Comunidades Campesinas de Espinar
Veamos algunas de las principales características sociodemográficas de la población de las cinco comunidades involucradas directamente en el conflicto con la empresa minera y que, como dijimos, forman parte de la mesa de dialogo:
a. Comunidad Campesina de Tintaya Marquiri
Independizada de la comunidad madre Antaycama en 1990, la comunidad de Tintaya Marquiri cuenta con 2,214 Has. de territorio comunal y una población de 1,230 habitantes estando empadronados 160 comuneros. La población es bilingüe, hablando quechua y castellano, y es mayoritariamente católica.
La comunidad cuenta con una posta médica promovida por la empresa BHP Billinton Tintaya y también cuenta en su centro poblado con servicios de electricidad, agua y desagüe, siendo la única comunidad del ámbito de estudio que cuenta con estos servicios.
a. Comunidad Campesina de Tintaya Marquiri
Independizada de la comunidad madre Antaycama en 1990, la comunidad de Tintaya Marquiri cuenta con 2,214 Has. de territorio comunal y una población de 1,230 habitantes estando empadronados 160 comuneros. La población es bilingüe, hablando quechua y castellano, y es mayoritariamente católica.
La comunidad cuenta con una posta médica promovida por la empresa BHP Billinton Tintaya y también cuenta en su centro poblado con servicios de electricidad, agua y desagüe, siendo la única comunidad del ámbito de estudio que cuenta con estos servicios.
En el sector educativo, existe un colegio fiscalizado que tiene apoyo de la empresa minera.
b. Comunidad Campesina de Alto Huancané
La comunidad de Alto Huancané fue también uno de los anexos de la comunidad madre Antaycama, hasta que en 1998 se separó oficialmente de ella. Actualmente, la comunidad cuenta con 3,168 Has. de territorio comunal y una población aproximada de 1,240 habitantes, para 270 comuneros empadronados. La población también es bilingüe y mayoritariamente católica. En el centro poblado funciona una escuela primaria.
c. Comunidad Campesina de Bajo Huancané
Al igual que Alto Huancané y Tintaya Marquiri, pertenecía originalmente a la comunidad de Antaycama, pero en 1982 se separó de ella. Abarca 3,256 Has. de territorio comunal y una población de 250 comuneros empadronados sobre un total aproximado de 1,150 habitantes, bilingües y en su mayoría católica. Bajo Huancané dispone de una escuela primaria en el sector Pararani. Entre los principales ríos que atraviesan la comunidad están el río Salado, el río Ccocareta, el río Alto Rancho y el río Kaquenkura.
d. Comunidad Campesina de Huano Huano
Es reconocida oficialmente como comunidad en 1990. Actualmente, cuenta con 8,405 Has. de territorio comunal y una población aproximada de 1,850 habitantes, estando empadronados 404 comuneros. Igualmente bilingüe, y en su mayoría católica, la población dispone de centros educativos de nivel primario en Huano Huano, Pacopata y en el Alto Huano Huano.
e. Comunidad Campesina de Alto Huarca
Por último, debemos reseña r la comunidad de Alto Huarca, la cual existe como tal desde el año 1928. Dispone de 12,450.7 Has. de territorio comunal y cuenta con una población aproximada de 1,100 habitantes, incluyendo los reubicados en Espinar, que se estiman en 419 personas. El total de empadronados es de 315 comuneros. Con el mismo perfil, bilingüe y ampliamente católica, la población tiene centros educativos de nivel primario en Alto Huarca y en Cala Cala.
Perfil del poblador de las comunidades
El perfil más común del poblador de las comunidades involucradas reúne como características principales el ser joven, menor de 30 años, bilingüe quechua y castellano, originario de la zona, y con movimientos migratorios pendulares hacia las ciudades cercanas de Arequipa o Cusco, con fines laborales o de estudios.
