciones destinadas a planificar, organizar, preparar, controlar y mitigar una emergencia que se presenta en una edificación, con la finalidad de reducir al mínimo las posibles consecuencias humanas, económicas y al ambiente, que pudieran derivarse de la misma. Incluye políticas, directivas, organización de brigadas, equipamiento de seguridad, capacitación y entrenamiento del personal y procedimientos a seguir. Asimismo este Contiene el Plan de Evacuación, que es el conjunto de acciones coordinadas y aplicadas integralmente destinadas a evacuar a las personas que se encuentran en una edificación, instalación y zonas donde se genera la emergencia. Incluye los planos de los accesos, señalización de rutas de escape, zonas seguras internas y externas, equipos contra incendio. Asimismo los procedimientos de evacuación, de simulacros, registro y evaluación del mismo.
A la fecha, con la finalidad de implementar este Plan de Seguridad en las edificaciones esenciales del distrito, se han señalizado cuatro centros de salud del distrito y tres instituciones educativas, coordinando en estos los simulacros respectivos posteriores.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
- La cuarta parte de la población juvenil del distrito, entre 13 y 17 años, no asiste a la escuela lo que puede darnos indicios del grave problema social que se vive en el distrito, lo que genera aumento en el pandillaje, delincuencia y diversos problemas. Esta vulnerabilidad social aumenta la vulnerabilidad física del distrito ante sismos.
- El 47.3 % de las viviendas evaluadas, presenta mas de 30 años de antigüedad, estas edificaciones presentan un nivel de vulnerabilidad alto, pues fueron construidas sin la contribución de ningún código de diseño sísmico, es decir aquellas construidas antes del Código de Diseño de 1977.
- El Centro Histórico del distrito del Rimac, está constituido básicamente por edificaciones históricas y de arquitectura relevante; en la actualidad, la mayoría de ellas se encuentran deterioradas por falta de mantenimiento, hacinamiento y tugurización, lo cual pone en riesgo inminente la salud y vida de sus habitantes ante sismos que pudieran causar el colapso de las
edificaciones.
- En el Sector Salud, el distrito presenta una alta vulnerabilidad sísmica, encontrándose notoriamente vulnerabilidad estructural (Puesto de Salud los Ángeles), vulnerabilidad no estructural (Centro de Salud Villacampa), y vulnerabilidad funcional (Centro de Salud Ciudad y Campo), siendo el Ministerio de Salud, el municipio y la comunidad responsables de tomar medidas preventivas de manera inmediata.
- En el Sector Educativo, se encontraron principalmente diversos problemas constructivos, por ejemplo, la Institución Educativa Nº 2063 ha sido construida sobre relleno, lo que genera un alto peligro para sus alumnos y para la población, pues no podría cumplir su función de zona de
refugio temporal.

- Finalmente, reducir el impacto negativo de los desastres de manera efectiva, requiere del trabajo armonioso y en equipo de autoridades, universidades, docentes, estudiantes y de toda la sociedad.
RECONOCIMIENTOS
Un agradecimiento especial a la Ing. Silvia Alarcón Presentación y al Msc. Ing. Fernando Lázares La Rosa, investigadores del CISMID, por su colaboración y cuestionamientos. También, al Ing. José Trujillo y al Ing. Freddy Ccallo del Departamento de Ingeniería Sísmica por su apoyo para la elaboración del presente estudio.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Bozzo Rotondo, Luis y Horia Barbat Barbat (2000). “Diseño sismorresistente de estructuras”.
Lima, Perú
2. Municipalidad Del Rimac (1986). “El Rimac. Historia, arte y tradición”. Lima, Perú
3. Rivera Chicata, José (1975). “Estudio sobre el sismo del 3 de Octubre: Distrito del Rimac”.
Tesis profesional de Ing. Civil. FIC-UNI. Lima, Perú
4. Centro de Investigación, Documentación y Asesoría Poblacional (1999). “Consultas Urbanas
Rimac”. Lima, Perú
5. Instituto Nacional de Estadística e Informática (1993). “Censo de Población y Vivienda”. Lima, Perú
6. Sanchez Recuay, Roberto. “Vulnerabilidad Sísmica de Edificaciones en el distrito de San Juan de Lurigancho”. Tesis profesional de Ing. Civil. FIC-UNI. Lima, Perú
7. Sierra Bravo, R (2001). “Técnicas de Investigación Social. Teoría y Ejercicios”.
Fuente: ESTUDIO DE LA VULNERABILIDAD SÍSMICA DEL DISTRITO DEL RIMAC EN LA CIUDAD DE LIMA, PERÚ autores Luis Samaniego (1) , José Rios (2)
(1) Investigador de la Facultad de Ingeniería Civil. CISMID-FIC-UNI, Universidad Nacional de Ingeniería, Lima, Perú.
(2) Investigador del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigacion de Desastres, CISMID-FICUNI, Universidad Nacional de Ingeniería, Lima, Perú.

09 marzo 2008

Estudio de un sector de las Yungas peruanas

El área de estudio corresponde a un sector de las Yungas peruanas, localizado entre la provincia de Oxapampa, en el Departamento de Pasco, (por el norte) y la frontera con Bolivia, por el Sur. En total, el área evaluada cubre casi 8 millones de hectáreas, correspondientes a 44 distritos de los departamentos de Pasco, Junín, Cusco, Puno y Madre de Dios. Asimismo, en este sector se han identificado 43 cuencas, correspondientes a las macrocuencas de los ríos Pachitea, Perené, Tambo, Apurímac, Ene, Urubamba, Alto Madre de Dios, Inambari y Tambopata.
