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16 enero 2012

La leyenda de los Pururaucas

Decía Tomás Carlyle, el mayor exaltador de los héroes en la Historia: "Existe un deber* sempiterno que impera en nuestros días, como en los días de ayer, como en todos los tiempos: el deber de ser valientes".
El hombre necesita libertarse del temor, que es instinto natural que lo ata y esclaviza, y marchar adelante en todas las ocasiones, por difíciles que sean, portarse como se portan los hombres, confiando en su destino, desafiando los obstáculos y adversidades, con el solo apremio de vencerse a sí mismo, subyugar el temor y hacerle morder el polvo de sus pies, como aconseja Carlyle.
Para avivar el culto del valor marcial de un pueblo, ningún estímulo mejor que el de los ejercicios viriles, el desarrollo de las fuerzas físicas, el adiestramiento en la lucha, la agilidad de los músculos y la práctica fecunda de la solidaridad social que favorecen los entrenamientos colectivos y hacen más sincera y más cierta la idea de un origen y de un destino común, que es la Patria. Ese sentimiento solidario adquirido en la fatiga del esfuerzo compartido, se aviva, sobre todo, con el estímulo espiritual que nos viene del fondo de nosotros mismos, tocado de esa forma de grandeza que tiene todo aquello que atraviesa los siglos por medio de la tradición.
El pueblo incaico, al que algunos cronistas e historiadores se empeñan en pintar como un pueblo apacible, tímido y fatalista, tuvo en sus días de auge el culto del valor y la vocación por la milicia. La educación de la juventud, la vida del plebeyo y del noble, –el trabajo, la fiesta y la oración– tendían a exaltar entre los Incas, los sentimientos de virilidad y de poderío, la conciencia del triunfo contra las fuerzas hostiles de la tierra y contra las tribus díscolas desconocedoras del signo de grandeza del Imperio. La más grande emoción del pueblo incaico y la visión más genuina del Cuzco Imperial, no es la de los días de siembra y de cosecha, con sus ingenuas rondas y cantos de alegría rural, ni tampoco el solemne espectáculo sacerdotal del Inti Raymi, no obstante la vocación agrícola de los primitivos pobladores; sino el estruendo guerrero de los días de reparación militar y la estrepitosa algazara de la entrada de los Incas victoriosos al Cuzco.
La educación de la juventud que había de marchar a la guerra, se inspiraba en principios de disciplina, de abstención rigurosa, de estoica resistencia y en ejercicios de agilidad, fuerza y destreza. A los dieciséis años los jóvenes nobles eran sometidos a prueba –en el ayuno en Colcampata, comiendo sin sal ni uchu o ají, absteniéndose de bebidas espirituosas–, corriendo desde el cerro de Huanacaure hasta la fortaleza de Sacsahuamán, casi legua y media, luchando en equipos contrarios, atacando o defendiendo la fortaleza, haciendo varias noches la vela de los centinelas y rivalizando en el manejo de la lanza y el arco, en puntería y en distancia. Todo el pueblo presenciaba y alentaba estos esfuerzos viriles. Los padres y parientes iban al borde del camino, en el que corrían sus hijos, para animarlos, "poniéndoles delante, dice Garcilaso, la honra y la infamia, diciéndoles que eligiesen un menor mal reventar antes que desmayarse en la carrera". Los simulacros de lucha eran a veces tan reñidos que algunos mozos eran heridos o morían en ellos por la codicia de la victoria. El mayor quilate de un guerrero indio era la impasibilidad ante el peligro. Los maestros jugaban
con los discípulos, pasándoles las puntas agudas de las lanzas delante de los ojos, o amenazándolos herir en las piernas, sin que los jóvenes debieran siquiera pestañear o retraer algún músculo. Si lo hacían eran rechazados, diciendo que quien temía a los ademanes de las armas, –que sabía que no le habían de herir–, mucho más temería las armas de los enemigos y que los guerreros incaicos debían permanecer sin moverse
"como rocas combatidas del mar y del viento". ¡Profunda y bien aprendida lección de estoicismo que admiró el conquistador español, cuando el caballo de Soto, llegó hasta el solio de Atahualpa, en desbocada carrera, salpicando con su espuma las insignias imperiales, sin que un sólo músculo del rostro del Inca se contrajera ante la insólita y desconocida amenaza!
La fiesta que podríamos llamar pre militar del Incario era el Huarachicu, en la que los guerreros nóveles, recibían, después de pruebas deportivas de carrera, de lucha, de arco y de honda, las insignias y signos militares, los pantalones o huaras y las ojotas y se horadaban las orejas para usar los grandes aretes distintivos de su rango. Ese día el pueblo bailaba repetida e incansablemente el taqui llamado huari, instituido por Manco Cápac, que duraba una hora y los jóvenes cadetes se presentaban ante el Inca que los exhortaba a "que fuesen valientes guerreros y que jamás volviesen pie atrás".
Otra visión del Cuzco de la época heroica es la de los días de salida de los ejércitos del Inca para expediciones lejanas o del retorno de éstos victoriosos y las ceremonias del triunfo guerrero. En los días de apresto bélico, el ejército llevando delante de sí el Suntur Paucar y la capacunancha con sus plumerías irisadas, iba rodeando el anda del Inca al son de las caxas, pincujillos, wallayquipus o caracoles, antaras y pututos, en un bullicio ensordecedor que hacía caer aturdidas a las aves del cielo. Los soldados aclamaban al
Inca y entonaban sus Hayllis de guerra. Antes de emprender la jornada los sacerdotes hacían los sacrificios y alzaban su plegaria al Hacedor: "¡Oh sol, padre mío que dixiste haya cuzco y tambos, y sean estos tus hijos, los vencedores y los despojadores de toda la tierra; que ellos sean siempre mozos y jóvenes y alcanzen siempre victoria de sus enemigos!". El día del triunfo del Inca vencedor de los Chancas o de los Collas, llegaba anunciado por el ruido de su ejército y pasaba por la calle que llevaba al Coricancha, pisando los despojos y las armas de sus enemigos. Hombres y mujeres delirantes entonaban a su paso el haylli y loa de la batalla.
El triunfo de los Incas en todas sus campañas se debió, sin duda, a la superioridad de su organización política y social y al mayor adelanto de su técnica militar. Fue el champi o maza, con la punta de bronce, aleación que sólo los Incas conocieron en América, el más poderoso resorte o la verdadera arma secreta de las victorias incaicas. Pero lo fue también, principalmente, su moral heroica, su capacidad para la lucha y el sufrimiento y su confianza en sí mismos que es el mejor acicate del heroísmo.
La conciencia nacional del Incario se forjó repentinamente en el reino de Viracocha con el avance de los Chancas sobre el Cuzco y la huida del Inca hacia Urcos. La angustia del peligro ha sido siempre la gran forjadora del alma colectiva. Ante la feroz agresión de los Chancas a la ciudad imperial, surge la joven figura vencedora del príncipe Yupanqui, que convoca a los ayllus dispersos, recoge las armas abandonadas y se alista en contra  del invasor. Los habitantes del Cuzco consternados ven salir al imberbe arrogante y temen que sea contraria su suerte ante la ferocidad, experiencia bélica y número de los Chancas. Sin embargo, el Inca joven regresa pocos días después vencedor, trayendo las cabezas de sus enemigos para ofrecerlas para una lección viril, a su padre anciano y a su hermano tránsfuga.
La causa de este milagro bélico está relatada en una leyenda que no figura por desgracia en los textos de historia nacional, no obstante ser una de las más bellas y sugestivas lecciones del espíritu heroico de los Incas. El joven Yupanqui relató, al regresar al Cuzco, que su victoria la debía no sólo al valor de sus soldados y a su resistencia desesperada sino a una ayuda divina que le había enviado su padre y Dios,  Viracocha. El Dios, después de recibir los sacrificios que se le hicieron antes de la batalla, anunció al príncipe que le ayudaría y alentaría en la mitad de la lucha. Y contaba el príncipe valiente, que en el fragor de la batalla, cuando entre la gritería y sonido de trompetas, atabales, bocinas y caracoles, veían disminuir el número de los suyos a su alrededor, sentía que llegaban nuevos contingentes silenciosos que se incorporaban a pelear a su lado y extenuaban el empuje de los contrarios. Un rumor corrió entonces en  el ejército incaico, seguro de su destino y del apoyo de sus dioses. Los soldados del Cuzco dieron voces anunciando a sus enemigos que las piedras y las plantas de aquellos campos se convertían en hombres y venían a pelear en defensa del Cuzco, porque el Sol y Viracocha se lo ordenaban así. "Los Chancas –dice Garcilaso– como gente creadora de fábulas, agoreros como todos los indios, desmayaron entonces en su ímpetu y cedieron en la lucha". Ellos mismos bautizaron a sus invisibles vencedores con el nombre de los Pururaucas, que quiere decir "inconquistados enemigos". Los pururaucas, dice la leyenda, después de vencer a los Chancas, fieles a su destino mítico se convirtieron en piedras. Cuenta otro cronista que desde entonces el mito de los Pururaucas fue uno de los más poderosos incentivos de las victorias incaicas. Los soldados del Cuzco entraban a la batalla animados por esa fuerza divina, incapaces de miedo, y los enemigos de los incas no osaban resistirles, tiraban las armas y se disgregaban, a veces sin llegar a las manos, al sólo grito que anunciaba la llegada de los hombres de piedra. Inca Yupanqui completó entonces su hazaña mítica. Afirmó que había visto en sueños a los Pururaucas y que estos se habían quejado de que, después de haberle prestado tanto favor, los incas los hubiesen dejado abandonados en el campo, convertidos en piedra, sin hacerles homenajes y ofrendas como a los otros dioses. El Inca Viracocha y sus capitanes fueron al lugar de la batalla y recogieron las piedras que el propio Inca indicaba ser de los Pururaucas y las llevaron en triunfo al Cuzco, donde fueron veneradas entre sus huacas más ilustres.
El mito de los Pururaucas es tan sólo una bella alegoría incaica para honrar el valor de las propias fuerzas y enaltecer la grandeza del Espíritu cuando los hombres sienten el acicate de la dignidad y del patriotismo, cuando son capaces del sacrificio y del riesgo, cuando se han educado en el roce del sufrimiento y del esfuerzo, cuando se han sobrepuesto al temor, entonces sus fuerzas se duplican y surgen junto a ellos los invisibles compañeros de granito, que desconocen el miedo y sólo saben el camino de la victoria. Los Pururaucas son los héroes silenciosos y leales que acompañan sólo a los que se atreven. Los Pururaucas son los traidores escondidos que acechan a los incrédulos y a los pusilánimes. Los Pururaucas no faltan nunca a la cita con los valientes. Son los enviados del optimismo, los mensajeros de la fe y de la confianza en nosotros mismos, los soldados de piedra de la convicción heroica. Son, sobre todo, la encarnación misteriosa de las fuerzas telúricas de la amistad secular entre la tierra y el hombre nativos, que se unen fielmente para rechazar al bárbaro extraño, transformando hasta las duras peñas y los árboles delicados, en corazones pujantes para el combate.
Los Pururaucas son la primera expresión de un profundo y generoso amor: el sentimiento defensivo de la Patria.
Fuente: La leyenda de los Pururaucas autor Raul Porras Barrenechea. Publicado en: Excelsior, Lima, ene-feb. 1945, N° 143-144, p. 23-24; Revista de Infantería, Chorrillos (Lima), agosto de 1950, N° 1, p. 339-342; y Equis, Lima, octubre de 1955, p. 11-12.
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07 diciembre 2010

