La Comunidad Campesina de San Cristóbal (Huancavelica)
La Comunidad Campesina de San Cristóbal se encuentra entre los 3,700 y los 4,000 m.s.n.m y se ubica en el departamento de Huancavelica, provincia y distrito del mismo nombre. San Cristóbal colinda con el radio urbano del distrito de Huancavelica, por lo cual, parte de ella se ha convertido en un barrio más de la ciudad. El lindero de separación lo constituye únicamente el curso del río Ichu.
Según el Directorio de Comunidades Campesinas del PETT (2002), la comunidad cuenta con 230 familias comuneras, sin embargo, a la fecha, en el padrón comunal sólo figuran inscritos 130 comuneros. Tomando como punto de partida la última cifra, podemos estimar que existe una población de 611 habitantes. La extensión de la Comunidad es de 2,143 Ha., de las cuales 100 Ha. son causa del conflicto que presentamos en el presente informe.
San Cristóbal fue reconocida como Comunidad Campesina el 17 de enero de 1952. En esa fecha, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Indígenas le otorgó personería jurídica con la inscripción de 180 comuneros. En 1990, los predios de Quilrachquichqui, Mancacota y Sacracancha, fueron adjudicados por el MINAG a la Comunidad. Allí residía un grupo de familias campesinas beneficiarias de la Reforma Agraria, agrupados en un caserío en el predio de Sacracancha, a 4,000 m.s.n.m. Ante la presión de las comunidades colindantes para apropiarse de sus terrenos, los habitantes del caserío tomaron la iniciativa de incorporarse a San Cristóbal como comuneros. Ello implicaba no sólo la adjudicación de tierras sino también de todos sus animales. De este modo, a través de Resolución Directoral, el 24 de junio de 1990, se adjudica a título gratuito la superficie de 634 Ha. de tierras de los tres predios a favor de San Cristóbal, resolviendo el Ministerio de Agricultura otorgar el título de propiedad correspondiente.
Actualmente, la Comunidad Campesina de San Cristóbal tiene un local comunal que funciona también como comedor popular, y se ubica en la plaza principal. Asimismo, tiene una iglesia, posta de salud y escuela primaria.
Las tierras de San Cristóbal son muy diversas dependiendo de las áreas en las que se encuentren ubicadas. De este modo, existen tierras de uso agrícola y pastos naturales y cultivados para la ganadería, pero también existen grandes extensiones de terreno no cultivable. Éstos son acantilados, formaciones rocosas o áreas de tierra con poca profundidad y piedras. De otro lado, buena parte de la extensión de las tierras ha sido progresivamente ocupada por las casas de pobladores, no necesariamente comuneros, extendiéndose el radio urbano de la ciudad de Huancavelica y constituyéndose así el barrio de San Cristóbal en la ciudad de Huancavelica.
Los comuneros inscritos en el padrón constituyen el grupo de campesinos calificados, con potestad para ser miembros de la Junta Directiva, para tener voz y voto en las Asambleas Comunales y para usufructuar las tierras comunales. Todos ellos se encuentran actualmente realizando labores agrícolas y/o ganaderas, sin embargo, algunos también se dedican a una segunda actividad económica, no agropecuaria. Esto se explica y se facilita por la cercanía que existe entre San Cristóbal y la ciudad de Huancavelica. Los comuneros pueden, así, ser también empleados públicos, mozos de restaurantes, o dedicarse a oficios como la zapatería, la construcción, entre otros. Inclusive, algunos son maestros en las escuelas públicas. Esta situación convierte a la actividad agrícola y/o ganadera en ocupación que no necesariamente constituye la principal actividad económica de los comuneros. A pesar de ello, el vínculo con la tierra y la organización comunal se mantienen y se defienden como lo haría, de hecho, una comunidad tradicional en la cual la tierra es el único medio de subsistencia.
En un primer nivel podemos, entonces, diferenciar a dos tipos de comuneros en San Cristóbal: aquellos que llevan una vida más articulada a la ciudad de Huancavelica y que realizan actividades económicas adicionales a las del campo, y aquellos cuya actividad principal se centra en la agricultura y en la ganadería. Los primeros, cuentan con mayores recursos económicos y con un mayor nivel educativo que los segundos, y son, además, los que suelen ocupar los cargos que componen a la Directiva Comunal y los que asumen el liderazgo. En el momento en el que realizamos el trabajo de campo, había transcurrido sólo un mes desde las elecciones comunales para el cambio de autoridades de la Directiva. El actual presidente de la comunidad, el Sr. Alejandro Huamán, es empleado de ESSALUD en Huancavelica y solicita permiso en su trabajo cada vez que necesita reunirse en Asamblea o para las faenas comunales. Del segundo grupo de comuneros, una parte se dedica sólo a la actividad ganadera y no reside en el perímetro urbano sino que tiene sus casas en las mismas estancias.
