28 octubre 2007

Literatura ayacuchana

La literatura ayacuchana, como expresión regional, es parte de la literatura peruana. Por tanto, en sus particularidades se encuentran las características ge-nerales de la literatura nacional. Esta literatura regional tampoco empieza con la fundación de la ciudad de Huamanga en 1540. Porque cuando los españoles llegaron al Tahuantinsuyu encontraron una civilización que había producido formas artísticas muy desarrolladas, entre las cuales destacaba la integración entre el teatro, la danza, la música y la poesía.
La gente practicaba esas artes en el transcurso de ceremonias y actividades festivas. Como parte del calendario anual, habían numerosas ocasiones en las masivamente se cantaba, bailaba y se recitaba poesía musicalizada. La literatura prehispánica tenía parte de sus artes destinadas a esta integración artística. Además, la literatura indígena se refería al universo mágico religioso de mitos y creencias, que se recordaban en forma oral y a través de cantos e himnos como los harawis y otros, destina-dos a conservar en la memoria colectiva una producción artística y cultural fun-damentalmente oral. No podemos olvidar tampoco que los proverbios y adivi-nanzas constituyen una materia prima de la literatura campesina de todos los tiempos.
Concordante con lo que expresamos líneas arriba, se considera como literatura Ayacuchana a aquella cuyas manifestaciones literarias pertenecen a las particularidades lingüísticas, hábitos y costumbres, espaciales o geográficas y te-máticas de la región Ayacucho. Precisamente son esas particularidades las que la hacen diferente de las demás regiones como Cuzco, Huancayo, Cerro de Pasco, Ica, Arequipa, las que no obstante pertenecer integralmente al mundo andino, se diferencian mucho unas de otras, aunque en el conjunto se integran
a la literatura peruana. La litertura regional ayacuchana contemporánea tiene sus bases en
Período prehispánico y colonial
Corresponde a la lírica, épica y dramática desarrolladas en esta era, donde se pueden apreciar dos vertientes: oficial y popular. Por un lado, se halla bundante creación líricas: canciones, coplas, sentencias y demás composiciones poéti-cas expresadas en lengua quechua: harawi, taki, qachwa, wawaki, waynu, wanka y otros. La épica se refiere a la rica y variada narrativa oral (mitos, le-yendas, relatos) como el hailly, willakuykuna y otros. El teatro estaba vincula-do a las representaciones de carácter histórico, panegírico, guerrero y cómico.
La etapa colonial está dominada por la fundación de la universidad, la Real y Pontificia Universidad de San Cristóbal de Huamanga, en 1677, siendo la segunda universidad del Perú. La literatura oficial, llamada culta, era un reflejo provincial del modo de pensar y sentir españoles. Por lo tanto, no existía autonomía literaria, porque temática y estéticamente, esta literatura ayacuchana colonial correspondía a moldes provinciales españoles. Era semejante a la literatura que uno podía encontrar en las diversas provincias de la metrópoli, como por ejemplo: Valencia, Asturias, Galicia etc. En este contexto nace el primer poeta local que logra fama y trascendencia en la temprana sociedad hispano-peruana.
Se trata de Fray Luis Jerónimo de Oré, (Ayacucho, 1554-1630), quien fuera hijo del hombre más rico de la Huamanga del siglo XVI. Fray Jerónimo alcanzó el alto título de obispo del Tucumán y escribió en quechua una oda dedicada a Jesucristo, titulada Apu Yaya Jesucristo, que hasta hoy se si-gue cantando en las iglesias ayacuchanas.
APU YAYA JESUCRISTO PODEROSO SEÑOR JESUCRISTO
Apu Yaya Jesucristo Poderoso Señor Jesucristo
qispichiqniy Diosnillay mi Dios que me hiciste hombre
rikraykita mastarispam extendiendo hacia mí tus brazos
hampuy churiy niwachkanki. ven hijo mío me estás diciendo.
Imaraqmi kuyakuyllaykit Cuan inmenso es tu gran amor
taytallay churillaykipaq para este tu hijo padre mío
auqa sunqu runaraykum por culpa de grandes pecadores
cruz qawanman churakunki. te crucificaste en la cruz.
