Comunidad de Taquile (Puno)
HISTORIA: EL PASADO Y EL NUEVO ROSTRO DE TAQUILE
Taquile es una de las seis islas del lago navegable más alto del mundo, hoy Reserva Natural Protegida: el Titicaca. Se ubica a una distancia de 36 Km. del puerto de Puno y a tres horas de viaje en lancha. Juntamente con la isla de Amantaní conforma el distrito de ese mismo nombre. Su extensión es de 12 Km2, con una altitud entre los 3,818 y 4,069 m.s.n.m. En este bello escenario se asienta esta comunidad de habla quechua, que posee una población aproximada de 2,000 habitantes.
Para hacer mención a Taquile necesitamos remontarnos a los tiempos precolombinos. En este bello escenario se encuentran evidencias materiales de dos grandes culturas: Tiahuanaco e Inca, creadoras de la técnica, variedad y fineza de los tejidos que adornan grandes museos del mundo; así como, el trabajo de la piedra para fines utilitarios (basamentos de casas, moblaje doméstico, construcción de andenes).
Durante su historia se dieron diferentes acontecimientos políticos nacionales, que han ido moldeando a Taquile tal como se muestra hoy. La conquista española, le da su nombre actual, y durante los primeros momentos de la República, se mantuvo a su población bajo dominio del gamonalismo. Más tarde, en los años 30’ se convirtió en presidio político, en el que estuvo preso Luis M. Sánchez Cerro Presidente del Perú durante 1930-33. Nadie iba a predecir que esta isla bañada por el «Lago Sagrado», habitada por gente leal a su tierra, se convirtiera luego en uno de los atractivos turísticos más importantes del país, y de cómo sin conocer su destino final, los taquileños fueron luchando por superar problemas económicos y sociales.
Es a fines de la década de los 30’ cuando se inicia el proceso de la recuperación de sus tierras, que entonces pertenecían a los colonos. Matos Mar señala: «la lucha por la propiedad y el cambio en el medio de comunicación y transporte, son los factores más importantes que actúan como estímulo y que pueden ponerlos en contacto con la técnica moderna». Es así, que se va creando la antesala del turismo actual.
Antes de la incorporación de Taquile al circuito turístico, esta comunidad se caracterizaba por ser muy cerrada. La idea de traer turistas a la isla fue inicialmente rechazada de modo radical por sus habitantes. Era casi inconcebible que un foráneo viviera en ella, o que sepa cómo se vivía en este singular paraje. Sin embargo, esfuerzos para cambiar la situación precaria por la escasez de tierras, inaccesibilidad a los mercados, hicieron posible esta nueva aventura, sin abandonar su cultura originaria, encontrando Taquile un nuevo rostro que constituiría, al menos parcialmente, el sustento mayor de sus necesidades y aspiraciones.
El interés por el turismo de parte del gobierno nos remite a 1961, «en el que la Junta Militar de aquella época, con una mirada nacionalista, pretende rescatar los usos y las costumbres nativas, y es ahí que se convierte Taquile en un centro turístico importante», pero todavía sin acciones concretas. Antes de ese momento, el turismo en Taquile se desarrollaba en forma esporádica y natural. Es, entonces que llega, en 1968, el norteamericano Kevin Benito Healy, para hacer trabajos agrícolas auspiciados por una agencia de los Estados Unidos de Norte América. Motivados por este personaje, los isleños empiezan interesarse por vender su rica y variada textilería, en la ciudad del Cusco, mediante una cooperativa de artesanos. Algunos desaciertos e incomprensiones frenaron esta interesante iniciativa. Posteriormente, por gestión de Kevin se adquirieron motores para las lanchas construidas por ellos mismos, dejando las embarcaciones a vela dando paso a una nueva fase en el trasporte lacustre.
En enero de 1972, se funda la «Asociación Folklórica Artística Taquile», siendo su principal promotor y primer presidente Sebastián Marca Yucra, iniciándose la difusión de la música y danzas autóctonas, primero en el país y luego en el extranjero.
En 1974, con el PLAN COPESCO y ORAMS VIII – PUNO, con sede en Juli, se tomó la decisión de apoyar el turismo incipiente en Taquile. Como consecuencia de esta y otras iniciativas privadas, «en 1976 Taquile se menciona por primera vez en una conocida guía americana y en 1978 los taquileños comenzaron a usar lanchas a motor, reduciendo considerablemente la duración del viaje». Los obstáculos se iban superando sensibilizando a la población sobre las ventajas del turismo. Muchos de sus pobladores se oponían a la visita de foráneos, la gente era muy tímida tampoco entendía otros idiomas. La fragilidad en las comunicaciones inter personales constituía un freno a esta actividad.
Recién en 1978, autoridades regionales de Industria y Turismo, debaten la realidad taquileña, subrayándose los problemas de pobreza y la escasez de tierras para cultivos comprometiéndose a apoyar el turismo de Taquile con un enfoque planificador auspiciado por el Ing. Econ. Gamaliel de Amat Quiroz. Es así, que en abril de 1979 se hace una ceremonia oficial denominada «Taquile puertas abiertas al turismo mundial», iniciándose una nueva fase del turismo en la isla. En los años 80’ y 90’ se lograron salidas al exterior, mostrando su folklore y sus tejidos en Inglaterra (1985), Bolivia (1991), EE.UU. (1991), México (1992), Francia (1993), Polonia (1993), USA (1994), Dinamarca (1997) y Noruega (1998), destacándose como promotores Francisco Huata, Pedro Willi y Alejandro Flores.
En resumen, de los inicios de los 70´ hasta mediados del 80´, el turismo es controlado por los mismos isleños. Las embarcaciones pertenecían a varios socios de la comunidad, el hospedaje y la alimentación estaban disponibles en casi todas las casas de la isla y se crea la tienda comunal de artesanías, actualmente en funcionamiento. Había un control de las actividades por parte de la comunidad. A finales de los 80’ se desarrolla un turismo intensivo, conformándose el centro poblado, que hoy constituye el eje de la organización comunal y donde se localiza la mayoría de tiendas, restaurantes y locales artesanales.
Las agencias de turismo muestran prácticas comerciales que marginan a la comunidad y varios retornantes traen una mentalidad urbana, más individualista y comercial. Ante estos hechos, la comunidad reacciona y establece algunos sistemas de control de las actividades, a cargo de los Campos.
ORGANIZACIÓN ACTUAL DE LA COMUNIDAD
La comunidad de Taquile subsiste sujeta a una cultura de autoconsumo por excelencia. La topografía hace imposible practicar la agricultura extensiva. Problemas de herencia determinan que algunos andenes se usen dispersamente como propiedades familiares. La capacidad autogestionaria de los isleños y factores externos crea un nuevo contexto que tiene como eje al turismo, combinado con la agricultura (los principales cultivos son la papa, el maíz pequeño, el olluco, las habas, la cebada, el trigo y la quinua) y la artesanía.
El turismo proporciona los excedentes económicos provenientes de ventas de alojamiento, comida, artesanía.
La organización comunal ancestral, que se fusiona con los nuevos cargos impuestos por las respectivas leyes y con el funcionamiento de organizaciones formadas para brindar atención al turismo. El gráfico muestra la estructura organizacional vigente.