En la Comunidad de San Cristóbal no existen, como en otras zonas de la sierra del país, espacios de tierra establecidos para cada familia. En San Cristóbal la distribución de las áreas de trabajo agrícola para los comuneros varía año tras año. Normalmente, se distribuyen tres chacras de 0.25 Ha. a cada familia, independientemente del número de sus integrantes. Para ello se convoca a una Asamblea Comunal que designa a un comité compuesto por cuatro comuneros, que se encarga de la repartición de las parcelas. No existen, por ello, títulos de posesión de comuneros sino solamente el título de propiedad comunal. Ello responde a una estrategia de rotación de áreas de cultivo y de pastos, propia de zonas ganaderas. Debido a la altitud de las tierras de la comunidad y de los pocos espacios con riego, buena parte de ellas sólo pueden ser utilizadas para la ganadería. De otro lado, las tierras agrícolas son aptas sólo para pocos cultivos: la mayor parte de comuneros trabaja la papa y la cebada, y en pocos casos se siembra mashua, maca, habas y olluco.
Además de las tierras que cada familia trabaja individualmente, existe un espacio comunal que es designado en un área distinta cada año. En estas tierras se siembra papa y cebada que son comercializadas en Huancavelica. Actualmente, se han sembrado 3 Ha. de papa que se trabajan en faenas comunales obligatorias para todos los comuneros inscritos en el padrón. Las ganancias obtenidas son destinadas a un fondo comunal cuya utilización es decidida por la Asamblea.
El anexo de Sacracancha
En tiempos de la Reforma Agraria, los predios de Sacracancha, Quilrachquichqui y Mancacota fueron entregados a 14 campesinos beneficiarios de tierras afectadas a un particular. Ellos formaron parte de la Sociedad Agraria de Interés Social – SAIS Huancavelica Nº 40, sin embargo, no formaron una comunidad campesina pues entre los requisitos para poder ser reconocidos como tal se incluía (e incluyen hasta la fecha) tener un mínimo de 50 comuneros inscritos.
Con los años, las comunidades campesinas vecinas empezaron a invadir los terrenos de sus predios, razón por lo cual consideraron anexarse a una comunidad. Las comunidades de Palca, Huanaspampa y Sachapiti, colindantes con sus predios, estaban muy alejadas de ellos. Llegar a San Cristóbal, en cambio, resultaba mucho más sencillo. Es así que desde 1988, se anexan a la Comunidad de San Cristóbal, pero recién en 1990 se expide la Resolución que le adjudica oficialmente los predios a ésta.
En Sacracancha se encuentra la mayor parte de campesinos de los tres predios, sin embargo, algunos habitan dispersos en las estancias de Quilrachquichqui. De San Cristóbal al caserío de Sacracancha no existe camino carrozable, y a pie, la distancia es de aproximadamente una hora de camino. En el caserío de Sacracancha no existe ningún servicio básico, ni posta de salud, sólo tienen una pequeña escuela, construida con financiamiento de FONCODES.
Actualmente, los comuneros de los tres predios se han empadronado, llegando a un número de sesenta jefes de familia. Sin embargo, a simple vista se puede observar que la población total no alcanza las 150 personas. El alza deliberada en el número de pobladores se entiende por dos razones: la primera, por la intención de Sacracancha de alcanzar el número de comuneros necesario para llevar a cabo los trámites para ser reconocidos como comunidad; y, la segunda, porque buena parte de los comuneros inscritos ya no residen más en Sacracancha sino que han migrado hacia Huancavelica o a Huancayo.
Los comuneros que aún residen en los predios, se dedican a la agricultura de autoconsumo y a la ganadería. Los productos que siembran son, básicamente, papa y cebada. En cuanto a la ganadería, son criadores de ovejas y alpacas. Algunos de ellos tienen, adicionalmente, una segunda actividad económica que realizan en la ciudad de Huancavelica.