El gato fastidioso

Había una vez un gato al que le
gustaba asustar a los perros
disfrazándose de león. El gato
decía:
—Soy el león.
Y los perros escapaban.
Un día, un perro le siguió y vio
que el león se metió a un cuarto y
que se le caía la piel. Dentro de la
piel vio al gato riéndose. El perro
fue y les avisó a los demás.
Un día, el gato disfrazado regresó para asustar a los perros, pero ningún perro corrió. Un perro se disfrazó de elefante y dijo:
—Te voy a aplastar.
Y el gato disfrazado de león huyó y huyó maullando «miau, miau».
Entonces el perro disfrazado, al escuchar la voz del gato gritó:
—Mira, ese león es un gato.
Así, por haber hecho esa broma, el gato fue castigado muy bien por los perros y nunca volvió a hacer sus bromas.
Pasaron ocho meses y un día se apareció un circo que traía leones, monos y un perro. La jaula del león se había abierto. El león se escapó y se encontró con los perros. Los perros no se movieron y
se rieron:
—Es el tonto gato otra vez disfrazado de león.
Y el león dijo:
—Yo no soy ningún gato.
—Miren, ahora imita la voz de un león— dijo uno de los perros—.
Oye, gato, parece que no escarmientas con el castigo que te dimos.
Vamos, muchachos, hay que castigarlo.
Y otro perro que sabía dijo:
—Esperen. Él no es el gato disfrazado, es un león de verdad.
—¿Cómo lo sabes?—le preguntaron.
—Yo he visto cuando se escapó de su jaula.
Los perros se detuvieron y huyeron de ese lugar. El león regresó a la jaula.
Fuente: EL GATO FASTIDIOSO autor Jason Paul Galdós Funes, 2do grado de secundaria
Alto Huarangal (Arequipa)

21 noviembre 2010

Danza de las Tijeras y Huaconada de Mito - Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

La danza de las tijeras

Inscrito en 2010 sobre la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Descripción ©2004 by National Institute of Culture
La danza de las tijeras se ha venido interpretado tradicionalmente por los habitantes de los pueblos y las comunidades quechuas del sur de cordillera andina central del Perú y, desde hace algún tiempo, por poblaciones de las zonas urbanas del país. Esta danza ritual, que reviste la forma de una competición, se baila durante la estación seca del año y su ejecución coincide con fases importantes del calendario agrícola. La danza de las tijeras debe su nombre a las dos hojas de metal pulimentado, parecidas a las de las tijeras, que los bailarines blanden en su diestra. La danza se ejecuta en cuadrillas y cada una de ellas –formada por un bailarín, un arpista y un violinista– representa a una comunidad o un pueblo determinado. Para interpretar la danza, se ponen frente a frente dos cuadrillas por lo menos y los bailarines, al ritmo de las melodías interpretadas por los músicos que les acompañan, tienen que entrechocar las hojas de metal y librar un duelo coreográfico de pasos de danza, acrobacias y movimientos cada vez más difíciles. Ese duelo entre los bailarines, llamado atipanakuy en quechua, puede durar hasta diez horas, y los criterios para determinar quién es el vencedor son: la capacidad física de los ejecutantes, la calidad de los instrumentos y la competencia de los músicos que acompañan la danza. Los bailarines, que llevan atuendos bordados con franjas doradas, lentejuelas y espejitos, tienen prohibido penetrar en el recinto de las iglesias con esta indumentaria porque sus capacidades, según la tradición, son fruto de un pacto con el diablo. Esto no ha impedido que la danza de las tijeras se haya convertido en un componente apreciado de las festividades católicas. Los conocimientos físicos y espirituales implícitos en la danza se transmiten oralmente de maestros a alumnos, y cada cuadrilla de bailarines y músicos constituye un motivo de orgullo para los pueblos de los que es originaria.
Documentos
• Expediente de candidatura: inglésfrancés
• Consentimiento de las comunidades: Spanish/English
Decisión 5.COM 6.35
The Committee (…) decides that [this element] satisfies the criteria for inscription on the Representative List, as follows:
• R1: La danza de las tijeras es un arte escénico ritual transmitido de maestros a alumnos, que se ha convertido en un símbolo de la identidad cultural de la población andina del Perú y que conserva su significado y sus funciones sociales para ésta, aun cuando se haya desplazado a las zonas urbanas.
• R2: La inscripción de la danza de las tijeras en la Lista Representativa podrá contribuir a la notoriedad del patrimonio cultural inmaterial, fomentando al mismo tiempo el diálogo intercultural y promoviendo el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.
• R3: Las medidas de salvaguardia previstas por las comunidades y el Estado tienen por objeto promover los trabajos de investigación, el reconocimiento de los depositarios de este arte tradicional y la creación de un centro cultural que desempeñaría la función de archivo, museo y lugar para encuentros de carácter cívico.
• R4: Los propios bailarines, por intermedio de la Asociación de Danzantes de Tijeras y Músicos del Perú y la Asociación Folklórica de Danzantes de Tijeras y Músicos de Huancavelica, han tomado la iniciativa de presentar la candidatura, han participado activamente en su preparación y han otorgado su consentimiento libre, previo y con conocimiento de causa.
• R5: La danza de las tijeras fue declarada en 2005 patrimonio cultural nacional por el Instituto Nacional de Cultura, a propuesta de las comunidades interesadas.
Fuente: Website de la UNESCO
http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00011&RL=00391



La huaconada, danza ritual de Mito
Inscrito en 2010 sobre la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Descripción ©UNESCO La huaconada, danza ritual de Mito
La huaconada es una danza ritual que se representa en el pueblo de Mito, perteneciente a la provincia de Concepción, situada en la cordillera andina central del Perú. Los tres primeros días del mes de enero de cada año, grupos de hombres enmascarados, denominados huacones, ejecutan en el centro del pueblo una serie de danzas coreografiadas. Los huacones representan el antiguo consejo de ancianos y se convierten en la máxima autoridad del pueblo mientras dura la huaconada. Ponen de relieve esta función tanto sus látigos, llamados “tronadores”, como sus máscaras de narices prominentes que evocan el pico del cóndor, criatura que representa el espíritu de las montañas sagradas. En la danza intervienen dos clases de huacones: los ancianos, vestidos con atuendos tradicionales y portadores de máscaras finamente esculpidas que infunden respeto y miedo; y los más jóvenes, engalanados con indumentarias de colores y portadores de máscaras que expresan terror, tristeza o burla. Durante la huaconada, estos últimos ejecutan una serie de pasos de danza estrictamente limitados en torno a los ancianos que, debido a su edad, gozan de una mayor libertad para improvisar movimientos. Una orquesta toca diversos ritmos al compás de la “tinya”, un tamboril indígena. La huaconada, que es una síntesis de diversos elementos andinos y españoles, integra también nuevos elementos modernos. Sólo pueden ser huacones los hombres de buena conducta y gran integridad moral. La danza se transmite tradicionalmente de padres a hijos y los vestidos y las máscaras se heredan.
Documentos
• Expediente de candidatura: inglésfrancés
• Consentimiento de las comunidades: Spanish/English
Decisión 5.COM 6.34
The Committee (…) decides that [this element] satisfies the criteria for inscription on the Representative List, as follows:
• R1: La huaconada, danza ritual, ha sido continuamente adaptada y transmitida de generación en generación por los habitantes de Mito y, además, este elemento cultural ritma su vida comunitaria y constituye un reflejo de su identidad cultural local.
• R2: La inscripción de la huaconada de Mito en la Lista Representativa podrá contribuir a una mayor notoriedad del patrimonio cultural inmaterial, así como a poner de manifiesto su capacidad para sintetizar influencias de orígenes diversos.
• R3: Las medidas de salvaguardia elaboradas por las comunidades y el Estado tienen por objeto promover los trabajos de investigación, el reconocimiento de los depositarios de este arte tradicional y la fabricación de instrumentos tradicionales, atuendos, máscaras y otros objetos utilizados en la danza.
• R4: Las comunidades, por intermedio de la Sociedad de Huacones de Mito, han tomado la iniciativa de proponer la candidatura y han participado activamente en su preparación, otorgando su consentimiento libre, previo y con conocimiento de causa.
• R5: La huaconada fue declarada en 2003 patrimonio cultural nacional por el Instituto Nacional de Cultura, a propuesta de las comunidades interesadas.
Fuente: Website de la UNESCO
http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00011&RL=00390