Taquile es una de las seis islas del lago navegable más alto del mundo, hoy Reserva Natural Protegida: el Titicaca. Se ubica a una distancia de 36 Km. del puerto de Puno y a tres horas de viaje en lancha. Juntamente con la isla de Amantaní conforma el distrito de ese mismo nombre. Su extensión es de 12 Km2, con una altitud entre los 3,818 y 4,069 m.s.n.m. En este bello escenario se asienta esta comunidad de habla quechua, que posee una población aproximada de 2,000 habitantes.
Para hacer mención a Taquile necesitamos remontarnos a los tiempos precolombinos. En este bello escenario se encuentran evidencias materiales de dos grandes culturas: Tiahuanaco e Inca, creadoras de la técnica, variedad y fineza de los tejidos que adornan grandes museos del mundo; así como, el trabajo de la piedra para fines utilitarios (basamentos de casas, moblaje doméstico, construcción de andenes).
Durante su historia se dieron diferentes acontecimientos políticos nacionales, que han ido moldeando a Taquile tal como se muestra hoy. La conquista española, le da su nombre actual, y durante los primeros momentos de la República, se mantuvo a su población bajo dominio del gamonalismo. Más tarde, en los años 30’ se convirtió en presidio político, en el que estuvo preso Luis M. Sánchez Cerro Presidente del Perú durante 1930-33. Nadie iba a predecir que esta isla bañada por el «Lago Sagrado», habitada por gente leal a su tierra, se convirtiera luego en uno de los atractivos turísticos más importantes del país, y de cómo sin conocer su destino final, los taquileños fueron luchando por superar problemas económicos y sociales.
Es a fines de la década de los 30’ cuando se inicia el proceso de la recuperación de sus tierras, que entonces pertenecían a los colonos. Matos Mar señala: «la lucha por la propiedad y el cambio en el medio de comunicación y transporte, son los factores más importantes que actúan como estímulo y que pueden ponerlos en contacto con la técnica moderna». Es así, que se va creando la antesala del turismo actual.
Antes de la incorporación de Taquile al circuito turístico, esta comunidad se caracterizaba por ser muy cerrada. La idea de traer turistas a la isla fue inicialmente rechazada de modo radical por sus habitantes. Era casi inconcebible que un foráneo viviera en ella, o que sepa cómo se vivía en este singular paraje. Sin embargo, esfuerzos para cambiar la situación precaria por la escasez de tierras, inaccesibilidad a los mercados, hicieron posible esta nueva aventura, sin abandonar su cultura originaria, encontrando Taquile un nuevo rostro que constituiría, al menos parcialmente, el sustento mayor de sus necesidades y aspiraciones.
El interés por el turismo de parte del gobierno nos remite a 1961, «en el que la Junta Militar de aquella época, con una mirada nacionalista, pretende rescatar los usos y las costumbres nativas, y es ahí que se convierte Taquile en un centro turístico importante», pero todavía sin acciones concretas. Antes de ese momento, el turismo en Taquile se desarrollaba en forma esporádica y natural. Es, entonces que llega, en 1968, el norteamericano Kevin Benito Healy, para hacer trabajos agrícolas auspiciados por una agencia de los Estados Unidos de Norte América. Motivados por este personaje, los isleños empiezan interesarse por vender su rica y variada textilería, en la ciudad del Cusco, mediante una cooperativa de artesanos. Algunos desaciertos e incomprensiones frenaron esta interesante iniciativa. Posteriormente, por gestión de Kevin se adquirieron motores para las lanchas construidas por ellos mismos, dejando las embarcaciones a vela dando paso a una nueva fase en el trasporte lacustre.
En enero de 1972, se funda la «Asociación Folklórica Artística Taquile», siendo su principal promotor y primer presidente Sebastián Marca Yucra, iniciándose la difusión de la música y danzas autóctonas, primero en el país y luego en el extranjero.
En 1974, con el PLAN COPESCO y ORAMS VIII – PUNO, con sede en Juli, se tomó la decisión de apoyar el turismo incipiente en Taquile. Como consecuencia de esta y otras iniciativas privadas, «en 1976 Taquile se menciona por primera vez en una conocida guía americana y en 1978 los taquileños comenzaron a usar lanchas a motor, reduciendo considerablemente la duración del viaje». Los obstáculos se iban superando sensibilizando a la población sobre las ventajas del turismo. Muchos de sus pobladores se oponían a la visita de foráneos, la gente era muy tímida tampoco entendía otros idiomas. La fragilidad en las comunicaciones inter personales constituía un freno a esta actividad.
Recién en 1978, autoridades regionales de Industria y Turismo, debaten la realidad taquileña, subrayándose los problemas de pobreza y la escasez de tierras para cultivos comprometiéndose a apoyar el turismo de Taquile con un enfoque planificador auspiciado por el Ing. Econ. Gamaliel de Amat Quiroz. Es así, que en abril de 1979 se hace una ceremonia oficial denominada «Taquile puertas abiertas al turismo mundial», iniciándose una nueva fase del turismo en la isla. En los años 80’ y 90’ se lograron salidas al exterior, mostrando su folklore y sus tejidos en Inglaterra (1985), Bolivia (1991), EE.UU. (1991), México (1992), Francia (1993), Polonia (1993), USA (1994), Dinamarca (1997) y Noruega (1998), destacándose como promotores Francisco Huata, Pedro Willi y Alejandro Flores.
En resumen, de los inicios de los 70´ hasta mediados del 80´, el turismo es controlado por los mismos isleños. Las embarcaciones pertenecían a varios socios de la comunidad, el hospedaje y la alimentación estaban disponibles en casi todas las casas de la isla y se crea la tienda comunal de artesanías, actualmente en funcionamiento. Había un control de las actividades por parte de la comunidad. A finales de los 80’ se desarrolla un turismo intensivo, conformándose el centro poblado, que hoy constituye el eje de la organización comunal y donde se localiza la mayoría de tiendas, restaurantes y locales artesanales.
Las agencias de turismo muestran prácticas comerciales que marginan a la comunidad y varios retornantes traen una mentalidad urbana, más individualista y comercial. Ante estos hechos, la comunidad reacciona y establece algunos sistemas de control de las actividades, a cargo de los Campos.
ORGANIZACIÓN ACTUAL DE LA COMUNIDAD
La comunidad de Taquile subsiste sujeta a una cultura de autoconsumo por excelencia. La topografía hace imposible practicar la agricultura extensiva. Problemas de herencia determinan que algunos andenes se usen dispersamente como propiedades familiares. La capacidad autogestionaria de los isleños y factores externos crea un nuevo contexto que tiene como eje al turismo, combinado con la agricultura (los principales cultivos son la papa, el maíz pequeño, el olluco, las habas, la cebada, el trigo y la quinua) y la artesanía.
El turismo proporciona los excedentes económicos provenientes de ventas de alojamiento, comida, artesanía.
La organización comunal ancestral, que se fusiona con los nuevos cargos impuestos por las respectivas leyes y con el funcionamiento de organizaciones formadas para brindar atención al turismo. El gráfico muestra la estructura organizacional vigente.
Las autoridades que no son elegidas por la comunidad son el Juez de Paz y el Sargento de Playa (que controla el ingreso y salida de lanchas), quienes son designadas por las autoridades competentes de Puno.
