10 febrero 2013

Situación Medio Ambiental del Perú al 2012

El Perú es uno de los diez países de mayor
diversidad biológica del mundo. Esta megadiversidad se expresa a través de ecosistemas, especies y recursos genéticos muy variados, que coexisten con pueblos originarios que han desarrollado una importante diversidad cultural. Veamos algunas cifras: 84 de las 117 zonas de vida del planeta; segundo lugar en diversidad de aves, con 1 816 spp; 128 de las áreas más importantes para la observación de aves (IBAs); quinto lugar en especies de mamíferos, con 515 spp; quinto lugar en especies de reptiles, con 418 spp; cuarto lugar en especies de anfibios, con 449 spp; primer lugar en especies de peces, cerca de 2 000 spp de aguas marinas y continentales, 10% del total mundial; octavo lugar en especies de plantas con flor, con 25 000 spp; primer lugar en especies de mariposas con 3 532 spp; y alberga alrededor del 10% del total de orquídeas del mundo.
De esta manera, la conservación y uso de la biodiversidad se constituye en componente fundamental de las propuestas de desarrollo sostenible. En tal sentido, es importante que el crecimiento económico se encuentre armonizado con el cuidado del patrimonio natural, integrando el uso del territorio y los recursos naturales en un marco general de sostenibilidad que permitan beneficiar a todos los peruanos y peruanas de hoy, sin hipotecar el futuro y la calidad de vida de las nuevas generaciones.
Por ello es de vital importancia priorizar la conservación de nuestros recursos naturales y la biodiversidad, estableciendo medidas especiales, promoviendo la participación y el compromiso de la sociedad peruana, establecer e implementar mecanismos para su conservación, entre las cuales las Áreas Naturales Protegidas – ANP, juegan un rol preponderante.
El SERNANP, ha identificado los siguientes efectos que afectan a las Áreas Naturales Protegidas: Pérdida de hábitat, Sobre uso de recursos, Contaminación y Desplazamiento de especies nativas por introducción de especies exóticas, descritas en la Metodología de efectos por actividad.
El Perú, como país que forma parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica - CDB10, se comprometió a que sus acciones de conservación y uso sostenible de la diversidad biológica a nivel nacional contribuyan con el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011- 2020 y las Metas de Aichi, aprobadas en el año 2010, dicho instrumento es un marco de acción de diez años para todos los países ya que la diversidad biológica sostiene el funcionamiento de los ecosistemas y proporciona servicios de los ecosistemas esenciales para el bienestar humano.
Deforestación y tala
La tasa de deforestación entre 1990 y 2000 fue aproximadamente de 150 000 ha/año representando un costo anual de casi 440 millones de soles o US$ 130 millones.11 Al año 2010, existían 628 360 ha de bosques certificados, de las cuales 246 732 ha son bosques manejados comunalmente12.
En la amazonia, debido principalmente a la agricultura migratoria, se habría generado un cambio de uso de 150 000 ha/año con una generación consecuente de 57 millones de Toneladas de CO2 equivalente13.
Al año 2000, se estimó que la superficie de bosque amazónico remanente era de 69 millones de ha14. Más recientemente, en el periodo del 2009 al 2011 en el país se habría deforestado aproximadamente 212 mil hectáreas; siendo San Martín, Loreto, Ucayali y Huánuco, las regiones con mayor tasa de deforestación15.
Sin embargo, es preciso señalar que existen otras formas de afectación a la biodiversidad como la sobre explotación de recursos naturales especialmente en el caso de fauna silvestre, los problemas derivados de la contaminación y del desplazamiento de las especies nativas por especies exóticas, el cambio climático, entre otros.
Zonas de agrobiodiversidad
El marco legal vigente, como la Ley Nº 26839 – Conservación y Aprovechamiento Sostenible de la Diversidad Biológica y su Reglamento (aprobado por Decreto Supremo N° 068-2011-PCM), establece entre otros, la conformación y reconocimiento de las zonas de agrobiodiversidad como un mecanismo de conservación in situ. Los pueblos indígenas podrán constituir estas zonas como Áreas de Conservación Privadas descritas en la Ley Nº 26834 - Ley de Áreas Naturales Protegidas – ANP y su Reglamento. A la fecha, no se cuenta con norma específica en relación de las zonas de agrobiodiversidad, por lo tanto éstas aún no han sido constituidas.