Condiciones biofísicas
La formación vegetal más representativa de esta zona son los bosques montanos y premontanos (ONERN 1976). Estos bosques crecen, como su nombre lo indica, sobre sectores montañosos y al pie de estos montes. El hecho de estar ubicados en sectores montañosos, hace que la temperatura sea menor en ellos que en el resto de la selva, y tanto más baja, cuanto más arriba están los bosques. Por otro lado, la precipitación en la zona es muy alta, más alta que en el llano amazónico, pues la topografía hace que se induzca la formación de nubes y de lluvias durante todo el año. Incluso cuando no hay lluvias, es frecuente encontrar sectores con neblinas permanentes que aportan una gran cantidad de agua a las plantas y al suelo, en estos lugares crece un tipo de bosque especial, el bosque de neblinas (ver Stadtmüller 1987). En los sectores montanos, uno de los elementos más importantes que afecta la formación de los bosques es la pendiente: los sectores de bosque con pendientes fuertes implican una erosión rápida de las partículas del suelo, con la consiguiente pérdida de nutrientes. Para hacer frente a ello, las especies han desarrollado la capacidad de reciclar la mayor parte de los nutrientes en tiempos muy breves, lo que minimiza la posibilidad de pérdida de nutrientes.
En las partes bajas de los cerros, la pendiente aminora, acumulándose los nutrientes y sedimentos que son desplazados por el agua y la gravedad desde las partes más altas.
Esto hace que la dinámica de los bosques en la parte baja siga asociada a la historia de los bosques en las partes altas, pudiendo considerarse zonas transicionales. Esto se puede ver en los procesos geo-ecológicos de la llanura amazónica que siguen asociados a los procesos de los bosques montanos. También es importante indicar que existe gran cantidad de endemismos y especies únicas entre animales, como aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces, por no mencionar la enorme diversidad aún poco conocida de todos los invertebrados (CDC-UNALM 2005, Young & León 1997).
Una de las manifestaciones más claras de la interrelación geológica entre la llanura y los sectores montañosos es la acumulación de sedimentos transportados por los ríos. Como ya se comentó, los ríos transportan todo aquello que el agua disuelve o degrada desde las partes altas hacia las partes bajas. Estos sedimentos, acumulados durante millones de años, contienen muchos minerales, algunos de ellos ricos en oro.
La interacción de la población con el entorno natural
Un aspecto de particular importancia es la presencia extendida de poblaciones nativas, quienes han venido utilizando la gran diversidad de recursos animales y vegetales presentes. Entre las comunidades nativas están las de las etnias Mashiguenga, Nomatsiguenga, Yanesha, Asháninka, Harakmbut, Pano, Takana y Arawak (Parks Watch 2004a y 2004b, IIAP & CTAR-MDD 2001). Es posible encontrar sectores importantes de nativos en las cuencas del río Tambo, del río VRAE, del Manu, y del Urubamba (IBC 2004, ACPC). Asimismo, se ha reportado la existencia de nativos en aislamiento voluntario en las cercanías de esta zona. La historia reciente de muchos de estos pueblos está marcada por la defensa de su integridad territorial frente a la expansión de la agricultura, la violencia subversiva y de otros usos del bosque (CVR 2003). Las historias no son homogéneas, observándose casos con variados niveles de integración a la sociedad y de conservación de la identidad cultural.
Con relación a los procesos de colonización de las Yungas en las últimas décadas, resalta el caso de los migrantes de la zona altoandina, en su mayoría campesinos que fueron enfrentando un proceso de empobrecimiento y limitación de los recursos productivos disponibles en sus tierras de origen y encontraron en la migración a la selva una alternativa para mejorar sus condiciones de vida (Gonzáles 1998, CVR 2003, IIAP & CTAR-MDD 2001). Cabe resaltar que muchos de los que migraron en las últimas dos décadas sufrieron de la más cruda violencia de la guerra durante los años 80 y 90 y su migración fue más forzada que inducida. La estrategia de migración constituye un proceso complejo y en muchos casos -sobre todo, pero no exclusivamente, cuando se produce una migración hacia áreas urbanas- ocurre de manera secuencial e involucra a diferentes miembros del seno familiar en cada una de las etapas. En el nuevo lugar, las personas, requieren aprender el uso de nuevos recursos y de nuevas técnicas para manejarlos. En el caso de la migración a zonas de selva alta, como la que nos ocupa en este estudio, destaca la agricultura migratoria como estrategia de adaptación y sobrevivencia en el nuevo entorno. Muchos migrantes replican en las nuevas tierras sus prácticas agrícolas tradicionales, no necesariamente adaptadas a las condiciones biofísicas de este entorno. Debido a las características de las Yungas –brevemente mencionadas anteriormente-, la viabilidad de la actividad agrícola de cultivo en limpio es bastante limitada por lo que el agricultor se ve forzado a abandonar el terreno que colonizó y continuar hacia otro, con lo cual la deforestación avanza. Aunque este es un resultado común (agricultura migratoria-deforestación), no cabe duda que esta interpretación de la estrategia migratoria de los habitantes provenientes de la zona altoandina esconde una mayor complejidad y diversidad de la relación del migrante con la selva alta.
Como muestra el estudio de Ágreda y Espinoza (1991) para un área de selva baja (baja pendiente), las estrategias de los migrantes pueden mostrar una heterogeneidad mayor a la típicamente esperada y que pueden ocurrir prácticas ambientalmente sostenibles en algunos casosi. No obstante lo anterior, los grandes números muestran una imagen menos alentadora. Como veremos más adelante, varias cuencas de las Yungas centrales y de su zona de influencia como Pangoa, Perené, Palcazu, Pichis, y Apurímac, y Yavero y Tambopata más al sur, muestran altos niveles de deforestación y, aunque varios de los asentamientos poblacionales tienen ya largo tiempo, todo parece indicar que la expansión de la agricultura ha jugado un rol preponderante en el acelerado ritmo de pérdida de cobertura boscosa de algunas zonas bajo análisis. Cabe señalar que el cultivo de la hoja de coca está extendido en toda la zona, particularmente en La Convención (Cusco) cuyo uso es principalmente legal, y en el VRAE (Valle del Río Apurímac-Ene), donde la mayor parte de la producción se dedica al narcotráfico.