La organización tradicional, cumple una función netamente agrícola y mantiene características de la cosmovisión andina. El pueblo se divide políticamente en dos partes, Hanan Laru (lado arriba) y Uray Laru (lado abajo), cada lado está dividido en dos ayllus y cada ayllu está bajo control y representación de los warayoc o jilakatas, cuyo gobierno tiene una duración de un año. Cabe mencionar que en los últimos 10 años se cuenta además con un presidente de la Comunidad Campesina, la cual está oficialmente reconocida.
En Taquile existen 6 suyos, donde en función del calendario agrícola, se usa el espacio racionalmente y se determinan los cultivos a sembrarse, éstas decisiones se cumplen estrictamente, mostrando la cosmovisión andina que mantiene un fuerte respeto a la Pachamama, idea básica de una verdadera valoración por la naturaleza y por un desarrollo sostenible.
Los encargados del control y funcionamiento de este calendario son los 2 Campos alcaldes y los 6 Campos que representan a cada Suyo. Estas autoridades de origen secular llegan a una especie de fusión y complementariedad en sus funciones con las autoridades modernas, como el alcalde y los regidores, sin perder su utilidad y autoridad. El teniente gobernador, es la autoridad que representa al gobierno central y su función principal es hacer gestiones para las obras públicas, en las que juega un papel importante la minka. El jilakata o warayoc garantiza la presencia de todos los comuneros de cada sector.
Taquile, como producto de la inserción en el turismo, penetra al inevitable sistema de mercado en sus diferentes expresiones, como el transporte, los restaurantes, albergues y artesanía, pero sin sustituir sus patrones de subsistencia. Todas estas nuevas actividades son controladas por las autoridades arriba mencionadas a través de Comités, con la finalidad de que los ingresos sean distribuidos equitativamente, propósito que no se ha logrado en su totalidad.
La organización de los isleños, así como, los valores de reciprocidad, laboriosidad, veracidad y honestidad que todavía mantienen, constituyen el capital social más importante dentro de las potencialidades humanas. En su interior guardan rezagos de un pasado netamente andino, que combinados con las características paisajísticas incomparables, colocan a Taquile en una posición todavía privilegiada, con ventajas comparativas y competitivas frente a otras alternativas, lo que explica su éxito como producto turístico, en la actualidad.
INGRESOS ECONÓMICOS ANTES Y AHORA
La agricultura fue la actividad más importante de la isla, con una economía de subsistencia.
Las características climáticas del altiplano y la disponibilidad de agua hacían que sólo hubiera una cosecha al año. La ganadería, si bien es reducida, reviste importancia, especialmente, en la crianza de los vacunos que también se aprovechan como yunta para arar sus tierras. Los ovinos que les proveían de lana para sus tejidos) ya no son representativos (hoy se utiliza bastante las fibras sintéticas). Se crían animales menores como cuyes, gallinas y cerdos que son utilizados como alimentos para eventos importantes o compromisos familiares. La pesca es también una actividad importante tanto para el consumo familiar como para la venta en los restaurantes (especialmente la trucha).
Es importante mencionar que antes de la década de los 70, el qolli (arbusto) significaba mucho para las familias, puesto que podían vender como palos o carbón en Puno u otros lugares aledaños al lago y de esa manera conseguir algo de dinero para la compra de sal, azúcar, fósforos, coca y otros productos. En esa época cumplió un papel importante el trueque en las ferias de las penínsulas de Chucuito y Capachica y otros sitios aledaños al lago. Las familias no utilizaban cubiertos, platos, cucharones, provenientes de la ciudad; tenían ollas y chuas (platos) de barro que eran traídos de Pucará, que también eran intercambiados por el sistema de trueque.
En sus inicios, la comunidad utilizaba la balsa de totora como medio de transporte. Los viajes demandaban días y a veces semanas; en algunos casos haciendo escalas. La comunidad tenía una forma de vida tradicional donde la artesanía constituyó el sustento de muchas familias. Las madres de familia ofrecían en las ciudades de Puno, Ilave, Ácora y otras regiones sus tejidos, contribuyendo, así con los gastos del hogar. Otros se dedicaban al tallado de las piedras, no solamente para la venta, sino también para uso personal; por ejemplo, elaboraban las cconas (moledores de quinua, cañihua, cebada y otros) y también artefactos como las kutanas (moledoras de piedra), batanes y otros. En este período, la población de Taquile no era muy numerosa y el dinero no significaba mucho, debido fundamentalmente a su actividad agrícola de autoconsumo y al sistema de trueque que se practicaba para adquirir otros productos. La vestimenta la hacían ellos mismos con la lana de los ovinos que poseían. Mucha gente no tenía «buena» ropa y, la mejor que tenían sólo era para fiestas patronales o comunales y compromisos sociales.
La fineza de los tejidos de Taquile ha tenido y tiene la posibilidad de abrirse al exterior y promocionar su identidad cultural conjuntamente con sus potencialidades naturales para impulsar un turismo «especial». Esta mezcla ha determinado algunos cambios en la organización de la Comunidad y en el balance de los ingresos que se perciben. La comunidad se vio en la necesidad de crear los suministros necesarios para las nuevas exigencias de sus visitantes, creando un sistema comercial que se tradujo en transporte, hospedaje, alimentación y venta de artesanías.
El turismo en Taquile tuvo dos fases, el turismo inicial que se desarrolló desde 1975 hasta mediados de los 80´ y el turismo intensivo que viene desde finales de los 80´ hasta la actualidad. En la fase inicial se practicaba la equidad, se controlaban las viviendas que eran usadas como alojamientos por turnos; esto incluía la atención de los alimentos, sin importar la distancia o ubicación de éstas. Para el transporte se asociaban varias personas, en algunos casos llegaron hasta más de 40 socios, que podían solventar los gastos en la construcción de lanchas, en el mantenimiento del motor y otros. Es así, que a inicios de los 90’ habían, 10 lanchas que tenían entre 12 a 54 socios cada una. El manejo de las embarcaciones sé hacia por turnos entre las familias que conformaban la empresa.
La organización tradicional, cumple una función netamente agrícola y mantiene características de la cosmovisión andina. El pueblo se divide políticamente en dos partes, Hanan Laru (lado arriba) y Uray Laru (lado abajo), cada lado está dividido en dos ayllus y cada ayllu está bajo control y representación de los warayoc o jilakatas, cuyo gobierno tiene una duración de un año. Cabe mencionar que en los últimos 10 años se cuenta además con un presidente de la Comunidad Campesina, la cual está oficialmente reconocida.
En Taquile existen 6 suyos, donde en función del calendario agrícola, se usa el espacio racionalmente y se determinan los cultivos a sembrarse, éstas decisiones se cumplen estrictamente, mostrando la cosmovisión andina que mantiene un fuerte respeto a la Pachamama, idea básica de una verdadera valoración por la naturaleza y por un desarrollo sostenible.
Los encargados del control y funcionamiento de este calendario son los 2 Campos alcaldes y los 6 Campos que representan a cada Suyo. Estas autoridades de origen secular llegan a una especie de fusión y complementariedad en sus funciones con las autoridades modernas, como el alcalde y los regidores, sin perder su utilidad y autoridad. El teniente gobernador, es la autoridad que representa al gobierno central y su función principal es hacer gestiones para las obras públicas, en las que juega un papel importante la minka. El jilakata o warayoc garantiza la presencia de todos los comuneros de cada sector.
