Ensayo sobre el vals criollo y la identidad peruana

La música criolla peruana es consecuencia de un proceso de influencias sociales, políticas, económicas y geográficas sobre los habitantes de sus tres zonas naturales clásicas: Costa, Sierra y Selva. De entre ellas, Costa y Sierra recibieron los aportes más significativos de la música y bailes de España a través de los soldados y de las
elites dominantes durante la Colonia. En la Costa, es la zona donde la riqueza de la música española acentuó su presencia durante los tiempos de la Colonia hasta establecerse definitivamente en los aires musicales populares durante la República, dando lugar al nacimiento de lo que se conoce como Música Criolla del Perú. El criollismo una identidad propia La cultura musical Criolla y Afro peruana se inicia con la llegada de los españoles y los esclavos africanos que fueron traídos con ellos. La cultura musical criolla en Lima construye de manera constante una identidad propia, transformando los géneros musicales y patrones estéticos importados. Desde la presencia de valses de origen Vianes, Mazurcas, Jotas Españolas, continuando con la influencia de la música francesa e italiana, la cultura popular limeña se fue perfilando a través de la transformación y decantación de géneros de tal manera que, aun asumiendo las modas correspondientes a cada época, se gestaron y desarrollaron algunas formas musicales que llegan hasta fines del siglo XX y que se identifican con lo limeño. El criollismo mantiene su propia identidad, la que se forjo en los barrios populares al son de la guitarra y el cajón; tocando y bailando marineras, festejos, tonderos, polcas y valses. Este criollismo a traviesa fronteras y en el proceso trasmigracional de la diáspora peruana, se reproduce constantemente como un sentimiento que evoca recuerdos, que evoca penas y alegrías de un pasado que es constantemente cambiante he imaginado, porque la música criolla es consecuencia de un proceso de influencias sociales vinculados al barrio, a la vida urbana, a la migración del mundo andino a la ciudad urbana, a la jarana del barrio y los vecinos. Hoy en el contexto de las migraciones transnacionales el criollismo constituye parte de la peruanidad colectiva y símbolo de identidad, independientemente de la raza, étnica y clase social. La canción criolla peruana y sus representantes En la historia de la canción criolla peruana, tienen importancia fundamental los intérpretes, cantantes y guitarristas, cuyo trabajo permitió la difusión y la fama de muchas piezas que son parte del patrimonio cultural del Perú. El vals peruano es un género de música popular originario del Perú, también denominado un genero de la música criolla y afro peruana.
El Canto solista o en dúo, acompañado al inicio por guitarras y luego también por el cajón, las cucharas, era parte fundamental de toda reunión o jaranas, en casas, solares y callejones, instancias en las que se desarrollo la música criolla. Los valses
más antiguos, de fine del XIX, y principios del siglo XX, se reconocen como valses de la Guardia Vieja. Entre los más importantes compositores tenemos a José Sabas Liborio-Ibarra, autor de la mazurca, "Flor de Pasión;" Julio Flórez y Juan Pena Lobaron autor

Felipe Pinglo Alva, "El Bardo," es el paradigma del criollismo de todos los tiempos, con sus letras plagadas de crónicas políticas de la crisis de la época produjo aproximadamente 300 canciones, muchas de ellas perdidas o conocidas
solamente en forma fragmentadas. Las difundidas fueron "El Plebeyo, "El Huerto de mi amada," "El espejo de mi vida," "Mendicidad," "La Oración del Labriego," "Sueños de Opio," "El Canillita," "Pobre Obrerita," "Pasión y Odio," "Rosa Luz," "Hermelinda." "El Tísico," "Bouquet," "Amor Traidor," Melodías del Corazón," "Celos," son algunas de sus más famosas composiciones. La música criolla adquiere jerarquía, dándole interpretación al proceso de transculturización. Con el advenimiento de la radio se populariza la música criolla, las emisoras radiales convocaban con fines de promoción a los más renombrados intérpretes del criollismo para que actúen en vivo. Serafina Quinteras, la primera poetisa de la canción criolla con su "Muñeca Rota," Lorenzo Humberto Sotomayor y su vals "Corazón," y Cesar Miro con "Todos vuelven" eran los más sonados del criollismo de la ép

La diáspora peruana es una forma de construcción de espacio social trasnacional, que refleja el espacio ambivalente que ocupan los inmigrantes peruanos como
minoría cultural y cuyas lealtades nacionales están divididas entre el Perú y el país de residencia. La diáspora peruana surge en un mundo de las migraciones globales, entre otros tiene como principales sujetos a personas que se desplazan por el mundo; y vinculadas con el desarrollo de la música criolla están las expresiones del vals peruano formando una tradición mayormente reconstruida desde Felipe Pinglo Alva a Chabuca Granda, en esta esfera musical evoca un pasado que es imaginado enmarcando con una ansiosa nostalgia. Es a través de las expresiones músico-culturales que se elabora la identidad colectiva, y en este repertorio se enmarcan los géneros que reflejan los valores culturales. La música criolla ha sido favorecida por la inmigración peruana, independientemente de la raza o clase social, así como por otros grupos de inmigrantes. Así como la Argentina tiene el tango y el Brasil la zamba, y Colombia la cumbia, y La República Dominica el merengue. El Perú exporta la música criolla y establece una anclada en la tradición proporcionando opciones musicales conducidas por una mezcla de recuerdos y nostalgia por una patria idealizada. Porque la memoria colectiva esta constantemente recreada a través de de la música criolla y afro peruana. La música de estas dos esferas permanece firmemente anclada en la tradición y el sentimiento de peruanidad entre los inmigrantes peruanos al escuchar un vals peruano, una marinera norteña, una polca, un festejo, un tonderito o reconocer un vals de la guardia vieja o una zamacueca de Chabuca Grande, evoca un sentido de familiaridad. Es el producto de una construcción con hondo contenido emocional, y juegan un rol preponderantes las determinaciones estructurales, la percepción que se tienen de las mismas, y la atribución de una identidad por parte de los demás. La música peruana se convierte en el elemento más importante en el proceso de la memoria colectiva e identidad de la diáspora. Entre los factores que facilitan forjar una comunidad musical-cultural esta la formación de las instituciones, asociaciones, exponentes de la música criolla, y la confraternidad se afirma la percepción de peruanidad en un contexto social hibrido transcendiendo fronteras: El Perú tiene el vals criollo. New York 13, 2008.