Este efecto sobre la cobertura boscosa, sin embargo, no es exclusivo de la agricultura, sea ésta de cultivos temporales o permanentes, sino que deriva también de la expansión de la actividad minera. El caso más conocido es el de la pequeña minería de oro en la zona sur de las Yungas, que se manifiesta particularmente un poco más abajo, en en las cuencas de Colorado e Inambari (sector medio). Si bien es una actividad bastante heterogénea, diversos estudios muestran la presencia de poblaciones pobres y en particular niños en el proceso de extracción y lavado. Como señalan estos estudios, los efectos en la salud de los involucrados pueden ser extremadamente nocivos si no se utiliza el equipo adecuado (debido a la utilización de mercurio y la aspiración de gases tóxicos). Si bien el sector público ha planificado intervenciones sobre estas poblaciones, su alcance ha sido bastante limitado en la medida que su población objetivo consiste fundamentalmente en la parte informal del sector. Además de este efecto directo, la pequeña minería de oro tiene un efecto indirecto sobre los recursos del bosque, especialmente en el agua. La informalidad de buena parte del sector nuevamente juega en contra, al hacer más difícil la implementación de marcos regulatorios que permitan el monitoreo efectivo de las prácticas de extracción del metal. Como se mencionará más adelante, este problema incide proporcionalmente más en la población más pobre, en la medida que es esta población la que utiliza las fuentes de agua naturales y no puede acceder a fuentes no contaminadas por falta de recursos.
Cabe señalar que estos efectos en la escala micro tienen un correlato mayor, pues la mayor demanda por caminos (vecinales, departamentales o nacionales) alimentada por la creciente densidad poblacional de los asentamientos en torno a las zonas de explotación minera o agrícola retroalimentan el proceso de expansión antrópica y la correspondiente interrupción de los ecosistemas naturales y contracción del bosque. Las cuencas con mayor población actualmente son las de Oxapampa, Chanchamayo, Pangoa, Paucartambo, Perené y Apurímac. Un ejemplo de los procesos de expansión de la pequeña minería es la de las cuencas de Colorado, Inambari (sector medio), entre otras, que ha sido bastante importante en los últimos años y cuya evolución ha sido facilitada por la presencia de la vía interoceánica sur existente.
Adicionalmente a estos procesos generados a nivel local, algunas decisiones de inversión de envergadura también afectan de manera importante las dinámicas locales.
Entre estos procesos, destacan los proyectos de desarrollo del Estado. Entre los proyectos auspiciados por el Estado hay ejemplos tan variados como la colonización de Pozuzo y Oxapampa a fines del siglo XIX, la implementación del Proyecto Especial Pichis – Palcazu (Instituto Nacional de Desarrollo. 1983), el desarrollo de carreteras de penetración en varias zonas (entre las más recientes destacan las ubicadas en Satipo, Ene y S
an Gabán), y el proyecto de consolidación de la Transocéanica (IIRSA Sur).
También es importante mencionar el desarrollo de actividades vinculadas a las industrias extractivas, como la minería y el gas. En el caso del gas de Camisea, por ejemplo, la zona de explotación ocurre en Selva Baja, pero la línea de transmisión del gas corta la Yunga (Parks Watch 2004b). Todos estos proyectos suelen estar asociados a estrategias nacionales de desarrollo, lo que no implica necesariamente que tengan adecuados estudios de los impactos sobre la zona.
Otra industria extractiva ampliamente observada en la zona está referida a la extracción selectiva de madera (Álvarez 2005, Parks Watch 2004). Las serias deficiencias del marco regulatorio del sector ha llevado a un manejo bastante pobre de los recursos maderables y no maderables de la zona y está llevando a la desaparición de especies como el ulcumano y el diablo fuerte, además de los casos más conocidos, la caoba y el cedro. Esta actividad, es una de las principales generadoras de carreteras sin planificación ni estudio de impacto ambiental, facilitando enormemente el acceso al bosque de los pobladores del área pero generando importantes amenazas al ecosistema de la zona.
Todos estos procesos se dan sobre el mismo medio físico y geográfico. Para interpretarlos, es necesario contar con una unidad territorial que pueda ser asociada tanto a los procesos ecológicos como a las actividades humanas. Un criterio simple y útil para definir las unidades territoriales son las cuencas hidrográficas. Estas cuencas organizan el flujo del agua, condicionando el desplazamiento de sedimentos del suelo
así como de hojas, frutos, nutrientes, y definen barreras espaciales que restringen las estrategias migratorias o de expansión de las actividades productivas de los hogares. De esta forma, las cuencas ayudan a configurar la organización económica de las zonas y el alcance de los mercados locales. Sin embargo, el hombre genera modificaciones importantes en el ambiente, que pueden modificar el transporte y la comunicación, principalmente mediante el desarrollo de carreteras y de acueductos. Además, la organización política territorial no siempre responde a un criterio de cuenca, sino que muchas veces responde a criterios históricos. En esta ponencia utilizamos la cuenca como unidad de análisis, reconociendo su rol en el ordenamiento del territorio y la interacción entre el hombre y el medio natural.
Exploración de la relación entre industrias extractivas, deforestación y condiciones de vida
En esta sección presentamos estadísticos descriptivos de la evolución de las condiciones de vida en la zona de estudio durante los últimos quince años. Asimismo, planteamos un modelo exploratorio que integre procesos biofísicos y antrópicos en la modelación de la probabilidad de deforestación de un área particular (cuadrados de 90 metros de lado). Si bien este análisis de regresión permite incorporar simultáneamente los dos tipos de factores que hemos discutido a lo largo del documento, es importante recalcar que éste se encuentra aun en fase exploratoria. Las reflexiones sobre las limitaciones de este primer ejercicio se incorporan al final de la sección.