Según el estudio realizado por la empresa minera, la población de las comunidades tiene una distribución piramidal, concentrándose los mayores porcentajes de habitantes en los grupo menores de 15 años (39,3%) y de jóvenes de 15 a 30 años (28.4%).
El común denominador de la población mayor de 18 años en las comunidades involucradas en el conflicto es el hecho de no haber concluido sus estudios primarios. Sin embargo, en Bajo Huancané predomina el grupo de los que han terminado la primaria; y en Tintaya Marquiri hay un 22.7% de la población que ha concluido la secundaria.
Como presentamos en los datos comunales, en cada comunidad existe al menos una escuela primaria estatal, con excepción de las de Tintaya Marquiri y Alto Huancané que son fiscalizadas, es decir, cuentan con el apoyo de BHP Billinton Tintaya. Además, la comunidad de Tintaya Marquiri cuenta con un colegio secundario fiscalizado. Las escuelas y colegios de régimen fiscalizado tienen ciertas ventajas en cuanto a la posibilidad del personal docente, infraestructura y servicios, frente a los colegios de régimen plenamente estatal. En las escuelas primarias estatales de las comunidades hay menos docentes que el requerido; por ejemplo, en Bajo Huancané existen tres secciones por docente, lo cual incide en la calidad de la enseñanza y del aprendizaje.
En lo que respecta a la salud, el perfil de morbilidad de la población de las comunidades estudiadas se caracteriza por tener como principal enfermedad a las infecciones respiratorias, según lo percibe la población. Sin embargo, hay enfermedades de índole digestivo que, según el personal de los centros de salud, tienen fuerte incidencia en la población.
La atención en salud se da básicamente a través de dos centros de salud estatales –uno en Espinar y otro en Tocroyo c y eventualmente un hospital de la Seguridad Social que da atención a la población no asegurada, que es la más numerosa, aunque sólo en casos de emergencia. En el centro de salud de Pallpata se atienden principalmente pobladores de las comunidades de Alto Huancané y Huano Huano, por su cercanía al pueblo. El personal de salud es insuficiente para atender la demanda existente en la zona. En efecto, la población potencialmente usuaria del centro de salud de Yauri es de 29,850 habitantes mientras que el número de médicos es apenas 4, es decir 7,460 pobladores por médico. En el caso del centro de salud de Pallpata la relación es de 5,800 pobladores por médico.
La principal actividad económica de las comunidades del ámbito de estudio es la ganadería, así como también constituye la que les genera mayores ingresos. Según la encuesta realizada por la empresa minera, el 91.9% de la población menciona que cuenta con algún tipo de ganado. Sin embargo, en las comunidades de Tintaya Marquiri y en Alto Huarca, se observa que la tenencia de ganado es menor. Las comunidades disponen de ganado ovino, vacuno y camélidos. En el caso de ovinos y vacunos el ganado principalmente es de tipo criollo, pero también hay ganado mejorado e incluso de raza. Los principales productos derivados son la carne de ovino (51.2%), de res (24.2%), leche (5.9%) y queso (2.9%). Las carnes se destinan tanto para el consumo familiar como para la venta, mientras que la leche y el queso son orientadas básicamente para el autoconsumo.
El apoyo que reciben las comunidades en cuanto a capacitación técnica ganadera es prácticamente nulo, lo cual incide en la baja producción y en la deficiente calidad. De hecho, el principal problema de la actividad pecuaria son las enfermedades ganaderas (64.3%), porcentaje superior a los problemas de carencia de pastos (10.8%) y a la escasez de agua (8.1%), superiores a su vez, según las entrevistas, a otros problemas como la contaminación del agua y suelos (4.8%), fenómenos climáticos (3%), los desechos de la mina (1.8%) y falta de pastos mejorados (1.2%).
La principal característica de la actividad agrícola en las comunidades campesinas de la zona es que la gran mayoría de las familias (82.2%) usufructúa apenas una parcela, siendo muy pocas las que poseen dos o tres parcelas. Ello puede explicarse por la calidad de las tierras, no apta para la producción agrícola. De otro lado, las familias que no disponen de tierra son sólo el 7.6%.