Aqu tiwu huchaywanmi Con mis pecados innumerables
Dionisllay piñachirqatki Dios mío, te he encolerizado
Kuyapayakuqmi kanki Pero tú que eres generoso
Huchaymanta pampachaway. Perdóname de todas mis culpas.
Ama taytay chiqniwaychu No me odies pues, Padre Mío
Ama taytay piñakuychu ni me tengas pues cólera
Huchaymanta waqaspaymi arrepentido y lloroso por mis pecados
Chakikiman chayamuni. hacia tus pies llego y me postre
Otro personaje crucial de la literatura ayacuchana fue Felipe Guamán Poma de Ayala, cuyo nombre probablemente fue desconocido para sus contemporáneos y para la historia posterior hasta 1908. Ese año el famoso investigador de la universidad de Gottinga, Richard Pietschmann, descubrió en la Biblioteca de Copenhague, encuadernado en pergamino, el manuscrito N-2232 de la Colec-ción Real titulado Nueva Corónica y buen gobierno, que cuenta con 1 179 pá-ginas en las que se incluyen casi 400 dibujos. Esta crónica constituye la obra teraria más temprana. Así, la obra señera del cronista ayacuchano Felipe Guamán Poma de Ayala es un hito ineludible para considerárselo como iniciador de la literatura popular ayacuchana. De este modo, queda claro desde la era colonial, como la literatura regional avanza en dos frentes.
El primero, es la literatura oficial que existe como una prolongación de España en el Perú. Por el otro, se trata del surgimiento de una literatura con sentimiento campesino. Asimismo, encontramos el trabajo de Teodoro Liborio Meneses (Huanta, 1915 – Lima 1995), quien rescató una importante obra literaria ayacuchana de la época colonial. Meneses publicó en 1951, Usca Paucar: drama quechua del siglo XVIII. La obra es un drama religioso, inspirada en el santuario de la Virgen de Copacabana, que fue una de las ferias más significativas de la época colonial, de autor anónimo, que se halla en un manuscrito de la Biblioteca Nacional del Perú, (Manuscritos Recuperados del Incendio, N° 15) De acuerdo al argumento, un príncipe indio empobrecido llamado Usca Paucar al intentar salir de la condición en la que se encuentra, fue seducido por Yunca Nina o Luzbel, quien le ofreció riquezas y magnificencia. Accediendo a este ofrecimiento, Usca Paucar pactó su esclavitud. Algún tiempo después, Usca Paucar estaba embo-bado e interviene Qespillo, sirviente del príncipe indio, al darse cuenta de la situación en la que se encontraba su amo, servil y desgraciada. El sirviente realiza todo tipo de esfuerzos por liberarle, lo que finalmente logra, gracias a la participación milagrosa de María, cuya imagen es devoción de niños en el santuario de Cocharcas. La primera obra teatral ayacuchana corresponde a la era de la independencia, cuando el dominio español estaba finalizando. El título de la obra es: "Entremés del huamanguino entre un huantino y una negra". De autor anónimo, correspondiente a los últimos años del siglo XVIII, se presentó en el monasterio de Carmen de Huamanga. La obra trata de la administración de justicia por el robo cometido por un huamanguino en agravio de un huantino. En este entremés lo más resaltante en el aspecto formal es la inclusión de expresiones quechuas unas veces castellanizadas y en otra, a la inversa, las voces castellanas están quechuizadas. El resultado es una fina y curiosa ironía que retrata la rivalidad, manifiesta con socarronería e ironía popular. Ambos personajes son ridiculizados, aunque el huamanguino aparece como sagaz y astuto y el huantino, como inocente, justo y laborioso, aunque finalmente víctima de la viveza del primero. El huantino por ejemplo habla en castellano antiguo y quechuizado y el huamanguino, en quechua castellanizado y de esta combinación, el lenguaje adquiere una bella realización artística, irónica y de singulares connotaciones. Por ejemplo en vez de derramados dice "redamados",
"Josticia pido y soplico
seor Alcalde con razón,
que mi ha robado on el
caballo, mula y borrico
pacaes con iten más
locma, cancha con quiso...