26 julio 2010

Inocencia y las Calabazas (cuento)

Había una vez en el pueblo- de Cochas una niña llamada Inocencia.
Ella vivía en compañía de sus hermanitos, huérfanos de padre con su madre que era una pobre inválida postrada en un pellejo de vaca en una humilde choza. Cierto día el profesor del sexto grado de la escuela dijo a todos los alumnos:
—Vamos a realizar una excursión al lugar del Tinku y cada uno tiene que llevar su fiambre.
Y la niña se puso muy triste porque no tenía nada para comer. Al día siguiente, ella iba triste y se lo contó a sus compañeros. Una de ellos se compadeció y le invitó su fiambre. Ella comió desesperadamente
como si no hubiera comido en varios días. Una vez en Tinku, por el camino vio unas lindas calabazas. Inocencia dijo:
—Qué ricas calabazas. Las voy a llevar para mis hermanitos y mi pobre madre. Así les calmaré el hambre y dejarán de llorar por lo menos un día.
Dicho y hecho, se llevó las calabazas a su casa y todos regresaron al pueblo de Cochas. Al día siguiente se presentó el señor Érico en la dirección de la escuela de Cochas para quejarse, porque habían
desaparecido las calabazas de su chacra. Entonces, la directora
enojada fue al salón del sexto grado y llamó al profesor y a todos los
alumnos.
La directora preguntó a todos los alumnos, uno por uno, hasta que
llegó el turno a Inocencia. Ella se asustó mucho y tuvo que ir a la
dirección. Allí estaba esperando el señor Érico, bien sentado en una de
las sillas.
La directora dijo:
—Inocencia, tú has cogido esas calabazas del señor Érico.
La niña respondió:
—Sí, señora directora. Yo he cogido esas calabazas para que coman
mis hermanitos y mi pobre madre. Perdóneme señor Érico, no lo
volveré a hacer. Desde ahora dejaré la escuela para pagarle sus
calabazas.
El señor Erico, que era muy bueno, la perdonó.
Esa noche la niña no pudo dormir bien y, en un bello sueño, una ranita
le decía:
—Inocencia, prométeme que ya no vas a volver a robar.
Inocencia —también en su sueño— se comprometió a ello, a no obrar
mal jamás. Entonces la ranita le contó un gran secreto, una leyenda
muy antigua. En Lucumacancha, a la izquierda de una cueva, existe un
cantarito repleto de oro y plata.
—Tú eres la escogida porque quieres mucho a tu familia y luchas por
ella —dijo la ranita.
Entonces la niña se despertó muy temprano para ir a trabajar a su
chacra en Lucumacancha. Comenzó a trabajar hasta que se cansó.
Agotada por el trabajo se sentó y de pronto se acordó de aquel sueño.
Se fue a una cueva que parecía la del sueño y se puso a excavar al pie
de ella, al lado izquierdo tal como lo había soñado.
Cuando excavó un metro de profundidad, encontró el cántaro con el
tesoro de muchas monedas de oro y plata. Regresó a su casa contenta
y dijo a su pobre madre que el bello sueño se había hecho realidad. Y
contó lo sucedido a su madre. Pudieron devolver las calabazas al señor
Erico y también hicieron una gran tienda, la mejor de Cochas.
Inocencia siguió estudiando, sus hermanitos también. Su madre se
curó y fueron muy felices por el resto de sus días.

Fuente: INOCENCIA Y LAS CALABAZAS
Vanessa Benavente López - 3er Grado
Cochas(Yauyos, Lima)
Cochas : Deriva del quechua qucha, que significa laguna. Efectivamnte, en esta parte de Yauyos, zona andina de Lima, una sucesión de lagunas forma un escenario natural muy bello, ideal para
turismo ecológico. Sin embargo, hay mucho que hacer para mejorar servicios como la carretera, la comunicación, aumentar la producción agropecuria, las artesanías, etc.

04 junio 2010

La Flor de Lilolán

Este era un anciano casi ciego, a quien le habían dicho que lavándose los ojos con la flor de lilolán recuperaría la visión; pero que esa flor era muy rara y se encontraba cruzando la pampa de Medio Mundo.
El viejo tenía tres hijos y encomendó al mayor vaya en busca del milagroso remedio. Éste se despidió prometiendo traer la flor y se fue con un buen fiambre para el camino, que el primer día se lo comió. Al llegar a la pampa de Medio Mundo le salió al frente un león y le dijo:
- Si pretendes cruzar te devoro.
- No, no, mejor me voy. - Contestó el hermano mayor.
Regresó a casa y dijo a su padre:
- He buscado por todos lados, luego de cruzar la pampa de Medio Mundo y no he encontrado la flor de lilolán.
El padre, entonces, envió al segundo hermano para hallar la solución a su desventura. El hijo partió premunido de buen fiambre y asegurando volver con la flor. Rápidamente se comió todo. Llegando a la pampa de Medio Mundo le salió al frente el león y le dijo:
- Si pretendes cruzar te devoro.
- No, no mejor me voy. - Contestó el hermano segundo.
Regresó a casa y dijo a su padre:
- He buscado por todos lados, luego de cruzar la pampa de Medio Mundo y no he encontrado la flor de lilolán.
El padre quedó sumamente consternado y dijo qué haré sino conformarme con mi mala suerte. Pero el hermano más pequeño, que aún era un niño, le insistía para ir por la flor de lilolán. El anciano no quería poner en riesgo la vida de su pequeño, pero tanto insistió éste que al fin aceptó. El tercero y menor de los hermanos partió entonces igualmente con buen fiambre; pero esta vez el niño apenas comió; cuando llegó a la pampa de Medio Mundo le salió el león al frente y le dijo:
- Si pretendes cruzar te devoro.
- Te doy de comer carne de este fiambre y me dejas pasar.
- Le contestó.
- Bien, pasa. -Aceptó la fiera.
Al otro lado de la pampa el pequeño halló la flor de lilolán y con cuidado la extrajo para llevarla a casa.
Al volver para cruzar la pampa de Medio Mundo otra vez le salió al frente el león y le dijo:
- Si pretendes cruzar te devoro.
- Te doy el resto de carne de este fiambre que guardé para ti y me dejas pasar. Le contestó.
- Bien, pasa.
Así cruzó el menor de los hermanos la pampa de Medio Mundo y se dirigía a su hogar, pero en el camino lo esperaban sus hermanos mayores, quienes sospechaban podía tener éxito y hubiera sabido su padre de sus mentiras. Lo atacaron le quitaron la flor de lilolán, dieron cruel muerte y luego enterraron su cadáver.
Regresaron con la flor de lilolán y dijeron a su padre que ellos arrostrando mil peligros, después de vencer al león de la pampa de Medio Mundo habían hallado la flor de lilolán y la traían para mejorar la salud de su anciano padre. Éste alegróse, pero preocupado por el pequeño les preguntó si no lo habían visto. Ellos negaron haberlo encontrado, tal vez se lo comió el león dijeron aparentemente tristes. El padre sanó de su ceguera pero quedó profundamente abatido pues se culpaba a sí mismo de la pérdida de su hijo. Mientras eso, en el lugar que enterraron al hermano menor crecieron unas cañas; y un negrito que pasaba por allí cortó una de ellas y se confeccionó una quena, cuando la sopló salía de ella esta canción:
Negrito, negrito,
no me dejes de tocar,
mis hermanitos me mataron
por la flor de lilolán.
Al comienzo el negrito se asustó, mas luego se puso a soplar con entusiasmo y la quena entonaba la mencionada canción. Un día pasó por la casa del asesinado y el padre que estaba sentado en la puerta oyó la voz de su hijo en la quena que soplaba el negrito. Intrigado pidió la quena y sopló, se escuchó entonces:
Papacito, papacito,
no me dejes de tocar,
mis hermanitos me mataron
por la flor de lilolán.
El padre se enteró amargamente de lo que había sucedido y cuando interrogó a sus hijos mayores éstos confesaron su delito; el padre los arrojó de su casa.
Y colorín, colorado, este cuento ha terminado.
Fuente: Cinco cuentos orales infantiles peruanos autor Eduardo De la Cruz Yataco. Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil- APLIJ. Encuentro por la lectura y escritura. “Leer y escribir: Responsabilidad compartida”UPCH – Centro Andino de Excelencia para la Capacitación. Lima - Perú.

08 mayo 2010

Compadre Gallinazo

Había una vez en la Lima de hace muchos años un zorro que causaba muchos destrozos en los corrales de la vecindad. Cierto día cansados de sus tropelías, los dueños de los gallineros sorprendieron al zorro introduciéndose en un frondoso, tupido y enorme cañaveral que había, hace ya mucho tiempo, por El Altillo y la Pampa de Amancaes. Entonces, por distintos lados, prendieron fuego a todos esos mogotales.
El zorro pronto quedó cercado por la candela, en un hoyo cercano a una acequia que corría bordeando las faldas del cerro de Las Ramas.
Cuando todo parecía perdido apareció imprevistamente el gallinazo, que venía volando del cerro San Cristóbal. El zorro lo divisó y llamó a gritos: ¡compadre gallinazo, sálveme compadrito! El gallinazo, entonces, planeó sobre los incendiados matorrales y descendió donde estaba el zorro ahogándose por el humo.
- Compadre zorro, ahora sí que está usted en un problema grave.
- Sálveme compadrito gallinazo, que se lo agradeceré mucho. Dijo el zorro con lágrimas en los ojos.
- Bueno, compadre zorro, cójase de mis patas y lo elevaré por los aires.
- Gracias, compadre gallinazo.
El gallinazo, con mucho esfuerzo, empezó a volar llevando al zorro y, a pesar del peso de éste, fue subiendo, aleteando, aleteando, aleteando, hasta donde las llamas no los quemasen ni los humos los sofocasen. De pronto el zorro dice:
- Compadre gallinazo...
- ¿Qué pasa compadre?
- Le apesta el cuerpo*, compadre.
- No sea malcriado compadre, que lo estoy salvando
Un poco más arriba, cuando ya estaban muy alto:
- Compadre gallinazo ...
- ¿Qué pasa compadre?
- Le apesta mucho compadre.
- Mire compadre, no sea malcriado y malagradecido, lo voy a a tirar como siga así.
Mucho más arriba, ya por las nubes, casi a salvo porque el gallinazo iba a planear hacia tierra.
- Compadre gallinazo...
- ¿¡Qué pasa compadre!? Dijo el gallinazo ya molesto.
- Pero compadre gallinazo, le apesta el poto.
- Fuera de acá malcriado. Y sacudiéndose enérgicamente hizo que el zorro se desprendiera y cayera entre las hogueras del incendiado cañaveral.
Y colorín, colorado, este cuento ha terminado.
Fuente: Cinco cuentos orales infantiles peruanos autor Eduardo De la Cruz Yataco. Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil- APLIJ. Encuentro por la lectura y escritura. “Leer y escribir: Responsabilidad compartida”UPCH – Centro Andino de Excelencia para la Capacitación. Lima - Perú.

