28 agosto 2007

El huayno, el yaravi y la muliza

El wayno es como la huella clara y minuciosa que el pue­blo mestizo ha ido dejando en el camino de salvación y de creación que ha seguido. En el wayno ha quedado toda la vida, todos los momentos de dolor, de alegría, de terrible lucha, todos los instantes en que fue encontrando la luz y la salida al mundo grande en que podía ser como los mejo­res y rendir como los mejores.
El wayno anónimo en cuyos versos está el corazón del pueblo, desnudo y visible, el way­no del norte y del sur, del oeste y del oriente, de la quebra­da y de la puna alta; del indio de la puna grande, solitario, aislado y dominado por la fuerza y la imagen que en su inte­rior guarda de los "apus" (montañas); del indio de quebra­da, negociante, enamorado y frecuente visita de las ciudades comerciales, pasajero bullón y hablador de los camiones de carga y de la tercera de los trenes de la Peruvian; el wayno anónimo, voz de los indios mineros de lá Cerro de Pásco Cooper, de las fundiciones de Oroya y Casapalca, y el way­no de ahora, con la firma de Kilko Waraka, de Gabriel Ara­gón, de Pancho Gómez Negrón, de Edmundo Delgado Vi­vanco y Alfredo Macedo, en que el mestizo empieza a ser poeta visible y famoso en su provincia; waynos en los que el alma del mestizo, guía del pueblo andino del Perú, está tan elara y tan visible como el alma popular de todos los tiempos del Perú en el wayno anónimo.
Y en la historia del wayno, que es la historia del pueblo andino, hay algo que es fundamental: la música del wayno ha sido poco alterada, mientras que la letra ha evolucionado con rapidez y ha tomado formas infinitamente diversas, casi una forma para cada hombre. El indio y el mestizo de hoy, como el de hace cien años, sigue encontrando en esta música la expresión entera de su espíritu y de todas sus emociones. Son los mismos waynos antiguos los que hoy canta el mestizo, y mientras que sólo quedan vestigios de le letra antigua de los cantos, la músicá ha sufrido cambios apenas perceptibles, como reacción del mestizo sobre la mú­sica antigua. Y los waynos nuevos, que empiezan a aparecer como obras de compositores populares conocidos, son, en verdad, variaciones de los temas clásicos. Al mismo tiempo la música que ha venido de fuera: el jazz, el vals, la marine­ra... tienden, cada vez más, en la sierra, a tomar el ritmo y el tono del wayno. El único caso notable de creación de un género de músi­ca popular enteramente distinta, pero de inobjetable proce­dencia india, es el yaraví. El yaraví fue creado por el pueblo mestizo más diferenciado del indio, por un pueblo fronteri­zo con la costa, por Arequipa; en la época del romanticismo libertario, poco después y casi a raíz de la popularización de los poemas del primer poeta mestizo del Perú, don Mariano Melgar, el mártir más puro de la revolución libertaria, el más grande de los románticos peruanos.
Pero en Arequipa se canta y se toca el wayno tanto como el yaraví, porque el yaraví no se baila; el yaraví es sólo para cantar, cuando se ha perdido alguna gran esperanza, o cuando se siente o se desea hacer sentir alguna pena. Otro grupo de pueblos que por causas sociales y econó­micas propias precipitó su proceso de intervención en la vi­da activa del país, y por tanto su proceso de mestizaje, creó asimismo otro género nuevo de canción popular, cuyo ori­gen indio es discutido, pero no su carácter actual, evidente­mente mestizo; me refiero a la "muliza" de los pueblos mi­neros y campesinos del centro del Perú. Pero la muliza es música pobre, y es también pobre como poesía. Y así como en Arequipa se canta y se baila el wayno, en el centro se canta y se baila mucho más el wayno que la muliza. El wayno es, pues, canto universal del Perú indio y mestizo. Ha sido su voz y su expresión más legítima a través de todos los tiempos. Y en los waynos antiguos se puede estu­diar el proceso de mestizaje, así como en los fósiles que han quedado incrustados en las capas geológicas se estudia y se reconoce la edad de la Tierra, con la diferencia de que los waynos antiguos hablan y cuentan por sí mismos la historia espiritual del pueblo mestizo.
El wayno empieza a ser de autor conocido En el momento en que el mestizo logra personería, en que logra diferenciarse del pueblo indio pero conservando al mismo tiempo una filiación de ascendencia india, en la que muchos caracteres del espíritu español viven con todo su dinamismo y sus virtudes; es decir, cuando el mestizo lle­ga a constituir un pueblo diferenciado y nuevo, entonces aparece el wayno popular con firma de autor conocido. Y aparece, por la misma razón, el poeta y el músico popular, querido y famoso en su provincia, de personalidad y de ge­nio propio, a través de cuya expresión es posible conocer y sentir el alma popular porque sus cantos son tomados uná­nimemente por el pueblo, pero en los cuales también se re­conoce la voz perfectamente individual, la palpitación y la vida de un hombre distinto de los demás hombres de su pueblo y de su clase, aunque exista y padezca por causas co­munes a todos los de su región. Es interesante comprobar cómo en el centro del Perú es donde aparece primero el canto mestizo con firma y de autor conocido.