En tal sentido, existen importantes avances en relación a la conservación de la biodiversidad, como es el caso de la ANP, donde se ha manifestado además del crecimiento del SINANPE, la ampliación de las Áreas de Conservación Regional y Áreas de Conservación Privada que registra un crecimiento importante en los últimos años, alcanzando un poncentaje de superficie terrestre protegida por ANP de 16.93% al 201216, en tanto en el 2010, este porcentaje fue de 15% de la superficie nacional17.
Sistemas de producción sostenible: biocomercio18 y econegocios
La diversidad biológica constituye importante fuente para el biocomercio, el cual registró un importante crecimiento en los últimos diez años; pasando las exportaciones de productos nativos en el 2000 de un valor de US$ 67,4 millones; a US$ 153,8 millones en el 2009. Igualmente, los bionegocios registran una tendencia creciente.
Evaluación y Valoración del Patrimonio Natural
Para promover la gestión estratégica del patrimonio natural primero se requiere conocer qué se tiene y en qué estado se encuentra, información que se obtiene a través de inventario y evaluación. En la actualidad se cuenta con algunos lineamientos metodológicos orientados a estandarizar los procesos y procedimientos para realizar inventario y evaluación del patrimonio natural, entre los que se puede señalar el “Mapa Nacional de Cobertura Vegetal del Perú al 2009”, la “Guía de Evaluación de Fauna Silvestre” y la “Guía de Evaluación de Flora Silvestre” (en proceso de elaboración). Asimismo, el MINAM conjuntamente con el Ministerio de Agricultura (MINAG) y el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), ha iniciado el Proyecto “Inventario Nacional Forestal y Manejo Forestal Sostenible del Perú ante el Cambio Climático”.
La valoración económica es una herramienta que consiste en evidenciar los beneficios de los bienes y servicios de los ecosistemas; así como su degradación. Para orientar este proceso se encuentra en elaboración los “Lineamientos de Valoración Económica de Impactos Ambientales” y la “Guía Nacional de Valoración Económica del Patrimonio Natural”.
Asimismo, la inclusión y análisis de la variable ambiental en las cuentas nacionales, genera el desarrollo de las cuentas ambientales, la cual permite medir la interrelación entre el ambiente y la economía evidenciando la contribución del patrimonio natural al bienestar económico, así como los costos ocasionados por el agotamiento y degradación de éste y los generados por la contaminación ambiental. A la fecha se vienen realizando estudios que contribuyen en el proceso de elaboración de las cuentas ambientales en el país; asimismo, se ha logrado modificar el clasificador funcional en materia ambiental. Por otro lado, se viene desarrollando el Proyecto “Las Cuentas Ambientales en el Perú” aprobado en la X Reunión de la Comisión Mixta de Cooperación Técnica y Científica Perú-México, en el que se ha priorizado para una primera etapa la elaboración de las cuentas de gastos de protección ambiental, la cuenta de agua y la cuenta de bosques.
Entre los mecanismos que permiten la conservación de los servicios ecosistémicos, se encuentra el esquema de Retribución por Servicios Ecosistémicos (RSE), que se viene consolidando con la propuesta del “Proyecto de Ley de Promoción de Mecanismos de Retribución de Servicios Ecosistémicos”.
En cuanto a la compensación ambiental, se cuenta con una propuesta de “Directiva de Compensación Ambiental” a fin de asegurar y mantener el stock neto del patrimonio natural para su aprovechamiento sostenible. Asimismo, se cuenta con una propuesta de “Lineamientos para la Formulación y Evaluación de Proyectos de Inversión Pública relacionados a los Servicios Ecosistémicos y la Diversidad Biológica - SNIP VERDE”, a fin de promover la inversión en capital natural.
Cambio Climático
Mitigación y Adaptación al cambio climático
El Perú, por sus características geográficas, es especialmente vulnerable a las variaciones del clima y a los riesgos de desastres que los fenómenos naturales ocasionan por sus consecuencias en la salud de las personas, en el patrimonio natural y en la infraestructura en general; por ende en el desarrollo sostenible. En este sentido, la adaptación al cambio climático es prioritaria para el país.
Los costos estimados de los impactos producidos por el cambio climático, superan largamente las inversiones en prevención y reducción de riesgos requeridas, dado que sus consecuencias se dan principalmente en la población en situación de pobreza; siendo las actividades agropecuarias las más afectadas por fenómenos naturales y antrópicos.
El Perú dispone de un importante capital natural para la provisión de servicios ambientales incluyendo el agua, el patrimonio forestal, los recursos marinos, la diversidad biológica y los recursos genéticos; que sin embargo, está amenazado por diversas causas tanto naturales como antrópicas, y en particular por los efectos del cambio climático.