Siglo XIX
Este período abarca desde la emancipación hasta 1924, cuando el centro se traslada a Huancayo y la llegada a la región de los modernos medios de transporte. Como parte de esta etapa, en la década de 1890 hubo una guerra interna protagonizada por los campesinos de las alturas de Huanta que se habían sublevado protestando por el impuesto a la sal, que había sido decretado por el segundo gobierno de Nicolás de Piéro Durante la guerra de la sal, la famosa poeta huantina doña Josefina Lazón, en el año de 1899, escribió en quechua la poética canción, Cholo Montonero. Dice así:
Huayhuas qasamanta, / qa-warimuptiymi / Coronel Parraqa Apuntachichkasqa. / Cholo montonero: ¿dónde está Lazón? / manam yachanichu, ñuqallayqa señor. / Huanta chakallata yay-kuykullaptiyqa, / llapa wasikunam kunununuchkasqa. / Cholo montonero may-taq Lazón / manan rikunichu ñuqallayqa señor. / Coronel Parrata dibikurqanichu / urqun qasallanta maskachiwananpaq. / Cholo montonero machu niwanki / manan riksinichu pipascha chay señor...
La literatura de la primera mitad del siglo XX
En esta época aparece una de las poesías más significativas y enraizadas en las entrañas tute
ti Cavero Ovalle.
RAZUHUILLCALLAY RAZUHUILLCA uillca, cordillera
ritip tiyanan, puyup maytunadonde se posan los hielo
ven las nubes
ima somaqtan oqarikunqui con que hermosura te levantas
orjukunata llallirispayqui. superando todos los andes.
Razuhuillcallay chipipipij orjo Ruillca, cordillera resplandeciente
condorpa jesan huajaychaq orjo cerro que cobija el nido del cóndor,
ima sumaqtan hatarimunqui con que hermosura te levantas
pacha achikyaq joyllurwan cusca. junto al lucero del amanecer.
Razuhuillcallay chipipipij orjoRazuhuillca, cordillera resplandeciente,
utcu panquillan ricurimunqui como flor algodonada apareces,
intip chojanan ritillayquihuan. por tu hielo que esparce los rayos del sol.
Razuhuillcallay es una poesía dedicada a un dios autóctono, o tutelar, un wamani en cuya entraña se encierra el misterio de la aparición del hombre andino popular era el dueño de todas las tierras de los alrededores de Huanta. Y es que el Razuhuillca es más poderoso que su compadre el Yaya Huatuscalle, tan poderoso como el Yaya Qarhuarasu, como el Yaya Huaytapallana localizado en el departamento de Junín, o como el Yaya Salcantay del Cusco. El wamani de Huanta encabeza una de las cordilleras más importantes de los Andes, conjuntamente a sus cinco lagunas: Chakaqocha, Qarqarqocha, Yanaqo-cha, Pampaqocha y San Antonio, inspirando en la espesura te levantas superando todos los cerros". Por otro lado tenemos que siguiendo con la vena poética encontramos que este género representa bien una tierra de elevada musicalidad en el habla. En todos los rincones de Ayacucho su expresión cotidiana es "Ayacucho es una tierra musical y por tanto poética."
Destacamos en primer lugar a Osmán del Barco, compañero de César Vallejo en París, cuya obra "Canto Adentro", aunque carece de referencias regionales, tiene un prisma muy particular, que obedece al tipo de sentimiento propio de los seres humanos de esta parte del país. Del Barco fue un poeta de indudable calidad y trascendencia, dotado de un estilo novedoso para su época, cuyo centro de preocupación es el dolor humano. Del Barco era hijo de una familia terrateniente integrante de la aristocracia huamanguina gran hacienda Ninabamba para mantenerse en Francia.
¡Todo me duele en tu corazón, señor!
Tus lluvias que deben ser tus lágrima
y este sol que debe ser tu pasión
Tu celeste amor que no me alcanza
pues que vivo de mi esperanza,
...