Desde fines del siglo pasado escriben "muli­zas" músicos popúlares de Tarma, Jauja y Cerro de Pasco, mientras que en el sur, el wayno de autor conocido aparece apenas desde hace unos veinte años. Hay muchas causas es­peciales que concurrieron a determinar esta diferencia de tiempo en que nace el canto popular de autor conocido en las dos regiones más indias del Perú, pero creo que la causa fundamental es la diferencia de ritmo con que se desarrolla el proceso del mestizaje en estas dos regiones. En la región minera y comercial del centro, el mestizaje se precipitó y tuvo un desarrollo mucho más rápido. Esta relativa pronti­tud con que el pueblo de esa región se castellaniza e ingre­sa al mestizaje se debe principalmente a causas de orden económico: las grandes minas del centro del Perú, de casi todo el departamento de Junín, el comercio activo que a causa de la explotación de las minas se hace en todas estas provincias, y quizá también la menor energía de la cultura nativa india, que tuvo sus focos más bien en el sur y en la región chanka que en el actual departamento de Junín. Por estas causas el mestizaje y la castellanización se aceleró en las provincias del centro, y desde fines del siglo pasado se canta más en castellano que en quechua en todas las provin­cias del Perú. El señor José Hidalgo editó en 1937 cerca de 700 mulizas de autor conocido, todas en castellano. La le­tra de estas mulizas es de dominante espíritu español y se parece más bien a la letra de los yaravíes.
Como el yaraví, la muliza es de tono romántico, en versos rimados,
en los que se reconoce, sin ningún esfuerzo, el predominio del verso y del alma española. El canto popular mestizo de autor conocido tardó mu­cho más en aparecer en el sur. Ya hemos dicho que la apari­ción de los cantores populares conocidos está en la sierra del Perú, en razón directa de la influencia del mestizo en la vida del pueblo, de la mayor o menor prontitud con que el mestizo cobra personería e interviene en la vida activa de su región. En el sur, el mestizo y la castellanización del indio se hacen con tremenda lentitud. Durante los primeros siglos del coloniaje, es más rápida y efectiva la indigenización del conquistador, su adaptación al quechua, que la castellaniza­ción del indio. El Ande del sur, y el pueblo nativo del sur, la fiesta india del sur vencen, dominan e involucran al con­quistador que se interna en el mundo indio.
Es con el domi­nio político, cada vez más definitivo, con el usufructo que las capitales políticas coloniales y los grandes señores saca­ron, por la violencia, de la población nativa, y con la soli­daridad que los criollos prestaron a este sistema, que el es­pañol empieza a doblegar la gran energía del quechua como cultura y como idioma. Por este lento dominio del español en el sur del Perú no ha concluido todavía, sigue su proceso. Y la energía indestructible del quechua deja su herencia en el alma del mestizo castellanizado; porque este mestizo del sur, a pesar de que sólo lee castellano y se ha educado en castellano, cuando canta lo hace mejor y más legítimamen­be en quechua. Por eso la canción popular mestiza de autor conocido, en el sur aparece en quechua y en castellano al mismo tiempo, siendo el valor poético del wayno quechua superior al que se escribe en castellano. Kilko Waxaka y Gabriel Aragón, son los caos símbolos de esta nueva corriente de la poesía y el canto popular del sur, en el Perú.
Fuente: LA CANCIÓN POPULAR MESTIZA E INDIA EN EL PERÚ. SU VALOR DOCUMENTAL Y POETICO. EL WAYNO, EL YARAVÍ Y LA MULIZA autor José María Arguedas. Publicado en “La Prensa”, Buenos Aires, 18 de agosto de 1940.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

YARAVI MARAVILOSA INTROSPECCION RELATIVA DE UN MUNDO A LA VES IMAGINARIO Y CONCRETO

DEAD POESIE STOCLES 14 AÑOS PERÚ

Godofredo dijo...

Gracias por este blog maravilloso, siga incrementando mas datos.
Que los espíritus de ambas cordilleras negra y blanca les bendiga, saludos desde el reino y señorío de los WARAS, chinchaysuyu hoy Callejón de la ñusta Inés Waylas Yupanqui q desgraciadamente fué mujer del genocida de Pizarro, etc. Visite el blog: http://godofredozegarraangeles.blogspot.com/ Pilar Z. Huaraz-Ancash