30 abril 2010

Celebración de la Virgen de Chapi en New York (USA)

Estimados Amigos
Con respecto a los preparativos de la Misa Solemne de la Vírgen de Chapi, que se llevará a cabo en la Iglesia San Agustin de Union City (3900 New York Ave) este próximo Domingo 2 de Mayo a las 1:30pm; les quiero informar que ya llegó el dia Miércoles pasado, procedente de Arequipa, el nuevo Manto que va a lucir la Vírgen de Chapi (set incluye manto, pechera, y vestido del niño cimarrón) en su fiesta anual de Mayo. Por cierto, en la ciudad de Arequipa lo celebran el 1ro de Mayo en el santuario de Chapi (distrito de Polobaya) http://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_de_Chapi
En la misa de anoche, la cofradía de la Virgen de Chapi, se hizo presente con el material llegado de Arequipa que incluye los recuerdos y medalleros, para que el Padre de turno lo bendiga. Despues de la bendición se procedio a vestir a la Virgen con el nuevo vestuario, y acomodarlo en el frente del Altar de la Iglesia San Agustin. Asi que los devotos, que vivan cerca de Union City, NJ; y que quieren encomendarse a la Santísima Vírgen, ya pueden apersonarse a la Iglesia San Agustin, para que vean a la Vírgen de Chapi. Pueden llevarle flores, se han instalado 15 floreros para tal efecto.
En cuanto al festival artístico, el éxito esta garantizado, se siguen sumando mas artistas, devotos de la Vírgen, a quien le tienen mucha fé por los favores recibidos. Una nota importante, la Misa Solemne va a empezar a las 1:30pm, pero los feligreses acostumbran a ir media hora antes para ubicarse en los mejores asientos, si va con niños, le aconsejamos que vaya con anticipación para que encuentre asientos. La misa anterior va a terminar a las 1:20pm, y de inmediato los hombres de prensa van a instalar sus equipos y cableados para tomar fotos del evento y tambien para transmitir la misa via Internet.
Niños vestidos con trajes típicos van a llevar la ofrenda del maíz y la papa a la vírgen, a la vez del caliz y el vino, y el coro de cantores peruanos van a intepretar las canciones tradicionales de la misa dominical.
Toda la comunidad peruana y latina estan cordialmente invitados a esta gran celebración de la Vírgen de Chapi. Una oportunidad especial para el re-encuentro y darnos el abrazo fraterno de la paz.
Que Viva la Vírgen de Chapi !!
Atentamente

Vicente Huaman
Miembro Comité Organizador

28 abril 2010

María, la Marimacha

María tenía que ir a comprar carne porque su mamá se lo había encargado. Ella se entretuvo jugando a las bolas con unos muchachos y se le hizo tarde. Cuando llegó a la carnicería, ésta había cerrado. Entonces María vio que había un entierro, ya de noche fue al cementerio y extrajo el corazón al muerto recién enterrado. Lo llevó a casa, lo frió y sirvió a sus hermanitos.
Pero mientras lo hacía, se oía en el techo la voz gangosa del muerto reclamando:
- María, dame mi corazón.
- No fastidies. - Había respondido María.
En la noche, cuando todos dormían, en el techo se escuchó una voz que entraba por la ventana teatina.
- María, dame mi corazón.
- No fastidies. Respondió María, molesta.
- ¡Caigo o no caigo! Amenazó el muerto.
- Cae, pues. Contestó altanera María
Plum. Cayó una pierna.
¡Caigo o no caigo! – Repitió el cadáver
Cae, pues. – Volvió a decir María.
Plum. Cayó la otra pierna.
Y nuevamente.
María, dame mi corazón
¡No fastidies!
¡Caigo o no caigo!
¡Cae pues!
Plum. Cayó un brazo.
Y nuevamente.
María, dame mi corazón
¡No fastidies!
¡Caigo o no caigo!
¡Cae, pues!
Plum. Cayó el otro brazo.
Y nuevamente.
María, dame mi corazón.
¡No fastidies!
¡Caigo o no caigo!
¡Cae, pues!
Plum, cayó el tronco y sólo faltaba la cabeza.
Y nuevamente.
María, dame mi corazón.
¡No fastidies!
¡Caigo o no caigo!
¡Cae, pues!
Cataplum. Cayó la cabeza y se completó el muerto que cogió a María la
Marimacha y la llevó por los aires.
Y colorín, colorado, este cuento ha terminado.
Fuente: Cinco cuentos orales infantiles peruanos autor Eduardo De la Cruz Yataco. Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil- APLIJ. Encuentro por la lectura y escritura. “Leer y escribir: Responsabilidad compartida”UPCH – Centro Andino de Excelencia para la Capacitación. Lima - Perú.

17 abril 2010

La Leyenda del Huankarquychi

En Tomaqaya (Apurimac) existen muchas lagunillas y puquios que la gente agradece, porque sus aguas son de lo más puro y cristalino que pueda haber a cien kilómetros a la redonda.
Sucede que cuando hay lluvias, las lagunas y puquios parecen cobrar vida animal.
Dicen que un gato inmenso del tipo angora comienza a danzar alrededor de los puquios y cuando se produce eso, toda persona que atine a pasar por el lugar es embrujado y aparece muerto.
En tiempos remotos, una campesina que experimentó por primera vez este tipo de sucesos misteriosos apareció con el estómago hinchado y oliendo a petróleo.
Era un día caluroso y nada hacía presagiar que lloviera, la campesina que se llamaba Valentina hacía sus faenas agrícolas, recogiendo la cosecha. Era el mes de abril y había que recoger las habas del campo.
Valentina caminó por el sendero de siempre, llevaba en su regazo las habas, cuando de pronto se desató una lluvia torrencial. Creyendo que iba a pasar, se cobijó debajo de un árbol de capulí.
El tiempo pasaba y la lluvia no cesaba de caer. Valentina estaba incómoda por el mal tiempo. Pero no se atrevía a regresar a su casa por la lluvia intensa que caía. De pronto, como por encanto se hizo noche.
Valentina temblaba de miedo porque su casa estaba muy lejos, recordó que su abuelita, la mamá grande había contado que de los puquios salía un gato gigante y comenzaba a dar vueltas alrededor del agua. Entonces quiso correr, pero un miedo terrible le impedía moverse.
Estaba desnuda, tiritando, la lluvia caía inmisericorde.
En eso, el gato la había visto. En sus ojos había deseo. Se acercó hasta donde estaba Valentina y la campesina no pudiendo soportar tan terrible visión, se desmayó.
Al día siguiente, los campesinos la encontraron ahogada en el puquio, completamente desnuda, y en sus ojos el espanto era patético.
Desde entonces, cuando llueve, la gente se retira de los puquios inmediatamente. No les importa si dejan sus cosechas o cualquier cosa. Saben que la leyenda del Huankarquychi puede producirse en cualquier momento.
Fuente escrita: Cusco Inmortal: Cuentos, Mitos, Leyendas; Víctor Abel del Castillo, Leonel Guzmán C.
Escolar: Adriana Chávez Tejada, 8 años; Wanchaq, Cusco.

02 noviembre 2008

Los Achachilas y la veta de plata (Leyenda de los cerros sagrados - Puno)

Un arriero, que una noche transitaba por el camino que sube al Cancharani, oyó un estruendoso tropel de animales de carga, vino a su encuentro un indio que le intimó a que se regresase, porque no podía seguir adelante, el paso estaba obstruido y si insistía su muerte era segura.
El arriero retrocedió alguna distancia y acampó en un lugar cercano al Cancharani. Pero a cierta hora de mucha oscuridad quiso cerciorarse de lo que había ocurrido, y se dirigió al sitio donde había recibido el aviso. Y escondiéndose al costado del camino vio desfilar una gran cantidad de mulas cargadas de grandes bloques de plata.
Una de las bestias se embarrancó rendida por el inmenso peso de su carga. El arriero fue en su auxilio, y notó que el animal se encontraba con una canilla rota. Le descargó la plata que llevaba, la que pesaba mucho, y señalando bien el lugar volvió asombrado a su alojamiento.
Al día siguiente vino a buscar la carga y no la encontró: la mula había desaparecido y en el sitio donde cayó sólo había un saltamontes con una pata quebrada, que cojeaba penosamente.
El genio del cerro con el inmenso poder que posee había transformado a todos los saltamontes de este lugar en mulas, con el objeto de arrancar las riquezas que encerraba en su seno y trasladarlas al fondo del Lago Titicaca.
Desde esa noche asombrosa comenzaron a desaparecer las vetas que se encontraban en todo el sector de Cancharani.
Fuente: http://punomistico.blogspot.com/2005/11/achachilas.html