¿Con qué información contamos para este ejercicio exploratorio? A nivel biofísico, se dispone de información georeferenciada de altura y topografía (como pendiente u orientación con respecto al sol), así como de mapas de ríos y de cobertura boscosa para los años 1990 y 2000. Lamentablemente, no se dispone de información georeferenciada sobre caudal de ríos ni sobre suelos, precipitación o temperatura, factores que afectan profundamente los procesos biológicos de los bosques. A nivel de procesos asociados a la dinámica social y económica de los habitantes de la zona, se dispone de información georeferenciada de carreteras y ríos navegables, así como de áreas naturales protegidas, áreas con denuncios mineros y áreas deforestadas con actividad antrópica (es decir, áreas que carecen de cobertura boscosa, que pueden ser centros poblados, parcelas agrícolas, áreas de operación minera, etc.). Como resulta evidente, sin embargo, esta información es insuficiente para caracterizar la dinámica local y en especial para identificar cambios en la calidad de vida de los habitantes de la zona. Si bien el Censo de Población y Vivienda 2005 y la Encuesta Continua 2006 proveen información georeferenciada a nivel distrital y provincial, respectivamente, estos niveles de agregación no son útiles para efectos de modelación en tanto refieren a unidades espaciales con poco sentido social o económico, a diferencia de la agregación por cuenca. Cabe notar sin embargo que esta información es útil para fines descriptivos como los que nos ocupan en la primera parte de esta sección.
Lo expuesto en esta sección contribuye al desarrollo de una agenda de investigación que esperamos continuar cuando se encuentre disponible información georeferenciada que permita asociar de manera sistemática la información sobre procesos biofísicos y la asociada a procesos antrópicos (dinámica socieconómica y calidad de vida de la población de las cuencas1). Cabe adelantar al lector que los comentarios sobre las limitaciones de la estimación subrayan un elemento central que surgió en el proceso de investigación y debería formar parte de futuros ejercicios de modelación, la existencia de cierto grado de influencia recíproca (secuencial) entre deforestación y factores de riesgo o incrementos en la vulnerabilidad de la población en situación de pobreza, en especial en áreas rurales.
¿Qué pasó entre 1993 y 2005 con la cobertura boscosa y las condiciones de vida de los habitantes de la Yunga?
En 1993 el Perú se encontraba camino al fin de la etapa de terrorismo que según la CVR provocó la muerte de más de 60 000 peruanos. La zona bajo estudio incluye áreas que sufrieron de manera particularmente profunda el conflicto armado, como el caso de comunidades nativas Ashaninkas, y áreas hacia donde poblaciones de la sierra se desplazaron en busca de refugio por la violencia en sus lugares de origen. Cabe resaltar que varias de las zonas con mayor violencia terrorista, como algunos sectores del Río Ene y Tambo, tardaron un poco más en lograr la pacificación. Aún hoy en día, existen sectores donde hay presencia de grupos terroristas, aunque estos se encuentran cada vez más asociados a grupos de narcotraficantes. Indicador de la situación vivida en la zona
es el crecimiento poblacional de la región durante el período 1981-1993 que alcanza sólo el 3.5%. Durante el período 1993-2005, por el contrario, la población crece
exponencialmente llegando al 31.7%, siendo el área urbana la que aunque minoritaria en términos absolutos ha crecido proporcionalmente más (52% frente a un crecimiento de 27% del área rural). No obstante el rápido crecimiento de la parte urbana la región sigue siendo predominantemente rural (68.5%).
Este repoblamiento de la selva alta ha ido de la mano de una expansión de la frontera agrícola y en los últimos años de la década del noventa de una expansión de las actividades extractivas. La expansión de la deforestación en el área central de la Yunga, que incluye Chanchamayo, Pangoa, Oxapampa, y otros de alta densidad relativa, es bastante importante. Los puntos rojos indican las nuevas áreas deforestadas entre 1990 y 2000 (áreas de bosque en 1990 que pasaron a ser de uso antrópico el 2000), mientras que los amarillos muestran el área de uso antrópico en ambos años 1990 y 2000. Asimismo, el ritmo de deforestación de las cuencas orientales del área sur, como las que rodean el distrito de Huepethue (Colorado, Alto Inambaro, San Gabán, entre otras), es bastante acelerado. La excepción ocurre en las áreas donde la presencia de áreas naturales protegidas es importante. Cabe resaltar sin embargo que en la zona de amortiguamiento de varias de estas áreas se ha producido un incremento de la deforestación que puede estar poniendo en riesgo los sectores protegidos. Más aun, se observa procesos de deforestación en algunos sectores de las áreas protegidas. A pesar de esto, como se verá más adelante, la protección legal parece ser la medida más eficaz para controlar el avance de la deforestación. Esta variable será introducida en el modelo de la siguiente sección, conjuntamente con las variables biofísicas que pueden condicionar la intervención antrópica del bosque en la medida que hagan el territorio más asequible y productivo (en términos del recurso bosque, la actividad agrícola, o el recurso minero).
Los sectores con actividad minera, representados por las concesiones mineras del año 2003. En la medida que la minería informal usualmente se encuentra en los sectores donde se han hecho denuncios mineros, estas concesiones dan una idea de la incidencia de la actividad minera agregada en la zona. Cabe señalar que si bien ambos tipos de minería (formal e informal) constituyen en principio un riesgo para el frágil ecosistema, los riesgos de la minería informal son mayores debido a la limitada capacidad de monitorear estándares de calidad mínimos en el proceso de extracción del metal. La zona sur de la región y permite observar la correlación entre los patrones espaciales de explotación minera (a nivel de concesiones) y deforestación.