El índice inerte del destino
inexorable y silente como el camino
que va a la muerte.
¡Y soledad fatal de tus almas y tu
de los mundos en las almas
y de las almas sin sus mundo
Pero lo que más me duele, señor,
en este reino de tu corazón,
es que devoto de la vida y del amor,
ya estoy desnudo de fe y aprendiz de muerte
¡Eso...eso es lo que más me duele, señor!
Asimismo debemos recordar a José Manuel Alarcón, quien en 1941 publicó el poemario "Breviario de Libres Arrullos" donde resaltan elementos románticos y modernistas. Igualmente se incluye a Mario Ruiz de Castilla, uno de los más representativos poetas ayacuchanos. Toda su creación está contenida en el libro "Poemaciones", editado por la UNSCH en 1985 y por "Sonetario", publica-do por Lluvia Editores. También se consideran en esta etapa a Moisés Cavero Caso, Víctor Navarro del Águila, Fortunato Medina Juzcamaita, Porfirio Meneses, Jesús Gálvez Carrillo, Serafina Chuchón Hua
Narrativa y poesía: primera parte del XX
Otro de los escritores mayores y de gran renombre es el gran narrador Porfirio Meneses Lazón, nacido en Huanta en 1915, autor de los libros de cuentos "Cholerías" y "Un solo camino tiene el río". Meneses es uno de los narradores clásicos y representativos del indigenismo literario peruano al lado de Ciro Ale-gría y José María Arguedas. Ganador del Premio Nacional de Literatura "Ricardo Palma" en 1965; fue también ganador de un premio internacional con el cuento "El Hermano distante". "Cuentos al amanecer". Asimismo ha obtenido el primer pues Porfirio Meneses también sobresale en la poesía, por su finura, por su temática de hondo contenido social. La poesía de Meneses expresa una amorosa pre-ocupación por la condición postergada del hombre andino, contextualizada en general por una inquietud por el destino de la humanidad. Su profundo lirismo quechua es tan dulce y estremecedor que dificulta
ALLIN IMAKUNARAYKU
Niymanraqmi kuyakuq kas
Awqakuy chusuq kaptin, mana.
Wayllunakuyñataq
Manam wañuy qayanaychu,
Ichaqa kuyayllata
Qampaq, muchuqkun
Auqarayaqkunapaq,
Wakinkunapaqwan,
Chay mana uyariku
Uqarikuqkunapaq.
Chusu llaqtallay, ñawpaqm
llullu sañulla,
hamka sara, chuych
wayra purinampi,
ninata, chiqnikuyta
musya muyaylla.
Kauwsayñataq kawsay,
Kawsayninchiq chuq
La poeta ayacuchana de mayor producción y trascendencia es Isabel Orfelinda Herrera de Ángeles, coracoreña de nacimiento y esposa del eminente doctor César Ángeles Caballero. MAESTRA
El tiempo había nevado fuerte.
Y la filosofa de sus sienes anch
y su voz se habían em
de tanto rezar el rosario do
de sus experiencias!
Su pensamiento enhiesto
Se había envejecido, amasando
el mejor pan...! para los niños
que arribaban a su aula de
y su arte haba llorado filigranas,
modelando...!sublimando!
los mundos agrestes que ellos ten
¡Y yo sentía cansancio...!
Su regazo acendrado los se
esperando con un preludio de amor
y una sonrisa de Dios en la mirada.