Taquile, como producto de la inserción en el turismo, penetra al inevitable sistema de mercado en sus diferentes expresiones, como el transporte, los restaurantes, albergues y artesanía, pero sin sustituir sus patrones de subsistencia. Todas estas nuevas actividades son controladas por las autoridades arriba mencionadas a través de Comités, con la finalidad de que los ingresos sean distribuidos equitativamente, propósito que no se ha logrado en su totalidad.
La organización de los isleños, así como, los valores de reciprocidad, laboriosidad, veracidad y honestidad que todavía mantienen, constituyen el capital social más importante dentro de las potencialidades humanas. En su interior guardan rezagos de un pasado netamente andino, que combinados con las características paisajísticas incomparables, colocan a Taquile en una posición todavía privilegiada, con ventajas comparativas y competitivas frente a otras alternativas, lo que explica su éxito como producto turístico, en la actualidad.
INGRESOS ECONÓMICOS ANTES Y AHORA
La agricultura fue la actividad más importante de la isla, con una economía de subsistencia.
Las características climáticas del altiplano y la disponibilidad de agua hacían que sólo hubiera una cosecha al año. La ganadería, si bien es reducida, reviste importancia, especialmente, en la crianza de los vacunos que también se aprovechan como yunta para arar sus tierras. Los ovinos que les proveían de lana para sus tejidos) ya no son representativos (hoy se utiliza bastante las fibras sintéticas). Se crían animales menores como cuyes, gallinas y cerdos que son utilizados como alimentos para eventos importantes o compromisos familiares. La pesca es también una actividad importante tanto para el consumo familiar como para la venta en los restaurantes (especialmente la trucha).
Es importante mencionar que antes de la década de los 70, el qolli (arbusto) significaba mucho para las familias, puesto que podían vender como palos o carbón en Puno u otros lugares aledaños al lago y de esa manera conseguir algo de dinero para la compra de sal, azúcar, fósforos, coca y otros productos. En esa época cumplió un papel importante el trueque en las ferias de las penínsulas de Chucuito y Capachica y otros sitios aledaños al lago. Las familias no utilizaban cubiertos, platos, cucharones, provenientes de la ciudad; tenían ollas y chuas (platos) de barro que eran traídos de Pucará, que también eran intercambiados por el sistema de trueque.
En sus inicios, la comunidad utilizaba la balsa de totora como medio de transporte. Los viajes demandaban días y a veces semanas; en algunos casos haciendo escalas. La comunidad tenía una forma de vida tradicional donde la artesanía constituyó el sustento de muchas familias. Las madres de familia ofrecían en las ciudades de Puno, Ilave, Ácora y otras regiones sus tejidos, contribuyendo, así con los gastos del hogar. Otros se dedicaban al tallado de las piedras, no solamente para la venta, sino también para uso personal; por ejemplo, elaboraban las cconas (moledores de quinua, cañihua, cebada y otros) y también artefactos como las kutanas (moledoras de piedra), batanes y otros. En este período, la población de Taquile no era muy numerosa y el dinero no significaba mucho, debido fundamentalmente a su actividad agrícola de autoconsumo y al sistema de trueque que se practicaba para adquirir otros productos. La vestimenta la hacían ellos mismos con la lana de los ovinos que poseían. Mucha gente no tenía «buena» ropa y, la mejor que tenían sólo era para fiestas patronales o comunales y compromisos sociales.
La fineza de los tejidos de Taquile ha tenido y tiene la posibilidad de abrirse al exterior y promocionar su identidad cultural conjuntamente con sus potencialidades naturales para impulsar un turismo «especial». Esta mezcla ha determinado algunos cambios en la organización de la Comunidad y en el balance de los ingresos que se perciben. La comunidad se vio en la necesidad de crear los suministros necesarios para las nuevas exigencias de sus visitantes, creando un sistema comercial que se tradujo en transporte, hospedaje, alimentación y venta de artesanías.
El turismo en Taquile tuvo dos fases, el turismo inicial que se desarrolló desde 1975 hasta mediados de los 80´ y el turismo intensivo que viene desde finales de los 80´ hasta la actualidad. En la fase inicial se practicaba la equidad, se controlaban las viviendas que eran usadas como alojamientos por turnos; esto incluía la atención de los alimentos, sin importar la distancia o ubicación de éstas. Para el transporte se asociaban varias personas, en algunos casos llegaron hasta más de 40 socios, que podían solventar los gastos en la construcción de lanchas, en el mantenimiento del motor y otros. Es así, que a inicios de los 90’ habían, 10 lanchas que tenían entre 12 a 54 socios cada una. El manejo de las embarcaciones sé hacia por turnos entre las familias que conformaban la empresa.
Los comportamientos iniciales han cambiado por influencia de factores externos: hábitos adquiridos en las urbes y por el propio turismo.
El flujo de turistas en la isla se ha incrementado paulatinamente. En el segundo quinquenio de la década de los ochenta, en un año no llegaban a 5,000 los visitantes nacionales y extranjeros; mientras que en años 2001 y 2002, el crecimiento ha sido elevado, registrándose un promedio de turistas cercano a 50,000 visitantes por año. De ellos sólo el 15% son peruanos y el 85% son extranjeros.
La artesanía textil es muy importante, a ésta se dedican mujeres, hombres y niños. Se estima que en promedio la población isleña dedica la tercera parte de su jornada mensual de trabajo a esta actividad. Las utilidades percibidas por los artesanos varían entre S/.30.00 a S/. 50.00 promedio semanal. Esta actividad beneficia a la mayoría de las familias. Este negocio se realiza en Taquile a través de 3 tiendas artesanales comunales que funcionan como acopiadoras de tejidos. Cada familia entrega su producción artesanal y recibe a cambio el dinero por las prendas vendidas semanalmente.
Hoy Taquile, cuenta con unas 40 lanchas para la pesca, las principales especies son el carachi, el ispi, la trucha, el pejerrey. Se puede pescar desde 1 kilo hasta 10 kilos por jornada, pudiendo obtener ingresos que van de S/. 20.00 a S/.30.00 por cada salida de pesca. Con el pescado lo utilizan para procesar charqui (ispi y carachi) que es transportado a la selva y también sirve para el consumo local. La trucha y el pejerrey abastecen a los restaurantes a S/.6.00 soles el kilo (precio a fines del 2003).
Si bien, los beneficios económicos provenientes del turismo, han favorecido más a ciertos sectores, como aquellos que administran los restaurantes; también a beneficiado al conjunto en términos de una mejor alimentación, mejor vestido, utilización de paneles solares, adquisición de artefactos eléctricos, mayores posibilidades de educación, entre otros. En el año 1998, los rubros más sustantivos que indican mejoras de los taquileños fueron electrodomésticos, compra de máquinas de coser, educación para sus hijos (útiles escolares) y mejoramiento de sus casas.
