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04 setiembre 2007

La comunidad nativa Kotsimba (Madre de Dios)

El proceso de formación de la comunidad nativa Kotsimba
La comunidad nativa Kotsimba está ubicada sobre ambas márgenes del río Malinowski, distrito de Inambari, Provincia de Tambopata en el departamento de Madre de Dios. Se encuentra a seis horas y media de Mazuko, el pueblo más cercano. Según datos de FENAMAD (Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes), Kotsimba figura entre las cinco últimas comunidades de Madre de Dios en ser reconocidas, siendo la fecha de su reconocimiento legal el 9 de marzo de 1992. Su territorio de aproximadamente 28,606 hectáreas de tierra, fue reconocido aún más tarde, el 20 de diciembre de 1996. El contexto en el que se producen estos dos reconocimientos, el de la comunidad nativa como persona jurídica y el de su territorio, es un contexto de conflicto entre colonos e indígenas, mineros y colonos, y mineros e indígenas. Ello explica, en parte, la persistencia de disputas al interior de la comunidad.
Según informaciones de los habitantes de Kotsimba, los primeros en ocupar la zona fueron mineros que llegaron de Abancay. La zona del río Malinowski, actual territorio de Kotsimba, fue ocupada por estos mineros luego de abandonar el río Karene en búsqueda de nuevas áreas para explotar el oro. Los mineros llegaron a esta zona a fines de la década del 50, llevando consigo a indígenas Pukirieri y Sapiteri o Sireneri y colonos en condición de semi-esclavitud para sacar el mineral que sabían era abundante.
Estos indígenas Pukirieri y Sapiteri o Sireneri habían sido trasladados por los misioneros Dominicos desde el río Pukiri a la misión de Kaichihue a mediados de la década del 40 (Fenamad 1992, Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado 1969, Rumrrill 1984). Desde allí habrían sido contactados por mineros mestizos del río Malinowski. Los Pukirieri y Sapiteri son dos sub-grupos Harakmbut, cuyo número habría disminuido a 60 personas debido tanto a las presiones y maltratos de los caucheros y mineros como a las prácticas misioneras de sedentarización (Rumrrill 1984).
Uno de estos mineros se unió a una mujer indígena Pukirieri y posteriormente sucedió lo mismo con otros colonos que llegaron a la zona para trabajar en la minería como obreros.
Casi todas las alianzas mixtas entre colonos e indígenas que existen en Kotsimba siguieron este patrón, de tal forma que la mayoría de los actuales descendientes de indígenas tiene como padre a un colono. Esto explica que lleven primeramente apellidos andinos o mestizos, que son los apellidos de sus padres, y como segundo apellido los de sus madres, que eran nombres indígenas adaptados al español por los misioneros.
En el año 1989 se llevó a cabo una de las primeras reuniones para conformar la comunidad. Los problemas empezaron cuando se trató de caracterizar a la comunidad ¿sería una comunidad campesina o una comunidad nativa? La mayoría de colonos que vivía en el río Malinowski esperaba que se reconociera una comunidad campesina, mientras los indígenas querían una comunidad nativa. En este proceso, Kotsimba recibió el apoyo de FENAMAD y otras instituciones para su conformación como comunidad nativa y, a pesar de la resistencia de los colonos para que se reconociera como tal, finalmente una transacción entre colonos e indígenas allanó el camino. El problema, sin embargo, no fue resuelto pues los colonos siguen pensando que fueron ‘engañados’. Ello ha creado cierto resentimiento entre ambos grupos.
Cuando se reconoció legalmente la comunidad nativa Kotsimba existían en el padrón de miembros de la comunidad aproximadamente 26 familias indígenas que habitaban el territorio comunal y sólo una o dos colonas. Este número ha variado dramáticamente en los últimos tiempos ya que muchas familias indígenas han salido de la zona justamente a causa de los conflictos entre mineros, colonos e indígenas que hacen casi imposible la convivencia pacífica en la comunidad.
La comunidad nativa Kotsimba hoy.
Entre la exclusión y la integración Como mencionamos, Kotsimba tenía al momento de su reconocimiento veintiseis familias indígenas del grupo étnico Pukirieri y Sapiteri o Sireneri que figuran en el padrón original de la comunidad. La realidad actual es distinta, siendo seis o siete las familias indígenas que aún habitan el territorio comunal. El número de colonos, aunque fluctuante, no ha disminuido tanto como el de indígenas. Muchos colonos ni siquiera viven en la comunidad pero al igual que los indígenas que se fueron, mantienen “parcelas” adjudicadas por alguna junta directiva de la comunidad cuando vivían allí. Actualmente, pocos indígenas hablan su lengua aunque la mayoría puede entenderla.
Cabe mencionar que estas distinciones entre ‘colonos’ y ‘mineros’, son del tipo emic, es decir, son autodefiniciones. A pesar de que los colonos y mineros realizan tanto actividades mineras como agrícolas, lo que los distingue es el desarrollo predominante de una actividad económica que los identifica y, en el caso de los mineros, esta actividad es la minería, mientras que en el caso de los colonos, muchos de éstos no realizan actividades mineras sino únicamente agrícolas.
En relación a los colonos cabe hacer una diferenciación. Existen colonos que reclaman tener derechos sobre la comunidad porque eran habitantes muy antiguos de esa zona y además participaron en el proceso de reconocimiento legal de la comunidad. Algunos pocos han sido incorporados en el padrón original de la comunidad como comuneros. Otros colonos poseían tierras dentro del territorio comunal. A estos colonos se les respetó de hecho esa posesión aunque la propiedad de la tierra fuera de la comunidad. Ellos tienen actas de colindancia cuyo valor legal oficial es nulo. También hay colonos que negociaron para que la comunidad respetara su posesión sobre algunas áreas dentro del territorio comunal mediante actas de acuerdo. Estas actas establecían que la comunidad les brindaría apoyo siempre y cuando los colonos colaboraran con la comunidad.
Existen otros que no figuran en el padrón original ni tienen actas de colindancia o de acuerdo, pero tienen un área adjudicada por algunas juntas directivas de la comunidad.
Estos acuerdos no tienen valor legal oficial pues la propiedad y posesión del territorio son únicamente de la comunidad nativa, pero sirven como forma de organizar la distribución interna de la tierra. Existen aún otros que no tienen ningún derecho ni documento otorgado y/o respetado por la comunidad pero que insisten en tener derechos sobre “sus terrenos” ya que eran mineros en la época que la comunidad se formó. La mayoría de estas personas tienen o dicen tener títulos de concesiones mineras sobre el oro existente en el territorio de la comunidad. Por último, existen colonos que llegan a la comunidad como ‘peones’ contratados por mineros u otros colonos. Algunos de ellos se han establecido en el territorio comunal uniéndose a mujeres indígenas, mientras que otros se quedan sólo transitoriamente.
Esta situación tan diversa y compleja ha generado tensiones que se expresan en la convivincia cotidiana. En efecto, la mayoría de los colonos trata de demostrar a los dirigentes indígenas que son fieles a la comunidad participando en las faenas comunales, asistiendo a las asambleas, reuniones de la comunidad y ‘desalojos6’, aprobando los acuerdos de asamblea, pagando las cuotas que se establecen, etc. De esta forma los colonos buscan que se les reconozca como “parte de la comunidad aunque no sean indígenas” permitiéndoles usar la tierra y los recursos comunales y evitando que los expulsen del territorio por carecer de identidad indígena. En otras palabras, los colonos recurren a estas ‘formas de lealtad’ para poder vivir en la comunidad ‘como si fueran comuneros’, extraer oro, cazar, pescar y algunos inclusive, para evadir la justicia por condenas pendientes.
Los desalojos son estrategias de autodefensa que los indígenas de Madre de Dios han desarrollado en su experiencia con los mineros que invaden sus territorios.
Si bien algunos colonos cumplen sus tareas para garantizar su estadía en la comunidad, también presionan a los líderes indígenas para que los integren de manera formal a la comunidad. Así por ejemplo, muchos colonos desconocen a la dirigencia comunal indígena, no acatan las decisiones que toma la asamblea, generan comentarios informales como chismes y acusaciones, no aportan las cuotas fijadas por la asamblea o simplemente dejan de participar en las tareas comunales. Por otro lado, los colonos que sí aportan cuotas comunales acusan a los dirigentes de no rendir las cuentas del dinero que recaudan, tratando de deslegitimar su representatividad.
Esta situación no sería crítica si no fuera por el antagonismo existente entre mineros e indígenas. En este contexto, el apoyo y la solidaridad de los colonos es clave para determinar la primacía de uno de estos dos grupos en la comunidad. Sin embargo, debido a la 'política de ambigüedad’ desarrollada por los colonos, los indígenas no tienen certeza sobre la posición del colono respecto al minero, incertidumbre que agrava la convivencia.
Recursos naturales, dependencia y conflicto
La falta de recursos para garantizar la autosubsistencia en esta comunidad ha convertido a los comuneros en personas dependientes de la economía del oro y del mercado. Una muestra de esta dependencia es que los habitantes de Kotsimba, indígenas y colonos, consideran que la mejor época del año es la de creciente pues sólo en este tiempo se puede extraer oro. Cuando no hay oro se recurre a la madera, pero tanto la difícil geografía del lugar como los trámites administrativos engorrosos y onerosos impiden que la madera sea un recurso al alcance de todos los habitantes de la comunidad.
La escasez de recursos naturales y la dificultad para realizar actividades productivas o para extraer recursos como el oro y la madera crea una sensación de angustia entre los habitantes
de Kotsimba. Muchas veces sucede que aquella persona que puede extraer oro o madera es mal vista por otras familias generándose envidia, celos, chismes y malentendidos entre familias colonas o indígenas. Por otro lado, los habitantes de Kotsimba muchas veces carecen de permisos para extraer madera debido a lo cual los comerciantes del pueblo engañan a los comuneros prometiéndoles un pago que nunca llega o pagándoles precios bajos por sus recursos.
Esta situación condiciona a los habitantes de Kotsimba a dedicarse a la minería, lo cual genera una serie de conflictos en la comunidad. Algunos colonos e indígenas extraen oro de áreas que los mineros reclaman como suyas, mientras los mineros reclaman áreas que no figuran en su concesión. Por otro lado, muchos mineros que tienen títulos de concesión minera no cumplen con los requisitos legales para explotar el oro en territorio comunal7, por lo cual los comuneros consideran que no tienen derecho a extraer oro de su territorio.
Estos requisitos son la consulta a la comunidad, la elaboración de estudios de impacto ambiental, el acuerdo con la comunidad o en su defecto, el derecho de servidumbre para poder ingresar al territorio comunal.
Estos conflictos han llegado algunas veces a desenlaces fatales como asesinatos8. Aún hoy, algunos mineros siguen amenazando de muerte a los dirigentes indígenas, quienes responden a estas amenazas restringiéndoles el acceso a los caminos comunales e imponiéndolos restricciones que los mineros se niegan a aceptar. Todo ello contribuye a que los habitantes de Kotsimba vivan en un estado de permanente miedo y angustia.
En el año 1998, uno de estos mineros mató al esposo de una mujer indígena de la comunidad. Como consecuencia se abrió un proceso penal por el cual el minero fue condenado a tres años de prisión y a pagar S/4,000 de reparación civil pero, debido a los beneficios penitenciarios, logró salir de prisión antes de cumplir un año pagando un monto irrisorio por reparación civil. Actualmente vive en la comunidad de Kotsimba violando las condiciones establecidas para su libertad provisional, por lo cual debería revocársele el beneficio.
Resolviendo conflictos en Kotsimba
La conformación multiétnica de la comunidad Kotsimba, característica de varias comunidades nativas en Madre de Dios, le da un matíz particular a la administración de justicia. Como mencionamos, muchos habitantes colonos de Kotsimba no acatan las decisiones de la asamblea lo que hace poco operativas las decisiones jurisdiccionales.
Probablemente por esta razón, los dirigentes indígenas han optado por derivar a la justicia externa los conflictos graves que involucran a agentes externos, mientras que los conflictos entre comuneros o individuos que se someten a la jurisdicción interna son resueltos por las autoridades comunales.