La relación entre expansión de caminos y deforestación es clara. De hecho, como se mencionó en la sección anterior, la expansión de caminos y el crecimiento poblacional suelen ir de la mano. Uno de los posibles mecanismos es el siguiente, en el contexto de un boom de actividades extractivas la población es atraída a la zona para emplearse como asalariado o como independiente y la dinámica local crea una demanda creciente por vías de acceso a mercados más grandes. En este sentido, la asociación entre actividad extractiva (incluso la que no llega con grandes capitales que como parte de sus planes de comercialización incluyen la construcción de caminos para sacar el producto), atracción de la población a mercados laborales nuevos y rentables y la aparición de caminos carrozables que conecten la zona con mercados mayores lleva a que la deforestación inicial, que en principio podría ser focalizada al área de extracción del metal, es finalmente acompañada por una mayor deforestación.
Cabe resaltar que la deforestación en zonas como Oxapampa, Paucartambo, Yavero y las cuencas del sur de la Yunga es fundamentalmente producto de la expansión de frontera agrícola. En algunos casos como en Yavero y Oxapampa es evidente que el patrón espacial de la deforestación sigue la trayectoria de los ríos. En la zona sur de la región, en la zona de San Gabán y San Juan del Oro, si bien coexisten la actividad minera con la agrícola, es la actividad agrícola la que genera mayor deforestación. La deforestación en la zona de Colorado y Alto Inambari es producto de la expansión de la actividad minera de la zona y de la demanda agropecuaria que esta genera.
Con relación a la evolución de indicadores de calidad de vida, lo primero que vale la
pena mencionar es que además de los beneficios de la pacificación, los indicadores de pobreza disponibles a partir de la información censal muestran que durante el período intercensal cuatro de los cinco indicadores de necesidades básicas insatisfechas (el quinto no pudo ser calculado para el 2005 por falta de información) mejoran para la región bajo estudio. Asimismo, la asistencia escolar se incrementa significativamente entre el año 1993 y el 2005, para los niños y adolescentes de 6 a 17 años. Así, entre el 93 y el 2005 el porcentaje de niños que deja de asistir a la escuela cae de 21% a 9%, mientras que el porcentaje de adolescentes cae de 45% a 25%. Por un lado, el resultado es esperable en una zona con áreas que sufrieron el conflicto interno de manera particularmente cruda hasta poco después del 93, por otro, la ampliación de la cobertura de servicios educativos ha sido importante a nivel nacional. Sin embargo, es evidente que estas mejoras aun son insuficientes. Si bien se han reducido en 14 puntos porcentuales, todavía un 74% de la población de la Yunga tiene al menos una necesidad básica insatisfecha (considerando vivienda de residencia con condiciones físicas inadecuadas, hacinamiento, hogar sin servicio higiénico (conectado a red pública, pozo séptico o pozo ciego), inasistencia escolar de niños entre 6 y 12 años de edad). Con al menos 2 necesidades insatisfechas la proporción alcanza al 36% y con al menos 3 al 10%.
Con relación al indicador de necesidades básicas insatisfechas, la crítica de su poca sensibilidad a la variabilidad en las condiciones de vida en áreas rurales es bastante extendida. Como veremos en la tercera parte de esta sección, existen otros indicadores a nivel de hogar que son bastante más útiles para estudiar la vulnerabilidad del hogar en un contexto como el de la Yunga, el cual constituye variable clave en la identificación de las vinculaciones entre expansión de industrias extractivas, deforestación y condiciones de vida en la zona.
La deforestación como proceso atado a variables biofísicas y de comportamiento humano
Como se mencionó anteriormente, existen factores biofísicos que atraen la intervención humana en el bosque y que a la vez explican la mayor vulnerabilidad relativa del entorno natural de las Yungas peruanas. Como un primer paso hacia el reconocimiento de las relaciones entre estos procesos antrópicos y físicos en la deforestación, exploramos empíricamente y de manera integrada los factores biofísicos y variables
proxy de procesos antrópicos que consideramos están contribuyendo conjuntamente en aumentar o disminuir la probabilidad de deforestación de un área en el bosque. Cabe subrayar que no exploramos aquí las implicancias conjuntas en deforestación y en dinámicas de regeneración de bosque, sino que nos ceñimos exclusivamente al problema de deforestación.
¿Cuál es la unidad de análisis y cómo definimos la variable de deforestación? La unidad de análisis es un cuadrado de 90 m de lado (píxel) del área de estudio que estaba ocupada por bosque en el año 1990. La variable dependiente es la probabilidad que uno de estos cuadrados pierda su cobertura boscosa. Como variables biofísicas se consideraron la altura, la exposición (calculada como el coseno de la orientación de la pendiente) y la pendiente. Estas variables que ayudan a describir la topografía del lugar se estimaron en base al modelo de elevación digital SRTM de 90 m. También con la misma fuente se obtuvo un valor que ayude a identificar las potenciales zonas para cultivo en limpio. Para ello, se consideró como área apta para el cultivo en limpio a todos los píxeles con una pendiente menor a 15% que se encontraran en la parte baja de la cuenca y aquéllos que se encontraran por debajo de los 1500 msnm.
¿Cómo introducir el factor humano? Por un lado, introducimos la protección legal de las áreas como un factor que influye en la probabilidad de deforestación. Asimismo, en respuesta a la información limitada de la que disponemos para aproximarnos a procesos antrópicos, exploramos dos variables que dan cuenta de patrones espaciales de distribución de la población y la actividad económica. Sin embargo, debido a problemas de endogeneidad, estas dos variables no pudieron ser trabajadas juntas, lo que llevo a que se las estudie en dos modelos distintos. En el primer modelo se consideraron valores de acceso relacionados a las chacras existentes en el año 1990, en particular la distancia de cada píxel a la chacra más cercana y el porcentaje de píxeles deforestados en anillos concéntricos de tamaños variables (el centro de estos anillos es el píxel bajo estudio). En el segundo modelo, además del nivel de protección legal se incluyó la distancia entre el píxel bajo estudio y la vía de comunicación más cercana, sea esta río navegable, camino carrozable o carretera (la información de las carreteras se obtuvo del mapa de carreteras del Ministerio de Transportes y Comunicaciones).