LA ORGANIZACIÓN COMUNAL Y SU PARTICIPACIÓN EN LA ECONOMÍA
La organización comunal fue la base de la vida de los taquileños. En el estudio sobre Taquile publicado por Mar Matos el año1957, se manifiesta: «...hay un respeto a sus autoridades tradicionales que son elegidos libremente por todos ellos, en los trabajos cooperativos que realizan para dotarse de servicios básicos, en sus fiestas y cargos religiosos donde la ayuda mutua funciona normalmente. Claramente se percibe una base tradicional, un espíritu colectivista, que es el denominador común de todas sus actividades lo que se manifiesta aún en sus sistemas y actos individuales». Estos valores, no se han destruido pero se vienen acondicionando con la incorporación del turismo en su vida cotidiana.
Así por ejemplo, se han construido habitaciones para alojamientos y restaurantes a través del ayni (carácter familiar) y el mejoramiento de caminos, reconstrucción de andenes y otros con la minka (comunal). Aún, cuando los hacendados eran dueños de la isla, los lugareños vivían en comunidad, en donde sus autoridades tradicionales cumplían un papel importante. Aceptar los cargos era y aún es, una obligación al servicio de la comunidad. Para la mejor comprensión de la organización comunal hemos diferenciado dos niveles de organización. La primera ligada a la economía tradicional sustentada en la agricultura y la crianza a escalas pequeñas y la segunda relacionada a la actividad turística. Respecto a la primera sigue siendo la base para la subsistencia familiar y donde las autoridades tradicionales cumplen un papel muy importante tomando como base la división territorial de 6 suyos, cada uno de los cuales, es representado por los Campo Alcaldes y los Campos, con el objetivo fundamental de rotación de cultivos.
Actualmente la ganadería es de libre crianza. Por otro lado, la pesca a parte de abastecer a la población de Taquile, en la actualidad se ha convertido en un medio comercial para satisfacer la demanda de los restaurantes, donde el pejerrey o la trucha frita son el plato típico. Los pescadores de la isla se han organizado en una asociación.
Por otro lado, su organización para fines turísticos tiene sus propias particularidades, teniendo como consigna la máxima igualdad posible en el acceso a sus beneficios. En tal sentido, se creó una tienda artesanal y un restaurante, ambos comunales, que son administrados por turnos rotativos. Participan en este emprendimiento 348 familias o jefes de familia inscritos en la Asociación de Artesanos. Las ganancias de las tiendas artesanales son de acuerdo a las prendas vendidas. Cada comunero tiene un número que sirve para identificar las prendas que entregan y venden.
El transporte lacustre, es uno de los servicios que se inició y se ha desarrollado con la administración de los mismos comuneros. Es muy importante aclarar que los isleños crearon una técnica eficaz para la construir lanchas a motor; una evidencia de esto es que muchas islas y penínsulas aledañas adquieren embarcaciones de Taquile. Sin embargo, las empresas de transportes en la actualidad tienen socios propietarios de lanchas individuales, operando tres empresas: «Tres de Mayo», «Lacustre de Taquile» y «San Santiago», con 18 lanchas al servicio del turismo y de la comunidad.
En el caso de los servicios de alojamiento de las familias que viven alejadas del centro poblado, como Kollata Pampa Suyo, Huallano Suyo y Kollino Suyo, ellas ceden su cupo de alojamiento a un familiar o compadre que tiene habitaciones en el centro del pueblo. A cambio de las utilidades que generan el consumo de alimentos de los turistas, reciben el valor del alojamiento, creando de esa manera un mecanismo de compensación y reciprocidad.
EL DESARROLLO HUMANO EN LA ISLA TAQUILE
Taquile es una isla con predominancia parcelaria. Pese a los esfuerzos de las familias por mejorar la producción agrícola, la tierra cultivable es insuficiente para sustentar los requerimientos de sus más de 2,000 habitantes. El turismo está compensando parcialmente esta demanda con la venta de su imagen (cultura, artesanía, belleza natural, folklor); con la fuerza de su tradición, su creatividad y la incomparable fuerza de su trabajo. Su creatividad se expresa en sus singulares tejidos y en la forma de innovar su organización con características empresariales para beneficio comunal, como consecuencia de la demanda de bienes y servicios básicos que se crean a partir del turismo; tratando de conservar su identidad cultural.
La división del trabajo en la sociedad taquileña, refleja hoy una interdependencia de roles entre el hombre y la mujer. La mujer cumple una función importante dentro de su familia y también dentro de la comunidad: aconseja en muchos casos al varón en la toma de decisiones importantes, se dedica a las cuestiones domésticas, orienta a los hijos menores, participa en los turnos rotativos para atender las tiendas comunales o el comedor, opera como tejedora, etc.; contribuyendo al ingreso familiar.
Es importante mencionar que en general Taquile recibió poca ayuda efectiva de las instituciones estatales (proyectos, transferencias de fondos), o en determinados fue ajena a su realidad. Se puede decir, que los logros obtenidos se ha debido al esfuerzo de los propios taquileños. Sus organizaciones tradicionales hacen prevalecer los acuerdos internos que afectan al conjunto comunal. Para que Taquile consolide su desarrollo, la cualidad más valiosa será su organización ancestral comunitaria, donde la participación, la equidad, el compromiso dirigencial, la disposición de sus habitantes a enfrentar nuevos retos y la mujer como elemento activo participativo dentro de sus patrones de vida, son factores esenciales.
Un ejemplo de la actividad autogestionaria es la actual operación de un local comercial de artesanía en el malecón turístico de la ciudad de Puno. La solidaridad y la tradición permiten que el representante del gobierno local y otros cargos trabajen sin remuneraciones.
Otro factor, es la comunicación fluida que todos los domingos hay entre las autoridades y la población, sobre los acontecimientos, gestiones, reclamos y otros, que son realizados por el alcalde, los «Campos» y otras autoridades. Estos elementos vitales son compatibles con el enfoque del «desarrollo humano» promovido por el PNUD.
El paisaje de Taquile es un escenario excepcionalmente irrepetible; además, muestra la intervención inteligente de la mano del hombre, optimizando el uso del suelo a través de los andenes, construyendo caminos, aprovechando sus habilidades artesanales y tratando de mantener una arquitectura que armoniza la relación hombre-naturaleza. Por este comportamiento y por la importancia de su artesanía textil, Taquile es candidata para ser declarada como patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, por la UNESCO, distinción que sin duda revalorará el arte de una cultura viva con identidad andina. Sin embargo, el Municipio de Amantaní construyó un edificio municipal de dos pisos como salón comunal, sin una integración arquitectónica-paisajística, afectando su entorno natural.
Es importante recalcar que en la comunidad se vienen produciendo cambios en su organización colectiva, producto del desarrollo turístico. En palabras de Prochaska: «La introducción del turismo impulsó una pequeña economía con ingresos por venta de tejidos, comida, abarrotes, por el hospedaje en casas privadas y por el transporte lacustre. Esto ha producido cambios en la vida de los comuneros, como el incremento de horas diarias que dedican al tejido para abastecer la tienda de artesanías y sus propias necesidades. También aumentó la discrepancia entre familias en términos de riqueza, que antes se medía por las tierras que poseían, y que ahora se combina con la posesión de dinero y bienes materiales. Aquellos que trabajan bien en la chacra tienen lo suficiente para comer, pero los artesanos que producen para la venta, tienen dinero. Si descuidan sus chacras, tendrán que comprar comida. Sin embargo, el turismo es una alternativa a la escasez y a las malas cosechas, y de alguna manera a la migración en busca de trabajo.»