En los casos más graves, los dirigentes indígenas indican que son las autoridades nacionales las que deben administrar justicia. No sólo la incapacidad de ejecutar sus decisiones los ha impulsado a tomar esta determinación. También la necesidad de los líderes indígenas de poner de su lado a las autoridades externas derivándoles casos que ellos mismos no pueden resolver. Aquí, la violencia y el miedo que ésta genera en la comunidad son dos factores que determinan la actitud de los líderes de Kotsimba de coordinar y someter ciertos casos a la justicia extra-comunal. En el caso de conflictos con mineros, si la justicia externa resuelve, hay más probabilidades de que los fallos sean acatados por los individuos noindígenas que si resolvieran los órganos de justicia de la comunidad.
En las asambleas siempre hay espacio para la administración de justicia. Casi siempre al final de cada asamblea se da lugar a una sección que los comuneros llaman “quejas”. Cada persona que se siente agraviada por la actitud de otra presenta su “queja” a la asamblea.
Describe las circunstancias en las que se cometió la infracción mientras los demás escuchan. En medio del relato no faltan interrupciones de los acusados, quienes van aportando su interpretación de los hechos descritos por el acusador. Generalmente no se disputa el hecho, pero sí las razones por las cuales se cometió.
Muchas veces, se presentan quejas que buscan equilibrar una relación de desigualdad. Este es el caso de un trabajador minero que se quejaba porque su empleador había destruído su campamento y lo había ‘lapeado’ en la cara. Pero la razón principal de la queja era corregir la actitud del empleador quien, junto con su esposa, consideraba que el empleado merecía el golpe. Durante el juicio se descubre que el empleador sospechaba que este obrero había sustraído su escopeta dos meses antes, debido a lo cual le había propinado el golpe. Sin embargo, ninguno puede probar sus afirmaciones. El patrón no puede demostrar que su empleado le robó y éste no puede comprobar que el patrón había destruído su campamento.
Ante esto, los dirigentes, en clara referencia a la actitud del patrón, concluyen diciendo que no era bueno hacerse justicia por mano propia, que para eso habían autoridades y que esas autoridades investigarían para que las cosas no quedaran como estaban, encargándoles esta tarea a los miembros del Comité de Defensa Territorial. Finalmente, sentencian que la agresión no era buena y que lo único que hacía era traer más problemas.
El caso del ‘levantamiento del cadáver’
La migración minera llevó a Kotsimba a muchos individuos con antecedentes penales para quienes el único refugio era un lugar alejado como esta comunidad. Además, la extensión del territorio comunal evita que todos sus habitantes se conozcan, facilitando el anonimato de estos individuos. En marzo del año 2000, un habitante de Kotsimba que nunca participó en la dinámica comunal fue encontrado agonizando en su vivienda. La comunidad tuvo una respuesta inmediata.
A las tres y media del día 3 de abril del año 2000, la señora ‘A’ se acercó al campamento minero del señor ‘B’ para cobrar una deuda al señor ‘C’ quien vivía provisionalmente allí.
Cuál no sería su sorpresa al encontrar que este señor se hallaba agonizando y en estado inconsciente. La señora ‘A’ comunicó el hecho a uno de los líderes de la comunidad, quien verificó el hecho. Inmediatamente el dirigente se puso en contacto por radio con el puesto de salud de Mazuko para que algún médico se hicieran cargo de esta persona. Los funcionarios del Ministerio de Salud sugirieron que los comuneros lo llevaran al puesto de salud de Mazuko. La distancia que separa la comunidad del pueblo de Mazuko es de seis horas y media de caminata, por lo que parecía más fácil que los funcionarios de salud se acercaran a la comunidad. Por ello, los comuneros volvieron a comunicarse más tarde con los funcionarios de salud sin obtener ninguna respuesta.
Enterados del suceso, varios comuneros se acercaron al lugar para ver al Sr. ‘C’ quien había fallecido mientras se realizaban estas gestiones. El día 4 los dirigentes comunales volvieron a llamar por radio al Juez de Paz del distrito de Inambari cuya sede se encuentra en Mazuko para informarle del deceso. Vía radiofonía, el Juez de paz los autorizó a ‘levantar el cadáver’ y a pesar de las dudas de los comuneros, éstos procedieron de acuerdo con las instrucciones del Juez levantando un acta donde dejaban constancia de que ‘C’ había muerto por causa natural. Sin embargo, al momento de limpiar el cadáver para enterrarlo cristianamente encontraron huellas de hematomas en el cuerpo. Al verificar estos hechos, los dirigentes y comuneros nuevamente se comunicaron por radio con el Juez de Paz y el Gobernador para informarles lo sucedido.
El Juez les respondió que había coordinado con otras autoridades del pueblo para llegar a la comunidad. Los comuneros esperaron en vano su llegada pues el médico de turno del puesto de salud se negó a ir a la comunidad para hacer la autopsia de ley. Habiendo pasado ya dos días del suceso, el día 5 los comuneros procedieron a levantar el cadáver bajo la autorización otorgada antes por el Juez de Paz y lo enterraron en el cementerio de la comunidad. Los comuneros hicieron un acta de levantamiento de cadáver y una de ‘levantamiento de bienes’ “todo esto de acuerdo a las indicaciones por radio de comunicación por el señor Juez del distrito de Inambari, Mazuko.”
Al informar sobre el hecho a las autoridades nacionales, los líderes de la comunidad reconocen la facultad del Estado para investigar el crimen y administrar justicia. De esta forma, los dirigentes buscan el amparo del Estado para garantizar el orden interno que ellos no pueden debido a la extensión del territorio y a las complejas relaciones sociales internas.
Lo interesante aquí es que el Juez de Paz delega facultades que incluso él no tiene al “autorizar” a los comuneros a levantar el cadáver. Dicha autorización transforma la ‘justicia’ de la comunidad en una delegación de funciones estatales. Este acto consciente de una autoridad de ‘delegar’ funciones estatales cubre de un manto de ‘legalidad’ el desempeño de las autoridades de Kotsimba. Pero además, tiende un hilo conductor entre la comunidad y el Estado por el cual éstos dejan de estar en extremos opuestos y se encuentran. Aquella ecuación manida en las Ciencias Sociales por la cual el Estado se opone a la Sociedad es discutible en este caso donde la coordinación entre autoridades comunales y estatales es tan fluída que se asume que las funciones de las últimas pueden ser desarrolladas por las primeras, sin que ello se sustente en la legalidad del Estado.
Fuente: COMUNIDAD NATIVA Y DERECHO DOS EXPERIENCIAS EN MADRE DE DIOS, PERU autor Patricia Urteaga Crovetto. Revista Amazonía Peruana, publicado por el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP). La autora es abogada y candidata al doctorado en Antropología Sociocultural en la Universidad de California, Berkeley.

25 agosto 2007

La comunidad nativa Sonene (Madre de Dios)

El proceso de formación de la comunidad Sonene
Junto con “Palma Real” e “Infierno”, la comunidad nativa “Sonene” alberga al grupo Ese’eja de la familia lingüística Tacana. Sonene está ubicada sobre la márgen izquierda del río Heath o Sonene, límite natural entre Perú y Bolivia, en el distrito de Tambopata, provincia del mismo nombre, en el departamento de Madre de Dios. La comunidad fue reconocida el 27 de noviembre de 1984 y cuatro años más tarde, el 19 de noviembre de 10 Nótese que los jueces de paz no están legalmente facultados para asumir este tipo de casos ni funciones.
1987, se titula el territorio con una extensión de 3,857.60 hectáreas. Está localizada a 6 horas en bote desde Puerto Maldonado.
La tierra titulada de Sonene, sin embargo, no representa todo el territorio ancestral del grupo étnico Ese’eja que se extendía hasta Bolivia donde aún se encuentran familias Ese’eja que intercambian visitas con sus parientes peruanos. La denominación Huarayo o Guarayo les fue impuesta, pero ellos se auto-denominan Ese’eja. Los Ese’eja no son muchos. Su población llega aproximadamente a 600 individuos, por lo que han sido considerados como un grupo altamente vulnerable (Brack 1997). Constantes contactos con agentes externos explican la disminución de su población a partir del siglo XX, cuando las incursiones de caucheros y otros se incrementaron en su territorio ocasionando dislocaciones territoriales y conflictos interétnicos que terminaron diezmando su población (Rummenhoeller et. al. 1991).
Finalmente, los Ese’eja tuvieron que aceptar la presencia del ‘otro’ estableciendo relaciones con misioneros dominicos, guarniciones de frontera y mestizos de Perú y Bolivia. Por la década del 50, los Ese’eja del río Sonene incursionan en el comercio de castaña, abundante en su territorio. Compañías exportadoras de castaña de Puerto Maldonado entablan relaciones comerciales con ellos, pero esta asociación no dura mucho y los Ese’eja vuelven a intercambiar sus productos con sus vecinos mestizos (Ibid.).
En 1976, personal de SINAMOS integró a los Ese’eja del río Sonene en la comunidad nativa Palma Real que agrupaba otros sub-grupos del mismo grupo étnico. Ello no fue bien recibido por los Ese’eja del río Sonene que pertenecían al grupo de los Benianos, ni por los de Palma Real que pertenecían al grupo de los Bahuaja o río Tambopata. Ambos subgrupos acostumbraban ubicar sus residencias por separado estableciendo sus propios territorios. Luego de numerosos reclamos de las familias Ese’eja del río Sonene, finalmente el Estado reconoce la comunidad nativa Sonene y posteriormente su territorio antes habitado por mestizos (Rumrrill 1984; Rummenhoeller et. al. 1991).
La comunidad nativa Sonene hoy. Entre la conservación y la subsistencia
La comunidad Sonene fue formada con 16 familias Ese’eja y una familia mestiza (Rummenhoeller et. al. 1991). Hoy la población llega a 22 familias, la mayoría de las cuales habla lengua Tacana. Tienen relación con misioneros católicos, adventistas, maronitas y pentecostales que han llegado a las comunidades Ese’eja para predicar su fé (Brack 1997). Los Ese’eja de Sonene practican la caza, pesca, recolección, horticultura y, desde el año 1977, venden madera que extraen con una motosierra adquirida mediante un préstamo del Banco Agrario (Rummenhoeller, et. al. 1991). Además, tienen convenios
firmados con ONGs y entidades del Estado para el desarrollo de pequeños proyectos productivos, turísticos y de conservación. Últimamente, la comunidad ha firmado un convenio con un operador turístico para construir un albergue en la comunidad.
Las comunidades Ese’eja Sonene y Palma Real se encuentran ubicadas dentro del perímetro de la zona reservada Tambopata Candamo. La superficie de la zona reservada Tambopata Candamo y del parque nacional Bahuaja Sonene llega a 1’585,051 hectáreas, mientras que la comunidad Sonene tiene 2,640 hectáreas. La propuesta original para la creación del parque surgió en los años 80 a iniciativa de varias organizaciones conservacionistas que veían en el Candamo un potencial biológico que debía ser conservado (Winitzky 1999). La creación del parque nacional Bahuaja-Sonene en el área del Candamo se aprueba finalmente en julio de 1996. Si bien para los conservacionistas la creación del parque significó un triunfo, la comunidad Sonene que quedó atrapada en los alrededores del parque, tuvo que adaptar muchas prácticas relacionadas con la naturaleza y su entorno a esta nueva situación. Una de ellas fue la caza de animales mayores que practicaban más allá del poblado.
Para los Ese’eja particularmente “la caza es una actividad frecuente y constituye una fuente importante para cubrir las necesidades de proteínas en la dieta alimenticia” (Rummenhoeller et. al. 1991: 28). Pero debido a la presión que ejercían los mestizos de Puerto Pardo sobre la fauna del territorio comunal, los Ese’eja se habían visto obligados a buscar animales en los alrededores del territorio titulado, incluyendo el parque Bahuaja- Sonene. Si bien la creación del parque garantizaba su territorio también limitaba su libertad para cazar; el comercio de carne de monte, huevos de Taricaya y otros productos disminuyó, lo cual redujo drásticamente sus ingresos. Algo similar sucedió con la venta de la castaña, lo que los impulsó a vender madera sin obtener tampoco el beneficio que esperaban. Esta es la principal razón por la que los Ese’eja de Sonene estuvieron en desacuerdo con la creación del ex Santuario Pampas del Heath y el Parque Bahuaja Sonene.