Otra característica de la actividad agrícola de las comunidades estudiadas en esta zona es que la gran mayoría de la población (91.8%), cultiva solamente dos hectáreas de tierras o menos, lo que puede explicarse porque la aptitud de las tierras es básicamente pecuaria, dado que, por la altitud sobre el nivel del mar, las tierras están cubiertas de pasto s naturales, lo que las hace más bien aptas para la ganadería.
A pesar de las difíciles condiciones para la actividad agrícola, el principal cultivo en el ámbito del estudio es la papa (92.3%), y en menor medida la avena forrajera (3.5%), cañihua (2.2%) y quinua (1.6%). El principal producto derivado es el chuño (84.9%), destinado principalmente para el auto consumo familiar y reserva alimenticia para épocas de escasez de productos agrícolas frescos.
En relación a los ingresos totales agropecuarios, el 50.2% de las familias comuneras obtiene ingresos anuales de US $ 1724 dólares o menos. Si se consideran los ingresos totales familiares anuales, tenemos que el 48% de las familias perciben ingresos menores a US $ 2585 dólares, mientras que el 29.1% de las fa milias obtienen ingresos anuales menores a US $ 1724 dólares.
Un rubro importante para la generación de ingresos familiares, a lo que se alude en el párrafo anterior, es el desarrollo de pequeños negocios. Al respecto, 20.4% de las familias del ámbito de estudio tienen algún tipo de negocio pequeño: venta de abarrotes; comercialización de productos ganaderos y derivados (leche, queso, carnes, etc.); producción y venta de confecciones, y producción y venta de artesanías (cerámicas y bayetas, entre otros).
Tenencia y uso de la tierra según comunidad
El régimen de la tenencia de tierras en el ámbito de estudio se reparte entre la propiedad privada o propia (49.3%) y de propiedad comunal (43.5%). A nivel de comunidades la proporción de tierras comunales muestra variaciones: Tintaya Marquiri alcanza un 70.1%; Bajo Huancané, 41.5%; Alto Huancané, 41.2%; Huano Huano, 47.8%; Alto Huarca, 13.8% y Huisa, 30.0%
Como vimos más arriba, la gran mayoría de comuneros cuenta con una parcela; sin embargo, es necesario anotar que en las comunidades de Tintaya Marquiri y Alto Huarca, un cuarto de la población no cuenta con parcela alguna. Estas dos comunidades han sido las más afectadas por la expropiaciones y compra venta de tierras originadas por la actividad minera, lo cual explica en gran medida que tengan un alto porcentaje de comuneros sin tierras.
Las comunidades con importante pérdida de tierras, como Tintaya Marquiri y Alto Huarca, han sido afectadas en sus ingresos y su principal actividad económica, la actividad pecuaria. En el caso de Tintaya Marquiri, ésta ha visto reducido su territorio primero con la expropiación de 1982, y luego, en 1996, con la venta de 1,263 Has. a la empresa BHP Billinton Tintaya. Los conflictos de límites, así como las reivindicaciones de los pobladores de estas comunidades por mejorar sus niveles de vida, han llevado a una constante tensión en la zona.
Como hemos visto, la tierra es utilizada principalmente para la ganadería, aprovechando los pastos naturales (59.5%) y en porcentajes menores para cultivos (32.7%), siendo las tierras destinadas a pastos cultivados muy reducidas (3%). Si se considera el uso de la tierra por régimen de tenencia, se observa que el 50.2% de la tierra usufructuada en cultivos agrícolas tiene régimen de tenencia privado mientras el 49.8% permanece bajo tenencia de la comunidad. Para el caso de las tierras con pastos naturales, 57.9% está bajo el control de privados, mientras 42.15% se aprovecha en forma comunal.
