La Cucarachita Martina

A poco pasó el toro y le dijo:
- Cucarachita Martina, ¿qué haces en tu ventana?
- Buscando con quién casarme. Dijo la cucarachita.
- Cásate conmigo. Le propuso el toro.
¿Cómo gritas por la noche? Preguntó la cucarachita.
Muuu, muu, muu. - Mugió fuertemente el toro.
¡No, no, no, porque me asustas!
Y el toro se fue triste.
A poco pasó el caballo y le dijo:
Cucarachita Martina, ¿qué haces en tu ventana?
Buscando con quién casarme
Cásate conmigo.
¿Cómo gritas por la noche? Preguntó la cucarachita.
Yiii, yiii, yiii. - Relinchó fuertemente el caballo.
¡No, no, no, porque me asustas!
Y el caballo se fue triste.
A poco pasó el burro y le dijo:
Cucarachita Martina, ¿qué haces en tu ventana?
Buscando con quién casarme.
Cásate conmigo.
¡Cómo gritas por las noches?
Aaah, eeeh, uuuh. - Rebuznó fuertemente el burro.
¡No, no, no, porque me asustas!
Y el burro se fue triste.
A poco pasó el chancho y le dijo:
Cucarachita Martina, ¿qué haces en tu ventana?
Buscando con quién casarme.
Cásate conmigo.
¿Cómo gritas por las noches?
Oink, oink, oink. - Gruñó fuertemente el chancho.
¡No, no, no, porque me asustas!
Y el chancho se fue triste.
A poco llegó el perro y le dijo:
Cucarachita Martina, ¿qué haces en tu ventana?
Buscando con quién casarme.
Cásate conmigo.
¿Cómo gritas por las noches?
Guau, guau, guau. - Ladró fuertemente el perro.
¡No, no, no, porque me asustas!
Y el perro se fue triste.
A poco llegó el gato y le dijo:
Cucarachita Martina, ¿qué haces en tu ventana?
Buscando con quién casarme.
Cásate conmigo.
¡Cómo gritas por las noches?
Miauuu, miauuu, miauuu. - Maulló fuertemente el gato.
¡No, no, no, porque me asustas!
Y el gato se fue triste.
A poco llegó el ratoncito y le dijo:
Cucarachita Martina, ¿qué haces en tu ventana?
Buscando con quién casarme.
Cásate conmigo.
¿Cómo gritas por las noches?
Cuiii, cuiii, cuiii. - Musitó suavemente el ratoncito.
¡Ay qué lindo! - Me casaré contigo.
Se casaron. Luego habría una gran fiesta, invitándose a todos los animales. Para ello, la cucarachita fue al mercado y dejó al ratoncito para que mueva la olla; recomendándole no lo haga con el cucharón chiquito, sino con el grande. Cuando la cucarachita se fue, el ratoncito no hizo caso y empezó a mover la olla con el cucharón chiquito, cayó dentro y murió.
Cuando regresó la cucarachita Martina, no encontró al ratoncito.
Llegaron los invitados, se sirvió la sopa y en el plato de la cucarachita Martina, apareció el cuerpo del ratoncito.
Y colorín, colorado este cuento ha terminado.
Fuente: Cinco cuentos orales infantiles peruanos autor Eduardo De la Cruz Yataco. Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil- APLIJ. Encuentro por la lectura y escritura. “Leer y escribir: Responsabilidad compartida”UPCH – Centro Andino de Excelencia para la Capacitación. Lima - Perú.
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