La conservación tuvo una consecuencia inesperada: los hizo más pobres.
Este problema no se restringe a la comunidad nativa Sonene, sino que es común a los pobladores indígenas que se encuentran dentro o alrededor de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (ANPE), quienes “experimentan de pronto, y muchas veces en forma impositiva y sin mediar explicación o compensación, una serie de restricciones en cuanto al uso de los recursos naturales” (Camino 2000: 38). Los reclamos indígenas sobre el particular tienen algo en común: la restricción de la libertad que tenían antes de la creación de las ANPE para aprovechar los recursos naturales. Las prohibiciones establecidas en la ley de Áreas Naturales Protegidas están orientadas a limitar actividades que efectivamente podrían afectar la fauna y flora de la ANPE y que están consideradas en la ley; sin embargo, muchas veces los administradores de las ANP no tienen conocimiento del contenido de las normas lo que los lleva a prohibir actividades que no lo están legalmente.
Este es el caso de un parque nacional donde:
“tradicionalmente han habitado pobladores indígenas [y] de pronto se les impide recolectar del bosque las hojas de palma que siempre han utilizado para techar sus viviendas. En otro caso, se impide a los pobladores indígenas de la zona de amortiguamiento seguir practicando caza de subsistencia al interior del ANPE vecina, de donde han obtenido su sustento por centurias, sin haber probado degradación ambiental” (Ibid.: 39).
Estas actitudes de los administradores de las ANPE no se explican solamente por el desconocimiento de la ley. Subyacen a estas prácticas políticas culturales difíciles de desarraigar, por las cuales generalmente estos funcionarios “perciben a los pobladores indígenas como ciudadanos de segunda categoría, a sus culturas tradicionales como expresiones de comportamientos sub-humanos. Ante esto asumen actitudes sea despectivas o paternalistas [lo que] ciertamente [...] daña las relaciones entre la administración de las ANPES y la población indígena” (Ibid.: 40).
Este fue uno de los temas incluídos en el acuerdo firmado en Puerto Maldonado el 20 de Julio del año 2000 entre los pueblos indígenas, su organización FENAMAD y las autoridades de Madre de Dios. Respecto a las ANP, los indígenas solicitaban que:
“el Estado reconozca el derecho al territorio indígena tradicional al interior de las áreas naturales protegidas en armonía y concordancia con el artículo
14 del Convenio 169 de la OIT... Que se respete el derecho a la forma de vida de los Pueblos Indígenas como pobladores ancestrales de las tierras en áreas naturales protegidas, el acceso libre y el uso sostenible de los recursos naturales en estas áreas, en armonía con su categoría de protección correspondiente. Que la población indígena tenga participación en la gestión de las áreas naturales protegidas donde exista población indígena, bajo la forma de cogestión. Que la vigilancia de las áreas naturales protegidas sea efectuada por la población indígena local, previa capacitación acordada entre las partes. Que las iniciativas indígenas para el desarrollo de actividades económicas de subsistencia sean incorporadas y promovidas en los planes de desarrollo de las áreas protegidas. Que el aprovechamiento de los recursos por la población indígena en las áreas naturales protegidas para su subsistencia, implique su utilización tanto para el consumo directo, como para su comercialización, la misma que permita cubrir las necesidades básicas de la población (educación, vivienda, vestido, salud y alimentación), en armonía con la zonificación del área”.
Sin embargo, hasta ahora estos reclamos no han tenido eco y los problemas continúan. La condición de los Ese’eja de Sonene es crítica. La tasa de enfermedades como la tuberculosis y la desnutrición es muy alta y la falta de ingresos los está sumiendo en la más absoluta pobreza. Ante ello, los habitantes de Sonene se encuentran abiertos a cualquier propuesta de desarrollo que se les ofrezca. Este es el caso de las empresas de turismo que veremos a continuación.
El turismo y los Ese’eja de Sonene
Entre los años 1999 y 2000, un operador turístico llegó a la comunidad Sonene para proponerles un proyecto: la construcción de un albergue en la comunidad. Las promesas de este operador de mejorar las condiciones de vida de los Ese’eja por medio del albergue turístico tenían un eco especial para los habitantes de Sonene que veían cómo se reducían sus ingresos desde la creación del parque Bahuaja Sonene.
Sin mucha demora aceptaron las condiciones del operador. Algunas personas conocedoras de la situación explicaban la actitud de la comunidad por la pobreza que agobiaba a sus habitantes “la gente es demasiado pobre y acepta cualquier cosa” (asesor de FENAMAD, com. per. 2000). Inmediatamente, el operador turístico había obtenido los planos y otros documentos de la comunidad para proceder a legalizar el convenio. Sólo tiempo después, los dirigentes de FENAMAD se habían enterado por terceras personas que las autoridades de la comunidad Sonene habían firmado un convenio con el operador turístico. A pesar de su oposición a la firma de un convenio tan desfavorable para la comunidad, FENAMAD no habría podido hacer mucho. Al contar con personería jurídica, la comunidad tenía autonomía para realizar actos como éstos haciendo innecesaria la participación de otros actores, lo cual era conocido por el operador.
En varias ocasiones los representantes de Sonene habían expresado su opinión, exigiendo que FENAMAD apoyara sus proyectos turísticos. Por su parte, los dirigentes de FENAMAD veían con recelo a estos ‘operadores turísticos’ que ofrecían el paraíso no sólo a los turistas sino también a los indígenas y que muchas veces sólo buscaban su provecho personal. También desconfiaban de este operador turístico, cuya supuesta organización era desconocida en la zona y que, amparado en ese anonimato, “ sorprende a las comunidades nativas prometiendo crear puestos de trabajo, pero los artículos del convenio no aseguran esos puestos de trabajo” (dirigente de FENAMAD, com.per., 2000).
Por su parte el INRENA había demostrado ya su disconformidad con el proyecto turístico de este operador. La Dirección del Parque Nacional Bahuaja Sonene – Zona Reservada Tambopata Candamo indicaba en un informe de Junio del 200015 que:
“a la fecha, se viene utilizando a la Comunidad Nativa a fin de gestionar los permisos correspondientes, contestando la suscrita a la Comunidad los pasos a seguir y sobre la posición de la Institución acerca de la firma del convenio. Razón por la cual la relación con el presidente de la Comunidad se ha resquebrajado, ya que piensa que nos oponemos al desarrollo y bienestar de la Comunidad”.
En efecto, la jefa del parque se había opuesto a los intereses del operador turístico, por lo que éste habría informado a la comunidad que en realidad Inrena se oponía a que la comunidad progresara. Ante ello, un miembro de la comunidad había indicado que Inrena debía pensar también en dar trabajo a los indígenas que están en zonas reservadas y no sólo en conservar la naturaleza. Arguía que no contaban con medios económicos para educar a sus hijos: “Los indígenas no viven comiendo tierra, también tenemos los mismos derechos que cualquier otro ser humano, esto lo debe pensar INRENA”.
El caso de Luis Sonihua. Autonomía, derecho transnacional y políticas de la memoria.
En medio de este conflicto, el 12 de mayo del 2000 el anciano Ese’eja Luis Sonihua murió de inanición en la comunidad de Sonene. Sonihua había querido entrar a cazar en el área de la zona reservada Tambopata Candamo, parque nacional Bahuaja Sonene, pero según sus familiares, los guardaparques le habían negado la entrada bajo el argumento de que la caza estaba legalmente prohibida. Ante ello, Sonihua se negó a probar alimento muriendo finalmente de desnutrición.
Los medios de comunicación17 difundieron la noticia de esta forma: “la presunta muerte de un indígena de la Comunidad Nativa de Sonene a raíz de una huelga de hambre que él realizó como protesta por la prohibición de INRENA (zona reservada Tambopata Candamo y parque nacional Bahuaja Sonene) en (sic) no dejarlo realizar sus actividades ancestrales (caza, pesca y recolección) en territorios del río Heath”. Inmediatamente, organismos del gobierno del ex presidente Fujimori pretendieron deslindar su responsabilidad difundiendo la noticia de que esta persona estaba muy enferma antes del incidente y que su negativa a comer empeoró su delicada salud ocasionando su muerte. Así, la Dirección del Parque Bahuaja Sonene y la zona reservada Tambopata Candamo había elaborado un informe para probar que ni los guardaparques, ni las autoridades del parque tenían responsabilidad en el asunto: “hay un mal entendido o vienen siendo manejados por alguien que desea desprestigiar la labor que viene realizando INRENA (PNBS y ZRTC), y ...si el nativo se murió fue por causas ajenas a lo propalado por las emisoras”.
Sin embargo, miembros de la comunidad insistían que Inrena tenía responsabilidad. Afirmaban que Sonihua era conocido como un buen cazador y que “días atrás había salido a mitayar [y] había preparado su arco y sus flechas...por la tarde regresó ofendido e indignado pues un guardabosques le había prohibido...cazar”. Para ellos, Sonihua había muerto “flaco por falta de alimentación que impone Inrena”20. También el sacerdote que visitaba la comunidad para realizar misa y la enfermera que lo atendió indicaron que habían recibido información de parte de la familia de Sonihua en el sentido de que él estaba acostumbrado a cazar en dicha área que consideraba su territorio ancestral, de manera que cuando los guardaparques le prohibieron la entrada Sonihua se negó a comer. En junio, el Director General de Salud de Madre de Dios elabora un informe sobre el deterioro de la salud de Sonihua en el que no se mencionan los motivos por los que se negaba a comer. El informe consigna que el tratamiento del anciano Ese’eja comenzó en enero cuando presentó dolores musculares y abdominales. Indica que a principios de abril, el enfermo se negó a comer rechazando los alimentos que se le ofrecían. Ese mes le diagnostican desnutrición grave y se le administra suero pero continúa inapetente y desea morir. Tiene deshidratación de segundo y tercer grado. No quiere ser evacuado. Finalmente, el 12 de mayo Luis Sonihua muere por deshidratación y desnutrición.
El problema se centró en determinar cuál fue la causa de su muerte. A fines de junio, la Defensoría del Pueblo sugirió a la Fiscalía de Madre de Dios que hiciera una autopsia del cuerpo de Sonihue para determinar las causas reales de su muerte. El fiscal, junto con un médico y un policía habían programado ir a la comunidad Sonene el sábado 24 para hacer la autopsia del cadáver. Los líderes de la comunidad no estaban de acuerdo pues ya estaban bastante mortificados con toda la propaganda hecha alrededor de este caso y no querían más intervenciones del Estado. Uno de los líderes nos contó que los Ese’eja pensaban que si desenterraban un muerto o se encontraban con un cadáver, podían ‘asustarse’ hasta morir. Por eso, los Ese’eja no tenían la costumbre de visitar a los muertos pues pensaban que los muertos podían “cutiparlos”. Esta creencia se sumaba a la preocupación de los líderes comunales de que el resultado de la autopsia pudiera ser tergiversado de acuerdo a los intereses del gobierno para encubrir su responsabilidad en la muerte de Luis Sonihue, responsabilidad que los miembros de Sonene querían dejar bien establecida en la medida que Inrena era el principal opositor a sus proyectos con el operador turístico.
Con la ayuda de la FENAMAD, la comunidad invocó sus derechos culturales reconocidos en el Convenio 169 de la OIT para evitar la presencia e intervención del Estado en la comunidad mediante la autopsia del cadáver. Como un ejemplo de lo que Merry (1996) denomina procesos de “vernacularización” del derecho transnacional, las autoridades comunales junto con el equipo de FENAMAD elaboraron los recursos legales pertinentes que finalmente no llegaron a presentar ante las instancias judiciales porque el fiscal había sido previamente disuadido de ordenar la realización de la autopsia.
En su momento el caso de Luis Sonihua concitó la mirada del mundo. Lamentablemente, la tergiversación de los hechos desvió la atención del problema principal, la dramática situación de las comunidades indígenas Amazónicas que genera enfrentamientos como el que hemos visto entre INRENA y la comunidad Sonene. Conflictos como éstos se agudizan por intereses de terceros como los del operador turístico que busca poner a la comunidad de su lado ante la oposición de Inrena a sus planes de construir un albergue en territorio comunal. En este contexto, la muerte de Luis Sonihua condensa esta situación y los conflictos entre las partes conviertiéndose así en un medio de expresión.