29 octubre 2008

Cuento del Eqeqo (Leyenda de Puno - Perú)

Antiguamente, muchos milenios atrás, había un aymara cuyo nombre era Iqiqu. Era fornido, de estatura baja, humilde, bondadoso, caritativo y sonriente.
Iqiqu fue un hombre bueno que buscaba una vida armoniosa entre los hombres, y por dondequiera que andaba predicaba las buenas costumbres. Donde había problemas y llantos llevaba la solución, la consolación y la alegría.
Un día, por sus cualidades maravillosas, recibió poder de Apu Qullana Awki (Dios Padre Divino) que moraba en las alturas sagradas de Khunu Qullu (Montaña Nevada). Con este poder, Iqiqu había logrado realizar grandes hazañas. Dicen que manejaba grandes piedras, secaba el agua, trasladaba rocas y montañas solamente con hondas y su voz. Todo le obedecía; por eso le gente le seguía de cerca.
Iqiqu tenia una honda y una ch'uspa (bolsa). Así caminaba por las montañas, cerros, pampas y por las riberas del Lago. Al que lloraba le consolaba y hacía reír; al que no tenía productos se los proporcionaba; a los que querían casarse los juntaba para formar su hogar.
Un día vino el Awqa (ser maligno) con su gente sanguinaria. Su aspecto era de un hombre barbudo, de tez blanca y con genio muy malo. Awqa se portó muy cruel. Atemorizaba a los aymara y persiguió a Iqiqu. A los que le seguían los desbandó, a otros los asesinó ferozmente y a algunos los obligó para que no le apoyen.
Cierta vez Iqiqu llegó a un ayllu donde Awqa también había instalado su posada para seguir persiguiendo a Iqiqu. Mientras este iba promoviendo diferentes formas de ayuda mutua, Awqa y su gente malvada, lo rodearon y capturaron.
Lo torturaron y despedazaron el cuerpo de Iqiqu. La cabeza, los brazos, las piernas y otras partes del cuerpo fueron desparramados por todas partes del altiplano y en las cordilleras, a fin de que no vuelva a formarse el cuerpo, porque tuvieron miedo al poder que tenia Iqiqu.
Nuestros abuelos dicen que cada una de las partes del cuerpo de Iqiqu está tomando forma y ha empezado a revivir. Otros dicen que cada parte del cuerpo se ha levantado y está en camino hacia Wiñay Marka (Ciudad Eterna). Un día no muy lejano, indudablemente, llegarán a Wiñay Marka. Se juntarán y Iqiqu tomará una fuerza sobrenatural que reunirá y llevará adelante a su pueblo.
Renacerá la nación Aymara y tendrá mucho poder en el Universo.
Fuente: Aymara Uta. Tradición oral recopilada por Victor Ochoa. Disponible en: http//www. www.aymara.org.

26 octubre 2008

Los Pumas Grises (Leyenda del Lago Titicaca)

El abuelo le dice a su nieta: "Mira este lago inmenso y azul, hijita. El lago Titicaca. En el fondo… están los pumas grises". "¿Qué pumas, abuelo?", preguntó con mucha curiosidad la niña. "Pumas grises"… Eso significa "Titicaca" en nuestra lengua aymara. Es una historia antigua, muy antigua…
A lo lejos se escuchaba una hermosa y triste melodía de zampoña y el ulular del viento. El abuelo le contó que Apu Qullana Awki había creado el mundo, la tierra, el cielo, los animalitos… y la gente. Cuando terminó de crear, el Apu Qullana Awki fue a vivir a los cerros de nieve y dijo con voz muy poderosa: "Sean felices. Vivan tranquilos en este paraíso que les doy". En aquellos tiempos, este lago era un valle hermoso. No había envidia ni peleas entre la gente. El único mandamiento del Apu Qullana Awki era no subir a la montaña sagrada, donde él vivía. Entonces el hombre le dijo: "¿Y por qué no vamos a subir? Queremos ser poderosos como él". Así fue como desobedecieron. Pero cuando subían el cerro se escucharon unos terribles y escalofriantes rugidos…
Muy preocupado el abuelo musitó: "El Apu Qullana Awki hizo salir de las cuevas muchos pumas grises que devoraron a la gente. Casi todos murieron". Entonces, el padre Sol, tata Inti, lloró sin consuelo durante cuarenta días y cuarenta noches. Las lágrimas del Sol fueron haciendo una laguna, un gran lago que ahogó a todos los pumas. La poquita gente que se salvó, dijo: "qaqa titinakawa... Ahí están los pumas grises… Titi-caca".
La niña preguntó: "¿Así nació este lago, abuelo?"
"Y así renació nuestro pueblo, la gran nación aymara, agradecida del padre Sol, nuestro tata Inti y bendecida por la Pachamama". Y por eso rezamos nuestras oraciones al tata Inti, al gran W
iracocha, a nuestra madre tierra… la Pachamama.
Pero el abuelo se puso triste y dijo a su nieta: "Mira el lago, hijita, el lago de los pumas grises. Después vinieron otros pumas que nos despedazaron. Nuestros hijos escupieron sangre en la mina, nuestras hijas mancilladas y humilladas por los blancos. El padre Sol lloró otra vez por nosotros…
Pero el mundo da vueltas. Ahora está de cabeza. Al revés, injusto. Pero se enderezará. Habrá un "pachakuti". "¿Sabes qué dijo Tupaj Katari cuando los españoles lo descuartizaban?". " ¿Qué dijo, abuelo?", preguntó desconsolada la niña." Me matarán. Pero mañana volveré y seré millones", respondió el abuelo: "Pero mañana es hoy, muchacha. Aquí estamos, la gran nación aymara, los hijos y las hijas del Sol y de la Pachamama junto a nuestro sagrado lago Titicaca.
Fuente: Raíce
s de América: El Mundo Aymara. Compilación de Xavier Albó. Recogida en la isla Jisk'ata, Puno, Perú. UNESCO-ALIANZA AMERICA 1988.

23 octubre 2008

El Tatú o Quirquincho y su capa de fiesta (Mito Aymara)

Las gaviotas andinas se encargaron de llevar la noticia a todos los rincones del Altiplano, avisando que cuando la luna estuviera brillante y redonda, los animales estaban invitados a una gran fiesta a orillas del lago Titicaca.
El lago se alegraba cada vez que esto sucedía, pues sus riberas, a veces tristes, se llenaban de vida por el entusiasmo con que sus vecinos celebraban la ocasión de verse y conversar de los últimos acontecimientos.
Cada uno se arreglaba con esmero para esta oportunidad. Se limpiaban sus plumajes y pieles con los mejores aceites, para que resplandecieran y todos los admiraran. Y entonces se escuchaban murmullos de admiración cuando algún invitado aparecía ataviado con prendas majestuosas y deslumbrantes.
Todo esto lo sabía Tatú el quirquincho, porque en años anteriores había asistido a algunas de estas fastuosas fiestas que su querido amigo Titicaca gustaba de organizar.
Esta vez quería ir mejor que nunca, pues había sido nombrado integrante muy principal de la comunidad. Y comprendía la responsabilidad que esto significaba...
El Tatú era honrado y digno. Esas eran las cualidades tomadas en cuenta al investirlo de este título que tanto lo enorgullecía. Ahora quería deslumbrar a todos para demostrarles que no se habían equivocado al elegirlo.
Faltaban muchos días, pero apenas recibió la invitación se puso a tejer un manto nuevo, elegantísimo, para que su presencia fuera espectacular. Era famoso como buen tejedor, y se concentró en hacer una trama tan fina como esas maravillosas telarañas suspendidas entre rama y rama de los arbustos.
Ya llevaba bastante adelantado, cuando pasó cerca de su casa el zorro (achalari), que gustaba de meter siempre su nariz en lo que no le importaba. Al verlo, le preguntó con curiosidad: "¿Qué haces?". "No me distraigas, que estoy muy ocupado", le respondió el Tatú, pues el zorro le producía cierta inquietud. "¿Estás enojado?", insistió el visitante. "¿Porqué habría de estarlo?", contestó el Tatú. "Entonces dime, ¿qué estás haciendo con tanto afán...?", replicó curioso el zorro. "¿No ves que tejo una capa para ponérmela el día de la fiesta en el lago?", insistió cansado el Tatú. "¿Cómo?", sonrió el zorro irónicamente: "¿Piensas ir esta noche con eso que todavía no terminas?". El quirquincho levantó sus ojos, algo miopes, de su trabajo, y con una mirada perdida y angustiosa exclamó: "¿Dijiste hoy en la noche?". "Por supuesto. En un rato más nos encontraremos todos bailando...", dijo, disimulando la risa, el zorro.
¡Qué fatalidad! ¿Cómo pudo haber pasado tan rápido el tiempo? Siempre le ocurría lo mismo... Calculaba mal las horas. Al pobre Tatú se le fue el alma al suelo. Una lágrima rodó por sus mejillas. ¡Tanto prepararse para la ceremonia! Había imaginado tan distinta la fiesta de lo que sería ahora. ¿Tendría fuerzas y tiempo para terminar su manto tan prolijamente iniciado?
El zorro percibió su desesperación, y se alejó riendo entre dientes. Sin proponérselo había encontrado la manera de inquietar a alguien. El Tatú tendría que apurarse mucho si quería ir con vestido nuevo a la fiesta: ¡ji, ji, ji!
Y así fue. Sus manitos continuaron el trabajo moviéndose con rapidez y destreza, pero debió recurrir a un truco para que le cundiera. Tomó hilos gruesos y toscos que le permitieron avanzar más rápido. Pero, la belleza y finura iniciales del tejido se fueron perdiendo a medida que avanzaba y quedaba al descubierto una urdimbre más suelta.
Finalmente terminó su tejido y Tatú se engalanó para asistir a su fiesta. Entonces respiró hondo, y con un suspiro de alivio miró al cielo estirando sus extremidades para sacudirse el cansancio de tanto trabajo.
En ese instante se dio cuenta del engaño: ¡La luna todavía no estaba llena! Y lo miraba curiosa desde sus tres cuartos de creciente... Un primer pensamiento de furia contra el viejo zorro cruzó su cabecita. Pero al mirar su manto bajo la luz brillante que caía de las estrellas, se dio cuenta de que, si bien no había quedado como él lo imaginara, de todos modos el resultado era de auténtica belleza y esplendor.
No tendría para qué deshacerlo. Quizás así estaba mejor, más suelto y aireado en su parte final, lo cual le otorgaba un toque exótico y atractivo. El zorro se asombraría cuando lo viera... Y, además, no le guardaría rencor, porque sido su propia culpa creerle a quien tenía fama de travieso y juguetón.
Simplemente el zorro no resistía la tentación de andar burlándose de todos... Y siempre encontraba alguna víctima.
Pero esta vez fue al revés: el zorro le había hecho un favor. Porque Tatú se lució causando gran sensación con su manto nuevo cuando llegó el momento de su aparición triunfal en la fiesta de su amigo Titicaca.
Fuente: Biblioteca Virtual Ser Indígena. Antologia Leyendas y Mitos de Pueblos Indígenas. Edición Web Ser Indígena, noviembre de 2002. Re-Edición Web: Ser Indígena, mayo de 2003. Compilación de texto. Disponible en:

02 octubre 2008

El Carnaval de Tambobamba (Apurimac)

Tambobamba está en la provincia más oculta del Ande peruano. Allí donde el gran río, el sagrado Apurímac, rom­pió todas las cordilleras para bajar a la selva y seguir tran­quilo y soñoliento, hasta encontrar al Amazonas. No conóz­co al pueblo, pero he caminado por todas esas quebradas ar­dientes y profundas del Apurímac torrentoso.
Apurímac quiere decir "el poderoso que habla". Porque sólo es posible verlo desde las cumbres, y su voz se oye en todas partes. Corre por el fondo de las quebradas más pro­fundas que es posible imaginar. En las cumbres de las mon­tañas que orillan su lecho brilla la nieve perpetua; cerca de la nieve sólo crece la paja brava y los árboles solitarios de k'eñwa; son las cumbres más altas del Ande sur peruano; cumbres heladas e inalcanzables, brillan con el sol, y en las noches se ven lejanas, diluidas en el cielo, y germinan a to­dos los vientos fríos que soplan hacia lo hondo de los abis­mos. De estas cimas se ve el río. Corre entre el bosque oscu­ro de árboles casi selváticos. No tiene playas; un salvaje y misterioso abismo son sus dos orillas. De las cimas parece una veta blanca, retorcida, fija y muda. Pero su sonido gra­ve brota del fondo de la quebrada inmensa; jamás se calla, es como el canto profundo del abismo increíble que empie­za en la nieve y termina en la selva. Esa es la voz más lejana del río. Pero a las haciendas y a los pueblos que existen -aunque parezca leyenda- sobre las faldas de esas quebradas perpendiculares como barrancos, hasta esos pueblos, la voz del río llega más fuerte y clara. Las rocas la templan y la agrandan. No se ve el río pero su canto grave y eterno lo cubre todo. Y está en el corazón de los hombres que viven en la quebrada, en su cerebro, en su memoria, en su amor y en su llanto; está bajo el pecho de las aves cantoras que pue­blan los maizales, los bosques y los arbustos, junto a los ria­chuelos que bajan al gran río; está en las ramas de los árbo­les que también cantan con los vientos de la madrugada; la voz del río es lo esencial, la poesía y el misterio, el cielo y la tierra, en esas quebradas tan hondas, tan bravías y hermo­sas.
Allí vivieron los chankas; los guerreros que hicieron llo­rar al Inca, que obligaron al Dios de los quechuas a conver­tir todas las piedras en soldados para defender a su pue­blo que estaba siendo exterminado por los hijos del gran río.
Fueron conquistados tarde por los españoles. Y los blan­cos que llegaron fueron diluidos por la quebrada, converti­dos en indios, modelados de nuevo y refundidos por este río, por este paisaje tremendo que nivela y plasma todo a imagen y semejanza de su propia fuerza, de su entraña bra­va y casi feroz. De aquí salieron los bandoleros más auda­ces del Ande peruano, con apellidos españoles, con espuelas de plata y aperos chapeados, insuperables creadores de way­nos, y guitarras sin igual. Aquí reinaron los montoneros du­rante los tiempos de la anarquía y de las guerras civiles. Y allí viven ahora, todavía independientes, sin ferrocarril y sin carreteras, ocultos por la quebrada, y defendidos, la gente más autóctona del Pení, gente española modelada a lo indio por el río, los más cantores del Ande, como dice uno de ellos, Edmundo Delgado Vivanco, su cronista y romancero de hoy.
El carnaval es la fiesta más grande de los pueblos indios peruanos. No conocemos bien su verdadero origen. Pero tie­ne sus danzas propias y su música propia. Y es la más her­mosa música de todo el folklore peruano. Debe tener un le­jano origen indio puro; porque en el norte, en el centro y en el sur la música de carnaval tiene un genio común. Las dan­zas son distintas en cada región, casi en cada pueblo; pero la música y los instrumentos en que la tocan es universal: el pinkullu y la tinya. El mestizo toca el carnaval en guita­rra. En el norte la música es pobre, monótona y primitiva, los indios de Cajamarca la cantan y tocan sin descanso du­rante ocho días y ocho noches. Pero el temple de la guitarra en carnaval, es el mismo en todos los pueblos, y esa música pobre y primitiva tiene el mismo estilo que el carnaval del sur. Pero lo importante es que en Apurímac, en estas que­bradas del gran río, es donde el "carnaval" cobra todo su es­plendor musical. Centenares de canciones distintas, una por cada aldea, por cada barrio, por cada ayllu, casi por cada in­dio. La fiesta primitiva, la que hoy se llama carnaval debe ser de origen chanka. Es música bravía, guerrera, trágica y violenta como eÍ cauce del gran río; misteriosa y triste co­mo la orilla inalcanzable del Apurímac, allí donde las dos bandas del río forman un abismo liso, imponente y frío, de peñascos apenas orlados por grandes cadenas de salvajina que brotan de las rocas.
El carnaval es en febrero, en el tiempo de la creciente, cuan­do el Apurímac es turbio, cuando su sonido aumenta y revuel­ve áspero y verdaderamente salvaje. La lluvia es feroz en la quebrada, casi siempre cae en tormenta, suena y causa es­panto. El eco de la lluvia se produce en todos los grandes ba­rrancos, las cumbres de los cerros parecen temblar, por las pequeñas hondanadas de las faldas bajan torrentes negros que arrastran piedras y árboles. Todo va al río grande. Y el agua del Apurímac, cada vez más alta, más turbia, se revuelve en grandes remolinos y tumbos, quebrándose en los reco­dos, salpicando, se atropella y truena. Parece el germen de la lluvia, la imagen del cielo enfurecido y oscuro.
Es el tiempo del carnaval. En estas noches, cuando la voz del río suena con su máximo poder, en todos estos pueblitos de la quebrada, prendidos sobre el abismo, salen a cantar y a bailar el carnaval, el canto guerrero, que es co­mo la ofrenda al río crecido y terrible, al cielo agitado y a la noche lóbrega.
En algunos pueblos la canción es tierna y amorosa, pero en el Apurímac hondo, en Tambobamba, por ejemplo, es triste. La de Tambobamba debe ser muy antigua. Yo no conozco otra canción más cruel y hermosa:
El río de sangre ha traído
a un amante tambobambino.
Sólo su tinya está flotando,
sólo su charango está flotando,
sólo su quena está flotando.

Y la mujer que lo amaba,
su joven idolatrada,
llorando llora
mirando desde la orilla
sólo la tinya flotando,
sólo la quena flotando.

El río de sangre ha traído
a un amante tambobambino;
sólo su quena está flotando,
él ha muerto,
él ya no existe.

La tormenta cae sobre el pueblo,
el cóndor está mirando desde la nube;
la joven amante,
la joven idolatrada
está llorando en la orilla
¡Wifalalalay wifala
wifalitay wifalaáá! (1).
Una incontenible desesperación despierta este canto, una tristeza que nace de toda la fuerza del espíritu. Es como un insuperable deseo de luchar y de perderse, como si la noche lóbrega dominada por la voz profunda del río se hubiera apoderado de nuestra conciencia, y se canta sin descanso, cada vez con más ansia y con más angustia. Es un desenfre­no de tristeza y de coraje. Toda la esencia del vivir humano agitada con ardiente violencia en todo nuestro mundo inte­rior sensible. Los que no saben el quechua escuchan el can­to con mucha gravedad y adivinan todo lo trágico y cruel que es su contenido.
Espero llegar a Tambobamba, al mismo pueblo, y can­tarlo en la plaza, en coro con la gente de la quebrada, con cincuenta guitarras y tinyas, oyendo la voz del gran río, confundido en este canto que es su fruto más verdadero, su entraña, su imagen viviente, su voz humana, cargada de do­lor y de furia, mejor y más poderosa que su propia vaz de río, río gigante que cavó mil leguas de abismo en la roca dura.
(1) Traducción de la letra quechua.
Fuente: EL CARNAVAL DE TAMBOBAMBA autor José María Arguedas. “La Prensa”, Buenos Aires, 15 de febrero de 1942.