Se debe prevenir los efectos no deseados, como la formación de «grupos de poder»; el relativo desplazamiento de la agricultura con fuertes tendencias a la dependencia del turismo; la contaminación ambiental; la perversión de su cultura y otros problemas; esta es la tarea fundamental que tienen las autoridades, instituciones estatales y privadas, ONGs y de la población en general.
EL PAPEL DEL ESTADO, LAS INSTITUCIONES SOCIALES Y EL EMPRESARIADO
En los años 60’, la iglesia católica a través de su parroquia y una fundación construyeron un salón comunal que luego los comuneros lo convirtieron en tienda artesanal y comedor comunal. En aquella época, el párroco de Taquile, el padre Loits «Consciente del influjo tanto positivo como negativo del turismo en las poblaciones andinas los preparó sobre todo para el choque de dos culturas radicalmente opuestas»
A mediados de la década del 70´, en Taquile se desarrollaba un turismo espontáneo que era promovido por los propios líderes taquileños, quienes «marketeaban» la isla en sus exposiciones artesanales y presentaciones folklóricas en Puno, Cusco y Lima. En 1978, por acuerdo de la comunidad, se constituye en la isla una delegación de diferentes instituciones lideradas por la Dirección Regional de Industria y Turismo y el Convenio Perú – UNESCO, conocido como PLAN COPESCO. En este nuevo escenario institucional se analiza su problemática y se confirma las condiciones naturales, paisajísticas y culturales (paisaje, música, danza y artesanía) de la isla, lográndose el apoyo decidido para incorporarla al eje turístico Machu Picchu – Desaguadero, una de las rutas turísticas más privilegiadas del Perú. Esta opción en curso compensaría años de lucha, tenacidad, constancia y, a veces, desaliento de su población por abrirse camino hacia el turismo internacional.
El 21 de abril de 1979, Taquile se abre oficialmente al turismo con una ceremonia en la isla denominada «Taquile puertas abiertas al turismo mundial», en la que participaron diferentes entidades, agentes de viajes, periodistas y turistas, en esa ocasión se emiten las siguientes resoluciones:
- Resolución Nº 082 del Sector Industria y Turismo, que autoriza el funcionamiento de establecimientos de hospedaje extra hoteleros, consistentes en el acondicionamiento en sus viviendas para alojamiento de turistas, fijándose una tarifa por cama.
- Resolución Nº 066 del Sector Vivienda y Construcción, que dispone la conservación de las construcciones existentes en la isla con sus características autóctonas, para preservar su peculiar diseño arquitectónico.
- Resolución Nº 016 del Instituto Nacional de Cultura, que declara a la isla como Zona arqueológica y área monumental.
El año 1981 se publica el resultado del «Estudio Integral para Utilización Turística del Lago Titicaca», elaborado por un equipo técnico de la Dirección Regional de Industria Turismo e Integración de Puno, en el se incluye el perfil del proyecto «Programa de Desarrollo Turístico de la Isla Taquile».
La Dirección Departamental del Ministerio de Industria, Turismo e Integración de Puno, en el Plan Operativo 1985 – 86, establece como acción de política: «Continuar con la difusión de los resultados de los proyectos identificados en el Estudio Integral para la Utilización Turística del Lago Titikaka», que comprende el Programa de Desarrollo Turístico de la Isla Taquile.
En el período 1978-1991, la Dirección de Turismo de Puno, brindó asesoramiento técnico a la Comunidad en temas de promoción turística, participando directivos y profesionales en turismo del Plan COPESCO y FOPTUR32. Entre los proyectos realizados con apoyo institucional se tienen:
- Rehabilitación de Andenes, ejecutada por el Proyecto de Emergencia e Inversión Social – Instituto Nacional de Desarrollo (INADE), 1991.
- Construcción de dos Wawa Wasis, ejecutados por el Proyecto de Emergencia e Inversión Social del INADE, 1992.
- Construcción de Letrinas, ejecutada por el Proyecto de Emergencia e Inversión Social del INADE, 1993.
- Construcción Posta de Salud, ejecutado por FONCODES, 1994.
- Mejoramiento Muelle Chilcano, ejecutado por FONCODES, 1995.
- Albergue Turístico Taquile, con 6 módulos (dos camas cada uno) de material noble, ejecutado por FONCODES, 1995-1996.
- Sistema de Agua Potable, localizado en la parte alta de Estancia Suyo para abastecer a 25 piletas, ejecutado por FONCODES, 1996.
- Construcción de un Salón Comunal, ejecutado por el Municipio de Amantaní, 2000.
En la actualidad, el albergue construido para alojar a turistas se encuentra sin uso y parcialmente deteriorado porque la concepción de este proyecto no es compatible con la realidad socio-cultural y necesidades reales de la población. Por otro lado, el sistema de abastecimiento de agua, proyectado para beneficiar al asentamiento central, con una captación directa del lago y con un sistema de bombeo de doble salto (dos reservorios), no está en funcionamiento por problemas mecánicos, costos de mantenimiento y falta de organización,
quedando sin resolver uno de los problemas más álgidos en la isla.
En los últimos años, el Sector Industria y Turismo ha promovido la coordinación entre la población de Taquile y las empresas de turismo. Ha participado en la orientación en el aspecto organizativo a fin de que mantengan sus costumbres y su identidad cultural; a que tengan un control de ingreso de turistas; en la capacitación a los guías; en la preparación de alimentos; a brindar un mejor trato a los visitantes y finalmente, promovió una campaña de limpieza de la isla con apoyo de PROMPERU34 y el Municipio de Puno.
Fuente: DESARROLLO TURÍSTICO E IDENTIDAD CULTURALLa experiencia de la Comunidad de Taquile, en PunoRicardo Bardales Vassi Equipo de Desarrollo Humano del PNUD-Perú, 2004
El flujo de turistas en la isla se ha incrementado paulatinamente. En el segundo quinquenio de la década de los ochenta, en un año no llegaban a 5,000 los visitantes nacionales y extranjeros; mientras que en años 2001 y 2002, el crecimiento ha sido elevado, registrándose un promedio de turistas cercano a 50,000 visitantes por año. De ellos sólo el 15% son peruanos y el 85% son extranjeros.
La artesanía textil es muy importante, a ésta se dedican mujeres, hombres y niños. Se estima que en promedio la población isleña dedica la tercera parte de su jornada mensual de trabajo a esta actividad. Las utilidades percibidas por los artesanos varían entre S/.30.00 a S/. 50.00 promedio semanal. Esta actividad beneficia a la mayoría de las familias. Este negocio se realiza en Taquile a través de 3 tiendas artesanales comunales que funcionan como acopiadoras de tejidos. Cada familia entrega su producción artesanal y recibe a cambio el dinero por las prendas vendidas semanalmente.
Hoy Taquile, cuenta con unas 40 lanchas para la pesca, las principales especies son el carachi, el ispi, la trucha, el pejerrey. Se puede pescar desde 1 kilo hasta 10 kilos por jornada, pudiendo obtener ingresos que van de S/. 20.00 a S/.30.00 por cada salida de pesca. Con el pescado lo utilizan para procesar charqui (ispi y carachi) que es transportado a la selva y también sirve para el consumo local. La trucha y el pejerrey abastecen a los restaurantes a S/.6.00 soles el kilo (precio a fines del 2003).