Por su parte, en 1935 se fundó el Centro Cultural Ayacucho cuyo órgano de expresión fue la Revista Huamanga que hasta los finales de los años 1950 editó cerca de cien números. Entre algunos connotados intelectuales que integra-ron esta institución Cultural se cuenta a: Alfredo Parra Carreño, Gustavo Castro Pantoja Luis Milón Bendezú, Manuel Jesús Pozo Néstor Cabrera Bedoya, Ma-nuel Bustamante, Pío Max Medina, Moisés Cavero Caso, R.P. José Salvador Cavero. El más grande mérito de estos intelectuales imbuidos de espíritu libe
ral, junto con otros representantes de la región ha intervino nuestro gran escritor José María Arguedas. En los años 1940 y 1950 aparecieron dos obras dramáticas fundamentales. En primer lugar se trata de una singular pieza escrita en quechua por el escritor Huantino, Artemio Huillca Galindo con el título de "Puka Walicha", drama cos-tumbrista en cuatro actos, estrenada el 12 de octubre de 1950, en el Cine Tea-tro "Untiveros" de la ciudad de Huanta. Por esa misma época, el Padre Salva-dor Cavero escribió una obra dramática escrita también en quechua, traducida por el mismo autor: "Huacchapa muchuinin" el nacimiento de una tradición dramática propia. En este período la vida cultural en Huamanga fue muy activa, surgieron intelec-tuales en las diferentes ramas del pensamiento que plasmaron sus contribuciones. En la narrativa surgió la primera novela ayacuchana al decir de Oswaldo Reynoso.
Segunda mitad del siglo XX -
Desde 1950 hasta nuestros día
Los años cincuenta significaron la intensificación de las actividades culturales presididas por algunos integrantes del Centro Cultural Ayacucho y las voces crecientes de las autoridades y del pueblo ayacuchano pidiendo la reapertura de la Universidad de Huamanga, que se cristaliza con la reapertura de nuestra Primera Casa Superior de Estudios con el nombre de Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, la vida académica se inició en 1959. La reapertura de la universidad fue ocasión para un relanzamiento de la vida cultural local. La presencia de destacados profesores estimuló todas las disciplinas. Además, hubo un sostenido esfuerzo por entender la vida social y económica local, de tal manera de crear ciencia y cultura de inspiración local y al servicio del desarrollo regional. Gracias a ello, durante los sesenta hubo inten-sas jornadas culturales, conferencias, recitales, presentaciones teatrales, cine, música clásica, coro. Huamanga observaba asombrada las actividades univer-sitarias que cambiaban la fisonomía y la conducta de los ciudadanos de esta parte del país, acostumbrados desde antaño a vivir con luz de día y vela de noche, cargando la cruz del conocimientos nuevos. Sin embargo, por debajo crecía una tragedia que estalló bajo forma de la guerra interna desatada en 1980 debido al accionar del PCP Sendero Luminoso. Fue una época muy violenta en medio de la indiferencia del resto de la nación, luego derivó en muy cruenta y generalizada en el país. Esa guerra interna fue un drama personal para quienes ya tenían una carrera consagrada en las letras peruanas y su producción había estado vinculada al departamento. Entre otros es el caso de una de las figuras mayores de la literatura y de la crítica literaria ayacuchana contemporánea, Edmundo Bendezú Aibar. Bendezú nació en las provincias del sur de Ayacucho en 1929 y destacó desde muy joven. Una de sus primeras novelas titulada Tres de octubre: crónica de fugitivos obtuvo el segundo premio en el Concurso Internacional de novela convocado por la renombrada editorial Universo. Otra novela suya es "La niebla en la isla" publicada en 1978.