01 octubre 2008

La enseñanza de nuestra lengua Qichwa

Los niños y las niñas monolingües quechua-hablantes reciben una educación uniformizadora y atentatoria solamente en castellano, ¿cuál es el resultado? No se logran castellano-hablantes, pero sí sujetos renegados de su cultura y de su lengua materna. Niños y niñas que muy pronto abandonan esa escuela «castellanizadora» y los que logran quedarse por obligación de sus padres acaban la educación primaria en 8, 9 ó 10 años en lugar de hacerlo normalmente en 6 años de acuerdo a las normas.
La cosa está muy clara, una socialización en una lengua que no se la maneja exige pues un doble aprendizaje: el de los conocimientos, procesos y conceptos y el «aprendizaje» a patadas de una lengua extraña, luego el o la profesora trata de «burros» a estos aprendices. Si a estos cristianos monolingües en castellano llamados profesores les enseñáramos a cocinar un plato ruso empleando solamente el idioma ruso, ¿cuánto y qué aprenderían? Y esta vez, ¿quién sería el «burro»? Aunque burro es un animal cuadrúpedo y mamífero, también lo es el que no comprende este problema. No se puede aprender contenidos temáticos en una lengua que no se la maneja. Cualquier sujeto puede aprender cualquier contenido temático si se le enseña en la lengua que sí la maneja y empleando las estrategias apropiadas.
Tanto los quechuas como los aimaras y los hablantes de otras lenguas vernáculas tenemos derecho a ser educados en nuestras lenguas, pero también como miembros de una sociedad mayor castellana estamos en la obligación de aprender EL castellano, para luego también aprender EN castellano. Tampoco debemos quedarnos ahí, tenemos la necesidad de aprender otras lenguas extranjeras para comunicarnos o informarnos de los productos y hechos creados por hablantes de esas otras lenguas.
Para solucionar este problema se ha propuesto la educación bilingüe intercultural. Subsistema educativo que inicia la alfabetización de los aprendices en la lengua indígena que manejan, donde también se inician en el aprendizaje de una segunda lengua, que en nuestro caso es el castellano. Ya van pasando más de tres décadas y todavía no hay una propuesta exitosa y replicable para la enseñanza del castellano como segunda lengua. La escuela todavía es incapaz de resolver este problema, si los quechua-hablantes o hablantes de otras lenguas vernáculas se
apoderan del castellano precisamente no es en la escuela. Este aprendizaje se suscita en la Ciudad o en lugares donde solamente se habla en esta lengua. Entonces, ¿dónde está el problema?
Nuestras andanzas por los caminos de la educación bilingüe intercultural nos Indican que no se está enseñando EL castellano sino solamente se está enseñando
EL PROBLEMA Y NUESTRA INTENCIÓN
EN castellano, a este hecho se debe la pobre adquisición del castellano por esos niños y niñas. Esta situación es peligrosa para la continuación de la EBI. Entonces hay que buscar las causas y los por qué de este problema, sin embargo mientras tanto hay que ayudar a los profesores de las escuelas bilingües en el estudio contrastivo de las lenguas quechua y castellana.Cada una de éstas tiene sus particularidades y en todos los niveles de la lengua; precisamente cuando no tomamos en cuenta esas particularidades es que no podemos enseñar adecuadamente el castellano, además, ¿cómo es que una persona que no maneja bien el castellano la pueda enseñar? Creemos que una de nuestras fallas radica precisamente ahí. Entonces tocaría estudiar más profundamente el castellano, para estar en mejores condiciones de enseñar el castellano; pero por otro lado, los niños y las niñas aprenderán mejor el castellano si es que han reflexionado muy profundamente sobre la lengua materna, en nuestro caso sobre el quechua, así como nos dice Cummins: «existe una interdependencia de desarrollo lingüístico que determina que a mayor aprendizaje y mejor uso de la lengua materna, se da un igualmente mayor aprendizaje y mejor uso de la segunda lengua, en tanto éste se sustenta en los aprendizajes y experiencias previas de los educandos» (Lopez y Küper 2000: 39)
En el aprendizaje de una segunda lengua es muy importante conocer todas las estructuras de la lengua materna, así como también reflexionar sobre ella, a fin de facilitar una transferencia positiva de algunas características de la lengua materna hacia la segunda lengua (elementos comunes).
Un estudio contrastivo de todas las estructuras de la lengua materna y de la segunda lengua, en nuestro caso del quechua y del castellano, será muy necesario en el aprendizaje de ésta con la metodología de segunda lengua. Es en este entender que en el presente trabajo describiremos y analizaremos los niveles fonético y sintáctico de la lengua quechua, a fin de contrastarla con la castellana para facilitar su enseñanza y su aprendizaje como segunda lengua. También se tocarán algunos puntos relacionados con la cultura y el nivel morfológico. Iniciamos el trabajo con la presentación del marco teórico-conceptual que nos apoyará en la descripción mencionada.
MARCO TEORICO-CONCEPTUAL
El Quechua es una lengua hablada por diversos pueblos indígenas de Sudamérica (López, 1988: 28). Los individuos hablantes de esta lengua reciben el mismo nombre. Los quechuahablantes habitan principalmente en los Andes y son en la actualidad aproximadamente ocho millones y medio de hablantes entre monolingües y bilingües (Cerrón-Palomino, 1987: 76). Por los datos que nos ofrece Cerrón-Palomino una distribución actual de quechua-hablantes por paises es:
Ecuador : 2 233 000
Colombia : 4 402
Perú : 4 402 023
Bolivia : 1 594 000
Argentina : 120 000
Brasil : 700
Chile : ---
TOTAL : 8 354 125
Como se sabe, el quechua fue la lengua de la administración en el Tahuantinsuyo. A la llegada de los españoles el Tahuantinsuyo fue un verdadero mosáico de lenguas (Cerrón-Palomino, 1995: IX).
Entre las lenguas mayores se hallaban estas cuatro: la quechua, la aimara, la puquina y la mochica. La lengua quechua, debido a su ámbito extendido como también al tiempo en el que sus usuarios no se comunicaron cara a cara, fue sufriendo variaciones y subvariaciones a tal extremo de haber ininteligibilidad entre los dialectos más alejados geográficamente. Estudiosos como Gary Parker y Alfredo Torero hacen clasificaciones de las variedades dialectales del quechua; así, Quechua Grupo Central, denominado quechua B (QB) por Parker y quechua I (QI) por Torero; luego, Quechua Grupo Norteño-Sureño, denominado quechua A (QA) por Parker y quechua II (QII) por Torero (Parker, 1972: 114). El Quechua Central cubre casi la totalidad de los departamentos de Ancash, Huánuco, Pasco, Junín y parte de Lima. A su vez el Quechua Norteño-Sureño está subdividido en 3 subgrupos más a saber: QN-SA que comprende: Pacaraos, Lincha, Cajamarca y Ferreñafe, el QN-SB que comprende: Chachapoyas, Ecuador y Colombia; y el QN-SC que comprende los quechuas hablados en: Ayacucho, Cuzco, Bolivia y Argentina.
Como se desprende del párrafo anterior, el Quechua de Puno y del Cuzco están incluidos en el Quechua de la variedad cuzqueña. Las razones para establecer estas clasificaciones corresponden a los niveles fonológico y morfológico básicamente (Cerrón-Palomino, 1980: 10). De esta suerte la descripción y el análisis que ofrecemos en este documento es del quechua sincrónico de Puno y provincias altas del Cuzco, quitándole la escritura de las laringalizadas (consonantes aspiradas y glotalizadas).
En el nivel fonológico de la lengua, la fonética trata de la descripción de los sonidos, tanto desde el punto de vista acústico o sea de cómo suena; como del punto de vista articulatorio, o sea de cómo y con qué órganos se producen. En cambio la fonología se ocupa de los sonidos distintivos de una lengua. Es decir de los sonidos que nos permiten establecer una diferencia de significado entre una palabra y otra. Los sonidos distintivos de una lengua se llaman fonemas. Ejemplo de segmentos fonéticos:
- del castellano : [a], [m], [e], [s], [i], [I], [e], etc.
- del quechua : [a], [m], [u], [o], [i], [e], [e], [O], [q], [I], [U], [A], etc.
Empleando éstos y otros signos del alfabeto fonético internacional (AFI) podemos transcribir el habla de las personas en los diferentes idiomas. Así:
- En el castellano: [mésa], [mísa], [mIsa], [mesa], [séma], [síma], etc.
- En el quechua: [éma], [íma], [úma], [óma], [áma], [óqA], [OqA], [UqA], etc. de acuerdo al
hablante.
En los ejemplos se han empleado muchos alófonos, por lo que decir: [mísa] o [mIsa] significa lo mismo, así como también en [mésa] o [mEsa], esto en el castellano.
En el quechua sucede algo similar, así por ejemplo para la glosa 'cabeza' es permitido decir: [úma], [óma], [Uma], [Oma]. De igual manera para la glosa 'qué' (pronombre interrogativo) es permitido decir: [íma], [éma], [Ima] o [Ema]. De los dos párrafos anteriores podemos inferir que los segmentos empleados en los mismos contextos son alófonos, y éstos no son distintivos. O sea el empleo de cualquiera de ellos no cambia el significado. Pero el conjunto de estos alófonos tiene que tener un solo representante, y éste es pues el fonema. Los fonemas son distintivos.
Empleados en el mismo contexto cambian de significado. Entonces las realizaciones anteriores se reducen a:
- En el castellano: /mesa/ 'mueble' y /misa/ 'ceremonia'.
- En el quechua: /ima/ 'qué', /uma/ 'cabeza' y /ama/ '¡no!' (no prohibitivo).
En el nivel morfológico, la morfología se ocupa de los elementos que constituyen las palabras y de su significado. La unidad mínima de significado de una lengua se llama morfema. El morfema está constituido por una secuencia de fonemas que, al unirse, conforman una expresión con significado. Ejemplos de morfemas:
- En el castellano: /m/ + /e/ + /s/ +/a/ =
- En el quechua: /u/ + /m/ + /a/ = 'cabeza'
