La Leyenda del Huankarquychi
En Tomaqaya (Apurimac) existen muchas lagunillas y puquios que la gente agradece, porque sus aguas son de lo más puro y cristalino que pueda haber a cien kilómetros a la redonda.
Sucede que cuando hay lluvias, las lagunas y puquios parecen cobrar vida animal.
Dicen que un gato inmenso del tipo angora comienza a danzar alrededor de los puquios y cuando se produce eso, toda persona que atine a pasar por el lugar es embrujado y aparece muerto.
En tiempos remotos, una campesina que experimentó por primera vez este tipo de sucesos misteriosos apareció con el estómago hinchado y oliendo a petróleo.
Era un día caluroso y nada hacía presagiar que lloviera, la campesina que se llamaba Valentina hacía sus faenas agrícolas, recogiendo la cosecha. Era el mes de abril y había que recoger las habas del campo.
Valentina caminó por el sendero de siempre, llevaba en su regazo las habas, cuando de pronto se desató una lluvia torrencial. Creyendo que iba a pasar, se cobijó debajo de un árbol de capulí.
El tiempo pasaba y la lluvia no cesaba de caer. Valentina estaba incómoda por el mal tiempo. Pero no se atrevía a regresar a su casa por la lluvia intensa que caía. De pronto, como por encanto se hizo noche.
Valentina temblaba de miedo porque su casa estaba muy lejos, recordó que su abuelita, la mamá grande había contado que de los puquios salía un gato gigante y comenzaba a dar vueltas alrededor del agua. Entonces quiso correr, pero un miedo terrible le impedía moverse.
Estaba desnuda, tiritando, la lluvia caía inmisericorde.
En eso, el gato la había visto. En sus ojos había deseo. Se acercó hasta donde estaba Valentina y la campesina no pudiendo soportar tan terrible visión, se desmayó.
Al día siguiente, los campesinos la encontraron ahogada en el puquio, completamente desnuda, y en sus ojos el espanto era patético.
Desde entonces, cuando llueve, la gente se retira de los puquios inmediatamente. No les importa si dejan sus cosechas o cualquier cosa. Saben que la leyenda del Huankarquychi puede producirse en cualquier momento.
Fuente escrita: Cusco Inmortal: Cuentos, Mitos, Leyendas; Víctor Abel del Castillo, Leonel Guzmán C.
Escolar: Adriana Chávez Tejada, 8 años; Wanchaq, Cusco.
Sucede que cuando hay lluvias, las lagunas y puquios parecen cobrar vida animal.
Dicen que un gato inmenso del tipo angora comienza a danzar alrededor de los puquios y cuando se produce eso, toda persona que atine a pasar por el lugar es embrujado y aparece muerto.
En tiempos remotos, una campesina que experimentó por primera vez este tipo de sucesos misteriosos apareció con el estómago hinchado y oliendo a petróleo.
Era un día caluroso y nada hacía presagiar que lloviera, la campesina que se llamaba Valentina hacía sus faenas agrícolas, recogiendo la cosecha. Era el mes de abril y había que recoger las habas del campo.
Valentina caminó por el sendero de siempre, llevaba en su regazo las habas, cuando de pronto se desató una lluvia torrencial. Creyendo que iba a pasar, se cobijó debajo de un árbol de capulí.
El tiempo pasaba y la lluvia no cesaba de caer. Valentina estaba incómoda por el mal tiempo. Pero no se atrevía a regresar a su casa por la lluvia intensa que caía. De pronto, como por encanto se hizo noche.
Valentina temblaba de miedo porque su casa estaba muy lejos, recordó que su abuelita, la mamá grande había contado que de los puquios salía un gato gigante y comenzaba a dar vueltas alrededor del agua. Entonces quiso correr, pero un miedo terrible le impedía moverse.
Estaba desnuda, tiritando, la lluvia caía inmisericorde.
En eso, el gato la había visto. En sus ojos había deseo. Se acercó hasta donde estaba Valentina y la campesina no pudiendo soportar tan terrible visión, se desmayó.
Al día siguiente, los campesinos la encontraron ahogada en el puquio, completamente desnuda, y en sus ojos el espanto era patético.
Desde entonces, cuando llueve, la gente se retira de los puquios inmediatamente. No les importa si dejan sus cosechas o cualquier cosa. Saben que la leyenda del Huankarquychi puede producirse en cualquier momento.
Fuente escrita: Cusco Inmortal: Cuentos, Mitos, Leyendas; Víctor Abel del Castillo, Leonel Guzmán C.
Escolar: Adriana Chávez Tejada, 8 años; Wanchaq, Cusco.
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