Si bien, los beneficios económicos provenientes del turismo, han favorecido más a ciertos sectores, como aquellos que administran los restaurantes; también a beneficiado al conjunto en términos de una mejor alimentación, mejor vestido, utilización de paneles solares, adquisición de artefactos eléctricos, mayores posibilidades de educación, entre otros. En el año 1998, los rubros más sustantivos que indican mejoras de los taquileños fueron electrodomésticos, compra de máquinas de coser, educación para sus hijos (útiles escolares) y mejoramiento de sus casas.
LA ORGANIZACIÓN COMUNAL Y SU PARTICIPACIÓN EN LA ECONOMÍA
La organización comunal fue la base de la vida de los taquileños. En el estudio sobre Taquile publicado por Mar Matos el año1957, se manifiesta: «...hay un respeto a sus autoridades tradicionales que son elegidos libremente por todos ellos, en los trabajos cooperativos que realizan para dotarse de servicios básicos, en sus fiestas y cargos religiosos donde la ayuda mutua funciona normalmente. Claramente se percibe una base tradicional, un espíritu colectivista, que es el denominador común de todas sus actividades lo que se manifiesta aún en sus sistemas y actos individuales». Estos valores, no se han destruido pero se vienen acondicionando con la incorporación del turismo en su vida cotidiana.
Así por ejemplo, se han construido habitaciones para alojamientos y restaurantes a través del ayni (carácter familiar) y el mejoramiento de caminos, reconstrucción de andenes y otros con la minka (comunal). Aún, cuando los hacendados eran dueños de la isla, los lugareños vivían en comunidad, en donde sus autoridades tradicionales cumplían un papel importante. Aceptar los cargos era y aún es, una obligación al servicio de la comunidad. Para la mejor comprensión de la organización comunal hemos diferenciado dos niveles de organización. La primera ligada a la economía tradicional sustentada en la agricultura y la crianza a escalas pequeñas y la segunda relacionada a la actividad turística. Respecto a la primera sigue siendo la base para la subsistencia familiar y donde las autoridades tradicionales cumplen un papel muy importante tomando como base la división territorial de 6 suyos, cada uno de los cuales, es representado por los Campo Alcaldes y los Campos, con el objetivo fundamental de rotación de cultivos.
Actualmente la ganadería es de libre crianza. Por otro lado, la pesca a parte de abastecer a la población de Taquile, en la actualidad se ha convertido en un medio comercial para satisfacer la demanda de los restaurantes, donde el pejerrey o la trucha frita son el plato típico. Los pescadores de la isla se han organizado en una asociación.
Por otro lado, su organización para fines turísticos tiene sus propias particularidades, teniendo como consigna la máxima igualdad posible en el acceso a sus beneficios. En tal sentido, se creó una tienda artesanal y un restaurante, ambos comunales, que son administrados por turnos rotativos. Participan en este emprendimiento 348 familias o jefes de familia inscritos en la Asociación de Artesanos. Las ganancias de las tiendas artesanales son de acuerdo a las prendas vendidas. Cada comunero tiene un número que sirve para identificar las prendas que entregan y venden.
El transporte lacustre, es uno de los servicios que se inició y se ha desarrollado con la administración de los mismos comuneros. Es muy importante aclarar que los isleños crearon una técnica eficaz para la construir lanchas a motor; una evidencia de esto es que muchas islas y penínsulas aledañas adquieren embarcaciones de Taquile. Sin embargo, las empresas de transportes en la actualidad tienen socios propietarios de lanchas individuales, operando tres empresas: «Tres de Mayo», «Lacustre de Taquile» y «San Santiago», con 18 lanchas al servicio del turismo y de la comunidad.
En el caso de los servicios de alojamiento de las familias que viven alejadas del centro poblado, como Kollata Pampa Suyo, Huallano Suyo y Kollino Suyo, ellas ceden su cupo de alojamiento a un familiar o compadre que tiene habitaciones en el centro del pueblo. A cambio de las utilidades que generan el consumo de alimentos de los turistas, reciben el valor del alojamiento, creando de esa manera un mecanismo de compensación y reciprocidad.
EL DESARROLLO HUMANO EN LA ISLA TAQUILE
Taquile es una isla con predominancia parcelaria. Pese a los esfuerzos de las familias por mejorar la producción agrícola, la tierra cultivable es insuficiente para sustentar los requerimientos de sus más de 2,000 habitantes. El turismo está compensando parcialmente esta demanda con la venta de su imagen (cultura, artesanía, belleza natural, folklor); con la fuerza de su tradición, su creatividad y la incomparable fuerza de su trabajo. Su creatividad se expresa en sus singulares tejidos y en la forma de innovar su organización con características empresariales para beneficio comunal, como consecuencia de la demanda de bienes y servicios básicos que se crean a partir del turismo; tratando de conservar su identidad cultural.
La división del trabajo en la sociedad taquileña, refleja hoy una interdependencia de roles entre el hombre y la mujer. La mujer cumple una función importante dentro de su familia y también dentro de la comunidad: aconseja en muchos casos al varón en la toma de decisiones importantes, se dedica a las cuestiones domésticas, orienta a los hijos menores, participa en los turnos rotativos para atender las tiendas comunales o el comedor, opera como tejedora, etc.; contribuyendo al ingreso familiar.
Es importante mencionar que en general Taquile recibió poca ayuda efectiva de las instituciones estatales (proyectos, transferencias de fondos), o en determinados fue ajena a su realidad. Se puede decir, que los logros obtenidos se ha debido al esfuerzo de los propios taquileños. Sus organizaciones tradicionales hacen prevalecer los acuerdos internos que afectan al conjunto comunal. Para que Taquile consolide su desarrollo, la cualidad más valiosa será su organización ancestral comunitaria, donde la participación, la equidad, el compromiso dirigencial, la disposición de sus habitantes a enfrentar nuevos retos y la mujer como elemento activo participativo dentro de sus patrones de vida, son factores esenciales.
Un ejemplo de la actividad autogestionaria es la actual operación de un local comercial de artesanía en el malecón turístico de la ciudad de Puno. La solidaridad y la tradición permiten que el representante del gobierno local y otros cargos trabajen sin remuneraciones.
Otro factor, es la comunicación fluida que todos los domingos hay entre las autoridades y la población, sobre los acontecimientos, gestiones, reclamos y otros, que son realizados por el alcalde, los «Campos» y otras autoridades. Estos elementos vitales son compatibles con el enfoque del «desarrollo humano» promovido por el PNUD.
El paisaje de Taquile es un escenario excepcionalmente irrepetible; además, muestra la intervención inteligente de la mano del hombre, optimizando el uso del suelo a través de los andenes, construyendo caminos, aprovechando sus habilidades artesanales y tratando de mantener una arquitectura que armoniza la relación hombre-naturaleza. Por este comportamiento y por la importancia de su artesanía textil, Taquile es candidata para ser declarada como patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, por la UNESCO, distinción que sin duda revalorará el arte de una cultura viva con identidad andina. Sin embargo, el Municipio de Amantaní construyó un edificio municipal de dos pisos como salón comunal, sin una integración arquitectónica-paisajística, afectando su entorno natural.