Finalmente, para evitar problemas de correlación espacial entre las observaciones, se obtuvo una muestra de píxeles, de forma regular, con una distancia mínima de 15 píxeles entre cada observación.
Como se observa en las Tablas 1 y 2, las variables altura y nivel de protección son significativas en ambos modelos. En el caso del modelo 2, el efecto de las carreteras es claro en la probabilidad de la deforestación, disminuyendo esta probabilidad al
aumentar la distancia. De manera similar, se observa un fuerte efecto en el modelo 2 de la distancia de una parcela previamente deforestada sobre un píxel a ser deforestado. En este segundo modelo, sólo los dos primeros anillos parecen ser significativos al momento de considerar la probabilidad de la deforestación, probablemente porque el efecto de las chacras deforestadas que se encuentran en los otros anillos ya ha sido incluidos al momento de considerar la distancia a otra parcela preexistente.
Estos resultados confirman lo esperado: la altura, aspecto que controla en gran parte las condiciones climáticas, y que puede servir de variable aproximada para incorporar otras limitaciones biofísicas. También sugiere la importancia de las áreas naturales protegidas para la conservación de los bosques, incluso luego de controlar por aspectos como distancia a vías principales y topografía. En el caso del modelo de deforestación usando como referencia la presencia de la población local, se puede concluir que estos modelos de deforestación deberían considerar por lo menos lo que ocurre en 2 píxeles a la redonda para caracterizar adecuadamente su dinámica (esto es útil para hacer modelos de deforestación empleando autómatas celulares, como el trabajado en CDC-UNALM 2003).
Limitaciones de la estimación: la deforestación y las vulnerabilidades de las condiciones de vida de la población en pobreza
El modelo anterior captura la importancia de algunas variables biofísicas y algunas relacionadas indirectamente con la actividad humana (como distancia a zonas deforestadas o a vías de comunicación), sin embargo consideramos necesario continuar avanzando en esta modelación (futura investigación) debido a una potencial limitación.
El modelo anterior asume que la deforestación es una variable de resultado y no incide de manera importante en las estrategias de los agentes. Si podemos mostrar alguna evidencia de que la dirección de la influencia va en ambos sentidos, del cambio en calidad de vida a la deforestación y viceversa, valdría la pena levantar la pregunta de si existe un modelo a nivel micro que permita estimar de manera más precisa la interrelación entre deforestación y cambio en calidad de vida de la población. De hecho, esto es lo que encontramos mirando la data. La deforestación incrementa la vulnerabilidad de los más pobres y este impacto tendría a su vez un efecto sobre las decisiones económicas y de diverso tipo de los hogares, lo que a su vez puede afectar los recursos del bosque.
¿Por qué decimos que incrementa la vulnerabilidad de los más pobres? La expansión de estas industrias extractivas, en paralelo con el avance de la frontera agrícola, temporal o permanente, implica pérdida de bosque y recursos asociados. Al otro lado del proceso, la pérdida de bosque genera cambios en el ecosistema -cambios cuya intensidad depende de las condiciones biofísicas del sistema mismo-, en especial en la calidad de agua y de suelos, así como en la vulnerabilidad de las poblaciones más pobres ante accidentes naturales (por ejemplo, los deslizamientos de tierra que se hacen más frecuentes en áreas deforestadas y de alta pendiente). En la medida que los más pobres carecen de recursos para financiar fuentes alternativas de agua y leña, los recursos del bosque son fundamentales para la calidad de vida de estas poblaciones. Según datos del último censo de población y vivienda, el 78% de la población bajo estudio consume agua de fuentes naturales, cuya calidad depende de manera importante de las prácticas de las industrias extractivas. Un caso particularmente preocupante es el de las cuencas de Inambari (sector medio), Colorado y otras cuencas aledañas que han experimentado una expansión importante de la actividad minera, especialmente de la pequeña minería de oro, en los últimos años. Como es conocido, existe un importante sector informal de pequeña m
inería de oro que es muy difícil de regular y que típicamente utiliza tecnologías precarias de separación del metal que son altamente contaminantes para los que lo trabajan (especialmente niños) y para las fuentes de agua que reciben el mercurio y otros contaminantes vertidos en el proceso. Otro recurso de importancia para la calidad de vida de la población rural de la zona es la leña. De acuerdo al censo del 2005 el 93% de la población rural de esta zona utiliza leña como combustible para cocinar sus alimentos. La deforestación, al hacer más distantes y menos seguros los recursos para la vida cotidiana afecta negativamente a la población que reside en estas áreas (vale decir que el consumo de leña y agua alcanza al 54% y 16% de la población urbana, respectivamente). No está de más enfatizar la importancia del combustible y la calidad del agua de consumo diario para la salud de las personas, especialmente para la población en mayor riesgo como los niños pequeños y las mujeres embarazadas.
El impacto en salud y el impacto en tiempo dedicado a búsqueda y recolección del recurso (leña y agua) generan cambios en las estrategias de los hogares, además de afectar su calidad de vida, y es en este sentido que pueden afectar a través de sus actividades económicas los recursos del bosque.
En este sentido, consideramos esencial tomar en cuenta la influencia recíproca que deforestación y condiciones de vida de la población más vulnerable parecen tener cuando modelemos procesos de deforestación. Queda para futura exploración.
Otro aspecto sustantivo es buscar la forma más adecuada de representar estas variables en un contexto espacial, pero reconociendo a su vez las diferencias que éstas tienen. Por ejemplo, mientras los cambios en la cobertura boscosa se dan en un espacio físico claramente definido (un píxel de bosque sobrevive o no sobrevive), existen otros procesos menos definidos, como cambios en la temperatura promedio, en la precipitación, en la cobertura de la cuenca que alimenta de agua a un centro poblado o en el valor del jornal que se paga en la zona.
