El Colegio Militar Leoncio Prado en la Ciudad y los Perros de Mario Vargas LLosa
El gran escenario para la puesta en escena de la historia de los cadetes, la militarización de sus relaciones, el durísimo camino hacia la masculinidad, tanto como para los zig zags que estos jóvenes hacen en sus salidas de fin de semana hacia la ciudad tentadora; ese peculiar espacio, es el Colegio Militar Leoncio Prado, situado en el distrito chalaco de La Perla, creado como tal en 1964. Este distrito, con una población actual aproximada de 60,000 habitantes, tiene un poderoso pasado prehispánico, que fuera investigado por el arqueólogo alemán Max Uhle. Durante la vida republicana, los malecones de La Perla se llenaron de hermosas casonas de veraneo, confirmando el karma limeño de dar cara al mar solo en esta estación del año. El tiempo y los cambios sociales determinaron que el distrito se empobreciera y en parte, pasara a engrosar la periferia marginal de la ciudad de Lima en su extensión hacia el Callao. En la biografía de Mario Vargas Llosa está presente La Perla, cuando en
su primera juventud vive con su padre una temporada en este distrito, al que luego deja para mudarse a Miraflores.
su primera juventud vive con su padre una temporada en este distrito, al que luego deja para mudarse a Miraflores.
La Perla se reeditó en la vida del novelista cuando ingresa al Colegio Militar Leoncio Prado. La atmósfera de los acantilados pelados en cuyas cimas se levantan las ruinas de mejores tiempos, debió haber sido en ese entonces, como hoy, decididamente fantasmal y angustiante. Los muros amarillentos y descascarados del Leoncio Prado añaden lo suyo a esta sensación opresiva. Lo que había detrás de esos muros, no era mejor. Grandes bloques de edificios deshabitados entre los que ululaba el helado viento marino, pabellones abandonados, una inmensa piscina vacía, ruinas entre las que había que formarse como hombres. Luego de un largo periodo de deterioro, el Leoncio Prado ha sido hoy recuperado para su finalidad inicial y ahora se vuelve a plantear como una alternativa educativa para jóvenes de todas partes del Perú.
El Leoncio Prado fue creado el 27 de agosto de 1943 por el presidente Manuel Prado. Se calcula que desde su fundación hasta hoy, han pasado por sus aulas, cuadras y campos deportivos, no menos de 50,000 jóvenes. Es célebre la secuela que crea en este colegio la publicación de La ciudad y los perros, en el año 1963, antes de que al año siguente Vargas Llosa ganara con ésta el premio Biblioteca Breve de Seix Barral. Entre la historia y la leyenda, se dice que el coronel que dirigía el colegio hizo quemar una ruma de ejemplares de la novela delante de todos los internos, como una
demostración de su posición ante la cultura. Con todos estos ingredientes, el Leoncio Prado se ha convertido en parte sustancial del imaginario en torno a la obra de Vargas Llosa; el microcosmos de una sociedad que empezaba a fracturarse y que recurría, como un asidero final, a la mano dura de los militares para restaurar el espinazo perdido del orden. La ciudad y los perros tiene, pues, como centro esencial, tópico físico y simbólico, escenario, locación y protagonista a este colegio militar:
Cuando el viento de la madrugada irrumpe sobre La Perla, empujando la neblina hacia el mar y disolviéndola, y el recinto del Colegio Militar Leoncio Prado se aclara como una habitación colmada de humo cuyas ventanas acaban de abrirse, un soldado anónimo aparece (…); cuando los veteranos escuchan la diana, a las seis, los perros y los de cuarto están desfilando ya por la puerta del colegio hacia el despoblado que une La Perla al Callao. (2001: 364]
El universo espacial de La ciudad y los perros termina trazando una línea divisoria entre La Perla –y el colegio militar– frente a Miraflores. En esta ecuación, el distrito chalaco marca el principio de la autoridad, la arbitrariedad y la lucha masculina por el poder. Miraflores, por el contrario, representa un regreso a la infancia, que al perro Alberto le reporta una pausa grata, de fin de semana, que el domingo por la noche se vuelve a cerrar para reeditar el infierno.
El Leoncio Prado fue creado el 27 de agosto de 1943 por el presidente Manuel Prado. Se calcula que desde su fundación hasta hoy, han pasado por sus aulas, cuadras y campos deportivos, no menos de 50,000 jóvenes. Es célebre la secuela que crea en este colegio la publicación de La ciudad y los perros, en el año 1963, antes de que al año siguente Vargas Llosa ganara con ésta el premio Biblioteca Breve de Seix Barral. Entre la historia y la leyenda, se dice que el coronel que dirigía el colegio hizo quemar una ruma de ejemplares de la novela delante de todos los internos, como una
demostración de su posición ante la cultura. Con todos estos ingredientes, el Leoncio Prado se ha convertido en parte sustancial del imaginario en torno a la obra de Vargas Llosa; el microcosmos de una sociedad que empezaba a fracturarse y que recurría, como un asidero final, a la mano dura de los militares para restaurar el espinazo perdido del orden. La ciudad y los perros tiene, pues, como centro esencial, tópico físico y simbólico, escenario, locación y protagonista a este colegio militar:
Cuando el viento de la madrugada irrumpe sobre La Perla, empujando la neblina hacia el mar y disolviéndola, y el recinto del Colegio Militar Leoncio Prado se aclara como una habitación colmada de humo cuyas ventanas acaban de abrirse, un soldado anónimo aparece (…); cuando los veteranos escuchan la diana, a las seis, los perros y los de cuarto están desfilando ya por la puerta del colegio hacia el despoblado que une La Perla al Callao. (2001: 364]
El universo espacial de La ciudad y los perros termina trazando una línea divisoria entre La Perla –y el colegio militar– frente a Miraflores. En esta ecuación, el distrito chalaco marca el principio de la autoridad, la arbitrariedad y la lucha masculina por el poder. Miraflores, por el contrario, representa un regreso a la infancia, que al perro Alberto le reporta una pausa grata, de fin de semana, que el domingo por la noche se vuelve a cerrar para reeditar el infierno.
Fuente: La Lima de Mario Vargas Llosa. Rutas literarias. Textos y edición general: Rafo León. Una publicación de la Comisión de Promoción del Perú para la exportación y el turismo PromPerú. Lima, Agosto 2008. Documento completo.
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