Es importante recalcar que en la comunidad se vienen produciendo cambios en su organización colectiva, producto del desarrollo turístico. En palabras de Prochaska: «La introducción del turismo impulsó una pequeña economía con ingresos por venta de tejidos, comida, abarrotes, por el hospedaje en casas privadas y por el transporte lacustre. Esto ha producido cambios en la vida de los comuneros, como el incremento de horas diarias que dedican al tejido para abastecer la tienda de artesanías y sus propias necesidades. También aumentó la discrepancia entre familias en términos de riqueza, que antes se medía por las tierras que poseían, y que ahora se combina con la posesión de dinero y bienes materiales. Aquellos que trabajan bien en la chacra tienen lo suficiente para comer, pero los artesanos que producen para la venta, tienen dinero. Si descuidan sus chacras, tendrán que comprar comida. Sin embargo, el turismo es una alternativa a la escasez y a las malas cosechas, y de alguna manera a la migración en busca de trabajo.»
Se debe prevenir los efectos no deseados, como la formación de «grupos de poder»; el relativo desplazamiento de la agricultura con fuertes tendencias a la dependencia del turismo; la contaminación ambiental; la perversión de su cultura y otros problemas; esta es la tarea fundamental que tienen las autoridades, instituciones estatales y privadas, ONGs y de la población en general.
EL PAPEL DEL ESTADO, LAS INSTITUCIONES SOCIALES Y EL EMPRESARIADO
En los años 60’, la iglesia católica a través de su parroquia y una fundación construyeron un salón comunal que luego los comuneros lo convirtieron en tienda artesanal y comedor comunal. En aquella época, el párroco de Taquile, el padre Loits «Consciente del influjo tanto positivo como negativo del turismo en las poblaciones andinas los preparó sobre todo para el choque de dos culturas radicalmente opuestas»
A mediados de la década del 70´, en Taquile se desarrollaba un turismo espontáneo que era promovido por los propios líderes taquileños, quienes «marketeaban» la isla en sus exposiciones artesanales y presentaciones folklóricas en Puno, Cusco y Lima. En 1978, por acuerdo de la comunidad, se constituye en la isla una delegación de diferentes instituciones lideradas por la Dirección Regional de Industria y Turismo y el Convenio Perú – UNESCO, conocido como PLAN COPESCO. En este nuevo escenario institucional se analiza su problemática y se confirma las condiciones naturales, paisajísticas y culturales (paisaje, música, danza y artesanía) de la isla, lográndose el apoyo decidido para incorporarla al eje turístico Machu Picchu – Desaguadero, una de las rutas turísticas más privilegiadas del Perú. Esta opción en curso compensaría años de lucha, tenacidad, constancia y, a veces, desaliento de su población por abrirse camino hacia el turismo internacional.
El 21 de abril de 1979, Taquile se abre oficialmente al turismo con una ceremonia en la isla denominada «Taquile puertas abiertas al turismo mundial», en la que participaron diferentes entidades, agentes de viajes, periodistas y turistas, en esa ocasión se emiten las siguientes resoluciones:
- Resolución Nº 082 del Sector Industria y Turismo, que autoriza el funcionamiento de establecimientos de hospedaje extra hoteleros, consistentes en el acondicionamiento en sus viviendas para alojamiento de turistas, fijándose una tarifa por cama.
- Resolución Nº 066 del Sector Vivienda y Construcción, que dispone la conservación de las construcciones existentes en la isla con sus características autóctonas, para preservar su peculiar diseño arquitectónico.
- Resolución Nº 016 del Instituto Nacional de Cultura, que declara a la isla como Zona arqueológica y área monumental.
El año 1981 se publica el resultado del «Estudio Integral para Utilización Turística del Lago Titicaca», elaborado por un equipo técnico de la Dirección Regional de Industria Turismo e Integración de Puno, en el se incluye el perfil del proyecto «Programa de Desarrollo Turístico de la Isla Taquile».
La Dirección Departamental del Ministerio de Industria, Turismo e Integración de Puno, en el Plan Operativo 1985 – 86, establece como acción de política: «Continuar con la difusión de los resultados de los proyectos identificados en el Estudio Integral para la Utilización Turística del Lago Titikaka», que comprende el Programa de Desarrollo Turístico de la Isla Taquile.
En el período 1978-1991, la Dirección de Turismo de Puno, brindó asesoramiento técnico a la Comunidad en temas de promoción turística, participando directivos y profesionales en turismo del Plan COPESCO y FOPTUR32. Entre los proyectos realizados con apoyo institucional se tienen:
- Rehabilitación de Andenes, ejecutada por el Proyecto de Emergencia e Inversión Social – Instituto Nacional de Desarrollo (INADE), 1991.
- Construcción de dos Wawa Wasis, ejecutados por el Proyecto de Emergencia e Inversión Social del INADE, 1992.
- Construcción de Letrinas, ejecutada por el Proyecto de Emergencia e Inversión Social del INADE, 1993.
- Construcción Posta de Salud, ejecutado por FONCODES, 1994.
- Mejoramiento Muelle Chilcano, ejecutado por FONCODES, 1995.
- Albergue Turístico Taquile, con 6 módulos (dos camas cada uno) de material noble, ejecutado por FONCODES, 1995-1996.
- Sistema de Agua Potable, localizado en la parte alta de Estancia Suyo para abastecer a 25 piletas, ejecutado por FONCODES, 1996.
- Construcción de un Salón Comunal, ejecutado por el Municipio de Amantaní, 2000.
En la actualidad, el albergue construido para alojar a turistas se encuentra sin uso y parcialmente deteriorado porque la concepción de este proyecto no es compatible con la realidad socio-cultural y necesidades reales de la población. Por otro lado, el sistema de abastecimiento de agua, proyectado para beneficiar al asentamiento central, con una captación directa del lago y con un sistema de bombeo de doble salto (dos reservorios), no está en funcionamiento por problemas mecánicos, costos de mantenimiento y falta de organización,
quedando sin resolver uno de los problemas más álgidos en la isla.
En los últimos años, el Sector Industria y Turismo ha promovido la coordinación entre la población de Taquile y las empresas de turismo. Ha participado en la orientación en el aspecto organizativo a fin de que mantengan sus costumbres y su identidad cultural; a que tengan un control de ingreso de turistas; en la capacitación a los guías; en la preparación de alimentos; a brindar un mejor trato a los visitantes y finalmente, promovió una campaña de limpieza de la isla con apoyo de PROMPERU34 y el Municipio de Puno.
Fuente: DESARROLLO TURÍSTICO E IDENTIDAD CULTURALLa experiencia de la Comunidad de Taquile, en PunoRicardo Bardales Vassi Equipo de Desarrollo Humano del PNUD-Perú, 2004
2 comentarios:
hola como estas ..
bueno me parece muy buena informacion para el lector, pero deverias poner mas imagenes para darle color al blog .
https://www.peruinka.blogspot.com
nieves ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Comunidad de Taquile (Puno)":
He encontrado tu blog cuando buscaba información sobre un
gallego,Alfonso Graña,del municipio de Avión ,que cuentan estuvo 12 años(hasta que se murió)viviendo en la comunidad de los aguarunas.No sé si habrá mucha leyenda,así que te dejo aquí el
link a una página web donde hablan del tema .
He enlazado tu blog para los que quieran conocer la realidad de Perú,te visiten.
Un saludo.
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