Como en el film “Rashomon” de Akira Kurosawa, las razones de la muerte de Luis Sonihua son disputadas por cada uno de los actores, quienes interpretan a su manera los hechos pasados reelaborándolos en un contexto particularmente conflictivo que expresa las necesidades de la comunidad y las relaciones entre ésta y el Estado. Este fenómeno debe entenderse como parte de las políticas de la memoria, que no pretenden definir “la verdad” sino, más bien, desentrañar los significados últimos de cada una de las versiones y entender cómo éstas son puestas en el escenario social respaldando las reinvindicaciones de cada actor.
Los casos que hemos visto demuestran que el relativo aislamiento de los indígenas amazónicos es meramente una construcción intelectual que difiere ampliamente de la realidad Amazónica. Esta realidad interpela y desafía constantemente el concepto clásico de comunidad que liga a sus habitantes a un pasado más bien prístino engendrado en las canteras de las Ciencias Sociales del siglo XX.
Fuente: COMUNIDAD NATIVA Y DERECHO DOS EXPERIENCIAS EN MADRE DE DIOS, PERU autor Patricia Urteaga Crovetto. Revista Amazonía Peruana, publicado por el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP). La autora es abogada y candidata al doctorado en Antropología Sociocultural en la Universidad de California, Berkeley.

12 agosto 2007

La Reserva Nacional Tambopata y el Parque Nacional Bahuaja Sonene (Madre de Dios)

Existen varias vías de acceso para llegar al área protegida. Vía aérea desde la ciudad de Cusco a la ciudad de Puerto Maldonado, capital de la provincia de Tambopata y capital del departamento de Madre de Dios, donde existe un aeropuerto al que llegan vuelos comerciales diariamente. Por vía terrestre, desde la ciudad del Cusco por la carretera a Puerto Maldonado hacia la zona norte del área protegida. En el departamento de Puno desde la ciudad de Juliaca hasta Putina Punko hacia la zona sur del área protegida y desde Juliaca pasando por San Gabán hasta el río Inambari. El acceso por vía fluvial se lleva a cabo a través de los ríos Madre de Dios y Tambopata en botes de poco calado. Desde Bolivia hay acceso fluvial por el río Madre de Dios y Heath.
Descripción física
Los datos metereológicos registrados indican que la temperatura media anual es de 26°C, fluctuando entre los 10 y 38°C, con una precipitación anual que oscila en promedio entre 1600 a 2400 mm (1). Los registros climatológicos y metereológicos señalan una predominancia de vientos procedentes del noreste con velocidades que fluctúan entre 0,3 y 0,6 m/seg; una precipitación mensual entre 61,5 y 435 mm y una humedad relativa mensual entre 80 y 89% (2). El área protegida presenta un patrón pluvial característico de la mayor parte de la amazonía peruana. Por otro lado, según el mapa climatológico del Perú (ONERN), la zona presenta climas húmedo y cálido (3000 mm y 25°C promedio), sub-húmedo y semi cálido (1700 mm y 26°C promedio), muy húmedo y semi cálido (4000 mm y 23°C).
El área protegida presenta ocho zonas de vida: Bosque húmedo subtropical, bosque húmedo tropical, bosque muy húmedo subtropical, bosque muy húmedo premontano subtropical, bosque pluvial subtropical, bosque pluvial premontano tropical, bosque pluvial montano bajo subtropical, bosque pluvial semisaturado montano bajo subtropical, y cuatro zonas de vida en transición: Bosque húmedo subtropical a tropical, bosque húmedo tropical a subtropical, bosque muy húmedo premontano tropical a bosque húmedo tropical, bosque muy húmedo subtropical a bosque pluvial subtropical (3).
En el área protegida se encuentran algunos ecosistemas tales como: bosque de terraza, bosque de terraza media de inundación, bosque de terraza alta de inundación, bosque de tierra firme sobre suelo arcilloso, bosque de tierra firme sobre suelo areno-arcilloso, bosque de tierra firme sobre suelo arenoso, bosque pantanoso permanentemente inundado, bosque pantanoso, bosque de pacal o bambú, pampas tropicales (4).
Los principales ríos que circundan o atraviesan el área son el Tambopata, Heath, Malinowski, la Torre, Tavara, Candamo, Guacamayo, entre otros de menor envergadura. El área presenta lagos o cochas relacionadas al carácter meándrico de los ríos, pantanos de palmeras y zonas estacionalmente inundables. Los ríos y quebradas presentan patrones de creciente y vaciante según la época del año, ya sea época de lluvias (noviembre a marzo) o época seca (mayo a septiembre) respectivamente.
Biodiversidad
El área protegida alberga una gran parte de la diversidad biológica peruana. Tambopata presenta una gran diversidad de habitats, lo que conlleva a la existencia de abundantes especies (5).
En las vertientes orientales de los Andes se puede apreciar altos niveles de endemismo (6), por lo que es de esperarse que el área protegida registre también un elevado endemismo y concentración de alta diversidad biológica para varios grupos de organismos (7). La cuenca del río Tambopata es considerada como uno de los ecosistemas con mayores índices de biodiversidad del mundo. Como un indicador de esta enorme riqueza, se puede mencionar que en un área de apenas 550 ha se han encontrado 91 especies de mamíferos, 570 de aves, 127 de reptiles y anfibios, 94 de peces, entre otros sorprendentes registros (8).
Vegetación
En el río Tambopata en Madre de Dios cerca a las colinas de Puno se presentan grupos densos de bambú, habitat único de diversas especies de aves y mamíferos. Se encuentra áreas de bosque maduros de llanos inundados y bosques típicos de montañas bajas. La flora en la reserva nacional (+/- 1400 especies de plantas vasculares) es bastante típica de la cuenca sudoeste del Amazonas (9).
El río Heath y sus pampas son un ecosistema único en el Perú. Las pampas son pastizales inundados periódicamente. Estas se renuevan a través de ocasionales incendios en la temporada seca, evitando el avance de la vegetación invasiva de la selva. Pequeños bosques o grupos de árboles con vegetación variada crecen a manera de islas en la pampa. Las áreas más planas son dominadas por pastos, juncos y otras hierbas, con algunos arbustos desperdigados.
En el área protegida se puede encontrar una alta diversidad de comunidades vegetales, varias especies forestales de importancia económica como el cedro (Cedrela odorata), caoba (Swietenia macrophylla), tornillo (Cedrelinga sp.), castaña (Bertholetia excelsa), palmeras como pona (Iriartea ventricosa), aguaje (Mauritia flexuosa), huasaí (Euterpe sp.), ungurahui (Jessenia bataua).
Fauna
Se ha encontrado que en el área protegida hay poblaciones grandes de especies que en muchas partes de la Amazonía ya son raras debido a la sobrecaza, especialmente tapires y monos araña, pero también para jaguares, huanganas, monos medianos y grandes y caimanes. En los ríos se encuentran varios grupos de lobos de río, así como nutrias.
En la zona de colinas bajas, la composición de las aves está dominada por aquellas especies amazónicas que están o se encuentran cerca de sus límites superiores de elevación; y por las especies que están total o parcialmente restringidas a una banda muy estrecha del bosque húmedo en las pendientes más bajas de los Andes. Debido a la creciente tasa de deforestación a lo largo de esta franja altitudinal en otras regiones de los Andes, esta zona de colinas bajas es uno de los habitats más amenazados en toda América del Sur. Una porción importante de este ecosistema se encuentra en el Parque Nacional Bahuaja Sonene.
En la zona de la desembocadura del río La Torre al río Tambopata, casi 575 especies de aves han sido registradas en un área de 5000 ha. Así mismo, esta zona alberga más de 1200 especies de mariposas, este hecho determina la extraordinaria importancia de conservar el área (10). Se ha registrado un total de 74 especies para las pampas del Heath y sus alrededores. Estas incluyen al ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), al lobo de crin (Chrysocyon brachyurus), al oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla), perro de monte de orejas cortas (Atelocynus microtis), 28 especies de anfibios y 17 especies de reptiles (11).
Siguiendo el libro rojo de la fauna silvestre del Perú de Víctor Pulido, diversas especies en diferente estado de conservación se encuentran en el área protegida. Se tiene especies en vías de extinción como la nutria (Lutra longicaudis) y el lobo de río (Pteronura brasiliensis); especies en situación vulnerable como oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla), armadillo gigante (Priodontes maximus), mono coto (Alouatta seniculus), maquisapa negro (Ateles paniscus), machín blanco (Cebus albifrons), machín negro (Cebus apella), mono choro (Lagothrix lagothricha), jaguar (Panthera onca), espátula rosada (Ajaija ajaja), paujil (Crax globulosa), tortuga charapa (Podocnemis expansa), taricaya (Podocnemis unifilis), anaconda (Eunectes murinus); especies en situación rara como armadillo peludo (Dasypus pilosus), pichico negro (Callimico goeldii), perro de monte (Speothos venaticus), perro conchero (Procyon cancrivorus), tanka (Mazama chunyi), pacarana (Dinomys branickii), aguila harpía (Harpia harpya); especies en situación indeterminada como musmuqui (Aotus miconax), perro de orejas cortas (Atelocynus microtis), manco (Mustela africana), tigrillo (Leopardus pardalis), huamburushu, (Leopardus wiedii), yaguarundi (Herpailurus yaguaroundi), venado cenizo (Mazama gouazoubira), guacamayos y loros (Ara ararauna, Ara militaris militaris, Ara macao, Ara chloroptera, Ara severa castaneifrons, Ara couloni), motelo (Geochelone carbonaria), caimán blanco (Caiman sclerops), mantona (Epicrates cenchria).
Manejo
Administración
Las áreas naturales protegidas del Perú se encuentran a cargo de la Dirección General de Áreas Naturales Protegidas bajo la administración del Instituto Nacional de Recursos Naturales INRENA, organismo perteneciente al Ministerio de Agricultura. La actual administración se rige por la Ley N° 26834, Ley de Áreas Naturales Protegidas del 30/06/97 y por su reglamento Decreto Supremo N° 038-2001-AG.
La Reserva Nacional Tambopata y el Parque Nacional Bahuaja Sonene han sido creados a partir de una misma área protegida, la Zona Reservada Tambopata Candamo, por ello son áreas protegidas geográficamente contiguas que forman una unidad. A pesar de contar con categorías de protección y manejo diferentes, la reserva y el parque cuentan con una única administración, que consiste en 15 guarda parques (13 en Madre de Dios y dos en Puno), un personal administrativo, un jefe (en Madre de Dios), una subjefatura (Puno) y dos profesionales de apoyo (uno en Madre de Dios y uno en Puno). El plan maestro del área protegida se encuentra actualmente en proceso de elaboración.
Se cuenta con cinco puestos de control hábiles: 1) A la entrada del lago Sandoval en el río Madre de Dios a media hora aguas abajo de Puerto Maldonado en motor fuera de borda de 55hp; 2) El puesto Huisene en el río Madre de Dios en la desembocadura del río Palma Real a dos horas aguas abajo de Puerto Maldonado, cuenta con un puesto de control temporal, el puesto Enahuipa en el río Palma Real; 3) El puesto la Torre, en el río Tambopata en la desembocadura del río la Torre al inicio de la reserva nacional junto al límite con la comunidad de infierno, a unas tres horas en motor fuera de borda desde Puerto Maldonado; 4) El puesto Malinowski, en el río Tambopata en la desembocadura del río Malinowski, cerca al límite del parque nacional, a seis horas de Puerto Maldonado; 5) El puesto San Antonio en el río Heath a seis horas de Puerto Maldonado, con dos refugios temporales, el de Picoplancha y Juliaca. En la parte del departamento de Puno, en la zona de San Juan del Oro, hay una oficina en la localidad de Putina Punco, con una profesional encargada y dos guarda parques.
Los guarda parques tienen un sistema de rotación en todos los puestos de control de la zona de Madre de Dios. Allí llevan a cabo labores de observación de fauna, del clima y de eventos especiales como el ingreso de personas, extracción ilegal, etc. También llevan a cabo labores de sensibilización a los pobladores vecinos.
Hay un control del ingreso de turistas, se registra cuántos ingresan, quiénes son y por cuánto tiempo se quedan. Los guardaparques realizan dos informes radiales diarios.