Relativos al territorio también aparecen otros problemas, fundamentalmente vinculados a que la información disponible no se encuentra toda en la misma escala de análisis, o bien que las escalas en las que se encuentran no necesariamente permiten reflejar de la
mejor forma los procesos físicos, biológicos, sociales y económicos que se dan en la zona.
Fuente: "Una mirada a los sectores sur y centro de las Yungas peruanas ¿qué está pasando con la deforestación y las condiciones de vida tras años de crecimiento de las industrias extractivas y la frontera agrícola?" autor Carlos Alberto Arnillas Merino. SEPIA XII Perú : El problema agrario en debate Tarapoto, 13 al 16 de agosto 2007 Tema I "Industrias extractivas, agricultura y uso de recursos naturales" Centro de Datos para la Conservación (CDC). Universidad Nacional Agraria La Molina. Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE)

05 marzo 2008

El Arte del Tejido en los Andes Precolombinos

Las tradiciones textiles de los Andes son fruto de un proceso acumulativo de varios milenios. Sus primeros testimonios arqueológicos aparecen cerca de 8.000 años a.C., estableciéndose como un hito la aparición del telar de lizos hacia 2.000 años a.C. Estos datos confirman la presencia de una manufactura textil previa al dominio de la cerámica, que se constituye como el principal soporte de textos visuales de los Andes, condición que aún conservan los textiles etnográficos actuales.
Así, los textiles han sido factores indispensables para la gestación del acervo cultural andino, exigiendo una complejización paulatina de las estructuras para posibilitar una pluralidad de repertorios en técnicas de representación y terminaciones, logrando así transmitir apropiadamente una gran diversidad de mensajes. La verdadera eclosión de imágenes que se despliegan en los tejidos prehispánicos, se aprecia hasta hoy entre los tejedores de los pueblos originarios de los Andes.
Investigadores de la talla de John Murra han rescatado la relevancia de este arte en la sociedad andina precolombina y la manera cómo impregnaba íntimamente todas sus instituciones sociales, su importancia en el culto a los dioses y a los antepasados, su eficacia en ritos propiciatorios y en procesos identitarios y sociales, en la guerra, en el sistema de tributos y en la economía. Por ello es que se ha dicho que el tejido en los Andes era un Arte Mayor, que formaba parte esencial de su cultura y sistema comunicacional.
El sentido del tejido
En los Andes, la industria textil fue una experiencia continua, cuyo desarrollo se puede percibir a través del tiempo, desde sus inicios hace diez milenios, hasta la época Inka. Se puede observar claramente cómo cada sociedad aprovecha la experiencia de sus antecesoras, reinterpretándola y aportando nuevas expresiones y tecnologías. Así, el tejido se convierte en un texto histórico, en una memoria colectiva transmitida por aprendizaje que, si bien los hace reconocibles en su conjunto como tejidos andinos, a la vez identifica y distingue a cada una de las sociedades que participaron de esta larga tradición textil.
Aunque el arte de tejer cumplió en sus inicios funciones utilitarias como, entre otras, la protección contra las inclemencias del tiempo, ya en épocas muy tempranas tenemos evidencias de que en los Andes los tejidos sirvieron como vehículos o soportes para representar imágenes. Tejidos de algodón encontrados en Huaca Prieta y Asia, fechados en el tercer milenio antes de nuestra era, tenían figuras de falcónidas, peces o serpientes, que deben haber transmitido mensajes cuyos códigos eran descifrables para las sociedades que los producían.
Como ocurre con el arte en las sociedades que han desarrollado sofisticados sistemas de comunicación visual, el textil es el soporte complementario de una memoria oral, de sistemas de identidad étnica, parentesco, linaje, valores y creencias que comprometen al tejedor, cuya memoria táctil-visual lo involucra corporal y socialmente.
Se ha destacado que la riqueza de estructuras y técnicas en el tejido andino responde a la necesidad de producción y propagación de imágenes mediante símbolos que superan las barreras lingüísticas, multiplicando el contexto comunicativo y escénico, enriqueciendo y precisando los significados de este singular lenguaje.
¿Cómo se tejía?
El arte del tejido es una cadena de pasos y decisiones técnicas cargadas de intenciones culturales específicas que transforman una materia inerte en un artefacto textil, desde la obtención de la fibra, pasando por el hilado, urdido en el telar, el tejido y, finalmente, las terminaciones.
Un tejido es una estructura compuesta de uno o más sistemas de hilados entrelazados entre sí. Cada sistema de entrelazamiento determina una estructura, la que puede resolverse mediante una o más técnicas.

Las primeras estructuras utilizadas para hacer vestimentas fueron hechas sobre la base de fibras vegetales, las que continuaron en uso en algunos lugares de los Andes hasta la conquista hispana. La gran industria textil andina empleó fundamentalmente el algodón y las fibras de camélido andino como materias primas.
Hace cinco mil años, el algodón fue la materia prima que caracterizó a los tejidos de la costa andina, mientras que la fibra de camélido, proveniente de las tierras altas, probablemente comenzó a utilizarse más tardíamente. Hay evidencias de un uso muy restringido del pelo de camélido en los textiles costeños de épocas tempranas, lo que demuestra que se trató de una fibra muy escasa y apreciada, ya que los hilos de fibra de camélido son inmejorables para absorber el color en los procesos de teñido, pues agregan a los textiles un especial brillo y tonalidad.
El proceso de producción textil se inicia con la recolección, limpieza, la selección y ordenamiento de las fibras para formar una mecha, que posteriormente será torcida para otorgarle resistencia y finura al hilado resultante, dependiendo del uso y el tipo de prenda que se confeccionará. La dirección de la torsión se va cargando de significado, según sea hecha hacia la derecha o a la izquierda. Para los actuales tejedores aymaras, el hilado a la izquierda, denominado "lloque", tiene un sentido mágico y ritual, y lo reservan para tejer objetos de uso ceremonial o funerario.