La alta diversidad geográfica, biológica y cultural de su territorio hace de nuestro país, altamente sensible a los potenciales efectos negativos del cambio climático. Los retos a enfrentar incluyen: la ubicación de al menos el 80% de la población en la franja desértica costera y las montañas andinas, ambas zonas altamente sensibles a los efectos del cambio climático; el 62.4% de la población debe ser abastecida con tan sólo el 1.8% de los recursos hídricos disponibles; alrededor de un 15% del PIB y 33% de la Población Económicamente Activa – PEA estén asociados a actividades económicas sensibles al cambio climático como agricultura, ganadería, pesca, minería, energía y agua; y los niveles de exposición al riesgo climático están entre los más altos del mundo.
Estudios respecto del costo económico que el cambio climático podría tener en la economía peruana, estiman un impacto negativo potencial, en un escenario sin políticas de atención al tema, de entre 1% y 4% del PIB al año 203019 y entre 3% y 20% para el año 2050, lo cual resulta coincidente con los resultados del estudio Stern y con investigaciones similares realizadas para otros países de la subregión andina.
La problemática principal en el tema está asociada a altos grados de incertidumbre acerca de la evolución futura del clima en el mediano y largo plazo, especialmente a escala regional y de cuencas; limitado conocimiento sobre los impactos, actuales y potenciales, del cambio climático en actividades productivas clave; fuerte crecimiento en los niveles de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), como resultado de un crecimiento económico sostenido pero sin mejoras en la gestión de recursos de la tierra y cobertura forestal, e ineficiencia en el uso de la energía y alto nivel de vulnerabilidad de sectores clave (agua, agricultura, ganadería, pesca, generación eléctrica, entre otros) a los potenciales efectos negativos del cambio climático.
Si bien el Perú no es un gran emisor de GEI en cifras absolutas, presenta emisiones comparables a países con PBI mayores, que ya han logrado desacoplar su crecimiento económico al crecimiento paralelo de sus emisiones.
El proyecto “Planificación ante el Cambio Climático” (Plan CC), presenta una primera aproximación de las emisiones de GEI en el país a nivel nacional al año 2009, que comprende el cálculo preliminar de emisiones que se genera en cinco sectores o categorías: Energía (incluido Transporte), Procesos Industriales, Agricultura, Residuos, y finalmente Uso del Suelo, Cambio de Uso del Suelo y Silvicultura (USCUSS). Los resultados obtenidos revelan que las emisiones de GEI al 2009 ascienden a 146,783 Gg de CO2eq reflejando un incremento (21%) con respecto al 2000, lo cual se explica principalmente por el aumento en la producción, crecimiento poblacional, el cambio en la matriz energética, entre otros factores.
Sobre la temática de bosques y cambio climático el MINAM viene diseñando la Estrategia Nacional REDD+ con el objetivo de contribuir a reducción de emisiones por la deforestación y degradación forestal y contribuir con el manejo sostenible de los bosques, promover la conservación de los bosques e incrementar las reservas de carbono.
Asimismo, se busca diseñar Medidas Nacionales Apropiadas para la Mitigación (NAMA, por sus siglas en inglés), que son acciones que contribuyen a la reducción de emisión de GEI, apoyándose en políticas, regulación, incentivos, programas y proyectos, que además contribuyan al desarrollo sostenible del país. Se ha iniciado el diseño de NAMAs para la Gestión Integrada de Residuos Sólidos, uso de la Bioenergía y eficiencia energética en la producción de materiales de la construcción.
Por otro lado, el MINAM está concentrando sus acciones en elaborar una Red Nacional de Generación de Datos para Inventarios de GEI denominada “INFORMAGEI”, la cual permitirá la recopilación de información y elaboración periódica de los inventarios nacionales de GEI y así superar las barreras de acceso a la información.
En los temas de adaptación, las necesidades principales están vinculadas a la disponibilidad de información técnica de apoyo a la toma de decisiones. Por ejemplo, existe limitado número de escenarios climáticos a nivel cuencas, lo que dificulta la planificación de medidas concretas de adaptación; la limitada coordinación y cooperación entre diferentes instituciones con mandatos compartidos y complementarios, lo que unido a la disponibilidad limitada de financiamiento dificulta la generación y aplicación de instrumentos de gestión; y, el bajo nivel de transversalización del enfoque de cambio climático en algunos sectores altamente vulnerables como por ejemplo minería y salud.