Respecto al abastecimiento de agua, a excepción de Tintaya Marquiri, la población obtiene el agua generalmente de manantiales, ríos, acequias o pozos de vivienda. En Tintaya Marquiri la mayoría de los pobladores (67%), tiene acceso a agua potable por red pública dentro de sus viviendas, servicio que ha sido provisto por BHP Billinton Tintaya.
Asimismo, algunos otros pobladores de Tintaya Marquiri y Alto Huancané usan agua que almacenan en contenedores que han sido cedidos por BHP Billinton Tintaya y que son abastecidos periódicamente por la misma empresa.
Sólo el 21.2% de las parcelas de las cinco comunidades obtienen agua a través de reservorios y canales de irrigación, lo cual indica la insuficiente infraestructura existente para el apoyo a las actividades agropecuarias.
b. Comunidad Campesina de Alto Huancané
La comunidad de Alto Huancané fue también uno de los anexos de la comunidad madre Antaycama, hasta que en 1998 se separó oficialmente de ella. Actualmente, la comunidad cuenta con 3,168 Has. de territorio comunal y una población aproximada de 1,240 habitantes, para 270 comuneros empadronados. La población también es bilingüe y mayoritariamente católica. En el centro poblado funciona una escuela primaria.
c. Comunidad Campesina de Bajo Huancané
Al igual que Alto Huancané y Tintaya Marquiri, pertenecía originalmente a la comunidad de Antaycama, pero en 1982 se separó de ella. Abarca 3,256 Has. de territorio comunal y una población de 250 comuneros empadronados sobre un total aproximado de 1,150 habitantes, bilingües y en su mayoría católica. Bajo Huancané dispone de una escuela primaria en el sector Pararani. Entre los principales ríos que atraviesan la comunidad están el río Salado, el río Ccocareta, el río Alto Rancho y el río Kaquenkura.
d. Comunidad Campesina de Huano Huano
Es reconocida oficialmente como comunidad en 1990. Actualmente, cuenta con 8,405 Has. de territorio comunal y una población aproximada de 1,850 habitantes, estando empadronados 404 comuneros. Igualmente bilingüe, y en su mayoría católica, la población dispone de centros educativos de nivel primario en Huano Huano, Pacopata y en el Alto Huano Huano.
e. Comunidad Campesina de Alto Huarca
Por último, debemos reseña r la comunidad de Alto Huarca, la cual existe como tal desde el año 1928. Dispone de 12,450.7 Has. de territorio comunal y cuenta con una población aproximada de 1,100 habitantes, incluyendo los reubicados en Espinar, que se estiman en 419 personas. El total de empadronados es de 315 comuneros. Con el mismo perfil, bilingüe y ampliamente católica, la población tiene centros educativos de nivel primario en Alto Huarca y en Cala Cala.
Perfil del poblador de las comunidades
El perfil más común del poblador de las comunidades involucradas reúne como características principales el ser joven, menor de 30 años, bilingüe quechua y castellano, originario de la zona, y con movimientos migratorios pendulares hacia las ciudades cercanas de Arequipa o Cusco, con fines laborales o de estudios.
Según el estudio realizado por la empresa minera, la población de las comunidades tiene una distribución piramidal, concentrándose los mayores porcentajes de habitantes en los grupo menores de 15 años (39,3%) y de jóvenes de 15 a 30 años (28.4%).
El común denominador de la población mayor de 18 años en las comunidades involucradas en el conflicto es el hecho de no haber concluido sus estudios primarios. Sin embargo, en Bajo Huancané predomina el grupo de los que han terminado la primaria; y en Tintaya Marquiri hay un 22.7% de la población que ha concluido la secundaria.