Por el momento, la administración del área protegida adolece de financiamiento suficiente para poder realizar acciones efectivas de vigilancia y control en el campo. Los recursos financieros para cubrir los costos de combustible, botes, motores y personal son insuficientes para gestionar de manera adecuada tan extensa área geográfica. Los guardaparques no puede realizar las visitas a las comunidades ni los patrullajes tan frecuentemente como se desearía por las limitaciones financieras y logísticas.
Presupuesto
El presupuesto total anual es de 140.000 nuevos soles (aprox. US $38.000) destinados a gastos operativos, el dinero generado proveniente del pago que hace el turismo se centraliza en el INRENA desde donde se distribuye entre las áreas del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado SINANPE para necesidades diversas. Los sueldos así como los gastos operativos son cubiertos por fondos nacionales. La WWF-Perú contribuye cubriendo -hasta diciembre del 2002- el sueldo de tres profesionales y un guarda parque. Hay asignado presupuesto de fuentes internacionales, 30.000 dólares de la cooperación holandesa y 13.000 dólares de Biofor para la elaboración del plan maestro. En un futuro habrán fondos disponibles del Global Environmental Facility (GEF) fase II para el área protegida.
Historia y Límites
En enero de 1990 el gobierno peruano estableció la Zona Reservada Tambopata-Candamo por Resolución Ministerial No. 032-90-AG-DGFF del 26 de enero de 1990 (El Peruano, 17/02/90) con una extensión de 1.478.942,45 hectáreas y un perímetro aproximado de 850 kms, ubicada entre los departamentos de Madre de Dios (40%) y Puno (60%) (12).
Inicialmente la Zona Reservada Tambopata Candamo aparece con su límite norte compuesto por la carretera Cusco - Puerto Maldonado, el río Tambopata a partir de la boca del Malinowski y el río bajo Madre de Dios, excluyendo a la comunidad de Infierno, pero incluyendo a las comunidades de Puerto Pardo, Palma Real y Sonene en su interior. Por el este el límite de la zona reservada lo constituye la frontera con Bolivia que incluye la totalidad del río Heath hasta las cabeceras del Tambopata en Puno, excluyendo el santuario Nacional Pampas del Heath, única muestra de savanas tropicales en el Perú, área protegida existente antes de la declaración de la zona reservada. Por el sur hasta la confluencia del río Lanza con el río Tambopata, de allí en dirección noroeste el límite del área protegida sigue por el divortium aquarium de la cuenca del río Inambari hasta la quebrada Mazuko. Es a partir de estos límites iniciales de la Zona Reservada Tambopata Candamo que se crean el Parque Nacional Bahuaja Sonene y posteriormente la Reserva Nacional Tambopata.
Luego de un proceso participativo, se estableció el 17 de julio de 1996 por Decreto Supremo No. 012-96-AG el Parque Nacional Bahuaja-Sonene como área de protección estricta con 537.053,25 mil hectáreas de extensión (13). Esta declaración de parque nacional incluyó al Santuario Nacional Pampas del Heath en su interior, haciendo desaparecer su categoría de santuario al pasar éste a ser parte del parque nacional. El área de la Zona Reservada Tambopata Candamo, no considerada en el Parque Nacional Bahuaja-Sonene, mantiene su condición de zona reservada.
Límite inicial del Parque Nacional Bahuaja Sonene, de la Zona Reservada Tambopata Candamo y del Lote 78. El nuevo parque nacional se encontraba limitado por la presencia del Lote 78 para exploración petrolera del consorcio Mobil (14). El área del Lote 78 abarcaba la parte suroeste de la zona reservada, incluyendo la cuenca del río Tavara. El consorcio Mobil, al no encontrar hidrocarburos en calidad y cantidad importantes, hizo entrega del Lote 78; este territorio pasó a formar parte del parque nacional. De esta manera, el 4 de septiembre del 2000 por Decreto Supremo No. 048-2000-AG (El Peruano 5/09/00) (15) se amplía el área del Parque Nacional Bahuaja-Sonene a 1.091.416 ha.
El Decreto Supremo No. 048-2000-AG también crea la Reserva Nacional Tambopata en Madre de Dios con 274.690 ha (16). Los límites de la reserva excluyen los territorios de las comunidades de Sonene, Palma Real y el asentamiento de Puerto Pardo. Finalmente, mediante Resolución Jefatural No.298-2001-INRENA, se precisan los límites de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata (17).
La zona de amortiguamiento va desde el límite norte de la Reserva Nacional Tambopata hasta la carretera Cusco-Puerto Maldonado en su parte oeste y hasta el río Tambopata y bajo Madre de Dios hacia el este. La resolución jefatural No. 298-2001-INRENA también establece de manera provisional la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene, hasta que los estudios correspondientes establezcan el área definitiva. Esta zona de amortiguamiento está comprendida entre el divortium aquarium y el río Inambari desde el alto Tambopata bordeando todo el lado suroeste del parque hasta la localidad de Mazuko.
Influencia humana
Población
No hay poblaciones humanas habitando dentro de los límites del Parque Nacional Bahuaja Sonene. En la Reserva Nacional Tambopata se dan casos aislados de asentamiento al interior del área, en la porción que corresponde al río Malinowski y alrededor de su desembocadura en el río Tambopata.
En la zona de amortiguamiento que corresponde a Madre de Dios hacia el norte viven cerca de 3,200 personas (18). Esta cifra resulta conservadora al no incluir la migración de los últimos cinco años y al no considerar a los que viven al otro lado de la carretera, población que a pesar de estar fuera del área, hace uso directo de la misma. En el área de amortiguamiento que corresponde a Puno en la parte sur viven en forma temporal unas 3800 personas (19), poblaciones indígenas andinas que migran a esta región para cultivar café.
Este número resulta también muy conservador, según el gerente del proceso de elaboración del plan maestro del parque y la reserva nacional (20), en esa zona existe una población flotante que migra temporalmente en época de mayor necesidad de mano de obra, llegando hasta los 11 mil habitantes.
Existe un grave vacío de información a lo largo del río Inambari. Se sabe que hay población asentada, pero se desconoce con precisión cuántos son y a qué actividades se dedican; se presume que se llevan a cabo actividades agrícolas en la parte alta, actividades madereras en la parte baja y minería artesanal a lo largo de toda la zona.
En el ámbito de la zona de amortiguamiento se encuentran diferentes poblaciones de diversas características socio-culturales. La población indígena, con aproximadamente 1000 personas, en las comunidades de Infierno, Palma Real, Sonene y Kotsimba. Los territorios de estas comunidades no se encuentran al interior del área protegida, pero sí colindan con la misma. Estas poblaciones practican actividades de subsistencia.
Se tiene a poblaciones mestizas o lugareñas, conformados por segunda o tercera generación de descendientes de migrantes. Estas poblaciones ocupan principalmente las orillas de los ríos Tambopata y bajo Madre de Dios. Esta población mestiza se dedica principalmente a la actividad agrícola, en menor medida a la ganadería, la caza, la pesca y la recolección de recursos del bosque.
La población de colonos de origen andino, recientemente asentados en la zona, se ubica principalmente a lo largo de la carretera Cusco - Puerto Maldonado, en la parte sur en la zona de Putina Punco en Puno, donde se dedican a la siembra del café y en la parte suroeste en el río Inambari, donde se dedican a la agricultura de subsistencia, extracción de madera y oro.
La creación del área protegida fue el resultado de un proceso participativo que logró concertar las opiniones y preocupaciones de los pobladores locales afectados, de los organismos del estado, de instituciones privadas y organismos de desarrollo sin fines de lucro. Al inicio de su creación, los pobladores locales se opusieron y rechazaron el establecimiento del área protegida por el temor de verse impedidos de hacer uso de los recursos naturales y de poder desarrollar actividades de subsistencia. Hoy hay menos oposición que antes y se percibe mayor entendimiento por parte de la población local.
Turismo
El turismo es una actividad que en los últimos años ha cobrado gran importancia. En Madre de Dios hay alrededor de 25 albergues turísticos registrados, de los cuales 11 se encuentran en el interior de la zona de amortiguamiento y dos en la reserva nacional. También hay guías independientes de turismo que operan en la zona, son alrededor de 13 los guías registrados hasta el momento. Se esta dando un auge del turismo en la región, algunos pobladores locales están participando con sus propios albergues y hospedajes a través de préstamos y del apoyo de instituciones. Existen en el área dos albergues propiedad de comunidades indígenas, uno en Infierno en el río Tambopata y el otro en Sonene en el río Heath.
El turismo en el área protegida se concentra en el río Tambopata y en el bajo Madre de Dios. Al año ingresan un promedio de 7 a 8 mil turistas, sobretodo de procedencia extranjera. Se cobra un derecho de ingreso por turista que visita la zona y el monto es según la actividad que realiza, si se queda a dormir, si visita la collpa de guacamayos o si hace rafting. Existe un circuito de rafting que baja por el río Tambopata desde Putina Punco cruzando todo el parque nacional hasta Puerto Maldonado.
Si bien cada operador turístico tiene diferente grado de responsabilidad y organización en la forma de llevar a cabo su trabajo, el turismo presenta algunos problemas que afectan las áreas en las que operan, tales como compactación de suelos en trochas y caminos, mala disposición de residuos líquidos y sólidos, perturbación a la fauna, uso de zonas no autorizadas, interferencia con actividades de las comunidades locales, incremento del tráfico de ríos, entre otros.
Hay dos albergues turísticos que encontrándose ubicados fuera del parque nacional operan dentro del mismo. Un albergue en el río Tambopata que ocasionalmente lleva a sus turistas hasta el río Távara y el otro albergue en el río Heath que visita una "collpa" de loros en el interior del parque. Los albergues restringen la cacería de animales en sus alrededores, de manera que los cazadores buscan otras áreas de caza. En muchos casos la interferencia con las actividades de caza crea malestar entre la población generando oposición.
Algunos albergues ubicados frente a la zona de amortiguamiento al otro lado del río bajo Madre de Dios hacen uso de la zona de amortiguamiento cruzando el río, estableciendo sistemas de trochas y visitando el lago Sandoval y alrededores. Algunos operadores de turismo ofrecen a los visitantes la posibilidad de pescar o cazar y demandan que el área protegida les de autorización. Los guías independientes suelen llevar a sus turistas a campamentos, no haciendo uso de los albergues, resultando más difícil el control de sus actividades.
En muchos casos los operadores dueños de albergues piensan que la concesión para operar turismo les da propiedad del suelo y del bosque, hacen trochas, caminos y circuitos, instalan infraestructura, cortan vegetación, marcan árboles, etc.
El lobo de río es una especie de mucho interés para el turista, se presenta en folletos y publicidad y los turistas exigen verlos. Esto genera presión sobre las poblaciones de lobo de río, especialmente en los lagos, donde los turistas se acercan a corta distancia, los persiguen y acorralan para fotografiarlos, los buscan y llaman constantemente. Problema similar se presenta con guacamayos y loros que bajan a comer tierra mineral en las "collpas" o bancos de arcilla, donde en muchos casos los turistas se acercan demasiado, hacen ruido o perturban.
La administración del área protegida a través de la propuesta de "Estándares para Ecoturismo Propuestos para el Parque Nacional Bahuaja Sonene y Reserva Nacional Tambopata"ha establecido normas para todos los operadores turísticos que trabajan en la zona y pautas de comportamiento para los visitantes, propuesta que se encuentra en proceso de aprobación. Se implementará un sistema de sanciones para las compañías/guías que las incumplan. La elaboración del Plan de Uso Turístico se inició con el desarrollo de los estándares en coordinación con los albergues locales e incluirá planes de sitio para cada objetivo turístico, que reglamenta el número y lugar de trochas o caminos que se puede hacer, número de botes con los que se cuenta, número de visitantes según la capacidad de carga de cada lugar, por dónde se puede transitar y por dónde no, manejo de residuos, etc. Para el turismo especializado -rafting-que se inicia en Puno (desde Putina Punco), la administración del área les sugiere contar con un seguro contra accidentes y teléfonos satelitales, pues el área protegida no está en la capacidad de asumir acciones del rescate en caso de accidente.