Otro narrador crucial nacido en la primera parte del siglo XX fue Juan de la Matta Peralta Ramírez, quien se ubica como un Ricardo Palma provinciano, pues es autor de Tradiciones de Huamanga, relatos recopilados y plasmados para que no se los lleve el viento del tiempo. De la Matta fue profesor primario y pacientemente recopiló tradiciones de Huamanga, inicialmente publicadas en diez pequeñas "entregas" entre los años 1969 y 1986, después de haberlas reunido durante 30 largos años. "Todo este conjunto de narraciones que muchas veces se llegan a perder en el olvido constituyen parte de la memoria colectiva de la vida de la ciudad y solamente es posible conservarlas mediante un paciente trabajo. Un integrante muy destacado de la misma generación es Mauro Rondinel Ruiz, quien nació en Huanta el 22 de noviembre de 1928. Don Mauro Rondinel Ruiz es Presidente Honorario de la Asociación de Escritores Huantinos y expresa un compromiso absoluto con la tierra que lo vio nacer. Su obra ha consistido en levantar edificios donde no hay materiales para su consecución. Autodidacta de formación es una persona que se ha formado combinando los trabajos de campo y exploración con los libros y escritos de diverso tipo. "Tú ni siquiera conocerás Chiriqyaku, yo vengo de bañarme en esas agüitas heladas, mira lo que he traído, -nos mostró, orgulloso, una piedra alaymoska impregnada con el fósil de un helecho, de unos diez kilogramos- la he cargado desde Chiriqyaku, además de haber escrito algunos trozos de la obra que estoy proyectando. – cuando recién escribía Morir en Uchuraccay - Tú huantino, ni conoces bien nuestro valle, ¿Cuándo salimos a caminar?, estos huantinos de estos tiempos. Así era don Mauro siempre amigo dispuesto a conversar, muy preocupado, muy sentido. Luego de una azarosa vida entre la profesión magisterial y la literatura publicó las siguientes obras: Los Cholos Montoneros Huantinos y otros cuentos y leyendas (Literatura Huantina. (2005) Entre los narradores más jóvenes que ya han obtenido premios nacionales debemos mencionar a Hildebrando Pérez H., nacido en Espite en 1948, quien publicó "Los Ilegítimos", con el que obtuvo el Primer Premio del Concurso de Cuentos " José María Arguedas", auspiciado por la Asociación Universitaria Nisei del Perú. Su obra se desarrolla en la sierra peruana donde nos sumerge en el medio rural, describiendo gente oprimida, sin oportunidades, huérfanos sociales. Ellos habitan una sociedad hostil donde se desviven en la búsqueda de una mejor situación. Asimismo, encontramos a Julián Pérez Huarancca, nacido en 1954 y autor de numerosas obras: "Titanka" (1989 cuentos. "Transeúntes" 1990 cuentos. "Fuego y Ocaso" (1998 novela), "Papel de viento" (2000 cuentos) "Retablo" 2004, Premio Nacional de Novela "Federico Villareal " 2003. Hasta aquí encontramos generaciones integradas por individuos que eran ya adultos cuando estalló la guerra interna en 1980.
A continuación encontramos una generación cuyos integrantes aun eran niños cuando empezó la guerra senderista. Por ello, crecieron con la guerra y en cierto sentido son sus primeros hijos. Como es obvio, la vivencia de la guerra en esta generación es muy intensa y su creación expresa angustia y dolor como sentimientos que fluyen con gran naturalidad. Entre ellos destacamos a Jorge Luis Torres Candia, nacido en Huanta en 1968. Torres fue galardonado como Premio Nacional de Literatura Quechua en el Género de Poesía en 1997, debido a su esfuerzo de plasmar un lenguaje poético para transmitir un mensaje filosófico y existencial. Entre sus publicaciones se cuenta con los poemarios: "Kacharisqa Pakapas – Mutismo suelto", "Poemas Educatibos", "Gólgotas de Pasión", "Esquizofrenia", "Musquykunapa Saminchiqkuna - Destinos de Ilu-sión","Homotrépidos" "Fuegos del Infierno", ""¡¿?!"", "deletritis".
El Teatro en el siglo XX
En lo que se refiere al teatro, durante la primera parte del siglo XX se han escrito algunas obras de carácter histórico y también folklórica.
Este conjunto de obras tiene como característica esencial la presencia de temas basados en hechos históricos y gestas heroicas que tuvieron como escenario a Ayacucho. Tienden también a algunas tradiciones peculiares y de importancia para la literatura ayacuchana. Es un acercamiento positivo a las tradiciones folklóricas. Algunos de sus representantes son: Gustavo Castro Pantoja, (1896-1964), quien escribió: "Antes y después de la Batalla de Ayacucho" (Quinto puesto en el Concurso Nacional de Teatro 1945), "El sacristán de aldea", "28 de julio", "Una sesión de cabildo", "El sacrificio de María Parado de Bellido", con el que obtuvo el Primero Premio Nacional de Teatro Escolar en 1946. Otro autor significativo es el Rvdo. José Salvador Ca-vero León, quien escribió numerosas piezas teatrales en quechua. Por ejemplo, "Taytanta sak’erispan huasinmanta hukarik churi" (El mundo supremo), "Suru huara" (monólogo quechua). El segundo interés temático del teatro ayacuchano de la primera parte del siglo XX fue la representación escolar. En este sentido ha sido un arte dramático orientado a brindar conocimientos y contribuir al proceso de educación, entre los que sobresalía el espíritu cívico patriótico. Entre ellos encontramos:
• Prof. Gustavo Castro
• Rvdo. J. Salvador Cavero León: "Los tres genios de la Libertad", "Una maestra de aldea".