Fuente: Los conflictos externos e internos por la propiedad de la tierra en una Comunidad Campesina de Huancavelica: El caso de San Cristóbal - Informe final del trabajo de campo realizado en la Comunidad Campesina de San Cristóbal autor Zulema Burneo de la Rocha, Centro Peruano de Estudios Sociales – CEPES. Estudio de Caso de Conflictos por Tierras. Lima, Junio de 2003
Según el Directorio de Comunidades Campesinas del PETT (2002), la comunidad cuenta con 230 familias comuneras, sin embargo, a la fecha, en el padrón comunal sólo figuran inscritos 130 comuneros. Tomando como punto de partida la última cifra, podemos estimar que existe una población de 611 habitantes. La extensión de la Comunidad es de 2,143 Ha., de las cuales 100 Ha. son causa del conflicto que presentamos en el presente informe.
San Cristóbal fue reconocida como Comunidad Campesina el 17 de enero de 1952. En esa fecha, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Indígenas le otorgó personería jurídica con la inscripción de 180 comuneros. En 1990, los predios de Quilrachquichqui, Mancacota y Sacracancha, fueron adjudicados por el MINAG a la Comunidad. Allí residía un grupo de familias campesinas beneficiarias de la Reforma Agraria, agrupados en un caserío en el predio de Sacracancha, a 4,000 m.s.n.m. Ante la presión de las comunidades colindantes para apropiarse de sus terrenos, los habitantes del caserío tomaron la iniciativa de incorporarse a San Cristóbal como comuneros. Ello implicaba no sólo la adjudicación de tierras sino también de todos sus animales. De este modo, a través de Resolución Directoral, el 24 de junio de 1990, se adjudica a título gratuito la superficie de 634 Ha. de tierras de los tres predios a favor de San Cristóbal, resolviendo el Ministerio de Agricultura otorgar el título de propiedad correspondiente.
Actualmente, la Comunidad Campesina de San Cristóbal tiene un local comunal que funciona también como comedor popular, y se ubica en la plaza principal. Asimismo, tiene una iglesia, posta de salud y escuela primaria.
Las tierras de San Cristóbal son muy diversas dependiendo de las áreas en las que se encuentren ubicadas. De este modo, existen tierras de uso agrícola y pastos naturales y cultivados para la ganadería, pero también existen grandes extensiones de terreno no cultivable. Éstos son acantilados, formaciones rocosas o áreas de tierra con poca profundidad y piedras. De otro lado, buena parte de la extensión de las tierras ha sido progresivamente ocupada por las casas de pobladores, no necesariamente comuneros, extendiéndose el radio urbano de la ciudad de Huancavelica y constituyéndose así el barrio de San Cristóbal en la ciudad de Huancavelica.
Los comuneros inscritos en el padrón constituyen el grupo de campesinos calificados, con potestad para ser miembros de la Junta Directiva, para tener voz y voto en las Asambleas Comunales y para usufructuar las tierras comunales. Todos ellos se encuentran actualmente realizando labores agrícolas y/o ganaderas, sin embargo, algunos también se dedican a una segunda actividad económica, no agropecuaria. Esto se explica y se facilita por la cercanía que existe entre San Cristóbal y la ciudad de Huancavelica. Los comuneros pueden, así, ser también empleados públicos, mozos de restaurantes, o dedicarse a oficios como la zapatería, la construcción, entre otros. Inclusive, algunos son maestros en las escuelas públicas. Esta situación convierte a la actividad agrícola y/o ganadera en ocupación que no necesariamente constituye la principal actividad económica de los comuneros. A pesar de ello, el vínculo con la tierra y la organización comunal se mantienen y se defienden como lo haría, de hecho, una comunidad tradicional en la cual la tierra es el único medio de subsistencia.
En un primer nivel podemos, entonces, diferenciar a dos tipos de comuneros en San Cristóbal: aquellos que llevan una vida más articulada a la ciudad de Huancavelica y que realizan actividades económicas adicionales a las del campo, y aquellos cuya actividad principal se centra en la agricultura y en la ganadería. Los primeros, cuentan con mayores recursos económicos y con un mayor nivel educativo que los segundos, y son, además, los que suelen ocupar los cargos que componen a la Directiva Comunal y los que asumen el liderazgo. En el momento en el que realizamos el trabajo de campo, había transcurrido sólo un mes desde las elecciones comunales para el cambio de autoridades de la Directiva. El actual presidente de la comunidad, el Sr. Alejandro Huamán, es empleado de ESSALUD en Huancavelica y solicita permiso en su trabajo cada vez que necesita reunirse en Asamblea o para las faenas comunales. Del segundo grupo de comuneros, una parte se dedica sólo a la actividad ganadera y no reside en el perímetro urbano sino que tiene sus casas en las mismas estancias.