Conservación e investigación
Desde la creación del área protegida se han llevado a cabo una serie de proyectos de conservación e investigación tales como:
El proyecto de investigación de lobo de río de la Sociedad Zoológica de Frankfurt;
El proyecto de investigación de la ecología del guacamayo de Rainforest Expeditions;
El proyecto de educación ambiental de la Asociación para la Conservación de la Selva Sur; El proyecto regional de áreas protegidas amazónicas desarrollado por el INRENA, que dotó a la administración de infraestructura complementaria y capacitación;
Todas las investigaciones realizadas en el albergue Explorer´s Inn en el río Tambopata junto con la Asociación Internacional Trees, y en otras zonas del área protegida por estudiantes y naturalistas en los últimos 25 años, siendo muchas de ellas tesis de grado, monografías y reportes no publicados;
Los estudios de impacto ambiental y social para la exploración petrolera del consorcio Mobil en el Lote 78;
Los registros de clima, ingreso de personas, relaciones con las comunidades e investigaciones sobre la palmera palmiche y felinos que realizan los guardaparques en los puestos de control, entre otros diversos estudios e investigaciones;
El proyecto de INRENA de conservación de tortugas taricayas en el río Heath con participación de la comunidad nativa de Sonene y con apoyo de la ONG peruana Pronaturaleza.
Los proyectos ejecutados por Conservación Internacional tales como el programa de evaluación biológica rápida-RAP, que llevó a cabo inventarios rápidos y simples a fin de aportar información científica que sirvió para determinar las categorías de protección del área; el programa de desarrollo basado en la conservación de Tambopata-PREDESCOT, con el objetivo de elaborar e implementar una estrategia para mejorar la calidad de vida de la población de la cuenca del río Tambopata a través de un esquema de conservación de la diversidad biológica con participación de la población local; el proyecto de conservación de ecosistemas y uso sostenible de los recursos naturales en la Zona Reservada Tambopata Candamo, llevado a cabo por el INRENA y Conservación Internacional con apoyo financiero de la cooperación holandesa, con el objetivo de proteger una muestra representativa de bosque húmedo tropical en la región, fortalecer la gestión del área protegida, generar información, evaluar los recursos naturales, diseñar y llevar adelante un programa de capacitación y extensión para fortalecer la capacidad de autogestión de la población local.
Amenazas
Las amenazas a la Reserva Nacional Tambopata y al Parque Nacional Bahuaja Sonene incluyen:
o Minería aurífera
o Extracción ilegal de madera
o Extracción de recursos del bosque
o Incremento de la actividad agropecuaria
Minería aurífera
Desde mediados de la década de los 70 hasta fines de los años 90, la minería aurífera ha constituido la actividad económica más importante en esta parte del Perú. La actividad de minería aurífera en el departamento de Madre de Dios tradicionalmente se ha llevado a cabo a lo largo del río Madre de Dios, en el río Inambari, río Colorado, río Malinowski y muy fuertemente en las localidades de Punkiri y Huaypetue cerca de Mazuko. En la actualidad, las zonas tradicionalmente mineras de Madre de Dios ya han sido severamente explotadas y la cantidad de oro que se extrae es menor que en años anteriores, por esta razón muchos mineros están en la búsqueda de nuevas zonas para sacar oro.
La minería aurífera genera impactos sobre los bosques y los cauces de ríos y quebradas. Origina mayor turbidez y sedimento en el agua y contamina los ríos con mercurio, el cual es usado para separar el oro de la arena. El mercurio entra a las cadenas tróficas a través de los peces y termina siendo ingerido por seres humanos que viven en el área.
Cuando se crea la Zona Reservada Tambopata Candamo en el año 90, existían en su interior concesiones mineras, las cuales continuaron teniendo vigencia. La actividad minera en el área protegida actualmente se centra en el río bajo Madre de Dios y en todo el curso del río Malinowski, en los alrededores de la localidad de Mazuko y en la comunidad de Kotsimba, junto al parque nacional.
La actividad minera en el río bajo Madre de Dios se lleva a cabo tanto a pequeña escala en forma artesanal como a mediana escala con el uso de dragas flotantes. En esta zona la actividad se realiza sobretodo en época seca, cuando aparecen las playas en los ríos. Se pueden observar mineros artesanales trabajando en las orillas del río, cargando piedras y arena con lampa y carretilla, y lavando este material a mano con baldes o con pequeñas bombas de agua. También se pueden observar dragas flotantes, que generalmente se arman a partir de dos canoas juntas acondicionadas para instalar una infraestructura con maquinaria de succión y bombeo. La capacidad de lavado, desplazamiento y operación de estas dragas flotantes es superior a la magnitud de trabajo de la minería artesanal, removiendo mayor cantidad de suelo y lecho de río y por lo tanto generando un mayor impacto al medio ambiente.
En el río Malinowski la actividad minera se lleva a cabo en forma artesanal, con el uso de sistemas de extracción manuales en las orillas del río. Si bien en la actualidad la administración del área protegida prohíbe el ingreso de dragas a esta zona, evitando impactos de operaciones mecanizadas y de mayor magnitud, existe sin embargo una cantidad importante de mineros individuales trabajando a pequeña escala.
Por la naturaleza del trabajo temporal y el difícil acceso, no se conoce con exactitud el número de personas que operan en el área. Debido a que el río Malinowski constituye el límite entre la reserva nacional y el área de amortiguamiento, la minería que se lleva a cabo en sus orillas afecta directamente a la Reserva Nacional Tambopata.
Los mineros han formado diversos grupos y asociaciones con el fin de defender sus intereses (21). Algunas de estas organizaciones -formadas por pequeños mineros, algunos procedentes de Huaypetue- manifiestan, en talleres y en otros eventos participativos para la elaboración del plan maestro del área protegida, su interés en que se declare un área de libre explotación minera en ambas orillas a lo largo de todo el río Malinowski, aunque las asociaciones formadas por pobladores que viven allí mismo desde hace 10 años en promedio, manifiestan interés de diversificar sus actividades económicas. No sería de extrañar que el interés del primer grupo se convierta en el futuro en un lobby y en mecanismo de presión que complique la administración y manejo del área protegida.
Minería Artesanal en Tambopata
En los alrededores de Mazuko, en el área de amortiguamiento, se concentra actividad de extracción minera en forma mecanizada, con el uso de tractores, cargadores frontales, camiones, bombas de agua de gran poder y grandes plataformas de extracción. Estas actividades se concentran en la quebrada Dos de Mayo y en la quebrada Mazuko. Se ha podido dar cuenta de reportes sobre mineros artesanales trabajando en tierra firme a tajo abierto en el divortium aquarium entre las nacientes del río Malinowski y el Inambari, supuestamente al interior del parque nacional en la punta este más cercana a Mazuko, al sur de la comunidad de Kotsimba. La actividad minera al interior de la comunidad de Kotsimba se lleva a cabo a pequeña escala.
Si bien el territorio de esta comunidad corresponde al área de amortiguamiento, éste se encuentra bordeando el parque y la reserva nacional y posee en su interior las cabeceras del río Malinowski. A pesar que este asentamiento tiene la denominación de comunidad nativa, en realidad sólo hay dos familias nativas y el resto son colonos que se dedican a la extracción de oro y madera. La comunidad tiene alrededor de 300 personas asentadas en forma dispersa. Existen conflictos intensos al interior de esta comunidad, hay mucha división y opiniones encontradas a raíz de intereses opuestos. Recientemente se ha abierto una trocha carrozable que llega hasta las orillas del río Malinowski, entrando por la quebrada Dos de Mayo, pasando un abra por una loma divisoria de aguas, y llegando al río por la quebrada Pensión Venado. La apertura de esta trocha facilita el acceso de extractores de todo tipo, sobretodo de extractores mineros en busca de nuevas áreas de prospección.
A lo largo de la carretera a Cusco existen diversos accesos a pie hacia el río Malinowski, que en una o dos horas llegan hasta la orilla del río. Estos accesos son utilizados principalmente por los mineros asentados en el río para llevar sus herramientas y víveres hacia sus zonas de operación, sin tener que dar una gran vuelta en bote gastando gasolina y tiempo. Existen accesos en los kilómetros 37, 70, 90, 110, 120, y varios accesos alrededor de Mazuko, no solamente utilizados por mineros sino también por extractores de madera y de otros recursos naturales. Los mineros asentados en la boca del río Malinowski se desplazan por el río Tambopata y cruzan los controles del INRENA, mientras que en los otros accesos no existe ningún control.
Extracción ilegal de madera
En el reglamento de la ley de áreas naturales protegidas Decreto Supremo No. 038-2001-AG se prohíbe en las reservas nacionales las actividades de aprovechamiento forestal con fines madereros de carácter comercial, con excepción de las provenientes del manejo agroforestal, incluyendo el manejo y plantaciones de enriquecimiento de bosques secundarios (22). Sin embargo, tanto en el área de amortiguamiento como en la reserva nacional se lleva a cabo una intensa extracción de madera, actividad que al no ceñirse a los reglamentos vigentes, resulta en extracción ilegal. Si bien los puestos de control del río Tambopata y del río Heath impiden que salga un flujo importante de madera de la reserva nacional, siempre se da extracción con fines comerciales. Esto ocurre sobretodo por trochas y caminos que conectan el río Malinowski con la carretera, como por el mismo río Tambopata burlando los controles del INRENA.
En la zona de amortiguamiento se da una extracción constante de madera, ya no se extrae especies valiosas como el cedro o la caoba por haber sido éstas especies sobre-explotadas. Hoy se saca tornillo Cedrelinga catenaeformis, requia Guarea sp, moena Nectandra Ocotea y otras especies de menor valor. El principal método de manejo forestal en la zona es la tala selectiva. Los madereros cortan generalmente los árboles de mayor interés comercial con motosierras y dividen el tronco, preparando tablas en el mismo lugar para luego ser transportadas al punto de venta.
La madera que se extrae es transportada por ríos, quebradas y caminos de acceso. Un punto importante de extracción en el área protegida es la quebrada Briolo, entre el lago Sandoval y el río Palma Real en el bajo Madre de Dios, donde mucha gente, sobretodo pobladores de Puerto Maldonado, ingresan para sacar madera. Colonos ubicados en el asentamiento Jorge Chávez muy cerca de la reserva nacional, sacan madera por esta quebrada en época de lluvia cuando hay más agua para transportar los troncos o lo hacen por trocha hasta el río Tambopata en época seca con ayuda de un tractor agrícola. En el río Tambopata, en la localidad de Condenado cerca a la boca del Malinowski muy cerca de la reserva nacional, hay un grupo de personas que saca aproximadamente cinco mil pies de madera semanalmente según reportes locales.
A lo largo de la carretera a Cusco en la sección Puerto Maldonado - Mazuko se saca también gran cantidad de madera ilegal. Esta extracción la realizan mayormente los agricultores colonos asentados en la carretera, estos han acabado con la madera útil en la cercanía y se ven forzados a desplazarse cada vez más lejos al interior de la zona de amortiguamiento para sacar madera, que luego embarcan en camiones en sus predios agrícolas al lado de la carretera.
Los resultados del proyecto de clasificación participatoria del uso mayor de la tierra en áreas de influencia de la zona reservada han mostrado que una de las zonas críticas se encuentra entre los kilómetros 50 y 143 de esta carretera. Los agricultores, luego de varios fracasos en iniciativas agrícolas y ganaderas, extraen toda la madera comercial de sus predios y luego continúan hacia otras áreas de bosque primario donde inician nuevamente el ciclo (23).
El río Jayave, que cruza la carretera en el kilómetro 126 en dirección a Mazuko, es un punto importante de extracción maderera. Los extractores llevan los troncos y tablones flotando hasta la carretera donde luego los embarcan en camiones que los trasladan hasta Cusco. Así mismo, los asentamientos de Villa Rocío y Santa Rita presentan gran actividad de extracción de madera.
La migración de gente a la zona hace que incremente la extracción ilegal de madera. En la quebrada Manuani, cerca de la localidad de Mazuko en el área de amortiguamiento, un grupo de migrantes ha invadido la zona y se ha instalado bajo el nombre de asociación agroforestal de ganaderos. Este grupo de gente lleva a cabo extracción de madera ilegal y está deforestando el bosque para implementar actividades agropecuarias.