Patria", "Esplendor del Tawantinsuyo". El autor que ha tenido mayor trascendencia en esta orientación fue el gran maestro ayacuchano Gustavo Castro Pantoja, gran entusiasmo la difusión del teatro escolar. La estructura de las obras señaladas hasta aquí técnicamente responde a las tres unidades clásicas del teatro de fines de la década de 1950. Con la llegada como profesores de teatro de la UNSCH, primero de Víctor Zavala y luego de Jorge Acuña, el arte dramático se popularizó enormemente en Ayacucho. Ambos personajes fueron importantes impulsores del teatro en escenarios vivos: el campesino y el de la calle respectivamente. Ambos desarrollaron el planteamiento de realizar un teatro fuera de las clásicas tablas del teatro convencional. En su búsqueda encontraron que esa tradición se buscó una forma propia de modernidad.
Zavala contribuyó en la nueva definición del teatro ayacuchano. Sus temas son netamente de sabor popular con personajes de la misma región y con problemas tanto rurales como urbanos. En los sesenta escribió importantes piezas teatrales que publicó en 1969 con el título de Teatro campesino. En la primera parte de los sesenta también llegó a Huamanga el destacado hombre de teatro, Jorge Acuña, quien desarrollaba una nueva modalidad teatral: la pantomima. El Teatro Universitario que dirigió Acuña salió decididamente del teatrín al en-cuentro de la calle. Acuña logró impulsar el teatro por las barriadas, pero luego con bastante entusiasmo y muchos seguidores. Para aquel entonces, con el asesoramiento especial de O. Reynoso, se fundó el Círculo Literario. Luego tanto Zavala como Acuña se retiraron de la vida universitaria por causas distintas y como respuesta al vacío de dirección que se vivía nació el Teatro Experimental Ayacucho, integrado por los mismo alumnos con la consolidación y difusión del teatro ayacuchano. Marcial Molina Richter, nacido en Huamanga en 1946, fue el fundador del Círculo Literario Javier Heraud y del teatro Experimental Ayacucho. Entre sus obras encontramos tanto creación como crítica literaria, dando cuenta de una carrera muy completa. Entre ellas destacamos algunas: Estudios del Movimiento teatral Ayacuchano, Literatura Infantil, Poetas Mujeres de Ayacucho, Formas sociales de Aprendizaje en la Educación Contemporánea. En la creación literaria de Marcial Molina Richter se advierte la influencia de Bertolt Brech y Nicanor Parra. Del primero tiene el agudo sentido crítico y la forma distanciada y épica de decir las cosas. No busca expresar su yo sino ex-poner hechos que le sucedieron a él o a otros, lejos de todo subjetivismo. Para esto, el yo se basa en lo transmitido, que ha oído decir de alguna cosa o ha leído de ella, sin estar implicado como protagonista ni como ego. Por eso, según se sostiene en Ayacucho, Molina se permite ser un juez imparcial. De los Parra ha rescatado la profunda musicalidad de su poesía, inmersa en un uni-verso creativo altamente musical. La fuente más importante de su creación es indudablemente la cultura popular, puesto que ha logrado un hecho feliz: la singular integración de fuerzas literarias cultas y populares, locales y universales. Junto al TEA habían otros grupos teatrales, como "Qawari", luego "Qapari", que también tuvieron vigencia durante los años setenta. La guerra interna no era un terreno propicio para su desarrollo.
Fuente: CAPÍTULO VII: LA CULTURA URBANA (VERSIÓN PRELIMINAR) Enlace: Documento completo en Cholonautas







1 comentario:

Anónimo dijo...

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