Como presentamos en los datos comunales, en cada comunidad existe al menos una escuela primaria estatal, con excepción de las de Tintaya Marquiri y Alto Huancané que son fiscalizadas, es decir, cuentan con el apoyo de BHP Billinton Tintaya. Además, la comunidad de Tintaya Marquiri cuenta con un colegio secundario fiscalizado. Las escuelas y colegios de régimen fiscalizado tienen ciertas ventajas en cuanto a la posibilidad del personal docente, infraestructura y servicios, frente a los colegios de régimen plenamente estatal. En las escuelas primarias estatales de las comunidades hay menos docentes que el requerido; por ejemplo, en Bajo Huancané existen tres secciones por docente, lo cual incide en la calidad de la enseñanza y del aprendizaje.
En lo que respecta a la salud, el perfil de morbilidad de la población de las comunidades estudiadas se caracteriza por tener como principal enfermedad a las infecciones respiratorias, según lo percibe la población. Sin embargo, hay enfermedades de índole digestivo que, según el personal de los centros de salud, tienen fuerte incidencia en la población.
La atención en salud se da básicamente a través de dos centros de salud estatales –uno en Espinar y otro en Tocroyo c y eventualmente un hospital de la Seguridad Social que da atención a la población no asegurada, que es la más numerosa, aunque sólo en casos de emergencia. En el centro de salud de Pallpata se atienden principalmente pobladores de las comunidades de Alto Huancané y Huano Huano, por su cercanía al pueblo. El personal de salud es insuficiente para atender la demanda existente en la zona. En efecto, la población potencialmente usuaria del centro de salud de Yauri es de 29,850 habitantes mientras que el número de médicos es apenas 4, es decir 7,460 pobladores por médico. En el caso del centro de salud de Pallpata la relación es de 5,800 pobladores por médico.
La principal actividad económica de las comunidades del ámbito de estudio es la ganadería, así como también constituye la que les genera mayores ingresos. Según la encuesta realizada por la empresa minera, el 91.9% de la población menciona que cuenta con algún tipo de ganado. Sin embargo, en las comunidades de Tintaya Marquiri y en Alto Huarca, se observa que la tenencia de ganado es menor. Las comunidades disponen de ganado ovino, vacuno y camélidos. En el caso de ovinos y vacunos el ganado principalmente es de tipo criollo, pero también hay ganado mejorado e incluso de raza. Los principales productos derivados son la carne de ovino (51.2%), de res (24.2%), leche (5.9%) y queso (2.9%). Las carnes se destinan tanto para el consumo familiar como para la venta, mientras que la leche y el queso son orientadas básicamente para el autoconsumo.
El apoyo que reciben las comunidades en cuanto a capacitación técnica ganadera es prácticamente nulo, lo cual incide en la baja producción y en la deficiente calidad. De hecho, el principal problema de la actividad pecuaria son las enfermedades ganaderas (64.3%), porcentaje superior a los problemas de carencia de pastos (10.8%) y a la escasez de agua (8.1%), superiores a su vez, según las entrevistas, a otros problemas como la contaminación del agua y suelos (4.8%), fenómenos climáticos (3%), los desechos de la mina (1.8%) y falta de pastos mejorados (1.2%).
La principal característica de la actividad agrícola en las comunidades campesinas de la zona es que la gran mayoría de las familias (82.2%) usufructúa apenas una parcela, siendo muy pocas las que poseen dos o tres parcelas. Ello puede explicarse por la calidad de las tierras, no apta para la producción agrícola. De otro lado, las familias que no disponen de tierra son sólo el 7.6%.
Otra característica de la actividad agrícola de las comunidades estudiadas en esta zona es que la gran mayoría de la población (91.8%), cultiva solamente dos hectáreas de tierras o menos, lo que puede explicarse porque la aptitud de las tierras es básicamente pecuaria, dado que, por la altitud sobre el nivel del mar, las tierras están cubiertas de pasto s naturales, lo que las hace más bien aptas para la ganadería.
A pesar de las difíciles condiciones para la actividad agrícola, el principal cultivo en el ámbito del estudio es la papa (92.3%), y en menor medida la avena forrajera (3.5%), cañihua (2.2%) y quinua (1.6%). El principal producto derivado es el chuño (84.9%), destinado principalmente para el auto consumo familiar y reserva alimenticia para épocas de escasez de productos agrícolas frescos.