En la Comunidad de San Cristóbal no existen, como en otras zonas de la sierra del país, espacios de tierra establecidos para cada familia. En San Cristóbal la distribución de las áreas de trabajo agrícola para los comuneros varía año tras año. Normalmente, se distribuyen tres chacras de 0.25 Ha. a cada familia, independientemente del número de sus integrantes. Para ello se convoca a una Asamblea Comunal que designa a un comité compuesto por cuatro comuneros, que se encarga de la repartición de las parcelas. No existen, por ello, títulos de posesión de comuneros sino solamente el título de propiedad comunal. Ello responde a una estrategia de rotación de áreas de cultivo y de pastos, propia de zonas ganaderas. Debido a la altitud de las tierras de la comunidad y de los pocos espacios con riego, buena parte de ellas sólo pueden ser utilizadas para la ganadería. De otro lado, las tierras agrícolas son aptas sólo para pocos cultivos: la mayor parte de comuneros trabaja la papa y la cebada, y en pocos casos se siembra mashua, maca, habas y olluco.
Además de las tierras que cada familia trabaja individualmente, existe un espacio comunal que es designado en un área distinta cada año. En estas tierras se siembra papa y cebada que son comercializadas en Huancavelica. Actualmente, se han sembrado 3 Ha. de papa que se trabajan en faenas comunales obligatorias para todos los comuneros inscritos en el padrón. Las ganancias obtenidas son destinadas a un fondo comunal cuya utilización es decidida por la Asamblea.
El anexo de Sacracancha
En tiempos de la Reforma Agraria, los predios de Sacracancha, Quilrachquichqui y Mancacota fueron entregados a 14 campesinos beneficiarios de tierras afectadas a un particular. Ellos formaron parte de la Sociedad Agraria de Interés Social – SAIS Huancavelica Nº 40, sin embargo, no formaron una comunidad campesina pues entre los requisitos para poder ser reconocidos como tal se incluía (e incluyen hasta la fecha) tener un mínimo de 50 comuneros inscritos.
Con los años, las comunidades campesinas vecinas empezaron a invadir los terrenos de sus predios, razón por lo cual consideraron anexarse a una comunidad. Las comunidades de Palca, Huanaspampa y Sachapiti, colindantes con sus predios, estaban muy alejadas de ellos. Llegar a San Cristóbal, en cambio, resultaba mucho más sencillo. Es así que desde 1988, se anexan a la Comunidad de San Cristóbal, pero recién en 1990 se expide la Resolución que le adjudica oficialmente los predios a ésta.
En Sacracancha se encuentra la mayor parte de campesinos de los tres predios, sin embargo, algunos habitan dispersos en las estancias de Quilrachquichqui. De San Cristóbal al caserío de Sacracancha no existe camino carrozable, y a pie, la distancia es de aproximadamente una hora de camino. En el caserío de Sacracancha no existe ningún servicio básico, ni posta de salud, sólo tienen una pequeña escuela, construida con financiamiento de FONCODES.
Actualmente, los comuneros de los tres predios se han empadronado, llegando a un número de sesenta jefes de familia. Sin embargo, a simple vista se puede observar que la población total no alcanza las 150 personas. El alza deliberada en el número de pobladores se entiende por dos razones: la primera, por la intención de Sacracancha de alcanzar el número de comuneros necesario para llevar a cabo los trámites para ser reconocidos como comunidad; y, la segunda, porque buena parte de los comuneros inscritos ya no residen más en Sacracancha sino que han migrado hacia Huancavelica o a Huancayo.
Los comuneros que aún residen en los predios, se dedican a la agricultura de autoconsumo y a la ganadería. Los productos que siembran son, básicamente, papa y cebada. En cuanto a la ganadería, son criadores de ovejas y alpacas. Algunos de ellos tienen, adicionalmente, una segunda actividad económica que realizan en la ciudad de Huancavelica.
Fuente: Los conflictos externos e internos por la propiedad de la tierra en una Comunidad Campesina de Huancavelica: El caso de San Cristóbal - Informe final del trabajo de campo realizado en la Comunidad Campesina de San Cristóbal autor Zulema Burneo de la Rocha, Centro Peruano de Estudios Sociales – CEPES. Estudio de Caso de Conflictos por Tierras. Lima, Junio de 2003
Enlace: Información complementaria CEPES
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