En la comunidad de Kotsimba también se lleva a cabo extracción de madera. Ellos tienen contratos de extracción en sus territorios, por lo que la actividad no resulta ilegal. Los pobladores de esta comunidad han recibido apoyo de un grupo de extractores madereros para la construcción de un camino carrozable hasta el río Malinowski. A través de este apoyo han obtenido prestamos para el alquiler de maquinaria pesada y otros requerimientos que ahora están obligados a pagar. El pago de esta deuda se hará por el equivalente en madera y no una devolución en dinero efectivo.
La reciente construcción de este camino significa el inicio de un proceso constante de extracción de madera que antes no existía en esta comunidad. Este camino facilita también el ingreso de mineros a la zona, tanto artesanales como mecanizados, así como el ingreso de colonos migrantes en busca de lugares para asentarse. El divisionismo existente entre los miembros de esta comunidad hace que su organización interna sea débil, lo cual impide que se puedan defender ante invasiones, extractores ilegales y otros incidentes. El camino impone un impacto negativo sobre el área protegida. Se vislumbra que cuando los bosques del territorio Kotsimba se encuentren en pocos años sobre-explotados, comenzarán las incursiones al interior del área protegida.
Los caminos para extracción y las concesiones madereras mal manejadas han sido siempre las vías por donde agricultores migratorios y colonos ganan acceso a terrenos de selva. Los caminos para extracción maderera abren áreas de bosque tropical previamente inaccesibles a agricultores migratorios. Tal es el caso de la localidad de Jorge Chávez, donde hay un camino antiguo de extracción forestal que ha posibilitado el acceso de gente que lleva a cabo extracción de madera y agricultura en un área colindante con la reserva nacional.
En el área de amortiguamiento de la zona sur del parque nacional, se está llevando a cabo una intensa extracción de madera (24), actividad que está abriendo caminos forestales que luego son utilizados por los agricultores migrantes para penetrar en la zona y asentarse.
Extracción de recursos del bosque
Las principales actividades de extracción de productos del bosque son la caza de animales silvestres, la pesca y la recolección de frutos, hojas de palmera, miel, huevos, entre otros. Estas actividades las llevan a cabo los pobladores rurales asentados en la zona, principalmente con fines de subsistencia, pero también con propósitos comerciales (25).
La cacería en la zona de amortiguamiento y la reserva nacional es primordialmente una actividad de subsistencia. Si bien la cacería con fines comerciales ha disminuido significativamente en los últimos años, especialmente debido a la declaración del área protegida y a los esfuerzos del INRENA por educar a la población, muchos pobladores continúan la caza con fines comerciales. En las comunidades nativas sobretodo, reciben el apoyo de habilitadores quienes les proveen balas, alimentos y pago adelantado para que los cazadores puedan entrar al bosque por varios días y sacar carne de animales silvestres, que los habilitadores llevan luego a Puerto Maldonado para comercializar por su cuenta. Otros cazadores, más que nada los mestizos que tienen mayor facilidad de transporte, comercializan ellos mismos la carne en la ciudad.
Los estudios de Loja muestran que hay mayor presión de caza en el río Tambopata que en el río bajo Madre de Dios (26). Los pobladores de la comunidad de Infierno suelen ingresar al río La Torre, afluente del Tambopata al interior de la reserva nacional, para cazar y traer otros productos del bosque. En este río, pobladores de la comunidad poseen concesiones castañeras. De la misma manera, los pobladores de las comunidades de Sonene y Palma Real viajan aguas arriba por el río Heath al interior del parque nacional, sin que la administración del área protegida les impida el ingreso, por constituir esta zona parte de su territorio ancestral. Por otro lado, en la localidad de Mazuko y alrededores, al oeste del la zona de amortiguamiento, la actividad de caza es muy intensa por parte de los colonos.
Caza de Subsistencia
En cuanto a las actividades de pesca, predomina en general la pesca a niveles de subsistencia. También existe pesca con fines comerciales y ésta se centra en el río bajo Madre de Dios, límite noreste del área de amortiguamiento. La captura promedio en el río bajo Madre de Dios representa el 90% del desembarque total registrado en Puerto Maldonado, lo cual muestra la importancia de esta zona dentro de la pesquería en la región. Es importante notar que la presión de la flota pesquera sobre el recurso en el bajo Madre de Dios está en aumento. Por otro lado, la pesquería en el río Tambopata enfrenta el incremento de una población que tiene a la pesca como fuente de proteína animal (27).
Un recurso de gran demanda en la región son las hojas de palmeras para los techos de las casas, tanto a nivel rural como en zonas urbanas. Así mismo, los frutos de palmeras como el aguaje (Mauritia flexuosa), el ungurahui (Oenocarpus bataua), la pona (Iriartea deltoidea) entre otros, tienen gran salida en el mercado local. El problema con esta actividad se presenta en el método de cosecha, pues los extractores tanto de hoja como de frutos cortan las palmeras para cosechar el producto, impidiendo la sostenibilidad del recurso y afectando el área protegida.
La recolección de castaña (Bertholetia excelsa) es una actividad importante tanto en la zona de amortiguamiento como en la reserva nacional. La castaña es una actividad económica de gran importancia para la región. Madre de Dios es el único departamento del Perú que posee bosques de castaña. Porciones importantes de estos castañales se encuentran al interior del área protegida, en la mitad oeste de la misma, desde el río Tambopata hasta la frontera con Bolivia. Existen concesiones castañeras vigentes en el área. El INRENA con apoyo de ONGs de conservación está implementando un plan de ordenamiento castañero, que exige a los extractores que estén al día en su documentación, que tengan campamentos con pozos sépticos, que los árboles estén marcados, que tengan trochas limpias. Los árboles se identificarán con GPS y los castañeros deben declarar la cantidad exacta que extraen, la cantidad de personal que usan, lo que se invierte en salarios, víveres, etc., datos que servirán para futuros monitoreos y para hacer más eficiente la actividad.
Hay extracción de otros productos como resinas, fibras, plantas medicinales, miel, etc. Sus niveles de recolección no son aún de gran magnitud. Sin embargo, se ha podido observar que la oferta de estos productos se ha incrementado en el mercado local (28). Con el crecimiento de la ciudad de Puerto Maldonado hay mayor cantidad de puestos de venta de medicinas y remedios naturales de lo que había hace unos cinco años. En el caso de los huevos de tortuga (Podocnemis unifilis), están escaseando en los grandes ríos debido a la sobreexplotación. El río Heath es un lugar que alberga playas con importantes niveles de nidificación.
Actividad agropecuaria
Los colonos en Madre de Dios generalmente prefieren cortar nuevas áreas de bosque virgen en lugar de retornar a terrenos previamente utilizados. Es una costumbre extendida que los colonos corten 4 ó 5 hectáreas de bosque virgen cada año, y usen sólo una hectárea o menos para cultivos de subsistencia, dejando el resto del terreno sin uso y degradado. Todos los años este proceso se repite. La ignorancia de técnicas agrícolas adecuadas da lugar a una severa degradación de los terrenos en la región. En la zona de amortiguamiento esta situación está muy acentuada entre los colonos de la carretera, algunos en el río Tambopata y río bajo Madre de Dios.
Existe un camino carrozable desde Puerto Maldonado hasta la comunidad de Infierno en el río Tambopata. Este camino es muy utilizado por los albergues turísticos del río Tambopata, quienes llevan a los turistas por carro hasta la comunidad donde luego los embarcan en botes para llegar al albergue, ahorrándose una porción del viaje por río desde Puerto Maldonado. Este camino ha facilitado el acceso de agricultores foráneos que se han asentado a lo largo de la vía. En la actualidad hay un grupo de agricultores arroceros asentados en los alrededores del lago Tres Chimbadas ejerciendo presión sobre los terrenos y recursos en la zona de amortiguamiento y en oposición a las actividades de turismo e investigación que la comunidad nativa desea promover en el lago.
Una actividad que también impacta los bosques del área de amortiguamiento es la ganadería. La ganadería en la región, como en todo bosque tropical, es de baja producción. Típicamente requiere de una a dos hectáreas de pasto por cabeza de ganado. Cada año, los ganaderos tienen que cortar más bosque para mantener a su ganado. Esta situación se observa sobretodo en la carretera Puerto Maldonado - Cusco, donde hay una cantidad importante de cabezas de ganado vacuno.
Terreno destinado para la agricultura Pastizal en la Zona reservada
La zona sur del parque nacional, en el distrito de San Juan del Oro en la zona de Puno hay gran presión por parte de la actividad agrícola. El camino de acceso a la región, que pasa por la localidad de Putina Punco y que va paralelo al río alto Tambopata hasta la frontera con Bolivia, permite la entrada de indígenas andinos que se dedican al cultivo del café y otros productos de panllevar. Los impactos de la actividad agrícola no son difíciles de percibir, erosión y empobrecimiento de los suelos, tala y quema de extensas áreas de bosque, contaminación de ríos y quebradas.
La creciente migración a esta zona hace que aumenten las tierras agrícolas destruyendo el bosque. El paisaje en esta zona es colinoso, de manera que cuando se corta el bosque se generan procesos de erosión de laderas. La situación en esta zona es muy delicada, las autoridades de la región ven el área como una oportunidad de expansión de la frontera agrícola. Hay un sentimiento local en contra del área protegida y una voluntad por parte de dirigentes agrarios por penetrar más en la región hacia el parque nacional. Se registran casos de acaparamiento, manipulación e invasión de tierras en los que una parte de las autoridades locales de menor rango se encuentran involucradas (29).
En la zona se implementa un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, que dentro del contexto de la lucha contra las drogas, está promoviendo la siembra y cultivo del café con miras a contrarrestar la siembra de coca para la producción de cocaína. Este proyecto está promoviendo la instalación de viveros para la producción de plantones de café. Al producir plantas de café y distribuirlas para su siembra, el proyecto está fomentando la deforestación de la zona con fines agrícolas. Además, este proyecto apoya la construcción de una pista de aterrizaje y el mejoramiento de los caminos de acceso. El apoyo que brinda este proyecto en la zona consolida la presencia de los agricultores migrantes y fomenta la llegada de mayor número de agricultores, resultando contraproducente y negativo para el área protegida.
Amenazas Futuras
o Minería aurífera
o Carretera interoceánica
o Migración e invasión de tierras
Minería aurífera
Debido a que los depósitos aluviales de la zona de Huaypetue y Punkiri han sido sobre explotados con maquinaria pesada como tractores, cargadores frontales, camiones y bombas de agua de alto poder, éstos ya no presentan mayor productividad. Los mineros dueños de la maquinaria, al notar que disminuyen sus ingresos y no poder mantener su infraestructura y operación, han estado buscando nuevas zonas de extracción y están viendo la posibilidad de entrar a la zona del río Malinowski por la parte de la comunidad Kotsimba y trabajar a lo largo de todo el río.
En entrevista con un operador minero dueño de maquinaria pesada en Mazuko, éste afirmó tener intenciones de llevar su maquinaria al río Malinowski y operar allí. Reconoce la existencia del área protegida y acepta que de ingresar trabajaría en forma ilegal. Aduce que existen en la zona petitorios mineros de la década del ochenta y que tiene amigos en la comunidad de Kotsimba quienes le permitirán operar desde sus denuncios.
Piensa que es posible acceder a esos denuncios a través de los procedimientos que establece el Ministerio de Energía y Minas, quien pide hacer un estudio de impacto ambiental. Este estudio es considerado por el entrevistado como un simple requisito para poder acceder a la zona y no como una herramienta de trabajo ambiental que mejoraría su operación.
El ingreso de la minería mecanizada a las cabeceras del río Malinowski es una amenaza inminente y muy seria. Esta operación afectará la cuenca de manera importante, impactando a la Reserva Nacional Tambopata y al área de amortiguamiento contigua.
Carretera interoceánica
A comienzos del siglo pasado, el auge del caucho atrajo mucha gente a la región, pero no ha sido hasta la construcción de la carretera Cusco - Puerto Maldonado que la migración y la colonización aumentaron a niveles significativos. La deforestación de bosques para la agricultura fue el resultado de la construcción de este sistema vial. Imágenes de satélite muestran la influencia de la carretera sobre el bosque y su impacto en la región. La mayoría de las tierras a lo largo de las carreteras y los ríos son ahora bosque secundario o "purma" y pastos para ganadería.