En relación a los ingresos totales agropecuarios, el 50.2% de las familias comuneras obtiene ingresos anuales de US $ 1724 dólares o menos. Si se consideran los ingresos totales familiares anuales, tenemos que el 48% de las familias perciben ingresos menores a US $ 2585 dólares, mientras que el 29.1% de las fa milias obtienen ingresos anuales menores a US $ 1724 dólares.
Un rubro importante para la generación de ingresos familiares, a lo que se alude en el párrafo anterior, es el desarrollo de pequeños negocios. Al respecto, 20.4% de las familias del ámbito de estudio tienen algún tipo de negocio pequeño: venta de abarrotes; comercialización de productos ganaderos y derivados (leche, queso, carnes, etc.); producción y venta de confecciones, y producción y venta de artesanías (cerámicas y bayetas, entre otros).
Tenencia y uso de la tierra según comunidad
El régimen de la tenencia de tierras en el ámbito de estudio se reparte entre la propiedad privada o propia (49.3%) y de propiedad comunal (43.5%). A nivel de comunidades la proporción de tierras comunales muestra variaciones: Tintaya Marquiri alcanza un 70.1%; Bajo Huancané, 41.5%; Alto Huancané, 41.2%; Huano Huano, 47.8%; Alto Huarca, 13.8% y Huisa, 30.0%
Como vimos más arriba, la gran mayoría de comuneros cuenta con una parcela; sin embargo, es necesario anotar que en las comunidades de Tintaya Marquiri y Alto Huarca, un cuarto de la población no cuenta con parcela alguna. Estas dos comunidades han sido las más afectadas por la expropiaciones y compra venta de tierras originadas por la actividad minera, lo cual explica en gran medida que tengan un alto porcentaje de comuneros sin tierras.
Las comunidades con importante pérdida de tierras, como Tintaya Marquiri y Alto Huarca, han sido afectadas en sus ingresos y su principal actividad económica, la actividad pecuaria. En el caso de Tintaya Marquiri, ésta ha visto reducido su territorio primero con la expropiación de 1982, y luego, en 1996, con la venta de 1,263 Has. a la empresa BHP Billinton Tintaya. Los conflictos de límites, así como las reivindicaciones de los pobladores de estas comunidades por mejorar sus niveles de vida, han llevado a una constante tensión en la zona.
Como hemos visto, la tierra es utilizada principalmente para la ganadería, aprovechando los pastos naturales (59.5%) y en porcentajes menores para cultivos (32.7%), siendo las tierras destinadas a pastos cultivados muy reducidas (3%). Si se considera el uso de la tierra por régimen de tenencia, se observa que el 50.2% de la tierra usufructuada en cultivos agrícolas tiene régimen de tenencia privado mientras el 49.8% permanece bajo tenencia de la comunidad. Para el caso de las tierras con pastos naturales, 57.9% está bajo el control de privados, mientras 42.15% se aprovecha en forma comunal.
Respecto al abastecimiento de agua, a excepción de Tintaya Marquiri, la población obtiene el agua generalmente de manantiales, ríos, acequias o pozos de vivienda. En Tintaya Marquiri la mayoría de los pobladores (67%), tiene acceso a agua potable por red pública dentro de sus viviendas, servicio que ha sido provisto por BHP Billinton Tintaya.
Asimismo, algunos otros pobladores de Tintaya Marquiri y Alto Huancané usan agua que almacenan en contenedores que han sido cedidos por BHP Billinton Tintaya y que son abastecidos periódicamente por la misma empresa.
Sólo el 21.2% de las parcelas de las cinco comunidades obtienen agua a través de reservorios y canales de irrigación, lo cual indica la insuficiente infraestructura existente para el apoyo a las actividades agropecuarias.
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