16 diciembre 2006

Azapampa (Junín)

Azapampa, es una comunidad campesina que se encuentra al Sur de la ciudad de Huancayo (distrito de Chilca, provincia de Huancayo), a una distancia de cinco minutos de ésta (equivalente a dos kilómetros), posee una extensión de 1,618.75 hectáreas (pastizales 889.75, zona comunal 800.75, y área útil para la comunidad 89 hectáreas) que abarca desde los límites con las comunidades de Huari y Auray hasta los límites con la SAIS CAHUIDE, en Acopalca. Comunidad reconocida legalmente el 08 junio de 1928; tiene una población proyectada al 2,003 de 14.780 habitantes.
Legalmente, todas las tierras y sus recursos naturales que posee es de la comunidad, incluyendo la parte baja donde se ubican las viviendas de los comuneros y comuneras (activos(as) y pasivos(as)) e inmigrantes desplazados por la subversión procedentes de las áreas rurales de los departamentos de Ayacucho, Huancavelica y la Zona Altina del Valle del Mantaro. Sólo los comuneros activos e inscritos en Padrón de Comuneros (que suman 188) son los que pueden usufructuar de las tierras y recursos de la comunidad; asimismo, sólo éstos tienen el pleno derecho y ejercicio de elegir y ser elegido miembro de la Junta Directiva Comunal.
El mestizaje, la modernización y los cambios sociales actuales que viene participando la comunidad por su cercanía a la ciudad de Huancayo, directa e indirectamente, consciente e inconscientemente, influye en el debilitamiento de los valores y las prácticas colectivas tradicionales como el “ayni” (prestación recíproca de servicios y bienes menores) y la “minka” o faena comunal (trabajo colectivo en bienes y obras públicas); así como ha dejado de ser común la actividad agropecuaria como ocupación predominantemente principal. Estas relaciones y vínculos estrechos con los elementos culturales, sociales y materiales propiamente urbanos están afectando el proceso histórico de la realidad tradicional de la comunidad muy diferentes al comportamiento y espíritu colectivo que caracteriza a la comunidad campesina. Por otro lado, existe una pugna o lucha abierta por alcanzar el poder, intentando integrar la Junta Directiva Comunal, la cual es elegida cada dos años en elecciones democráticas y públicas. Por lo general, como viene sucediendo en el momento actual, las contradicciones antagónicas son principalmente entre dos grupos: los que se encuentran en la Junta Directiva Comunal, y los que se oponen a esta Junta, quienes tratan de cambiar el poder empleando la fuerza física compulsiva durante las reuniones comunales, donde van y vienen insultos, diatribas, calumnias, golpes y frustraciones de las reuniones comunales, al extremo que tiene que intervenir la policía.
La lucha por el poder no es desinteresada ni gratuita por el bien de vocación de servicio a la comunidad, sino el interés por controlar los recursos que genera y posee la comunidad en sus tierras y recursos naturales. De este modo, uno de los miembros de la actual Junta Directiva Comunal al referirse al grupo de la oposición manifiesta: “Todos esos quieren entrar a la Junta Directiva porque quieren controlar los recursos y la plata de la comunidad, por eso insultan, calumnian y hacen bronca sin respetar a los mayores y mujeres”.
Las relaciones con los inmigrantes asentados en sectores de tierras de la comunidad de la parte baja, con los comuneros activos, con los comuneros pasivos, la venta de algunas tierras de la comunidad, la decisión y control de las riquezas y recursos naturales de la comunidad, las relaciones con otras instituciones públicas o privadas, la utilización de dinero para la Fiesta Patronal de “Niño Jesús” primero de enero de cada año. El juicio con personas privadas por “venta” de tierras comunales, los anteriores presidentes de la comunidad aprovechando de sus cargos vendieron tierras de propiedad colectiva. El permiso o aceptación del funcionamiento de "Comités” (jóvenes comuneros activos y/o pasivos que desean usufructuar algunos recursos naturales de la comunidad), cualquier relación social que tiene que ver con la comunidad, la venta de recursos forestales, el control del cementerio, todo ello pasa por el poder y decisión (legal o arbitraria) de la Junta Directiva Comunal y la Caja Comunal, y en algunos casos también por la Asamblea Comunal Eh allí el fondo de la cuestión de la lucha por el poder, legitimado en la Junta Directiva Comunal.
También el conflicto latente y abierto se encuentra en el intento del “desmembramiento”, es decir, la aspiración de muchos comuneros que quieren que la comunidad les otorgue un título de propiedad de la superficie que ocupa su vivienda, y así tenga la posibilidad de inscribirlo en los Registros Públicos con lo cual adquieren el derecho de ser propietarios legítimos de la vivienda, y de esta manera, podrán tener acceso a las relaciones legales con el sistema financiero para obtener un crédito. Este problema fue planteado en la última Asamblea Comunal, en donde otro grupo se opone rotundamente a esta acción aseverando que las tierras comunales son inalienables y es contra la ley la enajenación ya sea a comuneros o a terceros. Al final no se llegó a ningún acuerdo concreto. Algunos miembros de la actual Junta Directiva Comunal argumentan que este conflicto de grupos por el poder son “aquellos comuneros de bajos recursos económicos que quieren suplantarnos por la fuerza”. Sin embargo, hemos comprobado que es falso o equivocado, porque en el último conflicto que se realizó durante la Asamblea Comunal del día 23 de octubre del presente año, los opositores llegaron en vehículos propios.

(Fuente: Comunidades Andinas - PODER Y CONFLICTO EN EL PROCESO DE REESTRUCTURACIÓN DE LA COMUNIDAD CAMPESINA DE AZAPAMPA (DISTRITO DE CHILCA, PROVINCIA DE HUANCAYO) autor Liliana Himelda Muñoz Villar)

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