El Perú, ha avanzado en la identificación de prioridades y áreas críticas, y se ha realizado diversos trabajos e investigaciones orientadas a identificar y caracterizar los sectores, ecosistemas y áreas vulnerables del territorio nacional. Las evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación han considerado dos enfoques: el sectorial, relacionado a sectores económicos y recursos naturales específicos; y el geográfico, relacionado a cuencas hidrográficas y regiones geopolíticas.
Actualmente se cuenta con una propuesta de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y con nueve Estrategias Regionales de Cambio Climático aprobadas en Amazonas, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Loreto, Lambayeque, Junín y Piura. Asimismo, seis regiones y cuatro sectores (agua, agricultura, energía y transporte) cuentan con análisis de vulnerabilidad actual y futura frente al cambio climático.
Salud de las personas y Calidad Ambiental
Disponibilidad y calidad del Agua
Si bien el Perú cuenta con una gran cantidad de lagos, lagunas, ríos, quebradas, etc.; aproximadamente el 30% de las cuencas hidrográficas se sitúan en zonas áridas, semiáridas y sub-húmedas secas, sometidas a diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas; existiendo una distribución asimétrica del agua. Entre las causas que afectan la disponibilidad y calidad del agua, podemos mencionar: el escaso tratamiento de los efluentes o aguas servidas, el incremento del estrés hídrico en la zona costera, la limitada implementación de un sistema de gestión integrada de las cuencas, (al 2011 existían sólo dos Consejos de Recursos Hídricos conformados, el Chira-Piura y el Chancay-Lambayeque), la escasa eficiencia del riego, la débil aplicación de políticas y estrategias multisectoriales de recuperación de cuencas muy deterioradas.
El deterioro de las cuencas altas de los ríos es extremadamente grave en la sierra y en la selva alta, debido a los niveles de deforestación, de destrucción de la cobertura vegetal, de erosión laminar y contaminación urbana y minera 20. Así, en el caso de la cuenca del Rímac, los 62 vertimientos entre aguas residuales mineras, industriales y domésticas representan un caudal total de 3.188 litros/seg (más de 100 millones de m3 al año) y adicionalmente se arroja en esta cuenca la basura de 22 botaderos identificados, equivalentes a 20 toneladas por día.21 A ello se suma el riesgo de deslizamiento hacia el río Rímac de relaves mineros depositados en San Mateo de Huanchor (Huarochirí), a 90 km de Lima.
El país, por los niveles de deterioro alcanzados, ha priorizado la intervención en 10 recursos hídricos : Bahía Ferrol, Río Rímac, Río Mantaro, Lago Titicaca, Río Chili, Río Chillón, Río Santa Rosa, Río Hualgayoc, Río Vilcanota, y Río Madre de Dios.
Según lo reportado por la Autoridad Nacional del Agua - ANA, la disponibilidad hídrica total de aguas superficiales y subterráneas al año 2008, se estimaba en 1 768 172 Hm3 (millones de metros cúbicos), de los cuales el 80% correspondía a uso agrario. En los últimos, 35 años se ha perdido el 22% del agua, estimándose que los glaciares ubicados debajo de 5,500 msnm podrían desaparecer al 2015, con las subsecuentes consecuencias en la disponibilidad de agua.
El escaso tratamiento de los efluentes o aguas servidas, el inadecuado manejo de residuos del ámbito municipal, industrial, hospitalario, etc, los lixiviados provenientes de algunas actividades informales, tales como la minería22, determinan niveles de contaminación que inciden en la salud de las personas23.
Calidad de Aire
El deterioro de la calidad del aire, se debe a las emisiones provenientes de las fuentes móviles como el transporte y de las actividades productivas y extractivas. Entre las principales causas de la contaminación del aire, se pueden señalar la presencia de combustibles fósiles en la matriz energética del país y la limitada implementación de tecnologías limpias en las actividades productivas, debido a variables de orden tecnológico y económico que impiden disminuir las emisiones y mejorar la calidad del aire.
El país ha priorizado la implementación de acciones para la mejora de la calidad del aire en 31 ciudades capitales, contándose con Planes de Acción para la mejora de la calidad del aire en trece zonas de atención prioritaria: Arequipa, Chiclayo, Chimbote, Cusco, Huancayo, Ilo, Iquitos, La Oroya, Lima – Callao, Pisco, Piura, Trujillo, Cerro de Pasco; de las cuales, dos están formulando su línea base y una se encuentra en proceso de revisión de su plan; y, en las dieciocho restantes se está formulando sus planes de acción. El 53.6% de la población del país ha sido beneficiada con las medidas de control implementadas. En el Perú se cuenta con seis redes de monitoreo de calidad del aire.