Los instrumentos para hilar son elementales y eficientes: una horquilla de madera que sostiene la fibra ordenada y un huso compuesto de una varilla rígida y un peso, que se diferencia en tamaño según el largo de la fibra o grosor y cantidad de hilo a torcer. En los cestos que acompañan los ofertorios funerarios de las tejedoras se encuentran husos, pequeños trameros cargados de hilados para tejer, ovillos de diferentes colores, cajitas con agujas y otros instrumentos para el tejido.
La calidad de los logros de la tradición tintorera andina es producto de una larga experimentación y observación que llevó a los artífices a conseguir una variedad asombrosa de matices, a partir de tres colorantes básicos - rojos, amarillos y azules - obtenidos del mundo vegetal, animal y mineral. El algodón andino, aunque naturalmente se da en variados matices sepia, ocre, rosa, gris-azul y gris-morado, fue igualmente teñido en rama, previo a su hilado. En cambio, la fibra de camélido se coloreaba preferentemente como hilado. También se teñían telas, pero con el fin de lograr imágenes empleando técnicas de reserva por amarras.

Obtenidos los hilos del color que se desean, hay diferentes formas de lograr un tejido: Se pueden elaborar estructuras con sólo un sistema de elementos, torciéndolos, trenzándolos, anudándolos y/o enlazándolos. Otros tipos de estructuras se realizan con más de un sistema de elementos –ya sea de urdimbres o de tramas-, como sucede en el torzal y fundamentalmente en las técnicas de tejido a telar.
En los Andes, se utilizaron tres tipos de telares. El telar horizontal, que consta de dos varas paralelas sujetas con cuatro estacas clavadas en la tierra, permite hacer estructuras más cerradas que resultan en tejidos finos y densos de faz de urdimbre. El telar vertical, compuesto de cuatro varas amarradas entre sí, es práctico para realizar prendas de mayor envergadura, como las camisas-unkus Wari o Inka, elaboradas en técnicas de tapicería enlazada, en las que pueden participar varios tejedores a la vez. Por último, el telar de cintura o de faja, como también se le denomina, consta de dos varas paralelas, una de las cuales se fija a un tronco o estaca, y la otra se amarra con una banda a la cintura del tejedor. Es un telar liviano y portátil, con el que se pueden hacer una multiplicidad de estructuras. Sin embargo, este instrumento sólo permite tejer piezas angostas y largas, como fajas, bandas o telas de pequeño o mediano formato.

El mensaje y el soporte
Hay diferentes formas de representar los mensajes en los textiles. En unas, el mensaje está contenido en la estructura y la figura se crea a medida que se teje. En otras, el mensaje se ejecuta sobre un soporte ya elaborado. Es el caso de las representaciones logradas por impregnación del soporte, como en las telas teñidas y pintadas, o por intervención del soporte, como ocurre en el bordado y las aplicaciones de tejidos, plumas, conchas, placas de metal u otros elementos.
Entre las telas teñidas, son dignas de destacar aquellas hechas por reserva. Esta técnica, que permite producir imágenes por medio de apretadas amarras, pliegues y costuras, aparece en el primer milenio antes de nuestra era en los tejidos de la cultura Chavín y alcanza hacia el final de Nasca su máximo apogeo y eximia elaboración, logrando los más complicados diseños. Esta técnica subsiste hasta hoy en textiles etnográficos andinos.
En los Andes precolombinos, se probaron todas las técnicas de representaciones estructurales posibles en telar y sus variaciones. Igual cosa ocurrió con las estructuras trenzadas. Ya en Nasca, 1.500 años antes de la conquista hispana, se encontraban en uso casi todas ellas. También, el arte textil andino hizo aportes originales a esta industria, como es el tejido reticulado anudado y el tejido con sistemas de urdimbres y tramas discontinuas, no registradas aún en alguna otra parte del mundo.
Estas representaciones estructurales permiten presentar verdaderas narrativas y, quizá por ello, persisten hasta hoy en las tradiciones textiles de los pueblos de los Andes.
Tradiciones textiles en los Andes
A partir de Moche, cerca del primer siglo de la era, comienzan a distinguirse dos tradiciones textiles: la serrana y la costeña, que paulatinamente se van interpenetrando en forma recíproca. Con el tiempo, se establecen características identitarias en los textiles, técnicas y formas. Así, una tapicería serrana podrá reconocerse por su estructura siempre enlazada, en cambio una tapicería costeña se caracterizará por el uso de ranuras o calados, usando raramente un enlazado muy distanciado. La paleta de colores utilizada es también un elemento que claramente identifica la procedencia cultural de los tejidos.

Las representaciones en la tradición serrana son más simbólicas e icónicas, dando pie a la metonimia entre otros recursos comunicacionales. Así, se usará el recurso de que una parte represente el todo; como por ejemplo, un ala o un pico representarán a un ave determinada. En la costa, en cambio, aunque con mayor creatividad y sofisticación en términos estructurales, se tiende a la representación mimética, en que las figuras replican atributos, texturas y colores del referente, sobre todo en las épocas más tardías.
Los actuales tejidos andinos tienen una serie de características que les dan una fisonomía propia. Sus rasgos fueron heredados de la ancestral tradición textil prehispánica, que ni la tejeduría española logró intervenir demasiado. Entre ellos destacan: la confección de piezas tejidas con sus cuatro orillas obteniendo las formas deseadas en el mismo telar sin cortar la tela, el predominio de textiles de dos caras, el cuidado de sus terminaciones evitando cortar los hilos y la presencia de nudos en urdimbre y trama. Es tal el esmero de los tejedores andinos en estos detalles que a veces es difícil distinguir el revés del derecho de una prenda.

Fuente: Awakhuni, Tejiendo la Historia Andina autor José Berenguer R. Diciembre 2000