Tanto como son morfemas raíces a los que podemos agregarle afijos, veamos:
- En el castellano: + -s = .
- En el quechua: + -kuna = , 'cabezas'
En estos ejemplos los morfemas son: las raíces y 'cabeza' y los sufijos pluralizadores: -s y -kuna para ambas lenguas respectivamente. Los morfemas del quechua pueden ser: nominales, verbales y partículas en lo referente a raíces, así como también los morfemas sufijos: nominales, verbales e inclíticos o independientes.
En el castellano las partes de la oración o morfemas raíces o bases son 9, a saber: nombre o sustantivo, artículo, adjetivo, pronombre, verbo, adverbio, preposición, conjunción e interjección (Ragucci, s/f: 98); en cambio en el quechua las raíces se agrupan en tres grandes grupos, a saber: nominales, verbales y partículas.
DESCRIPCIÓN DEL ASPECTO CULTURAL
La lengua es un producto cultural, pero al mismo tiempo como un instrumento del desarrollo
intelectual, lleva consigo la cosmovisión de sus hablantes. En un contexto en el que dos sociedades (la urbana occidental y la rural andina) están en contínuo conflicto, es difícil saber hasta dónde es lo andinio y lo no andino; pero los grupos humanos practican algunas normas o patrones culturales que por socialización o educación reciben de sus ancestros; entre éstos podemos mencionar:
La práctica del convido o haywarisqa.
El hombre quechua hace partícipe de sus alegrías y tristezas. Si prepara y come algún plato especial y en ocasiones especiales (fiestas, raymi y kusikuy) primero ofrece un tantito a la Pachamama y a los Apus (cerros tutelares de cada lugar), luego a las almas de los antepasados, a las personas ausentes. A estos últimos se sopla para que por lo menos con el olor se satisfagan. Se sirven ellos y finalmente se envía a los vecinos ausentes. Si hay algún acontecimiento (fiestas, techumbre, o duelos) los vecinos se hacen presente sin invitación alguna; pero éstos no vienen con las manos vacías, de todas maneras aportan con algo que ha de utilizarse en el acontecimiento, por lo menos se va con cuchillo para pelar papas y ayudar en la preparación de la comida (yanupakuy).
Si los vecinos no asisten, son mal mirados. Si en una techumbre algún vecino o pariente no asiste, muy tranquilamente proceden a cumplir las diferentes tareas y luego los festejos.
Los asistentes aparte de aportar algo materialmente prestan su mano de obra; por eso hay el tipakuy o prendido de billetes en los matrimonios o en los alferazgos (cargoyuq). En todos los casos están los munaq waylluq o sea las amistades cariñosas. La comunicación en todos estos casos es en quechua, existiendo un léxico "especializado" para cada caso. Por ejemplo el "achuqalla" en realidad es la comadreja. Animal que nos mira por las rendijas de los muros, se oculta y de vez en cuando causa daño, comiéndose por ejemplo sólo el cerebro de los cuyes. A las personas que no participan de los acontecimientos inusuales y especiales, les dicen "achuqalla", que sólo atinan a observar ocultos, importándoles más sus quehaceres personales. Luego de la fiesta a estos "achuqallas" los sorprenden muy de temprano, a muchos todavía en su cama, cantando:
"Achuqallay tiw tiw,
achuqallay tiw tiw."
Imaraykum(i) pakallamanta
Qawakamurqanki.
Mikunaypas kakuchkan,
machanaypas pisiwanchu.
Nispachu mana rikurimurqanki.
"Achuqallay tiw tiw,
achuqallay tiw tiw."
Luego lo llevan amarrado con sogas como a preso y en la casa del acontecimiento lo cuelgan de un tijeral (warmi warkuna). Las mujeres les echan trago fuerte en la boca del achuqalla por turno y por repetidas veces. El achuqallasqa tiene que mandar a comprar trago o mandar a matar un carnero o por lo menos un gallo para el consumo del día. De no encontrarlo al jefe de familia, de todas maneras se llevan un animal para beneficiarlo y consumirlo durante el día.
Las instituciones de la minka y el ayni.
La minka como una invitación, también una especie de súplica con sumaq sunqu que es una especie de cariño para ser aceptado, consistente en coca o en la especie que se posee (carne, productos agrícolas, coca, fiambre, queso, lana, o por lo menos pan, etc.) puede ser para ayudar en un trabajo, también para que acompañe en una fiesta, en una ceremonia o en un pedido de mano. Como recompensa se devuelve en lo que pida el servidor, generalmente es en productos agrícolas y subproductos pecuarios.
En cambio el ayni es voluntario, por eso una persona que en lo posterior tiene algún compromiso tiene que ir a aprender o por lo menos a observar cómo se procede en tal o cual ocasión, por lo que él mismo se ofrece a ayudar en ayni, a fin de que el servicio o préstamo de bienes sea devuelto cuando éste lo requiera. Estas instituciones están vigentes con alguna modificación.
Muchos términos empleados en el quechua son intraductibles al castellano, salvo que se las parafrasee.
Entre éstas tenemos:
Waraka que es un instrumentos de pastoreo, trenzado de lana de alpaca o de llama con diferentes figuras. Con él se lanza piedras a distancias que pueden variar de 30 a 50 metros de distancia. Por extensión semántica se le denomina onda.
Riwi o liwi, fue un instrumento de caza de aves y de mamíferos silvestres, trenzado de tientos
de cuello de llama con triple bifurcación en uno de los extremos, que rematan en puntas con peso de piedras boleadas. Posteriormente este instrumento fue introducido como arma de guerra. En castellano le dicen boleadora.
Kispiñu, es un panecillo hecho de masa de quinua o cañigua con cal, cocinado al vapor.
Llipta, es un bolillo elaborado en base a ceniza de tallo de quinua o cañigua para acompañar el masticado de la coca.
Chaqu, es una variedad de arcilla de color blanco, del que se prepara una especie de salsa con
sal, para comer con papa, especialmente con las papas amargas. Este mineral también se empleó como detergente tanto para lavar ropas como para la cabellera.
Entonces, los quechuas tuvieron y tienen productos culturales y procesos propios de los que se sirven en su subsistencia.
Harwiy, es un proceso que consiste en tostar a medias granos como quinua, cañigua, cebada y otros, para luego frotarlos, aventarlos y a la molienda. Este término no tendría una traducción biunívoca en el castellano. Este proceso enriquece los productos alimenticios.
Qunay, proceso que consiste en moler granos u otros productos secos en unos instrumentos de piedra denominados quna, que consta de la mama quna, wawan o makin y la chillpa o sawnana, términos que no tienen equivalencia en el castellano, como en el caso de manka : olla.
El quechua tiene las siguientes personas actoras:
Ñuqa : yo
Qam : tú
Pay : él/ella
Ñuqayku : nosotros (exclusivo)
Ñuqanchik : nosotros (inclusivo)
Qamkuna : ustedes
Paykuna : ellos/ellas
La 1ra. persona plural tiene dos formas. La forma exclusiva ñuqayku menciona a una parte del grupo, mientras que la inclusiva ñuqanchik menciona a todos: hablantes y oyentes.
Por esta forma del inclusivo es que, se pregunta por ejemplo: ¿Imam sutinchikqa? o sea ¿Cuál es nuestro nombre?. Pareciera que queremos averiguar los nombres de las dos personas (hablante y oyente), pero no es así. Esta es la forma de averiguar el nombre de nuestro abordado. De igual manera si se recibe una visita por ejemplo, el jefe de familia pasa un plato de comida diciendo: kayllatapas mikurikusunchik o sea sirvámonos siquiera estito. Con esta expresión quiere decir: sírvase Ud. siquiera esto, y no, que ambos coman del mismo plato como se entendería en castellano. Esto nos haría pensar que el quechua es más colectivo, mientras que el castellano es más individualista.
Respecto al género de las palabras es verdad que no existe a lo castellano, pero hay términos como china y urqu para referirse a femenino y masculino respectivamente. Estos géneros están presentes no solamente en los animales y en los humanos, los quechuas tenemos plantas de los dos géneros como: china kisa y urqu kisa o sea ortiga hembra y ortiga macho, cerros e islas con género como Tayta Azoguini y Mama Kancharani. Tanto el viento, como los cerros y las rocas "hablan" y tienen espíritus o sean tienen vida y no son seres inertes.
Los tiempos futuro y pasado.
El tiempo es horizontal: lo vivido se llama ñawpa pacha, el tiempo desconocido es el qipa pacha y el momento actual o el límite entre estos dos tiempos es el kunan pacha. Los quechuas miramos el ñawpa pacha o sea el tiempo vivido, éste es pasado, por ello podemos decir: ñawpaqqa allinta mikurqani. Siempre se avanza mirando el ñawpa pacha, entonces el futuro está detrás, por ello es que se dice: qipamanqa muchusaqpaschari, esto es el futuro o sea el qipa pacha.
En cambio el castellano parlante avanza con cara hacia el futuro, por ello dice: atrás quedaron mis sufrimientos esto es el pasado, el presente es el momento actual y el futuro está adelante, por ello se dice: en adelante espero no sufrir.
El lexema pacha encierra dos semas: a saber, en el eje horizontal está el concepto de tiempo, pero en el eje vertical está el concepto de espacio. Así lo de arriba se llama hanaq pacha que no equivale a 'cielo' cristiano, sino a ese espacio por donde vuelan las aves, y que es la morada del Sol, de la luna y de las estrellas. De alli viene la lluvia, todavía constituye un misterio. El kay pacha es el territorio que habitamos, que sembramos y que nos cobija, es propiamente la Pacha mama. También hay el uku pacha que no es el 'infierno' de los cristianos, sino las profundidades de la Pacha mama, allá nos enterrarán cuando fallezcamos 'Uku pachapiqa wañusqakuna tiyan' 'En el mundo de abajo moran los muertos'
Fuente: “Reflexionando sobre nuestra lengua” Ayacucho Chanka Qichwa Simi autores Nonato Rufino Chuquimamani Valer y Carmen Gladis Alosilla Morales. Ministerio de Educación - 2005.
Impreso con apoyo de UNICEF