La normatividad actual que regula la calidad del aire en el país resulta todavía insuficiente y muy dispersa, y es de menor rango que otras normas que propician actividades de orden productivo y de servicios, razón por la cual resulta necesario contar con una norma con rango de Ley que regule la gestión de la calidad del aire y protección de la atmósfera en el país, de tal forma que no sólo se regule la contaminación química del aire ambiental, sino también la contaminación ambiental generada por agentes físicos (ruido, radiación electromagnética) que se transmiten a través del aire.
Cabe señalar que Lima Metropolitana, el distrito de Sabandía de Arequipa y la provincia de Cajamarca cuentan con regulación aprobada para el control de ruidos molestos. Asimismo, se cuenta con el Reglamento para la Implementación de los Estándares de Calidad Ambiental (ECA) para Ruido (Decreto Supremo N° 085-2003-PCM).
Degradación y contaminación de suelos
Los niveles de desertificación y degradación de la tierra24 en el país son elevados, comprometiendo el 27% del total de la superficie del territorio nacional que significa un total de 34 384 796 ha. Este total se distribuye en 3 862 786 ha desertificadas (3% de la superficie total del país) y 30 522 010 ha en proceso de desertificación (24% del territorio nacional). De acuerdo a la Evaluación Mundial de la Degradación de la Tierra y Manejo Sostenible (GLADA, por sus siglas en inglés), sólo entre 1981 y el 2003 en el Perú se degradaron unos 19 271 100 ha, es decir, el 15,3% del territorio. La tasa simple de degradación llegó al 4,5% anual, afectando casi al 11% de la población del país. De continuar este ritmo de degradación, al 2 100, el 64% del territorio del Perú estará afectado por procesos de esta naturaleza, lo que incluye a la Costa y Sierra que constituye el 38% del territorio nacional, donde se asienta el 88% de la población y se desarrollan actividades agrarias que generan el 9% del PIB, 30% de la PEA, 9% de las exportaciones y casi la totalidad de actividades mineras e industriales.
La degradación de la tierra fue reconocida como un problema ambiental serio y su manejo sostenible como uno de los retos más importantes para la producción de alimentos, el abastecimiento y conservación de agua en el siglo 21 (Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, Johannesburgo 2002, Sudáfrica). Luego de 20 años, en la Cumbre de Rio +20, se destaca la importancia de la Tierra como base para la implementación sinérgica de las Convenciones de Rio (CMNUCC, CDB, CNULD25). Se considera al carbono orgánico del suelo, uno de los principales reservorios globales de carbono según la CMNUCC, además del elemento básico para la vida en los suelos; y, por lo tanto existe una estrecha relación entre los niveles de carbono orgánico del suelo / calidad y la diversidad biológica esto en relación al CDB. El carbono orgánico del suelo es un buen indicador de los procesos de desertificación, ya que está estrechamente relacionada con la temperatura y la humedad.
Residuos sólidos
La generación de residuos sólidos ha experimentado en los últimos años un incremento significativo, asociado al crecimiento económico, estimándose una generación diaria de 23,260 toneladas26.
La gestión integral de los residuos por parte de las autoridades locales es aún insuficiente, llegando a afectar la salud de la población en varias partes del país. Dicha situación se manifiesta en que sólo se dispone en rellenos sanitarios el 38% del volumen de los residuos generados. Actualmente, sólo existen ocho rellenos sanitarios autorizados en el país, por lo que la mayoría de ciudades en el país, traslada sus residuos a botaderos. Además, se persiste en prácticas inadecuadas, como la quema de los residuos sólidos con la finalidad de disminuir el volumen y el uso de áreas para botaderos; asimismo, en éstos lugares se realiza la segregación informal de residuos sólidos y la crianza de cerdos que son alimentados con restos de alimentos, generándose un grave riesgo a la salud de la población.
Cabe señalar que 144 Municipalidades cuentan con Programas de Segregación en la fuente, en concordancia con el Programa de Modernización Municipal 201127. En el Perú se estima que hay 108 595 recicladores a nivel nacional; de los cuales, 4 737 están asociados a 127 organizaciones.28
Respecto a los residuos peligrosos29 el estado y la población tiene un limitado acceso a la información sobre la generación, manejo y disposición final de estos residuos, lo cual limita el accionar eficiente y adecuado del estado, para prevenir potenciales riesgos a la población y al ambiente (Anexo 4).
Fuente: AgendAmbiente Perú 2013-2014 - Agenda Nacional de Acción Ambiental - Ministerio del Ambiente.

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