Carretera Puerto Maldonado-Cusco
Últimamente, se está dando un fuerte apoyo político y público en Madre de Dios para pavimentar la carretera trans-amazónica. Brasil está pavimentando esta carretera y ya está a 50 km de la frontera con Perú. A esta carretera en Brasil le llaman "Estrada do Pacifico". Bajo las actuales circunstancias, la carretera generará un gran impacto negativo en la región en términos de degradación social, ambiental y ecológica. Una carretera asfaltada permite el acceso de todo tipo de vehículos y por ende de mayor cantidad de gente. Su impacto sería de tal magnitud que la zona de amortiguamiento y la reserva nacional se verán seriamente afectadas por gente que llegue a asentarse y a extraer recursos naturales de la zona.
Migración e invasión de tierras
La llegada de mayor cantidad de gente de fuera implica un aumento de la conversión de bosque para agricultura y mayores niveles de extracción de recursos naturales. Una amenaza crítica para el área protegida son los crecientes niveles de migración en la zona sur en la parte de Puno. La penetración de gente en esta zona ya se encuentra cerca del parque nacional. Los migrantes invaden territorios, se asientan y comienza un espiral de deforestación.
En esta parte del área protegida, los procesos de ocupación del monte virgen continúan hacia las zonas más bajas del valle y en los afluentes del Tambopata. Desde que la carretera de penetración llegó a Putina Punco a finales de los años 80, ésta ha avanzado rápidamente con el apoyo de la maquinaria del municipio utilizando el combustible donado por las cooperativas y sobre todo con el trabajo de los cafetaleros a través de faenas comunales perfectamente establecidas. Se calcula el avance de la carretera a un ritmo promedio de 2.5 km por año durante la última década. Como los mismos cafetaleros manifiestan "si no nos apoya alguna institución igual haremos avanzar la carretera a pulso" (30). En términos ambientales las consecuencias de la carretera son severas.
La presencia de cada vez más cantidad de gente al sur del área protegida genera una mayor demanda de los recursos naturales de la zona. Hay mayor presión sobre los recursos de caza, pesca, recolección y madera. Así mismo, esto genera mayor degradación de los suelos, mayor tala y quema de bosques, además de mayores niveles de contaminación de los ríos con desechos sólidos y líquidos que van río abajo en dirección al parque nacional. Estos efectos perjudiciales están directamente relacionados a la presión social que los migrantes andinos ejercen sobre los recursos naturales en la zona.
Soluciones Recomendadas
Minería aurífera
Es importante conocer con mayor precisión la situación real de la actividad minera en el área protegida. Es necesario visitar la zona del divortium aquarium cerca de Mazuko para verificar la presencia de actividad minera en el interior del parque nacional, y visitar el área de amortiguamiento en el río Inambari para saber cuánta gente opera en esa región.
Se recomienda llevar a cabo un registro y empadronamiento de todos los mineros que trabajan en el interior del área protegida, revisar sus permisos de operación y contratos y ver la magnitud de cada operación. Se debe impedir el ingreso de nuevos operadores mineros a las áreas de extracción dentro del área protegida.
Se debe diseñar e implementar un plan de uso minero que brinde las pautas y mecanismos para llevar a cabo las actividades mineras de manera que no afecten al área protegida ni al medio ambiente. Una vez listo el plan maestro, se establecerá una zonificación que deberá ser estrictamente cumplida por los mineros. Es necesario realizar visitas de supervisión a las áreas de extracción minera sobretodo en temporada de extracción y de forma sorpresiva, para verificar el cumplimiento de dicho plan.
Se debe exigir a los mineros el uso de "retortas" y otros mecanismos de recuperación del mercurio para evitar que se siga generando contaminación del agua en los ríos.
Es importante llevar a cabo campañas de difusión entre los mineros sobre asuntos referidos al área protegida, a la legislación ambiental y minera que les compete y que deben cumplir, y sobre la importancia del control y monitoreo de la actividad por parte de las autoridades competentes.
La administración del área protegida debe estar en estrecho contacto con la autoridad nacional y regional de minería de modo que se establezcan mecanismos de coordinación y flujo de información.
Si bien el Ministerio de Energía y Minas promueve el crecimiento de la actividad minera dando facilidades a los usuarios, se debe ser estricto en aplicar la legislación minera, por la cual se establece que para implementar actividades mineras en zonas de amortiguamiento se debe solicitar opinión técnica del INRENA. El INRENA debe dar opinión desfavorable a toda nueva actividad minera en la zona y oponerse al inicio de nuevas operaciones. Es de fundamental importancia impedir el ingreso de la minería mecanizada a la zona del río Malinowski a través de la comunidad de Kotsimba.
Extracción ilegal de madera y otros recursos del bosque Las autoridades responsables deben ser estrictas en la aplicación de la ley forestal y la ley de áreas naturales protegidas. Se debe promover entre los extractores el diseño y ejecución de los planes de manejo que exigen las normas tanto para la extracción de madera como de otros productos.
La administración del área protegida, en coordinación con la Dirección General Forestal del INRENA, deberá llevar a cabo inspecciones y visitas de campo a los puntos de extracción ilegal conocidos, terminar con la actividad y sancionar a los infractores.
Si bien en la actualidad los guarda parques se ven limitados en su capacidad de salir al campo por el restringido financiamiento, una alternativa se da en el uso y establecimiento de los llamados refugios temporales de control. Estos refugios consisten en una pequeña infraestructura instalada en lugares estratégicos donde los puestos de control existentes no pueden cubrir con eficiencia. Los refugios temporales facilitan la presencia de guarda parques en el campo y permiten ahorrar gastos de operación y logística.
La cacería o mitayo se viene desarrollando sin un ordenamiento adecuado, por ello algunas especies están siendo cazadas en exceso y otras que podrían ser aprovechadas no se les utiliza. Se debe promover e incentivar en las comunidades asentadas alrededor del área protegida que establezcan mecanismos de monitoreo y control de la actividad de cacería. Para ello requieren de asesoría y capacitación por parte de profesionales e instituciones de apoyo. Acciones como vedas por especies, no matar animales con cría, rotación de los territorios de caza, restricción en la frecuencia de uso de armas de fuego, crianza de animales silvestres, limitación a la cacería comercial, etc. deberán ser tomadas en cuenta para los planes de manejo de la actividad.
En cuanto a la pesca, sobretodo la de carácter comercial, se deben establecer y respetar los tamaños y tallas de los peces que se extraen. Las comunidades, con apoyo de profesionales e instituciones, deben organizar sus propios mecanismos de control sobre la actividad, delimitar zonas y épocas de pesca, e impedir el ingreso hacia el área protegida de pescadores no locales.
En lo referente a la recolección de hojas y frutos de palmera, se debe impedir que los extractores tumben los árboles para cosechar estos productos. Existen herramientas y mecanismos artesanales para subir árboles, el uso de estos deberá ser difundido a todos los extractores.
Incremento de la actividad agropecuaria
Es necesario que se ponga orden en las concesiones agrícolas, implementar un proceso de saneamiento legal de las tierras y exigir un manejo adecuado de las mismas. Se debe impedir que los agricultores corten y quemen bosque innecesariamente, se les debe obligar a sembrar y utilizar toda el área que han desmontado y no permitir que desperdicien terreno.
En la parte de Putina Punco en Puno, la actividad agropecuaria debe considerar un sistema de protección de suelos contra la erosión. La instalación de los cultivos de café debe darse utilizando técnicas para conservar los nutrientes del suelo y la productividad de la tierra y disminuir la tala de bosque. Se debe promover un cambio de una agricultura tradicional de tumba y quema a una agricultura más sostenible con diversificación, rotación de cultivos y enriquecimiento de suelo.
El alto Tambopata tendrá un desarrollo económico vulnerable mientras su población dependa tan sólo de un monocultivo, en este caso el café. Complementario a dicho cultivo deben desarrollarse otros productos y servicios. Para ello es urgente la identificación de nuevos cultivos comerciales y otras actividades rentables y sostenibles como el ecoturismo y el deporte de aventura (31).
Es necesario llevar a cabo campañas de difusión, labores de capacitación y transferencia de tecnología para promover el manejo eficiente y sostenible del ecosistema, con la implementación de agricultura orgánica y diversificada y manejo de bosques.
Se requiere de manera urgente implementar con infraestructura, dotar de más personal profesional y guarda parque, y fortalecer institucionalmente el puesto de control del INRENA en la zona sur del parque nacional, en la localidad de Putina Punco en Puno.
Carretera interoceánica
El asfaltado de la carretera Cusco - Puerto Maldonado atraerá gran cantidad de gente. Va a ser necesario incrementar el control a lo largo de la carretera en la zona de amortiguamiento, debiendo centrarse en los accesos existentes hacia el río Malinowski. Debido a la dificultad del control en un amplio sector y a las limitaciones del INRENA para implementarlo, es importante involucrar a las comunidades locales en los procesos de control y vigilancia. Para ello es necesario apoyar su fortalecimiento organizativo, brindar capacitación y entrenamiento, y establecer canales de comunicación eficientes que permita la llegada oportuna de denuncias e informaciones.
Resultará conveniente que la administración del área protegida establezca personal en la localidad de Mazuko, de manera que desde allí pueda tener presencia en el campo y controlar el sector de la carretera hacia Puerto Maldonado y la vía a San Gabán en la parte oeste del parque nacional. En coordinación con la Dirección Forestal y el Ministerio de Energía y Minas de la zona podrán llevar a cabo acciones conjuntas de vigilancia y control de mineros, madereros y migrantes en ese sector tan amenazado del área protegida.
La situación de Kotsimba es crítica en el área protegida, colinda con la reserva nacional y el parque, lo que suceda allí ejercerá influencia sobre el área protegida. Es necesario realizar un trabajo de fortalecimiento organizativo y de cohesión interna para que la comunidad pueda garantizar la defensa de sus recursos nturales e impedir el ingreso de nuevos extractores y migrantes. Es importante que la administración del área protegida esté siempre al tanto de lo que suceda en esta comunidad.
Es necesario que ONGs y otras instituciones de desarrollo realicen campañas de educación ambiental en la zona, sobretodo en el sector de la carretera, para lograr apoyo político local a las acciones de conservación y para que la población local se encuentre alerta ante cualquier amenaza y sepa cómo proceder en caso de alguna eventualidad.
Migración e invasión de tierras
Es necesario controlar que no se establezcan nuevos asentamientos al interior del área protegida, sobretodo en la zona del río Malinowski, ya que a través de los diversos accesos que existen desde la carretera la gente ingresa y se moviliza con facilidad.
En el área de Putina Punco en la parte sur del área protegida en Puno se requiere tomar medidas urgentes para revertir la actual tendencia migratoria hacia esa zona, que rápidamente ya está llegando hasta el parque nacional. Se debe analizar y clarificar la tenencia y propiedad de la tierra, conocer los mecanismos por los cuales la gente migrante accede a los terrenos y desbaratar cualquier sistema de fomento a la invasión, de acaparamiento y manipulación de terrenos. Se debe coordinar con las autoridades locales y hacer que se imponga la ley y el orden por medio de la intervención del ministerio público.
En la zona de Puno, es urgente llevar a cabo procesos de difusión y consulta sobre el área protegida y el futuro desarrollo de la región, tal como se hizo en Madre de Dios con buenos resultados. Es importante informar en detalle a los pobladores locales sobre las ventajas del área protegida, los límites de la misma, lo que permite la legislación, y escuchar sus inquietudes y preocupaciones para que sean tomadas en cuenta en los procesos de toma de decisiones.
Turismo
El turismo es una actividad de gran importancia en la zona. Aporta por derecho de entrada un ingreso significativo para la administración área protegida. Es necesario que se implemente el plan de uso turístico y que todos los operadores cumplan con las normas establecidas. Se debe promover campañas educativas y de capacitación en actividades de turismo, tanto para guías como para visitantes. Las compañías operadoras deben distribuir entre los visitantes folletos educativos sobre normas y procedimientos para el turismo en el área protegida y velar que sus guías cumplan con lo establecido. La administración del área protegida debe focalizar su atención en hacer cumplir las normas a todos los operadores turísticos, imponiendo multas y otras sanciones que reforzarán el proceso educativo de los operadores y brindará mayor ingreso a la gestión.

Fuente: Perú: La Reserva Nacional Tambopata y el Parque Nacional Bahuaja Sonene
Enlace: Parkswatch